𝑽𝑰𝑰
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Hola readers queridxs, se que me tomado demasiado tiempo en escribir este capitulo, pero en mi vida han pasado tantas cosas que no les podria explicar. Pero ultimamente estuve muy enfocada en mis proyectos de escritura. Hoy me desperto la inspiración y pude termirar este capitulo de 12 paginas.
Me dio algo de miedo escribir este capitulo, pero se me hace interesante como va tomando forma la historia.
Espero aún contar con su apoyo a pesar de subir cada muerte de obispo un capitulo, prometo que esto va a cambiar.
Lxs dejo con el capitulo 7.
xoxo.
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La casa de Flora se encontraba al noreste de Castle Combe, era una residencia de campo, con techo a dos aguas negro con tres chimeneas y paredes blancas, rodeada por una pared baja de piedras, un portón y una tranquera.
Descendimos del auto y nos acercamos al portón, palmoteo dos veces. En el patio delantero me llamó la atención dos camionetas blancas estacionadas, una de ellas mostraba el nombre de una empresa constructora y la otra era más familiar.
- ¿Si? - sale una mujer, secándose las manos con un trapo colorido.
-Disculpe, soy la oficial ____- mostrando mi placa. – Buscamos a la señora Flora.
-Sí, soy yo. ¿En que los puedo ayudar? - preguntó ya frente a nosotros, pero del otro lado del portón.
-Estamos haciendo una investigación y nos gustaría conversar con usted sobre el orfanato Collinwood.
-Hace tiempo que no trabajo allí. - intranquila.
-Lo sabemos. - contestó Jordan. - ¿Podemos pasar para charlar con usted?
Flora dudo por un momento, pero luego nos dejó ingresar a su hogar.
- ¿Quieren algo para beber? – consultó en lo que tomábamos asiento en unos sillones blancos con almohadas de un estampado otoñal.
Ambos aceptamos un refresco y en lo que flora se dirigía a su cocina, me dedique a observar aquella habitación. Era el living, de paredes blancas inmaculadas, una chimenea frente a nosotros con rejilla. Muebles viejos y elementos de mimbre.
Me puse de pie y me acerque a la chimenea, sobre esta había una serie de cuadros de diversos diseños y tamaños, uno llamo mi atención y lo tome.
- Esa fotografía la tomaron el ultimo día que estuve en Collinwood – expresó parada en el marco de la puerta con dos vasos llenos de jugo con hielo.
Se acercó hasta la mesa ratona frente a nosotros y deposito los vasos en ella.
-Hablando de eso... ¿Puedo saber porque se fue? Tengo entendido que aún no se ha jubilado.
Tiempo antes, en el trayecto hasta aquí, llame a la secretaria del intendente y le pedí que me averiguara los datos públicos de Flora, debía tener esa información para saber cómo abordarla.
-No, aún no lo he hecho. - hablo apenada.
- ¿Y por qué se fue de Collinwood? - cuestiono Jordan.
-Me despidieron.
- ¿Por qué? - continuo Jordan de forma apacible, como siempre y sin saberlo, jugábamos a policía bueno y malo, juego que poco me favorecía.
- Bueno, estaba cansada y cuidar de niños es un trabajo muy demandante.
-Si la entiendo, yo tengo dos niños y dan mucho trabajo, no me quiero imaginar cientos. Digame, ¿usted sabe algo sobre las desapariciones de los niños?
- ¿Desapariciones? No sé de qué me habla. - respondió confusa.
-Hablo de Johnny y Gabriel.
-Ah esos dos niños, no desaparecieron, fueron adoptados. – alego de forma afable.
- ¿Tiene idea quienes los adoptaron? – continúe mi interrogatorio.
-Pues, claro. Uno fue adoptado por Aaron Walker.
La mire con duda, buscando que me explicara quien era ese misterioso hombre para mí.
- Es un miembro del consejo de Wiltshire.
- Oh, ya veo. - sorprendida y e inclinándome hacia atrás, pensando en que debía haber prestado más atención aquel día en la iglesia - ¿Y el otro niño?
- Pues Aaron...la verdad no recuerdo por quien fue adoptado.
- Ok...- expresé resignada. – Supongo que usted trabajo mucho tiempo allí. - continué. - ¿Conoce a los dueños?
- Bueno, yo comencé a trabajar en el 85, me contrato una familia, la que era dueña del cazón, los Collinwood. Pero en 1996 fue expropiado por el estado, creo que la familia tenía deudas, la verdad no estoy muy enterada de ese aspecto.
- ¿Sabe dónde puedo encontrar a los Collinwood? – la interrogue abriendo mi libreta para tomar nota.
- La familia se fue ese mismo año, desde ese día nadie sabe nada de ellos. – cerré la libreta, frustrada.
Me recosté en el sofá y estuve en silencio unos segundos, mirando la biblioteca frente a mí.
- ¿Le puedo pedir más de esto? – le solicité levantando mi vaso.
- Por supuesto, enseguida regreso.
- Muchas gracias. - agradecí dulcemente.
En cuanto Flora se puso de pie y se retiró por la puerta a mis espaldas, me puse de pie y caminé hacia su biblioteca.
- ¿Qué sucede? – me consultó Jordan. - ¿Qué encontraste? – Poniéndose a mi lado.
- Unos libros llamaron mi atención. ¿No te parece curioso este título?
- Jefa, lamento decirle que el latín no es mi fuerte. – me respondió con cierto sarcasmo.
- Integrum librum et habentis maleficia, libro completo de la brujería. ¿Sutil portada no? - señalando la estrella de cinco puntas en ella. Tome otro. – Pactum. - otro libro bastante curioso.
- ¿Puedo ayudarla en algo? - apareció Flora, su presencia me hizo sobresaltar, entro sin emitir algún sonido ¿hace cuánto estaba allí?
- Voy a ser directa. - me dirigí de forma severa a aquella mujer con el ceño fruncido. - ¿Qué sabe sobre los sacrificios que están ocurriendo en el condado?
- ¿Por qué debería saber yo algo?
- Tiene una colección interesante aquí. - interpele abriendo el libro en mis manos.
- ¿Qué esta insinuando?
- Aquí soy yo quien hace las preguntas. ¿Hace cuánto practica brujería?
- Le pido que se retiren.
- No hasta que me responda.
- No responderé absolutamente nada sin mi abogado presente y sin una orden. Así que, por favor, retírese de mi hogar.
- Vamos _____- murmuró Jordan en lo que tomaba mi brazo ligeramente. Yo no le sacaba los ojos de encima a aquella mujer.
Jordan me arrastra hacia la salida.
-Señora- volvió a hablar Flora. - el libro.
Miró mi mano, aún tenia el libro. Lo deje sobre la mesa ratona junto al sofá. Salimos de aquella casa.
Nos quedamos un tiempo en la patrulla, el calor estaba en su punto máximo por lo que decidí bajar las ventanillas. Nos quedamos unos minutos estacionados frente a la casa. Mis codos sobre el volante y mis manos sosteniendo mi cabeza, me encontraba completamente frustrada por la investigación.
- ¿Todo bien? – pregunto mi compañero preocupado.
- No voy a mentirte, no sé por dónde seguir; justo cuando creo tener algo me lo arrebatan de la mano; esa mujer algo sabe, pero no quiere hablar y no sé porque ¿Está involucrada? ¿La amenazaron por algo? Y esos libros...
-Mira _____, los libros de brujería y temas de esa índole son muy frecuentes por esta zona.
-Tú mismo viste ese pentagrama.
-Sí, pero por eso, las personas alucinan mucho con esos temas- explico con un tono banal.
-Sí, y esas alucinaciones los llevan a asesinar niños. - exclame molesta, a la vez que ponía en marcha el auto con gran ímpetu.
...
-Hola, habla Flora, si, ya hice lo que me pidió ¿Usted cumplirá con su palabra? – sonrió al recibir una respuesta del otro lado del teléfono de disco.
...
Fuimos todo el camino hacia la comisaria en completo silencio. Jordán iba atento a su móvil, claramente estábamos molestos el uno con el otro, o por lo menos yo con él.
No podía creer que después de haberme acercado toda esa información esotérica ahora lo tomara con tanta banalidad.
Al escucharlo reír al ver algo en su móvil, recordé que tenía apagado el mío para evitar llamadas de Brandon o Joaquín, a estar alturas Brandon ya debe estar enterado de nuestra visita a Flora.
Al llegar a la comisaria mi compañero desciende y se asoma por la ventana al notar que no seguía su accionar.
- ¿No bajaras?
-No, sabes, creo que volveré al hotel. No me siento con ánimos de escuchar los sermones de Brandon.
-De acuerdo, si hay novedades te tendré informada.
Lo saludo llevando dos dedos a mi sien de forma amistosa, a esa altura el enojo había cedido, después de todo era un jovencito, quizás le atemorizo toda esta situación. En la policía no te entrenan para lidiar con brujas y sacrificios.
...
Llegue al hotel, alrededor se percibía completa tranquilidad. Mientras le entregaba las llaves al valet parking, me dedique a observar el panorama. A lo lejos en el jardín, había un par de hombres jugando ajedrez y dos mujeres charlando animadamente en una mesa adjunta, supuse que serían dos matrimonios. Por las escaleras a mi izquierda, descendían una joven pareja tomados de la mano, charlando uno vaya a saber de qué ¿Su próximo viaje? ¿Sus planes a futuro? ¿Algo más banal como lo bonitas que eran las flores del jardín que dejaron atrás?
Tanta armonía y paz se ve interrumpida por un grito agudo a mis espaldas, el cual me sobresalto. Al darme vuelta, aquella mujer me abrazo con fuerzas, me tomo un tiempo reaccionar, pero luego la abracé con la misma intensidad que ella a mí.
-Katy... ¿Qué haces aquí?
- Yo también te extrañe _____.
-Perdón. - me reí en lo que nos separábamos. - Es que me agarraste por sorpresa.
-Bueno, más sorprendida estuve yo cuando al visitar a Susan me enteré que estabas aquí.
-Oh, Susan. - expresé en lo que me llevaba la mano a la cabeza, recordando que no visite aquella anciana que me ayudo en esos años tormentosos. – Debo ir a visitarla antes de irme.
- ¿Qué, ya piensas marchar?
-No, créeme que me falta mucho por hacer. Ven, vamos a caminar que te cuento todo en detalle.
Caminamos a paso ligero hacia aquellas escaleras donde se encontraba hace unos momentos la feliz pareja. Mientras caminábamos por el frondoso jardín, le fui contando cada detalle de mi estadía a Katy. Confiaba en ella, por lo que no dude en contarle no solo la investigación de aquella persona misteriosa, sino también mi investigación sobre los niños desaparecidos.
- ¿Qué opinas? - pregunté cuando llegamos al puente que enmarca el jardín.
-Pues...tienes una tarea muy difícil aquí. En los años que viví aquí había muchas historias sobre brujas que robaban niños, pero pensé que eran historias que les contaban a los niños para que no se metieran en el bosque o salieran a altas horas. Es un pueblito de 300 personas, no puede ser tan difícil dar con un asesino, ¿No crees?
-Ese es el tema, no creo que esto se reduzca a Castle Combe, creo que es una red, más intricada, que abarca el condado completo y quizás otros más.
-Bueno...en las historias contaban sobre un condado en particular, llamado Tyneham.
- ¿Qué decía la historia?
-Que los niños habían desaparecido por completo durante la segunda guerra mundial y que los adultos a la larga fallecieron dejando un pueblo fantasma.
-Suena algo inventado...pero al no tener nada, no sería mala idea visitarlo, ¿Tienes ideas donde queda ese pueblo?
-A las afueras, casi a una hora de aquí.
- ¿Te a través a una nueva aventura?
-No lo sé _____, suena peligroso ir allí.
- ¿Qué nos puede suceder? Si no hay nadie según esa leyenda.
- ¿Eres consciente de que somos madres? Deberias tener más cuidado con respecto a ciertas cosas, Jade no puede perder a alguien más.
-Tranquila. - exprese dulcemente, colocando una de mis manos en su brazo izquierdo. - Sé que te va a parecer raro, pero siento que tengo un guardián, como si Chris me cuidara.
-No lo sé _____. - respondió afligida. - Pero, te acompañare. No te dejare sola en esto, sé que no importa lo que te diga, vas a ir conmigo o sin mí, y prefiero que sea conmigo.
-Gracias. - me entusiasmé y la abracé en señal de agradecimiento.
...
Narra Chris.
Eran las 7 am del día 3 de abril, llovía torrencialmente en Castle Combe.
Katy y ______ habían preparado todo para su viaje de dos horas hacia Tyneham. Pesé a las advertencias de Joaquín, no logro persuadirlas.
El trayecto hacia aquel misterioso pueblo era de carreteras limitadas por vegetación boscosa, con algún que otro campo haciéndose presente. Cada tanto dejaban algún pequeño poblado atrás, desapareciendo cual fantasma, algunas casas y granjas perdidas entre la frondosidad.
Narra T/N
Era un viaje de trabajo, pero el tener a mi amiga a mi lado lo convirtió en un viaje por placer, donde el rock de los ochenta se hacía presente, cantando a todo volumen Crazy de Aerosmith, sintiéndonos Liv Tyler y Alicia Silverstone.
El paisaje de las carreteras encerradas entre los árboles, mientras las gotas caían era maravilloso, hasta que llegamos a la carretera que nos adentraba a Tyneham. La vegetación quemada, los árboles talados daban un aspecto lúgubre a la zona, y de repente aquella lluvia maravillosa de verano se convirtió en un elemento más que propiciaba terror.
Finalmente, el camino frondoso llego a su fin, dejándonos entre ver aquel pueblo fantasma. Rodeamos un arroyo y nos sentimos dentro del pueblo. No era muy diferente a Castle Combe, un pequeño pueblo rodeado por bosque y casas medievales, con la diferencia de que estas estaban en ruinas.
No había nadie en el pueblo, solía ser frecuentado por turistas, pero hace años, y sin razón aparente, el lugar dejo de ser visitado.
Me dirigí hacia la derecha y luego hacia la izquierda, rodeando algunas de las primeras construcciones que visibilizamos.
- ¡Detente! – me alerta Katy tomando mi brazo, acción que me impresiono tanto que frene de golpe, haciendo que el auto se apagara.
- ¿Qué sucede? - le pregunte algo alterada por lo sucedido.
-Mira...- señalando hacia mi ventanilla. - Creo que ahí es un buen lugar para buscar algún indicio de esa leyenda o lo que sucedió aquí.
Me volteo para ver lo que mi amiga me marcaba, era un edificio similar en aspecto a los otros, pero techado y con un pequeño cartel "school".
-Vamos. - me desabroche el cinturón de seguridad y baje del auto; el frio producto de la lluvia y el agua golpearon en mi helándome la piel. No me había percatado de que, por la emoción, me había dejado el abrigo dentro del auto.
-Ten. - entregándome mi abrigo beige que llegaba por debajo de mis rodillas. - Si serás distraída. - me recrimina, para luego adelantarse y subir la escalinata de piedra que nos daba paso al jardín que rodeaba el colegio.
Al ingresar al edificio te encontrabas con un corto pasillo que culminaba con un lavabo. A mi izquierda se encontraba la puerta que llevaba al salón. Este tenía un suelo de madera oscura en perfecto estado. El techo a dos aguas y con vigas enormes.
Las paredes blancas eran decoradas por carteles de biología, literatura y geografía.
Pupitres largos, estanterías a los lados de la puerta, una chimenea negra decoraba la pared y junto a ella un piano Y un pizarrón. frente a nosotros, en una especie de escenario un pizarrón negro, con algunas notas sobre biología.
El cuarto parecía intacto, como si no hubiese sufrido el paso del tiempo, aún había cuadernos sobre los escritorios y los libros de la estantería estaban en perfecto estado, más allá del polvo.
-Deberíamos revisar todo, ¿No?
-Sí, tú los escritorios, yo las estanterías. - decrete como si fuese una de mis aprendices del FBI.
-Enseguida, jefa. - bromeo llevándose la mano hacia la sien y riendo.
-Ya, perdón, lo tengo incorporado.
Katy se limitó a sonreírme y voltear para dedicarse a su tarea, acción que imite. Revisé la primera estantería, había todo tipo de libros, pero ninguno fuera del contexto de una escuela primaria. Había abierto y sacudido cada libro, revisado en la misma estantería y nada inusual se presentaba.
Me acerque a la segunda estantería, la cual estaba tras el escritorio del profesor. Allí llevé a cabo la misma acción, abrí y sacudí cada libro, nada inusual, me estaba frustrando.
-Oye...- llamó mi atención Katy. - ¿Notaste que los pizarrones lucen intactos?
- ¿De qué hablas?
-Claro, pasaron más de 50 años, y sigue estando la tiza sin siquiera un borrón, la ventana está abierta- señalando la ventana tras ella. - en todos estos años pudo entrar viento, lluvia, animales, pero aun así está intacto...como si...
-Como si todo fuese reciente. - termine su frase.
-Exacto...y mira esto. - dice de pie sobre aquel escenario, y abre sus brazos formando una cruz. - tiene cortinas, hay dos pizarrones. - señalando el que estaba junto al escritorio del profesor y el que estaba sobre el escenario. - y aquí hay pupitres también. - señalando la fila de escritorios tras ella. Para luego cerrar las cortinas y asomarse entre ellas. - creo que así castigaban a los niños, excluyéndolos del resto de alumnos.
- ¿A dónde quieres llegar? Era normal en la época usar métodos algo cuestionables para corregir a los jovencitos.
-Exacto, pero mira lo que encontré. - tomando dos viejos cuadernos, uno más plano y pequeño y el otro recubierto de cuero y de un tamaño A4.
- ¿Qué es eso? - le pregunté ahora intrigada, acercándome a ella.
-Aquí está el registro de alumnos que suelen ser castigados. Hay un nombre que se repite continuamente... Oliver Miracle. Casualmente, el dueño de este diario íntimo. - poniendo frente a mí el otro modesto cuaderno.
Nos sentamos una junto a la otra, en uno de esos escritorios de castigo a leer los pensamientos del joven.
"Mi nombre es Oliver, Oliver Miracle, tengo 12 años y una vida inusual. Nunca tuve un lugar fijo, siempre había un destino distinto, otro lugar al que huir, siempre mirando hacia el horizonte. Así fue como llegue a este oscuro pueblo. Pesé a mis reproches, mi madre me arrastro hasta aquí.
Si yo te digo que debemos ir allí es por algo.
Una frase recurrente de mi madre. La mayoría de las veces huíamos de las personas que querían dañar a mi madre y mis tías. En Francia pensé que sería diferente, pero, un día, llegando a casa me encontré empacando.
Debemos ir a un lugar, nos necesitan allí.
Y así es como llegue a Tyneham, no me gusta estar aquí, no dejan de hablarme y aparecer en lugares incomodos, quiero que esto se termine. "
"Hoy me castigaron, no fue mi culpa, ese niño no dejaba de hablar y la única forma de callarlo es gritando. Eso molesto a mi profesor.
Me llevo tras las cortinas y me dejo allí hasta la noche, estaba adolorido por la regla, era un hombre de mano dura.
No quiero volver a pasar por eso, le pedí a mi madre que me ayude a callarlos, ella prometió hacerlo, pero lleva tiempo."
"Hoy escuche a mis tías y mi madre hablar del niño que desapareció hace una semana, su madre se quitó la vida al poco tiempo de que no encontraban a su hijo. Decían algo sobre sacrificios, no pude escuchar mucho más porque se percataron de mi presencia y cerraron la puerta"
"Un mes, 15 niños desaparecieron, somos en total 12 niños en todo el pueblo, los vecinos se preocupan, no quieren llevar a sus hijos a clases. Solo vamos 5, mi madre no luce demasiado preocupada por mí, supongo que no me quiere lo suficiente"
"Apareció uno de los niños, por lo que el señor Relish contó, apareció enterrada en medio de un pentagrama, habían abusado de él y lo cortaron en varias partes, pero murió por ahogamiento, estaba vivo cuando fue enterrado"
"Estoy escondido bajo el suelo de mi casa, mi madre me ordeno no salir por nada del mundo. Unos hombres llegaron y se la llevaron."
"Ya van 5 días y mi mamá no vuelve, me estoy quedando sin alimentos aquí"
"Decidí salir para buscar a mi madre y mis tías, vi un gran tumulto de personas en la iglesia, logre esconderme para escuchar lo que decían, los gritos eran alarmantes hasta que el cura elevo su voz y todos los presentes hicieron silencio. Estaban alarmados por las brujas y los sacrificios de niños. Ellos asesinaron a mi familia."
"Pude huir con su ayuda y la de los demás niños, no me sentía tan mal al estar con su compañía en días tan oscuros para mí. Pero un día, ellos dejaron de visitarme, pero vino mi madre, había logrado hacerlos cruzar. Ya no me iban a atormentar, ni ellos, ni nadie"
"Decidí volver, a buscar las pertenecías de mi madre. Al llegar encontré todo revuelto y solo algunos libros quedaban, decidí llevarlos a un lugar seguro, los dejaré en el colegio, camuflados tras Aristóteles y platón"
Esa fue la última anotación realizada por el niño, supusimos que se lo había dejado aquí o que algo terrible le sucedió y no pudo tomar sus pertenecías.
-Aristóteles y platón...- me planteé y recordé la estantería. Me levanté velozmente y me dirigí nuevamente hacia la estantería tras del escritorio. Allí estaban, varios libros de ambos filósofos.
Uno a uno fuimos viendo con Katy, estos estaban forrados con cuero, simulando ser libros de los filósofos, pero al verlos por dentro era un libro sobre hechicería y un bestiario.
Nos sentamos nuevamente y analizar esos libros, tarea que duro poco tiempo ya que escuchamos un fuerte ruido proveniente de afuera.
Temerosas, decidimos salir a ver, pero nada había a nuestro alrededor.
-Probablemente fue un animal. - Dijo en lo que sostenía firmemente mi brazo, no sé si lo pensaba así o buscaba confirmárselo a ella misma. - Creo que es mejor irnos.
-Sí, supongo que si...- le respondí vagamente, honestamente no estaba prestándole atención, esta estaba puesta en la iglesia frente a mí, la que Oliver había mencionado. Sin previo aviso, me encamine a esta.
- ¿Dónde vas? - Me preguntó algo molesta. - Creo que es peligroso andar por aquí solas.
-No estamos solas, yo te tengo a ti y tú a mí. - le objete en lo que trepaba el paredón que daba al jardín.
-Eso no me tranquiliza. - Me siguió a pesar de estar negada a estar allí.
Me dirigí hacia el interior de la construcción. ¿Qué clase de hereje haría algo así? Un ritual en la mismísima iglesia.
En el lugar había un pentagrama en el altar, las cruces volteadas, los santos cubiertos de sangre ya coagulada, velas por doquier y ropa, mucha ropa de diversos tamaños, inclusive de niño.
Me siento en uno de los bancos para procesar lo que estaba viendo, cuando me percato de que había un diario junto a mí.
Sabía que era moderno porque estaba a color, lo desdoblo y leo el título. Una sensación de pesadez me invadió por completo, salí de allí y vomité, estaba asqueada, asustada, alterada por completo.
La lluvia había aumentado, era una tormenta, el viento chocaba violentamente contra la copa de los árboles y la lluvia no dejaba ver del todo. Vuelvo donde estaba Katy, lo que vi y la tormenta eran nuestra señal de partida.
-Mira esto. - me dice al percatarse de mi presencia.
Katy llevaba en su mano la lista de los castigados, casualmente todos tenían una lápida sin fecha de fallecimiento.
-Claramente el profesor estaba involucrado en esto. - expresó con entusiasmo, el misterio la estaba absorbiendo.
-Debemos irnos. - ignorando por completo su descubrimiento.
-Pero tenemos algo, debemos averiguar quién es el profesor, deberíamos volver al colegio y ver si hay documentación sobre él.
-No creo que sea buena idea seguir aquí. – y sin más explicaciones retome camino hacia el auto. Katy algo consternada sigue mis pasos y entramos al mismo tiempo al auto.
-Ya vamos ______- molesta, tras unos minutos en el auto.
-Tenemos un problema.
Katy me mira buscando una respuesta.
-No arranca.
Se ríe, una sonrisa ladina, pensaba que solo estaba bromeando. Pero al ver mi rostro de preocupación su expresión cambia.
-Tranquila. - aunque ahora ella estaba alterada. - solo debemos llamar a alguien que venga por nosotros.
La idea era brillante sin contar con el hecho de que estábamos en medio de la nada, con una tormenta y que ello afectaría la señal.
Salí del auto con la esperanza de poder arreglar lo que sea que le sucediera, pero, evidentemente la tarea no fue exitosa. Nuestros conocimientos de mecánica eran nulos y el agua y el frio no ayudaba a concentrarnos.
Nos resignamos y volvimos al auto, esperando que la lluvia cesara. Pero las horas pasaban y no parecía mejor, cada tanto paraba y era nuestra oportunidad para obtener señal e intentar arreglar el auto, pero sin suerte en ambos casos. Así pasaron horas, la noche se hacía notar y con ella el frio. Por miedo a quedarnos sin naftas decidimos no prender la calefacción, pero el frio era intolerable.
-¿y si vamos al colegio? Podemos prender la chimenea que allí se encuentra.
-Creo que es nuestra mejor opción. - afirme.
Juntamos volvimos a paso acelerado hacia la escuela.
- ¿Tu cerraste la puerta? - le pregunte cuando al intentar abrirla esta no cedió.
-No, ¿Cómo podría? Siquiera vimos una llave por allí.
Nos empezamos a angustiar, la desesperación por irnos se iba acrecentando.
-Volvamos al auto, no es buena idea andar por aquí. - expresé tomándola del brazo.
Pero antes de que llegáramos un estruendoso ruido nos hizo frenar, no era un relámpago, era el sonido de los vidrios del auto rompiéndose.
Nos acercamos sigilosamente, pensando en que era un animal lo suficientemente grande como para tal acción. Pero lo que vimos fue peor.
Salimos corriendo hacia la escuela con la esperanza de que a patadas y golpes logremos ingresar, pero no hubo caso. Sentimos pasos cerca nuestro y como un instinto de supervivencia corrimos, corrimos a una velocidad que jamás imaginamos. Supongo que ambas pensábamos en correr por todo aquel camino que hicimos al ingresar hasta llegar a la ruta, y encontrar a alguien que nos ayude.
Pero el miedo, la adrenalina y la copiosa lluvia nos desoriento y corrimos un poco más de la salida, adentrándonos en un sendero con únicamente vegetación.
Luego de varios metros, nos percatamos de una enorme casona que se encontraba al final de la calle, techada y con ingreso. Sin dudarlo nos dirigimos allí.
Cerramos la entrada con cada mueble que podíamos mover y nos dirigimos al primer piso.
-No, no, no, no – Me encontraba más nerviosa y tirándome el pelo hacia atrás le dije a Katy. - Deje el arma en la guantera.
- ¿Qué hiciste qué? Pero...eres estúpida, como no la vas a tener encima. No se puede ser tan incompetente.
-Bueno, también soy humana comento errores.
-Sí, empezando por la brillante idea de venir a este lugar del infierno.
-Te dije cuál era el motivo, no vine porque me gustan los misterios, vine porque debo resolver un caso.
-Caso que no te corresponde, no es tu jurisdicción, no es tu responsabilidad.
- ¡Sí que lo es! Esas mujeres se acercaron a mí, buscaron mi ayuda.
-Porque su policía es inútil.
- ¿Y pretendías que me quedara sentada? Niños están desapareciendo.
- ¿Y tus hijos? ¿No piensas en ellos?
- ¡Todo el tiempo, por ello estoy aquí!
- ¡Joaquín tenía razón al llamarme, yo pensé que exageraba, pero veo que no, ¿Qué piensas obtener con todo esto? ¿Acaso crees que permanecer aquí te va acercar a Christopher?
-Puede ser, puede ser que quiera estar aquí porque lo extraño, porque lo amo, porque lo siento al lado mío todo el tiempo.
- ¡_____, Christopher está muerto!
El último grito por parte de ambas, iba a responderle, pero un ruido en una de las habitaciones nos puso en alerta.
Agarro un palo que allí se encontraba y sigilosamente nos dirigimos hacia aquella habitación donde se podía ver que ingresaba algo de luz.
Entramos de golpe, pegando un grito, listas para golpear al que allí estaba.
-¡Alto! Esperen. No les haré daño.
Era un hombre, algo abandonado, con una crecida barba, ojos cafés debajo de unas prominentes cejas oscuras, se lo veía delgado y con estropajos como ropa.
- ¿Quién eres? - lo interrogó.
-Mi nombre es Belmont, Belmont Miracle.
Con Katy nos miramos extrañadas, y el bicho de curiosidad por aquel hombre se nos despertó, su apellido no era usual ni una coincidencia.
- ¿Usted vive aquí? - esta vez pregunta Katy mientras nos sentábamos a su lado alrededor del calentador portátil.
-Hace unos años, sí. Vine hasta aquí siguiendo los pasos de mi abuelo Oliver, pero este lugar me atrapo, y tuve la necesidad de quedarme, descubrir más de él.
-Oliver era su abuelo.
-Así es... ¿Saben algo de él?
-Encontramos esto en el colegio. - Dijo Katy entregándole el diario, por un momento me opuse colocando mi mano sobre su brazo, pero finalmente cedí. –Quizás aquí encuentre respuestas. ¿Ya lo había visto?
-No, es la primera vez que veo este cuaderno.
-Estaba bien escondido. - alardeo Katherine de su descubrimiento, a lo que yo revolee los ojos. Seguía molesta con ella por las cosas que dijo.
-Voy a cocinar una sopa, ¿Gustan?
-Claro. - hablo animadamente mi amiga. Y me miro con los ojos abiertos para que responda.
-Seguro. - afirme de mala gana.
Las charlas continuaron animadamente, la lluvia había culminado pero la noche nos acechaba por lo que decidimos quedarnos allí hasta el amanecer.
Nunca supe en que momento nos quedamos dormidas, pero desperté en medio de la noche y tras enfocar un poco, en medio de la oscuridad lo veo a Belmont desnudo, sentado en cuclillas, rodeado de velas y recitaba palabras en lo que parecía latín. Mi corazón se aceleró cuando note que frente a él se encontraba un pentagrama.
La sacudo a Katy, esperando despierte sigilosamente, pero ese no fue el caso, se quejó en voz alta lo que alerto al extraño sujeto.
-Oh no despertaron, tenía que haberle puesto más dosis a la sopa. Hacen mi trabajo más difícil.
Y sin previo aviso se lanzó sobre nosotras con una cuchilla, logramos correr lejos de él, pero rápidamente nos alcanzó. Comenzó una lucha en ese cuarto. Yo acorralada contra la pared, luchando con los brazos de mi agresor y mi amiga intentando golpearlo por la espalda.
En un momento de fuerza sobrehumana logro empujarlo y salimos corriendo escaleras abajo. Este nos seguía por toda la casa, corríamos muebles, sillas para atrasar su paso, en lo que intentábamos encontrar una salida.
Belmont nos gritaba en latín y una sola frase en inglés "Voy a ascender"
Ya no quedaban habitaciones donde correr, miro la pared que se encontraba frente a mí, en lo único que podía pensar en ese momento era en mis hijos. Cuando veíamos nuestro final inminente escucho un fuerte golpe tras de nosotras y volteo. Un extraño sujeto encapuchado había acorralado a nuestro agresor contra una pared y lo golpeaba copiosamente.
Quede congelada, era él, aquel sujeto del día de la memoria de Christopher, el que me había guiado hacia el pequeño Dylan. Katy me toma del brazo y salimos de allí velozmente. Al salir me percato de que los muebles que trababan la puerta ya no estaban. Dudaba que aquel misterioso sujeto los haya sacado, ¿Acaso Belmont esperaba a alguien más?
Corrimos de regreso, con la esperanza esta vez de dar con el camino que nos guiaba a la ruta; pero lo que encontramos era mucho mejor, dos patrullas de la policía de Castle Combe, mi marido con su usual traje de detective, con arma en la cintura, Brandon fue el primero en vernos llegar y me lanzó una de sus características miradas de reproche. Joaquín en cambio se acercó a mí y me encerró en sus brazos, mientras me cubría con una manta verde.
Jordan también se encontraba allí, se acercó a nosotras.
- ¿Se encuentra bien jefa?
-Sí, tranquilo, solo fue un susto.
- ¿Y usted señorita? - dirigiéndose a Katy, la cual me mira y con mi mirada noto que no debía decir nada. - Si, solo fue un susto. - Y tras esta respuesta Jordan la cubrió con una manta.
Nos metieron en una patrulla. Mis pensamientos estaban en aquel encapuchado y en si se encontraba bien. Solo esperaba volver a verlo.
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