Saltó rápidamente persiguiendo a la pequeña luz. La alcanzaría y les demostraría a todos que él también podía tener una, que era lo bastante mayor para ir a las simas a buscar plantas iridiscentes. Saltó de nuevo tendiendo el tentáculo, estando a punto de atrapar al pequeño ser cuando, al ir a tomar impulso, resbaló cayendo al duro suelo. Se quedó inmóvil por un momento sorprendido antes de empezar a llorar, por el dolor mientras los adultos a su alrededor lo miraban.

— No llores y levántate. Al parecer hay seres de la superficie en los túneles de la  zona. Sería mejor que regresases con tus cuidadores hasta que los soldados se hagan cargo se ellos —le advirtió uno de ellos.

—¿Seres de la superficie? —Preguntó asustado y aquel hombre asintió antes de marcharse.

Miró en aquella dirección antes de sentarse mirándose la rodilla y al ver la sangre de color purpura salir de la herida, comenzó a llorar de nuevo al recordar el dolor cuando algo atrajo su atención. La cosa con la que había tropezado, que ahora brillaba cerca de la pared. Miró a su alrededor, pero al ver que los pocos adultos que quedaban empezaban a marcharse, se levantó para acercarse limpiándose las lágrimas con uno de sus cuatro brazos antes de agacharse para mirarla. Se trataba de una esfera hecha de alguna cosa brillante. Acercó uno de los tentáculos con cuidado y la tocó sintiendo su frialdad. Era la primera vez que veía algo así. Acercó los ojos fijándose en el elaborado diseño exterior preguntándose si serían letras de su alfabeto que aún no conocía cuando un ruido lo sobresaltó haciendo que recogiese los ojos dentro dejando apenas una abertura. Después de un momento sin que ocurriese nada, los volvió a abrir y al comprobar que no había nadie a la vista, regresó a la extraña esfera acercando el tentáculo con cuidado para cogerla con suavidad, cuando sintió como se movía, haciendo que la soltase sin pensar metiéndose en la tierra. Asomó los ojos con cuidado descubriendo aquella esfera partida en dos pedazos exactamente iguales en el suelo y, en medo de ellos, algo brillante. Comenzó a salir lentamente de la tierra con precaución acercándose cuando, al ver que no pasaba nada, cogió la piedra que brillaba con luz purpura. La puso delante de uno de sus ojos sonriendo divertido al ver que todo cambiaba de color al mirar a través de ella cuando escuchó pasos que se acercaban haciendo que escondiese aquella gema detrás de su espalda sin pensar. Y la gema y la esfera quedaron en segundo plano cuando vio acercarse a un extraño ser, haciendo que recordase que el adulto le había hablado de que habían visto seres de la superficie allí.

—El orbe... —estaba murmurando aquel ser acercándose mientras miraba a su alrededor con atención, y él retrocedió tan asqueado como asustado. ¿Qué eran aquellas protuberancias que salían de sus tentáculos? ¿Y aquella cosa marrón en su cabeza? ¿Por qué tenía los ojos tan hundidos? Cientos de ideas se arremolinaron en su cabeza mientras seguía retrocediendo cuando de repente sus ojos se encontraron— Vaya, hola— lo saludó enseñándole una amenazadora boca llena de dientes—. No necesitas mirarme así, soy Star Lord— se presentó—. ¿No me conoces? —Él negó asustado—. No importa. La cuestión es que estábamos huyendo porque... bueno, es una historia un poco larga pero en la huida se me cayó el... una esfera— se corrigió—. Tú no la habrás visto, ¿verdad?— Él negó con fuerza—. Es metálica y tiene como unos dibujos...— comenzó a explicarle y él, al oírlo, miró sin poder evitarlo la esfera rota—. Aquí está —asintió aliviado acercándose a la bola cuando se detuvo—. ¿Qué demonios...?— comenzó a preguntar sorprendido mirando la esfera vacía cuando se volvió—. Oye, ¿tú no sabrás dónde está la gema que había aquí dentro, ¿verdad? —Inquirió acercándose pero él retrocedió negando por tercera vez con la cabeza—. ¿Estás seguro? —Él siguió negando—. ¿Y lo que escondes ahí detrás? — Al oír aquello él se volvió echando a correr—. Espera— le gritó el ser haciendo que él se sumergiese en la tierra.

—¿Y ahora qué? —Preguntó una voz femenina justo cuando él desaparecía con la gema.

Avanzó con rapidez bajo tierra dejando a aquellos extraños seres atrás topando con una gran roca e iba a detenerse para rodearla al ser demasiado dura cuando, al tocarla, esta se rompió en pequeños trozos. Se miró el tentáculo sorprendido cuando sonrió. Ahora entendía por qué había querido recuperar aquel extraño ser la gema. Y era suya.

Sé lo que estáis pensando. ¿Cómo es posible que un simple niño pueda coger la piedra del poder? Bueno, ¿quién dijo que era un simple niño?