Incondicionalmente enamorado

Otra convención aburrida que tengo que soportar por el bien de la empresa, acabo de cumplir treinta y dos años y estoy harto de esto. Tengo el dinero suficiente como para dos vidas y aun así algo me impide mandarlo todo a la mierda, debo ser adicto al trabajo o será la erótica del poder. Aunque nada de eso es cierto, en el fondo sé que no tengo vida aparte de mi trabajo. Mis relaciones amorosas duraderas son nulas, no me gustan las complicaciones. El único hombre que me ha atraído como para plantearme algo más de una noche ha sido Fluke Natouch, pero el muy idiota se ha enamorado de un poli de Bangkok y ahora está fuera de mi alcance. Ese chico es demasiado intuitivo y huyó de mí mientras pudo, claro que es un agente del MI6 y huir del peligro es su especialidad.

Y eso me deja aquí hoy, en la exposición de un nuevo artista que la fundación Suppasit ha acogido bajo su ala y su dinero. Por lo que me comentó mi secretaria acerca de él es un prometedor pintor Tailandés, veintitrés años recién cumplidos y de carácter afable. Cojo una copa de champán que me ofrece un camarero y desfilo entre las obras expuestas buscando eso que tanto ha enamorado al público en general.

Son obras coloridas de pinceladas limpias y transmiten una paz y sosiego estremecedores. Casi toda su obra es así, fresca y reconfortante, pero entonces tropiezo con una pieza distinta a las demás. Las pinceladas se han vuelto frenéticas, con colores más oscuros y neutros, casi negros. La figura central parece un chico joven sentado a horcajadas sobre otro hombre. Su cabeza está estirada hacia atrás y su boca abierta en un grito de placer. El resto del cuadro está desenfocado, nada le hace sombra a la figura central, es toda pasión y lujuria. Se me ha puesto dura solo de contemplarlo cinco minutos, es una pintura espléndida.

Estoy tan extasiado contemplando la obra que no me doy cuenta de que un chico joven está a mi lado mirándome con ojos calculadores.

-Es totalmente estremecedora - le digo intentando recuperarme del impacto.

-Estoy de acuerdo, creo que es mi mejor obra - me contesta con una sonrisa.

-¿Eres Gulf Kanawut? - le pregunto observando al chico de ojos castaños y pelo negro como el carbón. Su piel es del color de la miel, dorada y suave. Se parece mucho a la figura del cuadro.

-Así es, y tú eres Mew Suppasit - me dice tranquilamente.

-¿Nos conocemos? - le pregunto, a lo mejor me lo han presentado y no lo recuerdo.

-No tengo el placer, pero es usted un empresario famoso y el mecenas de mi obra, así que yo tengo el deber de conocerlo - me explica.

-Realmente es la fundación de la empresa quien representa tus intereses, pero me alegro de conocerte, tu obra es magnífica - le digo sinceramente.

-Gracias, me alegro de que estés de acuerdo con el director de la exposición, realmente esperaba que fueses más crítico con mi trabajo - me dice.

-Sé que tengo fama de duro, pero nada más lejos de la realidad - le contesto con una sonrisa.

-¿Entonces es solo una fachada, señor Suppasit? - me pregunta.

-Digamos que una carta de presentación, para que los posibles socios sepan que su dinero estará a salvo conmigo, y por favor llámame Mew - le digo.

-Muy bien Mew. ¿Cuál es tu obra favorita hasta el momento?

-Creo que esta de aquí, ¿quién es el modelo? - tengo una idea de quién es, pero quiero escucharlo de sus preciosos labios.

-Es un autorretrato - me confirma lo que yo ya sospechaba.

-¿Y quién te acompaña? - me atrevo a preguntarle.

-Nadie en particular, me centré en mi placer, puede ser cualquiera, podrías ser tú - me dice y tengo que tragar duro para no babear en ese mismo momento.

-Muy interesante, quieres que todo hombre que mire esta obra, pueda imaginar lo que sería tenerte en su cama - le digo.

-No a mí, a lo que creen que representa ese chico entregado al placer, sin pensar en nada más - me responde seriamente.

-No quería ofenderte - le contesto, quizá haya ido demasiado lejos con mi comentario.

-No me ofende, al contrario, me halaga que pienses que puedo ser tan deseable - me responde tranquilamente, está claro que este chico no es de este mundo.

-¿Y qué dirías si tu mecenas te invita a cenar después de los apretones de manos correspondientes y las obligadas sonrisas a los posibles compradores? - le pregunto tanteando el terreno.

-Pues que me encantaría acompañarlo a cenar - me dice y después se retira a hablar con un hombre mayor que le pregunta por otra de sus obras.

El tiempo después de eso se ralentiza de manera brutal. Veo como Gulf acapara la atención de todos en este salón. Un hombre atractivo se le acerca preguntándole por el autorretrato con una mirada voraz, Gulf le dice que ese cuadro ya está vendido y lo despacha muy gentilmente. Tengo que admitir que ese gesto me produce una gran satisfacción, Gulf Kanawut va a ser mío como sea. Lo quiero en mi cama y sé que él también lo quiere, lo he visto en sus ojos y en su forma de hablarme. Quedan pocos minutos para que se acabe la exposición, hago una última llamada a mi secretaría para cerciorarme que ha cumplido el encargo que le hice y me dirijo directamente a la salida del local a esperar a mi cita de esta noche.

-¿Listo para la cena, Mew? - me pregunta sobresaltándome un poco.

-Listo cuando lo estés - le respondo intentando mantener el control.

Gulf deja escapar una risa preciosa que hace temblar su esbelto cuerpo. Tengo que controlarme o esto se me va a ir de las manos. Le hago una señal al joven que hoy está de aparcacoches para que traiga mi coche, cuando lo hace le dejo una buena propina y le doy las gracias, después abro la puerta del copiloto e invito a Gulf a subir.

-Que caballeroso, muchas gracias - me dice con un guiño.

-¿Dónde te apetece que vayamos? - le pregunto.

-Sorpréndeme, Mew - me responde con una voz sensual que está acabando con mis sentidos, me encanta como suena mi nombre de sus labios, y como sea tengo que oírlo cuando esté dentro de él.

-Inglaterra no es famosa por su gastronomía, pero conozco un restaurante Tailandés que es magnífico, ¿te apetece comer algo de nuestro país? - le pregunto.

-Eso sería estupendo, echo de menos la comida de casa - me dice cerrando sus ojos, imaginándose los manjares que tenemos en Tailandia.

Marco el teléfono de mi secretaria y le pido que reserve mi mesa de siempre en el "Thai Flavor" y recorro las estrechas calles de Londres hasta llegar a nuestro destino.

El restaurante está en un pequeño local en el Soho londinense, conozco a la dueña desde que me mudé para llevar nuestra sucursal en esta ciudad. Hwa es una excelente cocinera y mejor anfitriona. En cuanto entramos por la puerta nos recibe ella misma, me da un cariñoso abrazo y un sonoro beso, no puedo decir que sea una mujer discreta.

-Bienvenido Mew, tu mesa está preparada, pasen y enseguida les llevo la carta - me dice y yo obedezco guiando a Gulf por el local hasta mi reservado al fondo, me gusta la intimidad de este lugar. Nunca se sabe cuándo aparezca alguien con su cámara de fotos y acabe en los noticiarios al día siguiente.

-Este local es fabuloso, me encanta la decoración, es como volver a Bangkok por un momento - me dice Gulf.

-Ya verás cuando pruebes la comida, es exquisita - le respondo contento de que le guste mi elección de restaurante.

En cuanto nos sentamos un camarero coge nota de las bebidas y dos minutos después Hwa nos trae sendos menús para que escojamos lo que nos apetezca.

-Hwa este es Gulf, es compatriota y me gustaría que cuando pruebe tu comida lo traslades a Tailandia - le digo señalando a mi atractivo acompañante.

-Encantada de conocerte Gulf, te recomiendo entonces nuestro menú degustación, te prometo que no te arrepentirás - le dice con una sonrisa.

-Entonces me fiaré de ti, Mew dice que tu comida es fabulosa, así que estoy seguro que me encantará - le responde dulcemente, este chico me va a volver loco, ya lo puedo intuir.

Hwa anota el pedido y se despide deseándonos una buena velada. Y vaya si lo es, comemos estupendamente y conversamos de todo un poco. Gulf es una caja de sorpresas, ha vivido solo desde muy joven, perdió a sus padres a los ocho años y vivió con sus abuelos hasta los dieciocho. Después decidió estudiar Bellas Artes, cosa que ellos no aprobaron, por lo que tuvo que trabajar para acabar sus estudios. Hasta hace poco exponía en una pequeña galería del centro, pero un día uno de mis socios vio su trabajo y le encantó, y ahora estamos aquí cenando juntos.

Gulf es un chico magnifico, trabajador, sensible y muy dulce, tanto que me siento culpable por los pensamientos, poco honestos, que tengo cada vez que mete el tenedor en su boca carnosa. Es delicioso en todos los aspectos, aunque él parece no percatarse de lo que causa en mí.

-Ya te he contado toda mi vida, ahora cuéntame algo de Mew Suppasit, algo que no salga en los periódicos - me dice acercándose más a mi cuerpo, como si buscara una confidencia que nadie más pudiera oír.

-Odio las fiestas ostentosas y a las personas interesadas - le susurro al oído.

-Qué bueno que a mí no me gusten las fiestas y que no sea una persona interesada - me dice mordiendo otro trozo de papaya, dejando que un poco de su jugo ruede por la comisura de sus labios. Sin casi pretenderlo limpio con mi dedo el líquido goteante y él me sorprende metiéndoselo en la boca y chupándolo hasta dejarlo limpio. Casi me corro en los pantalones como un puñetero adolescente, es terriblemente sensual y creo que la inocencia que irradia no es, del todo, real.

-Gulf, te deseo - le suelto sin más, se acabaron los juegos, quiero saber a qué atenerme con él.

-Lo sé, y yo a ti - me suelta sin ruborizarse.

-¿Y eso significa? - le pregunto, quiero oírlo de sus labios.

-Eso significa que desde que te vi admirando mi cuadro no he podido dejar de pensar en cómo sería estar en tu cama, como sería que tus preciosas manos recorrieran mi cuerpo - me dice tan fresco y yo solo puedo tragar duro para controlarme y no sacarlo de este local para llevarlo a mi casa ahora mismo.

-Yo no dejo de pensar en cómo sería tenerte como en tu cuadro y ser el responsable de tus gemidos de placer, quiero eso que me dijiste, quiero no pensar y disfrutar de ti - le digo, ya que estamos siendo sinceros no pienso cortarme.

-Entonces no sé qué hacemos aquí todavía - me responde con su boca a un milímetro de la mía.

Se acabaron las sutilezas, dejo un par de billetes sobre la mesa para pagar la cena, cojo a Gulf de la mano y lo guio hasta la salida, lo meto en el coche y acelero por la avenida hasta mi apartamento.

En Londres vivo en un ático con entrada privada, el ascensor sube directamente hasta el salón de mi casa. Dejo el coche en el aparcamiento subterráneo, arrastro más que nada a Gulf hasta el ascensor, introduzco el código de seguridad y el ascensor empieza su lenta subida hasta el piso 18.

Mi respiración se agita con la anticipación, Gulf toca mi mano, me giro inmediatamente y estampo mis labios con los suyos. Es mucho mejor de lo que me esperaba, dulce, jugoso y sensual.

Mis manos se aferran a su cintura y él enreda sus dedos en mi pelo tirando hacia él juntándonos un poco más. Cuando el ascensor se abre empujo a Gulf dentro del apartamento, él me afloja la corbata y se deshace ella. Después de eso es mi camisa la que desaparece por completo. Gulf se detiene un segundo para admirar mi cuerpo, después se quita la camisa que lleva puesta para dejarme ver su preciosa piel del color de la miel.

-Quítatelo todo Gulf, ahora - le exijo, no puedo esperar a que su piel toque la mía. Él da un paso atrás y se quita los pantalones y el bóxer negro que trae. Mi boca se hace agua con su bien torneado cuerpo, sus piernas son largas y tiene un culo hecho para el pecado.

-Tu turno señor Suppasit - me dice llevando sus manos a mi cinturón y su boca a la mía. Su lengua se enreda con mi lengua y sus dedos se meten en mis pantalones rodeando mi polla ansiosa.

-Eres totalmente hermoso, pero eso ya lo sabes - le susurro.

-Solo puedo asegurarte, que tú eres lo más sexy que he visto jamás, pero eso ya lo sabes - me responde quitándome los pantalones y el bóxer.

Ahora estamos en igualdad de condiciones, desnudos, excitados y sin ningunas ganas de parar. Mis manos se posicionan debajo de su magnífico trasero y él enreda sus largas piernas en mi cintura. De esta manera lo llevo hasta mi habitación y de ahí al cuarto de baño anexo. Lo dejo sentado en la encimera y preparo el agua de la ducha a una temperatura agradable.

-Mientras comíamos he pensado en cómo se vería tu piel brillante rebosante de gotas de agua, y ahora lo voy a averiguar - le digo mientras vuelvo a besarlo salvajemente.

Y como he predicho su piel se ve deliciosa bajo el agua de la ducha. Gulf frota su erección contra la mía arrancándome un grito de placer, después chupa mi mandíbula hasta mi cuello, baja con su lengua saboreando todo a su paso. Cuando acaba de rodillas frente a mí, creo que no sobreviviré a esta noche. Su lengua revoltosa juega con mi glande y después desciende todo el camino hasta mis pelotas, que lame como si fuera su postre favorito. Dejo que mi espalda se apoye en la pared de fríos azulejos y abro un poco mis piernas para afianzarme, no estoy seguro de aguantar de pie si sigue por ese camino.

Su boca es como el terciopelo, suave y caliente, mis caderas no pueden frenarse y se mueven rítmicamente fuera y dentro de su boca haciéndome gemir. No quiero esto se me vaya de las manos así que aflojo el ritmo y lo ayudo a ponerse en pie.

-Eres perfecto precioso, pero si sigues así no podré tenerte como quiero, así que date la vuelta y ofréceme ese increíble culo que tienes - le pido dejando que apoye sus manos en la pared y alce su dulce culito hacia mí.

Recorro la curva de su espalda y sus nalgas con suavidad, me encanta el tacto de su piel contra mi mano. Agarro el lubricante que tengo en el baño y lo esparzo entre mis dedos, después los restriego por su grieta hasta su pequeña entrada. Él abre más sus piernas en señal de que está preparado para lo que ha de venir. Deslizo un dedo dentro de él y un gemido sordo deja su garganta y se clava en mi polla que ya está dolorosamente dura. Un rato después voy con dos dedos que entran fácilmente, su interior es cálido y se aprieta alrededor de mis dedos con delicadeza. No puedo esperar a tener esa sensación alrededor de mi polla.

-Vamos Mew, deja de torturarme, los dos sabemos que te mueres por meterme esa preciosa polla, así que hazlo de una vez - me exige empezando a masturbarse lentamente.

Retiro la mano de su erección y la sustituyo por la mía, mientras que con la otra mano dirijo mi polla hasta su entrada empujando con firmeza hasta que estoy dentro hasta las pelotas.

Un grito de placer se escapa de esos labios carnosos de los cuales no me canso, así que lo taladro sin piedad mientras mi mano sube y baja por su preciosa polla y mis dientes se clavan en su boca y en su cuello. Me siento salvaje a su lado, Gulf saca todo la pasión de mi interior y la hace explotar en mil pedazos.

Esto finalizará pronto, noto como mi orgasmo se va formando, y el suyo es inminente también. Pero no quiero que esto se acabe así, necesito tenerlo cabalgando sobre mi regazo mientras miro su precioso rostro extasiado de placer.

-Gulf pequeño, te quiero en mi cama - le digo cerrando el agua y llevándolo hasta mi habitación.

Me tumbo de espaldas y le indico que se suba sobre mi regazo. Él estira una pierna para pasarla por encima de mi cuerpo y agarra mi erección para guiarla todo el camino hasta su interior. Cuando toca fondo un suspiro de verdadera lujuria deja su boca de fresa.

-Ahora quiero ver y sentir todo eso que sentí al ver tu obra, quiero a ese joven que disfruta sin pensar en nada más - le pido, con la voz ronca por el deseo que le tengo.

Sin decir una palabra Gulf empieza a saltar sobre mi polla como si hubiese nacido para eso, encajamos tan bien, es como si hubiésemos estado juntos por años. Gulf arquea su espalda apoyando una mano entre mis piernas, deja caer su cabeza hacia atrás y en ese ángulo encuentra el ritmo y el sitio ideal para morir de placer, y hacer que yo muera con él.

-Es fantástico Mew - me dice respirando aceleradamente.

-Estoy cerca precioso, te mueves tan bien, como si hubieses nacido para follarme - le digo cogiendo su goteante erección entre mis dedos.

-Estoy en el borde Mew, no puedo más - me advierte acelerando sus movimientos. Entonces su cuerpo se tensa por completo y su semen sale disparado entre mis dedos hasta mi pecho y abdomen. Su cara de perfecto éxtasis es tan hermosa como había imaginado, mucho más que en su cuadro. Sus paredes se estrechan tanto que ya no puedo parar, me corro gritando su nombre en el orgasmo más intenso que he sentido en muchísimo tiempo, es casi como si nunca hubiese estado con alguien antes que él.

Nos quedamos un rato uno encima del otro intentando recuperar el ritmo de nuestra respiración. Gulf se deja caer a mi lado en la cama y yo no puedo evitar rodearlo con mis brazos.

-Ha sido fantástico, mucho mejor de lo que lo había imaginado - le digo besándolo suavemente.

-Es verdad, conectamos muy bien - me dice con esa sonrisa que hace a mi corazón latir con fuerza. Esto no es normal en mí, debo poner las cosas en claro con él.

-Gulf, yo no soy un hombre de relaciones - le explico.

-Qué lástima, porque yo, sí lo soy - me dice levantándose de la cama y recogiendo su ropa que está desperdigada por toda la casa.

-¿Dónde vas? - le pregunto levantándome también a asearme un poco.

-Bueno Mew, como has dicho no eres hombre de relaciones y yo no me acuesto con cualquiera, si esa relación no va a ninguna parte, así que supongo que nos veremos por ahí - me dice tranquilamente terminando de vestirse.

-Espera un momento y te llevo a donde quieras, no hace falta que te vayas ahora - balbuceo, esto no está saliendo como había previsto.

-Mi vuelo sale temprano, cogeré un taxi no te preocupes - me dice.

-¿Vuelo, a dónde? - le pregunto.

-A Madrid, vivo allí señor Suppasit, solo he venido a la exposición, pero algo en ti me atrajo tanto que no he podido evitar... esto - me dice señalando toda mi casa.

-Quiero volver a verte Gulf - le digo, no sé qué hacer para mantener el contacto con él, esto es muy confuso para mí.

-Lo siento mucho Mew, pero ya te he dicho que no quiero relaciones de solo sexo, no es lo que busco. Así que, si no vas a ofrecerme algo más que eso, es mejor dejarlo aquí. Me ha encantado conocerte, Señor Suppasit - me dice y después deja un pequeño beso sobre mi boca.

Me quedo paralizado sin saber que decir o hacer, por regla general soy yo quien me escabullo de la casa de mis amantes, pero con Gulf no he podido evitar meterlo en mi casa y en mi cama. Así que solo me quedo pasmado viendo cómo se mete en el ascensor y sale de mi vida sin dramas ni peleas, tan silenciosamente como entró, se ha ido dejándome un vacío interior tan profundo que me deja sin respiración.

****

Una semana después de que Gulf saliera de mi vida, ha llegado mi última adquisición. Su cuadro preside ahora el salón de mi casa. Cada vez que lo miro mi mente navega por esa memorable noche en que tuve la suerte de tenerlo en mi cama.

Junto al cuadro me ha llegado el dossier que le pedí a mi abogado sobre Gulf Kanawut. Vive en Madrid, tiene una pequeña galería de arte donde está también su estudio. Viaja a menudo a Londres a visitar la galería donde expone en esta ciudad. Tengo su teléfono, su correo electrónico y su dirección en Madrid, sus redes sociales son todas profesionales, su cuenta de Instagram tiene casi un millón de seguidores, casi lo mismo que su cuenta de Twitter. Por lo que he podido averiguar no tiene perfil de Facebook, ni en ninguna red social a título personal.

Gulf es un hombre especial, eso está claro, pero no sé qué mierda me pasa que soy incapaz de coger el teléfono y llamarlo o mandarle un mensaje. Mi comportamiento es tan extraño, hasta para mí.

Decido que esta noche saldré a despejarme, iré al club en busca de algún chico guapo que me quite esta sensación de vacío que siento desde que Gulf no está.

Me ducho y me visto para la ocasión, pantalón negro y jersey del mismo color. Me miro en el espejo y veo a un hombre atractivo y triunfador que puede tener a quién quiera. Pero sé que eso no es verdad, porque el hombre que quiero me ha dado calabazas y ha puesto kilómetros entre nosotros.

Aparto a Gulf de mis pensamientos y llamo a mi chófer, quiero beber así que no estaré en condiciones de conducir. Recibo un mensaje de que mi coche ha llegado, cojo mi cartera y mi teléfono móvil y salgo por la puerta.

El club está especialmente tranquilo esta noche, veo algunas parejas tras las cortinas en multitud de posiciones. Camino tranquilamente a través de las diversas salas hasta mi favorita, la sala azul. Aquí siempre encuentro a algún chico atractivo dispuesto a ser mi diversión por una noche.

Me siento en el sofá de terciopelo del centro de la estancia y en menos de cinco minutos dos preciosos chicos rubios y de ojos azules se arrodillan a mi lado. Son realmente hermosos, de piel blanca y perfecta, además parecen muy sumisos.

Me acerco a uno de ellos y paso mi mano por su precioso pelo color del oro. Enseguida lo tengo en mi regazo restregándose contra mi polla. El otro chico está sentado a mi lado con su lengua recorriendo mi cuello. Ellos apenan llevan ropa, solo pequeños bóxeres negros que hacen resaltar la blancura de sus pieles.

En cualquier otro momento, estaría disfrutando metiéndole mi polla en la boca a uno de ellos, mientras saboreo la preciosa piel del otro. Los llevaría atrás y los follaría hasta quedarme satisfecho, pero esta noche es diferente. No me atrae la idea de sexo fácil tras una cortina, quiero la pasión de mi noche con Gulf, sentir como se quiebra de placer entre mis brazos. Pensar que ese ser espléndido pudiese estar en cualquier otro lugar, pero ha elegido estar conmigo, esa sensación de triunfo, cuando mi nombre sale de su boca mientras cabalga su orgasmo.

Suelto una maldición y me levanto del sofá apartando a los dos chicos de mí.

-Señor, ¿hemos hecho algo mal? - me pregunta el que parece mayor de los dos.

-No precioso, los dos son hermosos, un sueño hecho realidad para cualquiera, pero esta noche no estoy de humor, por favor acepten mis disculpas y mi invitación para que puedan usar los servicios que ofrece este club, todo a mi cargo por supuesto. Les abriré una cuenta, por favor disfruten de la noche.

-Gracias señor, espero mejore su humor pronto y si cambia de opinión ya sabe dónde estamos - me dicen y se levantan para seguir recorriendo el club.

Hablo con el encargado y le digo que les abra una cuenta a mi cargo a los dos chicos y llamo al chofer para que venga a buscarme. Esta noche ha sido un fracaso total, no he conseguido sacarme a Gulf de la maldita cabeza.

****

Una semana desde que me fui de Londres dejando a mi sueño hecho hombre atrás. He dormido bastante mal estos días, lo que he aprovechado para trabajar. La noche tiene algo que despierta mi inspiración. Miro el cuadro en el que estoy trabajando, mis pinceladas son erráticas, los colores que mezclo son todos grises. Un hombre sin rostro abarca todo mi pensamiento, ese hombre arremete con toda mi vida y la destroza por completo. Mis convicciones, mi pensamiento sobre el sexo o el amor salen por la ventana cuando pienso en sus manos sobre mi cuerpo. Por eso tuve que huir de ese apartamento, no quiero ser el amante de Mew, lo quiero todo con él, y no pienso conformarme con menos. Sin embargo, me dejó bien claro que no tiene nada para mí, por lo tanto, lo mejor para mi corazón es olvidarlo.

Y lo he intentado con todas mis fuerzas, pero Mew se mete en mis sueños, guía mi mano cuando pinto, está en todo lo que hago y eso me hace complicado el poder sacarlo de mi sistema.

Mild me ha dicho que lo mejor es darme un revolcón con alguno de mis múltiples admiradores, pero esa no es la solución, precisamente porque no quiero relaciones vacías es por lo que tengo este problema en primer lugar.

Así que hago lo que he hecho siempre para superar mis miedos y tristezas, pintar lo que mi alma y mi corazón sienten.

****

He pasado una noche horrible, he dado mil vueltas en la cama solo para quedarme dormido a las dos de la mañana y soñar con Gulf Kanawut.

Me obligo a levantarme a las ocho y ponerme en marcha. Me ducho, me visto y desayuno algo ligero. Entonces pienso que a lo mejor Gulf puede tener algunas obligaciones que le hagan volver a Londres y así tener una oportunidad de verlo una vez más.

Decido centrarme en el trabajo y esperar que Gulf vuelva a Londres, entonces tendré mi oportunidad o eso me digo a mí mismo.

Mis días son todos iguales, me levanto, me voy a trabajar y vuelvo a casa agotado física y mentalmente. Lo peor de todo son las noches, Gulf se adueña de mis sueños y casi siempre me despierto con su imagen mientras se cierra la puerta del ascensor dejándome una fría sensación en mi pecho. Ha pasado un mes, un largo mes en el que me he cuestionado mil y una cosas sobre mi forma de ser y mis convicciones respecto al sexo y el amor. ¿Cómo es posible que tan solo una noche con Gulf haya bastado para que se tambaleen los cimientos de mi estilo de vida?

Llamo a mi secretaria y le pido la agenda de Gulf, las próximas citas que vaya a tener con la fundación. Me dice que por el momento no tiene nada previsto, en la última exposición vendieron todos los cuadros y Gulf está trabajando en su próxima colección, pero eso puede tardar meses. Gruño frustrado con el mundo por no echarme una mano con este hombre singular.

- ¿Estás bien jefe? - me pregunta mi secretaria al oírme maldecir.

-Estoy bien Lorel, solo un poco cansado - le miento descaradamente.

-Si tú lo dices - me responde, no me ha creído ni por un momento.

-Bien, a la mierda. Lorel consígueme un billete en el primer vuelo que salga para Madrid, alquila un coche que tenga GPS y que programen la dirección de la casa y el estudio de Gulf en él. Avísame con el horario por favor - le ordeno.

-Muy bien, enseguida me pongo, ¿el hotel de siempre? - me pregunta.

-Sí, por favor.

- ¿Cuántos días estarás?

-No lo sé, de momento dos semanas, pero podría alargarse. Así que pasa mi agenda de estas dos semanas a Henry y después vamos viendo - le digo.

-Muy bien, te mando un mensaje con los detalles cuando los tenga, buen viaje jefe - me dice en tono burlón, pero no entro al trapo, no tengo tiempo para eso, así que cuelgo y empiezo a preparar mi maleta.

El vuelo de casi tres horas a Madrid se me hace eterno, pero todavía no sé qué voy a decirle a Gulf. ¿Qué carajo le voy a decir si, ni yo sé que es lo que estoy haciendo? Dejo que mi instinto me guíe y ya veremos cómo sale cuando lo tenga delante.

Recojo el coche de alquiler y me decido por ir primero a su casa, pienso en llamarlo, pero no sé si querrá verme, así que descarto la idea y conduzco por el tráfico mortal del centro de Madrid.

Cuando llego a su casa me encuentro un antiguo almacén reconstruido como vivienda, toco en la puerta de metal rojo, pero no obtengo respuesta. Lo intento por segunda vez llamando a Gulf, otra vez sin respuesta. Entonces una chica de cabello rubio y rizado se asoma por la puerta frente a la de Gulf.

- ¿Buscas a Gulf? - me dice en español, idioma que no domino del todo bien, pero me apaño para preguntarle si sabe dónde está.

-Hace varios días que no aparece por aquí, debe estar trabajando en su estudio. Siempre pasa cuando le da la inspiración puede pasarse una semana sin pasar por aquí - me responde. Le doy las gracias y pongo rumbo a su estudio.

Su taller está en una zona un poco alejada del centro, el barrio es muy colorido, muchas cafeterías y pequeñas galerías de arte salpican las calles. Parece un sitio muy agradable donde trabajar. Aparco a un par de manzanas de la dirección de su galería y camino un poco hasta llegar. El edificio donde está la galería de Gulf consta de un local en la planta baja y lo que parece un loft en la planta alta. La chica de recepción me dice que Gulf está trabajando y que ha pedido que no lo molesten.

-Por favor, puedes decirle que soy Mew Suppasit, he venido desde Londres exclusivamente para hablar con él - le pido.

-Joder, ¿tú eres Mew? - parece que les ha hablado de mí, espero que no les haya contado lo capullo que fui.

-Sí - le contesto.

-Espera un momento aquí, por favor - me dice y sube por una escalera de metal fundido que hay en un lateral del local.

Diez minutos después un Gulf con cara de sorpresa baja por la misma escalera, se acerca hasta mí y me saluda educadamente. Su hermosura es tan radiante como la recordaba, su pelo negro está salpicado de pintura, así como su camiseta azul y sus vaqueros rasgados, está totalmente hermoso.

-Hola Mew, ¿qué haces aquí?, ¿algún problema con la exposición? - me pregunta.

-Hola Gulf, estoy aquí a título personal, no tiene nada que ver con la fundación, ¿podemos hablar en privado por favor? - le pido.

-Claro, subamos a mi estudio - me dice y me guía escaleras arriba hasta el loft donde se ubica su zona de trabajo.

Un gran ventanal preside la estancia que baña de luz natural todo el espacio diáfano. En una esquina hay una cama antigua de hierro forjado y una pequeña zona que sirve de cocina y comedor, el resto de la estancia es su taller. Lienzos de todos los tamaños en diversas etapas de creación abarrotan el espacio, pintura, pinceles y disolventes se distribuyen en las estanterías del fondo. Es un lugar espléndido para trabajar, la esencia de las obras de Gulf está en este lugar, puedo sentir la vibración y la pasión que rezuman sus cuadros, en el aire.

-Este lugar es fantástico Gulf - le digo sinceramente.

-Gracias es mi lugar favorito del mundo - me dice con una sonrisa.

-No me extraña.

- ¿A qué has venido, Mew? - me pregunta directamente.

-En realidad... ni yo mismo lo sé - le respondo.

-Creo que te dejé clara mi postura - me dice.

-Sí, tú dejaste clara tu postura, pero por lo que parece la mía no está del todo clara, ya ni para mí - le respondo.

-No entiendo, me dijiste que no eres un hombre de relaciones cuando apenas habías salido de mí, así que tu postura quedó clarísima como el agua - me suelta, creo que se está empezando a cabrear, así que tengo que decirle lo que he sentido este tiempo sin él, necesito que sepa que necesito tenerlo conmigo.

-Fui un gilipollas, me dijiste que conectábamos de una manera especial y me entró el pánico, pero en este largo mes sin verte me he dado cuenta de muchas cosas - le explico.

- ¿Cómo cuáles? - me interroga, está claro que quiere oírme decirlo.

-Después de ti, mi percepción del sexo ha cambiado, me he dado cuenta que el sexo vacío no es suficiente para mí. Contigo he visto lo que realmente hacen los sentimientos cuando estás con alguien a quien respetas. Siempre pensé que tener una relación exclusiva cortaba mi libertad y ahogaba mis expectativas, pero contigo he sabido que si es con la persona correcta el amor es algo que te eleva, que te hace ser mejor persona con ganas de comerte el mundo. También te confieso que pueblas mis sueños y no puedo sacarte de mi cabeza, quiero sentir otra vez, todos los días lo que sentí esa noche, la plenitud de saber que estoy con alguien especial que me ha elegido a mí por encima de otros, que realmente ve más allá de esta fachada de hombre del momento - le explico todo lo que ha rondado mi mente últimamente.

-Eso es mucho pensar para un mes - me dice con una sonrisa.

-Te sorprendería el tiempo que puedes tener cuando no duermes en absoluto - le respondo devolviéndole la sonrisa.

-Bueno, tampoco he dormido mucho, pero ha sido bastante productivo, ¿quieres ver en lo que estoy trabajando?

-Claro - le respondo y le sigo por el estudio hasta un caballete que tiene un lienzo cubierto con una manta. Cuando destapa la obra mi boca se abre intentando respirar con normalidad.

Su obra muestra a un hombre sospechosamente parecido a mí que con sus manos poderosas abraza a un chico sospechosamente parecido a Gulf. La cara del chico más joven es el verdadero retrato del dolor, atrapado en los brazos del hombre más mayor mientras intenta escapar por todos los medios. Un escalofrío recorre mi columna vertebral porque, aunque parezca que quiere huir, sus manos se aferran a los brazos del hombre con fuerza, como queriendo fundirse con él. Puedo sentir la lucha interna entre lo que sabe que tiene que hacer, que es huir de ese hombre que puede ser su perdición, o aferrarse a él y amarlo sin condiciones, es totalmente sobrecogedor.

-Es lo mejor que has pintado hasta ahora, es precioso Gulf - le digo sinceramente.

-Es lo que me haces sentir Mew Suppasit - me dice y yo no puedo tenerlo lejos por más tiempo, así que lo abrazo con fuerza y hundo mi cara en su cuello para oler su particular olor a pintura y a Gulf.

Gulf se cuelga de mis caderas de un salto y me indica que lo lleve hasta la cama de hierro del fondo.

Su jugosa boca se enreda con la mía, no puedo evitar comérmelo, literalmente. Dejo que el fuego que me quema por dentro lo devore a él también. El beso se vuelve desordenado, hambriento, todo dientes y lengua, su saliva chorreando por el borde de mis labios o de los suyos, no sé dónde empiezo yo y acaba él.

Caemos enredados sobre la cama y cómo puedo me deshago de su ropa, me estorba mucho, solo quiero sentir su piel contra la mía.

-Estas demasiado vestido señor Suppasit - me dice mirándome desde abajo con esa cara inocente que encierra a un diablillo de lo más seductor.

-Cuidado Gulf, no sabes lo que me haces cuando me llamas señor, puede que no te guste - le advierto.

-No creo que haya algo de ti que no me guste, así que podemos probar señor Suppasit - sigue provocándome, y yo nunca me echo para atrás ante una provocación.

Me quito la corbata y la camisa que llevo puesta y me deshago de mis pantalones, pero mantengo de momento la ropa interior, necesito alguna barrera que impida que lo haga mío sin miramientos.

-Bien precioso, lo primero que tienes que entender es que, si yo soy tu señor, tú eres mi esclavo y los esclavos nunca desafían a su dueño - le digo mientras le doy la vuelta y ato sus manos al cabecero de hierro con mi corbata. Gulf está tranquilo en todo momento, me deja hacer y eso me enciende más si acaso es eso posible.

Y ahora tengo ante mí el sueño húmedo de cualquier persona, toda la suave y dulce piel de Gulf para mí. No puedo evitar pasar mis manos por sus costados y bajar hasta la curva de su espalda. Me posiciono detrás de él y lamo su columna vertebral hasta el comienzo de sus nalgas. Su piel se estremece y eso hace latir mi corazón desenfrenadamente. Gulf se retuerce y gime de placer, entonces sin mediar palabra le doy un cachete en su precioso culo que se pone rojo al instante.

-No te muevas precioso, ahora el ritmo lo marco yo - le ordeno con mi voz más autoritaria.

-UMM - me responde.

-Palabras Gulf, quiero oírte decirlo - le insisto.

-Sí, señor - me dice.

-Eso está mejor, lo haces muy bien precioso - lo halago.

Sigo mi particular tortura por su cuerpo, lamo su cuerpo saboreando la sensación de sacarle los sonidos más eróticos que he escuchado nunca. Pero cuando abro sus nalgas y meto mi cara entre ellas Gulf gruñe como un pequeño animal, eso me encanta. Lamo su entrada suavemente mientras con mi dedo exploro su interior, le gusta la intrusión porque mueve sus caderas en busca de más.

Dejo de lamer y saco mis manos de su interior y un gemido lastimero sale de sus preciosos labios, esos labios carnosos y rojos por mis besos que quiero darles un mejor uso.

-Te dije que no te movieras Gulf - le digo dándole otro cachete en su espectacular trasero.

Gulf me regala otro gemido ahogado y me mira con picardía, le encanta que lo castigue, así que lo desato, me siento en el borde de la cama y lo siento en mi regazo.

-Eres un pequeño provocador, pero ya aprenderás que una vez empieza el juego, yo siempre gano, así que te explico lo que va a pasar a continuación. Te pondrás de rodillas y usarás esa boquita deliciosa que tienes para hacerme una mamada, después vas a cabalgar mi polla hasta que explote dentro de ese culo espectacular que tienes. Quiero sentir como te rompes en mil pedazos sobre mí, quiero eso que tuvimos en Londres, nunca sabrás cuanto lo he deseado - le explico y él que no me ha quitado los ojos de encima asiente para que sepa que lo ha entendido.

-Palabras Gulf - le exijo, quiero saber que él también lo desea tanto como yo.

-Sí señor, yo también quiero todo eso que me has dicho, tampoco sabrás nunca lo que yo te he deseado - me responde resbalando por mi cuerpo hasta quedar de rodillas frente a mí. Con sus delicadas manos me quita el bóxer y mi polla salta en su cara, no pierde un segundo y hace lo que le he pedido. Su boca rosa se aprieta contra mi dolorida erección y el placer me atraviesa como un rayo. Los recuerdos de nuestro primer encuentro se quedan cortos con la sensación de poseer por completo a este ángel de pelo oscuro y mejillas rosadas. Él sigue torturándome con su lengua, muerde suavemente toda la longitud de mi erección y sin aviso se la traga entera hasta que su nariz está pegada a mi estómago.

Un gruñido se escapa de mi boca rebotando en las paredes del loft, lo que hace a Gulf suspirar y apretar mi polla dentro de su boca. Es demasiado intenso, necesito parar si quiero tenerlo encima de mí. Entonces lo levanto por sus axilas y me siento en la cama con mi espalda apoyada en la cabecera. Gulf no pierde el tiempo y gatea hacia mí, eleva una pierna para colocarse a horcajadas sobre mi erección que late en consecuencia.

-Eso es cariño, ahora fóllame quiero ver ese jodido espectáculo - le pido.

Él ni siquiera parpadea, agarra mi polla y la alinea para metérsela poco a poco hasta que está sentado sobre mis muslos. La sensación es tan jodidamente buena que tengo que echar mano de todo mi dominio para no correrme en ese momento.

Sujeto su cuerpo contra el mío, entierro mi cabeza en su cuello y mis manos recorren la piel sedosa de su espalda. Esto debe ser como estar en el cielo, quizá he muerto y tengo la suerte de que un ángel está cuidando de mí.

-Dios Gulf, espera un segundo, necesito recomponerme para que esto no se termine demasiado pronto - le suplico.

Él tira un poco de mi pelo hacia atrás para conectar sus ojos con los míos.

-Eres hermoso Mew, mucho más de lo que crees y algún día verás todo lo bueno que yo veo en ti - me dice dulcemente besándome con suavidad.

Después con sus brazos apoyados en mis hombros y mis manos sobre sus caderas, empieza un vaivén suave y profundo que me tiene gimiendo su nombre con cada movimiento.

Nunca en todos mis encuentros sexuales, incluso en aquellos que recuerdo con especial cariño, he sentido esta especie de necesidad de fundirme con alguien. No solo es sexo explosivo y caliente, es mucho más. Un corazón latiendo al mismo ritmo que el mío, con las mismas expectativas, con el mismo objetivo, tener a alguien a quien esperar y alguien que te espere. Jamás pensé que esto era lo que necesitaba, lo que deseaba más que nada, sentirme parte de algo especial.

Gulf aumenta el ritmo, su cabeza cae hacia atrás con un grito ahogado y con una última estocada profunda su orgasmo lo parte por la mitad. Chorros cremosos de su semen salpican mi torso calentando mi alma y mi cuerpo en tal medida que mi propia liberación me sorprende sobrepasando cualquier cosa que haya sentido antes.

Me cuesta bajar de la espiral ascendente en la que me he sumergido, solo mis manos en su espalda y su boca sobre mi pelo me atan a este mundo, ha sido tan fantástico que todavía lo estoy procesando.

Gulf se hace a un lado y se tumba a mi lado mirándome a los ojos. Acaricia mi pelo que se ha pegado a mi frente por el sudor, no dice nada, solo me mira como traspasándome, nadie me ha mirado así en mi vida.

- ¿Y ahora qué va a pasar? - le pregunto porque yo en esto de las relaciones soy un inútil total.

-Ahora tú y yo aprenderemos a conocernos, a amar nuestras virtudes y a disculpar nuestros errores. No te estoy pidiendo un anillo Mew, ni que me prometas que estaremos juntos siempre. Nunca sabremos que nos depara el futuro, pero yo quiero estar contigo, conocerte, amarte y cuidarte cuando el mundo se haga demasiado para ti - me responde con toda la sinceridad del mundo.

Y donde esas palabras hace un tiempo me hubiesen horrorizado me encuentro deseando todo lo que Gulf me ofrece, deseando darle lo mismo a él.

-Eso suena tan bien, yo quiero ser la persona que mejor te conozca, quiero saber en cada momento tus necesidades y miedos y estar ahí para ti - le digo mientras acaricio sus hermosas mejillas.

Una vez oí a alguien decir que el amor no es algo que tienes que encontrar, es algo que te encuentra, y a mí me ha encontrado sorpresivamente. Sin que me diera cuenta todo lo que siempre he soñado ha entrado en mi vida como un vendaval llamado Gulf Kanawut.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top