Doppelgänger.
Sete:
Doppelgänger.
Estiró mis brazos y suelto un bostezo en el proceso, esto de estar tantas horas detrás del ordenador; es bastante agotante. Me he pasado buscando lo que fuese que me diera una pista de acabar la maldición, hechizos o lo que funcione.
¡Demonios! Siempre hay una solución, esa que está escrita en letra muy pequeña al final de un contrato y que pasas desapercibido. Agh, esto comenzaba a frustrarme.
Vamos, no era tan sencillo como pensé que sería. Bien, fui una ilusa demasiado positiva, que creía que en un abrir y cerrar de ojos encontraría eso que buscaba. Pero no, las cosas no estaban saliendo como imaginé.
Que una bruja maldiga a tu familia y que dicha maldición ha regresado por tu culpa, no son cosas sencillas de digerir y menos de solucionar. ¿Qué podía hacer? Por el momento investigar hasta que el cansancio acabase conmigo o la maldición lo haga. Sí, estoy siendo un poquitín dramática, pero es normal en mí y no se puede evitar.
Vuelvo a bostezar, carajo. Deseaba correr a mi cama y por unas horas olvidar todo este asunto. Entrar al mundo de los sueños, donde podía ser quien yo quisiera y puedo asegurar que el ser una banshee no es una de ellas.
Sí, la habilidad de una banshee no está mal, pero hay un pequeño detalle, es que las mismas presienten la muerte o algo como eso. Aun no me queda muy claro, todo lo relacionado con esto.
Alice, tu vida cada día es más interesante.
Te fijas en dos alfas, descubres el gran secreto familiar y ahora eres también un ser sobrenatural. ¿Agregamos algo más a la lista? ¡Por supuesto! Uno de los chicos que amaba, ahora es otra persona, no es quien recordaba y está cometiendo atrocidades. ¿Pero con que fin? Eso no quedaba muy claro y es algo que también ronda mi cabeza una, y otra, y otra vez.
—¡Joder con todo! —chillo, tirando mi cabeza hacia atrás y cerrando por un momento mis ojos.
Necesitaba darle un descanso a mi mente, lo necesitaba, ya que me estaba sobre exigiendo mucho para solucionar las cosas.
—Deberías parar —la voz de alguien habla detrás de mí, no necesito verle para saber quién es.
—En eso estaba pensando —admito y abro mis ojos, encontrándome con Sebastian y su semblante cargado de preocupación.
Sé muy bien que le preocupa lo excesivo de mi investigación y que he pasado más tiempo detrás del ordenador, que haciendo otra cosa.
Mi rutina se volvió así: trabajo, investigar, dormir un par de horas e ir nuevamente al trabajo.
Lo sé, no es algo bueno y que alguien te recomiende hacer. Me estoy yendo por las ramas y olvidando mi salud. Lo tengo muy presente, pero como mencioné antes todo esto me estaba superando. No son cosas fáciles de digerir y pareciera que descubres algo, pero siempre queda más por saber y eres el último en saberlo.
Comprendo a mamá, intentaba protegerme al no mencionar la maldición de la familia. Pero fue en vano, porque he sido yo quien le ha traído de nuevo. Es mi culpa que todo este patas arriba y el caos nos rodee a toda hora. ¡Mierda!
¿Podrías ser menos negativa?
Es más fácil decirlo, que hacerlo. Por ende, no, no puedo dejar de ser así. Estoy que me lleva la mierda, con todo.
Suelto un sonoro suspiro y me levantó de mi asiento, emprendiendo camino a mi preciada cama. Por unas horas olvidaré todo este asunto e intentaré descansar.
Los brazos de Sebastian me rodean, una vez que intentó pasar por su lado y no puedo negarme a ellos. Escondo mi rostro en su pecho y aspiró su aroma, ese que era mi favorito en el mundo. No puedo explicar en palabras, lo que él me hacía sentir en momentos como estos.
Es como mi salvavidas, mi cable a tierra, es quien se encarga de mostrarme que hay solución. Que no la encontraré en seguida, pero que con perseverancia todo se logra. Aunque no se olvida de regañarme por tener una rutina un tanto excesiva, me lo hace saber cada vez que puede.
Y amo que lo haga, porque me hace sentir que no estoy sola en todo esto.
—Venga, vamos a la cama bonita —dice y deposita un tierno beso en mi frente, una vez que me despegó de su pecho.
—Me aferrare a ti como una garrapata —advierto y él suelta una carcajada ante mis palabras.
—Ajá, creo que será al revés.
—Claro que no, Foxx.
—Vale, tú ganas.
Me aferró a él y caminamos hacia mi habitación, moría por llegar a ella y pegarme a mi chico el resto de la noche.
La casa se encontraba en absoluto silencio, el resto de personas dormían plácidamente, exceptuando a nosotros.
Sebastian podría haberse dormido, pero le gustaba esperar por mí y lo agradecía de sobre manera.
Una vez en mi habitación, me despoje de mi ropa y me coloque mi pijama, el cual consistía en una remera que me cubría hasta los muslos.
Me tiré sobre mi cama y escondí mi rostro en mi almohada. Mi costado se hundió y supe de quien se trataba. Sin demora, me acomode en su pecho, enredando mis piernas con las suyas.
—Te advertí que esta noche sería una garrapata.
Su pecho vibra ante la risa que le ataca por mis recientes palabras, siempre dicen que el que avisa no traiciona y yo se lo advertí.
Su mano acaricia mi cabello con suavidad y es mi momento de relajación, sus toques lograban eso y también me hacían sentir muchas sensaciones.
—Descansa bonita —susurra y yo estoy casi en el limbo de los sueños.
No logró devolver sus palabras, porque sin darme cuenta, acabo por lanzarme a los brazos de Morfeo.
(...)
No demoró en guardar mi uniforme en mi casillero y cuelgo mi bolso en mi hombro. Mi jornada laboral había acabado y ya podía regresar a casa, para así continuar con la investigación.
Sé que debería ponerle un descanso al mismo y por un día, hacer una rutina distinta. Regresar a casa y pasar más tiempo con Sebastian, es una excelente opción.
Pero, me costaba dejar a un lado el asunto. Vale, soy una cabezota, lo tengo más que presente.
Pero esto era importante, encontrar una solución a la maldición tenía que encontrarla como fuera.
Me despido de mi jefe y mis compañeros, saliendo fuera del establecimiento.
Respiro con profundidad una vez que estoy fuera y emprendo camino hacia mi casa.
—Puedes caminar a mi lado, Nicolae —pido y le oigo bufar.
Aun piensa que no le notare, pero es muy difícil que no suceda. Sé que sigue preocupado por lo de la ultima vez, esa en la que Isaac se presentó ante mí y entiendo que quiera protegerme. Por ende, es que siempre descubro que me sigue entre las sombras. No es muy sutil que digamos, pero valoró su esfuerzo.
—Perdón, creía que no me habías notado —suspira.
—Es difícil no hacerlo —me burle.
Vuelve a bufar, pero sé perfectamente que esto le divierte y que no está molesto en absoluto. Se acerca a mi lado y caminamos en silencio, hacia mi hogar.
—Pensé que Foxx vendría por ti —comenta y hay cierto recelo en sus palabras.
No puedo evitar negar con mi cabeza divertida por ello, está celoso y por eso lo menciona. Comprendo que le gustaría estar en el lugar de Sebastian y tener total libertad de pasar tiempo conmigo y todo lo que eso conlleva. Pero claramente no puede, ya que mi chico no se le permite del todo.
Aunque supongo que aún no ha notado que Sebastian le permite estos pocos minutos conmigo, por cortesía y quien sabe que razones más tendrá.
—No puede estar siempre conmigo, tiene sus obligaciones como alfa —respondo lo obvio—. Además, tú vienes por mí y eso es suficiente —sonrío al decirlo y eso logra que su pecho se infle unos segundos y sus mejillas se tornan rojizas.
—Es cierto, yo puedo protegerte mejor —alardea y no puedo evitar reír por ello.
—Gracias —agradezco y lo decía enserio, Nicolae también lograba que olvidase toda la locura que había en mi vida.
Podría decir que es mi segundo cable a tierra y me sentía afortunada de haberle conocido.
—No tienes que agradecer, esto lo hago porque no deseo que nada malo te suceda —admite—. Y esa noche, en la que ese tipo apareció, entendí que tengo que estar ahí y protegerte —traga duro al decir lo último.
Sí, no hemos hablado mucho de lo sucedido esa noche. Tal vez solo mencioné por encima que era un ser sobrenatural y no entre en detalle con ello. Vale, he pasado más tiempo investigando, que interactuando con el resto de personas. Lo mencioné, ¿verdad?
Así que no, Nicolae no sabe a profundidad todo lo que me he enterado o de lo que estoy haciendo una vez llegó a casa.
Ya tenía bastante con Sebastian preocupado, que tener a otra persona de la misma forma, no le haría sentir mejor. Agh, es difícil.
—Hay algo que ha estado rondando mi cabeza, los últimos días —comenta, luego del abrupto silencio—. Es sobre ese alfa y que aquel beta mencionara que no olía igual, ya sabes que no son la misma persona —explica.
—¿Y que es lo que te preocupa? —inquiero, curiosa por saber.
Le veo respirar con profundidad antes de hablar, es como si todo esto le pusiera de los nervios.
—¿Sabes que es un doppelgänger? —pregunta y la seriedad surca su rostro, asiento en respuesta—. Perfecto, creo que ese alfa lo es. A lo que me refiero, es que no es el verdadero Salvatore, sino su doppelgänger. Eso explicaría muchas cosas y el que no sean exactamente la misma persona, es decir que de ven idénticos por fuera, pero realmente son muy distintos —explica lo más resumido posible.
Me detengo unos segundos y sopesó todo lo que ha dicho, sonaría a locura si otra persona lo oyera. Pero para mí tiene todo el sentido del mundo, eso explicaría muchas cosas, como es que ha regresado y no, no es el Isaac que conocimos sino algo más.
—Entonces nos enfrentamos a la versión maligna de Isaac —susurro—. Nunca lo había pensado y puede que haya aparecido tras su muerte, ¿no? —mi mente trabaja a mil por hora, intentando encajar todo lo sucedido hasta el momento.
Su primera aparición, lo que ha estado haciendo, pero faltaba más. Algo se nos estaba escapando, porque no podía ser tan sencillo.
—¿Por qué atacar alfas? —inquiero, procesando todo y pensando en voz alta—. ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene? ¿Y porqué él también tiene el poder de uno? Algo falta, un detalle se nos está escapando, Nicolae. No es coincidencia que después de un año aparezca, ataque alfas y regresé a este pueblo. ¿Qué tiene este lugar que cada ser sobrenatural se siente atraído? —digo, intentando encontrar ese pequeño fragmento que puede unir todo.
Camino en círculos, mientras mi mente trabaja a mil por hora, parezco una desquiciada. ¿Qué faltaba?
—Le tenía miedo a Salvatore —dice una voz y frente a nosotros aparece Sebastian, ¿estuvo todo el tiempo escondido?—. También llegue a la misma conclusión de Nicolae y estuve investigando sobre lo mismo, debía esconderse mientras Isaac estuviera con vida —explica.
Luego le diré que es de muy mala educación escuchar conversaciones ajenas y hacerlo a hurtadillas. Joder con los alfas y su posesividad.
—¿Pero porque tomarse un año para eso? —pregunté.
—Es lo que aún no puedo conectar con todo esto.
—Quiere hacerse fuerte robando el poder a otros alfas, ¿pero con que fin? —interviene Nicolae.
—Bien, esta noche nadie va a dormir, haremos una maravillosa investigación —sentencie—. Venga, mi casa es el lugar correcto para esto —les ordenó y hago señas para que me sigan.
Puedo oír sus quejas, sé que no les gusta estar en la misma habitación y menos que uno este cerca de mí. Pero por hoy deberán hacer tripas corazón y dejar a un lado su rivalidad. Porque todos estamos metidos en este dilema y ellos han sacado el tema del doppelgänger, por ende, ayudarán a encontrar lo que nos está faltando.
Aunque admito, que esto explica muchas cosas, hay algo que no termina de gustarme. Hay más todavía, no sólo lo que ya sabemos, sino que es mucho más grande de lo que imaginamos.
Tenía el estúpido presentimiento, que lo que acabaría descubriendo no iba a gustarme en absoluto.
(...)
Lo sé, no tengo perdón de Dios... Ha pasado mucho tiempo desde que he vuelto actualizar está historia y no tengo excusas, porque no las hay. Lamento que le haya tomado tanto tiempo volver, pero aquí estoy. Espero que este capítulo de regreso, les guste y lo disfruten ❤ Nos estaremos leyendo las seguido...
Los ama:
—Vicky—
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top