BAUMAN


–Bienvenidos a su examen práctico de criminología forense. Yo les invitaré el día de hoy a que olviden sus protocolos y técnicas; que den paso a la intuición. Necesito mentes y ojos abiertos.

La clase se encontraba atenta, el profesor deemont tenía una mirada profunda e intimidadora. Parecía dueño de un alma cansada y llena de experiencia.

–En situaciones normales un caso puede extenderse por meses, años o décadas. Incluso existe un gran número que nunca fueron ni serán resueltos. No es mi meta arrojar investigadores pusilánimes a esa jungla que es la ciudad. Han cursado durante 2 años esta materia y les he mostrado lo que sé. Lo verdaderamente práctico y útil. En este examen final les daré la lección más importante de todas. Quien se quiera retirar puede hacerlo y le daré la calificación mínima aprobatoria ¿Se encuentran listos?

Los 8 alumnos que integraban la clase asintieron con atención casi militar. El profesor repartió entre los presentes el expediente de la mujer Adriana Rivera. Era un caso cerrado ocurrido en la ciudad de Antont una ciudad en el otro extremo del país.

–Toda mi carrera la he llevado en esta ciudad. A diferencia de otras personas yo soy más hogareño, pretendo morir aquí. Solo he salido por dos casos. Este y el que arruinó mi carrera.

No hizo falta preguntar. Todos sabían cómo el profesor deemont había terminado en esa escuela.

–Ustedes son el mejor grupo que he tenido, así que quise darles algo a su nivel. Pueden usar sus celulares pero no encontrarán nada más de lo que les entrego en los sobres. Incluso no hallarán mi nombre relacionado en ese caso, me he encargado de ello.

Uno de los chicos, movido por su curiosidad buscó el nombre de la abogada. Solo encontró información referente la muerte y teorías de ajuste de cuentas en el narcotráfico. Pero sabía que una respuesta tan fácil no habría sido omitida de manera tan novata por el profesor.

–Cada uno de ustedes tiene que hacer una deducción que yo considere útil. Si la deducción es correcta el turno pasará al siguiente compañero. Si es incorrecta lo contaremos como un error. 3 errores y estarán reprobados. Pueden hacerme una pregunta por participación y les doy mi palabra de que responderé con la verdad. En la vida real no será tan fácil. Pero tardé 6 meses en resolver este caso y no pretendo pasarlos con ustedes en este salón.

–Estas son fotos del cadáver a las afueras del supremo tribunal de justicia.

El profesor se las entregó a una chica de cabello rubio. Las analizó con calma.

–No hay rastros de ropa. Por lo que estaba desnuda. Deduzco que no fue arrojada debido a que el cuerpo tiene una posición intencional– La mujer recorrió un mechón detrás de su oreja–. Hay tantos caminos posibles. Mi afirmación es que fue un mensaje. Alguien del tribunal tenía problemas y la persona que le envío el mensaje quería dejarle en claro que era peligroso.

La chica miró al profesor esperando su aprobación, fueron segundos largos donde la respiración de todos podía oírse. Con un movimiento de cabeza la mujer recibió la aprobación a sus palabras. Fue turno de un joven de cabello rizado.

–En definitiva lo siguiente consiste en establecer relaciones, siempre usted nos repite que estos casos establecen una relación, Profesor ¿la víctima tenía relación con alguien del tribunal?

–Con varias en realidad, tal y como figura en la ficha técnica de la víctima, la abogada había ejercido una carrera corta pero importante. Un buen número de personas la conocía y/o había trabajado con ella. Vamos, dame algo bueno Michael. Dime, de todos los demonios que encarceló, ¿quién le hizo daño?

El rostro de Michael se apreciaba visiblemente concentrado.

–¿Consumía drogas?

–Ya has gastado tu pregunta, dame algo bueno. Aunque en definitiva la vergüenza puede ser un duro verdugo cuando nos sometemos al "qué dirán". La sociedad en masa puede ser cruel.

En menos de 3 minutos Michael se encontraba fuera de la clase. Sollozando de rabia por haber sido expulsado. Sabía que acudir al director sería inútil. La carrera del profesor le daba autoridad para ejercer ese tipo de decisiones. Cabizbajo se sentó a las afueras del salón. Se encontraba devastado, durante todo el curso había sido un alumno brillante. Nunca se había vanagloriado con ello pero lo sabía. Era bueno.

Por otra parte entendía el punto del profesor. La vida no evaluaba por promedios. Podías ser brillante en tu carrera durante 27 años, tener un record casi perfecto y haber puesto en riesgo tu vida por encontrar la verdad. Pero bastaba fracasar con un solo caso de un hombre importante para ser enviado a una escuela de mediano renombre.

Michael hubiera podido recriminar, pero sentía admiración por la rectitud del profesor. No era del tipo que se dejaba sobornar, íntegro y de una sola pieza no había podido objetarle nada.

En el interior el examen continuaba.

–Veremos si mariana puede hacerlo de mejor manera. Inténtalo.

Mariana se acomodó en su butaca

–¿Cuál fue el caso más largo que manejo la victima? ¿Puede darnos detalles de eso?

–La victima trabajo durante dos años con el juez Bauman. Sobre un niño que permaneció secuestrado durante todo ese tiempo. Finalmente el secuestrador fue arrestado y resultó ser el tío del menor. Dame algo bueno mariana.

–Crimen pasional, podrían ser amantes, nos ha mencionado usted que los casos largos crean vínculos entre las personas y es normal que existan relaciones extramaritales entre los involucrados.

La mirada del profesor se mantuvo impávida. Él, como todos los humanos, incapaz de ocultar sus reflejos había dado la razón a mariana con una ligera mueca de su boca.

–Correcto, tu turno Pedro.

–La víctima se encontraba desnuda, en una posición de bailarina. Estoy suponiendo que ambos se encontraban casados. Por lo que deduzco que el juez Bauman y la abogada rivera fueron amantes.
El silenció inundó nuevamente la sala, como las olas del mar que iban y venían constantemente. La respuesta del profesor rompió el silencio.

–No. Ellos nunca durmieron juntos.

–En ese caso podría haber sido racial, la víctima era de piel negra. ¿En qué año ocurrió este caso?

–No, el caso no tuvo ninguna causa racial.

Durante casi una hora. Entre suposiciones, errores y aciertos transcurrió el examen.

Finalmente en el salón quedaron 3 alumnos; mariana, Octavio y Fernanda.

Aun sin hablar entre ellos, los 3 creían que el maestro faltaba a su palabra. Sentían que jugaba con ellos. Sospechaban que intentaba darles una lección de persistencia o paciencia. Las pistas apuntaban claramente a que el juez y la victima eran amantes. Los tiempos, las visitas a su hogar, las llamadas telefónicas, el uso de la tarjeta de crédito. Y el profesor deemont lo negaba. El camino los llevaba ahí y siempre se encontraba cerrado.

El silencio se había alargado ya por 5 minutos. Los tres alumnos miraban y repasaban las hojas. Se encontraban en una encrucijada.

Esta vez el peso de la quietud fue interrumpido por unos nudillos que golpearon la puerta.

El maestro atendió y encontró a Michael de pie con la mirada serena.

–Profesor, quiero un último intento.

–Tuviste 3, ríndete.

Michael tenía su mente a mil revoluciones, durante todo el tiempo había permanecido a las afueras del salón, escuchando lo mismo que oían sus compañeros. Hacia unos minutos atrás, una duda había invadido su mente. Un pequeño remolino que se había transformado en huracán en su cabeza.

–Sé que usted comparte mi sentir. No puedo reprobar sin intentarlo una última vez, estando tan cerca. No quiero quedarme con la duda del hubiera. Un día alguien destruyó su carrera por un solo error. Usted puede repetir el patrón o cambiarlo.

El hombre lo medito por un momento y finalmente se dio la media vuelta.

–Muchachos, tenemos un atrevido. El joven Michael quiere entrar nuevamente. Para quien apuesta fuerte debe perder fuerte–Se giró a mirar a Michael mientras cruzaba los brazos–. Muy bien joven, si logras deducir nuestro problema habrás pasado, sino lo logras me encargaré personalmente de que te expulsen de esta y todas las escuelas. ¿Quieres usar mi pasado contra mí? Déjame decirte que yo también lo intenté y perdí. ¿Estás dispuesto a eso?

–Estoy de acuerdo profesor, pero le confieso que no creí que "expulsión" fuera el pago por mi oportunidad. En ese caso me gustaría pedir dos respuestas. Confiaré en que me dirá la verdad sin importar lo que pregunte.

Su maestro lo miraba fijamente. Asintió en señal de aceptación.

En la mente de Michael bailaban 2 preguntas. Toda la idea se fundamentaba en 2 cuestionamientos, sabía que el profesor no bromeaba. La carrera de Michael podría terminar incluso antes de empezar.

–¿Por qué aceptó el caso?

La pregunta sonó en el salón y por un momento permaneció sin respuesta.

–Fue un caso en el que participe por voluntad propia.

Y entonces, de manera triunfante. Michael supo que aún podía mantener su sueño vivo.

–La esposa del juez Bauman, ¿Cuál era su apellido de soltera?

El profesor sonrío con cierta melancolía pero sin poder esconder cierta satisfacción al mirar a ese terco que tenía delante de él.

–Deemont, Melissa Deemont. Que cerca estuviste. Por favor Michael, ilústranos.

–Yo, al igual que mis compañeros estamos de acuerdo en que el crimen fue pasional. Que la abogada y el juez eran amantes por las llamadas, los gastos etc. Pero usted lo negaba y por lo tanto debíamos creerle. Eso me llevó a una suposición que por algún motivo no fue barajado aún. ¿Y si en realidad hablábamos del amante de la esposa?

Michael sentía la mirada de los cuatro presentes. Unos de admiración. Otros de duda y asombro.

–Eso encajaba con todo lo demás. Pero no alumbraba nada adicional. Fue en la segunda pregunta de pedro en la que descubrí una pista. Usted no contestó su pregunta sobre la fecha. Y ese dato si se puede encontrar en internet. ¿Saben compañeros hace cuantos años ocurrió este caso? 30 años.

Michael se acercó a una de las butacas y tomó las fotos del expediente. Como si hablará con las fotografías.

–Profesor, usted en ese entonces tenía 17 años, apenas había entrado a la carrera de criminología, siempre nos ha dicho que establezcamos relaciones y yo me pregunté. ¿Cuál era la relación de usted con este caso? Solo ha tenido dos casos, el que hoy nos incumbe y el suicidio del hijo de la empresa automotriz más grande del país. Entiendo la motivación del segundo pero me pregunté. Nadie le ofrecería un caso a un estudiante de 17 años, a menos que el estudiante lo busque. Que hará que un joven que no ha alcanzado siquiera la adultez decida averiguar sobre un caso tan escalofriante a su corta edad. Y entonces escuchando todo lo que mis compañeros han preguntado recapitulé y me di cuenta de que usted no había sido un observador, sino que también había sido participe en el caso. Solo necesitaba saber su relación con el caso.

Un aplauso seco y rítmico surgió del profesor. Quien comenzó a hablar con acento técnico y docente.

–Adriana rivera fue hallada calcinada. Ese mismo día mi hermana Melissa Deemont desapareció. Eran épocas donde aún figuraban el apellido de casada y donde también la piel negra era considerada un desprestigio. Comenzaba una inclusión de la gente de color pero aún se les miraba con recelo. Yo, al igual que ustedes creí ciegamente en la culpabilidad de su esposo Ricardo Bauman. Enfoqué de manera errónea mi pasión. Guiado por mis impulsos. Yo buscaba que mi cuñado fuera culpable y que me dijera la ubicación de mi hermana.

Mientras el profesor hablaba, sus alumnos lo seguían con la mirada atenta.

–Con el tiempo me di cuenta de que había estado equivocado. Mi cuñado a punto de recibir sentencia pidió hablar conmigo y una vez más ya sin luchar me dijo que él no lo había hecho. Esas palabras me tocaron en el corazón y entonces consideré una perspectiva diferente. Adriana rivera era amante de mi hermana. Ella la había asesinado dado que Adriana se había cansado de mantenerlo en secreto y quería hacerlo público. Mi hermana le temía al rechazo social y al "qué dirán" por lo que movida por su ira la mató. Al darse cuenta de su acto decidió inculpar a mi cuñado sabiendo que al final, todos llegarían a la misma conclusión rápida que yo. Finalmente me tomó un par de años encontrarla y procesarla. Durante todo el tiempo que la busqué me preguntaba si sería capaz de hacerlo. Y está es la lección más importante de todas.

De pie delante de su clase, la mirada reflejaba tristeza y seguridad mezcladas. Probablemente sabía que había hecho lo correcto.

–Encuentren la verdad, somos seres imperfectos. Pero no dejen que esa imperfección justifique nuestros pecados. Todos debemos de pagar por lo que hemos hecho. Sin importar quien sea. Un día se verán en la difícil decisión de hacer lo justo y pecar a conveniencia suya. Escojan lo recto, no hay manera diferente de expresar la gloria humana.

Uno a uno los alumnos salieron del salón. Michael fue el último en irse.

–Profesor, tengo una duda. Algo que muchos murmuran pero que parten de argumentos inconexos. Ruego que por favor me responda. ¿Por qué lo exiliaron a esta escuela?

El señor deemont asintió con una sonrisa, como si Michael hubiera ganado su respeto.

–El suicidio del caso que me destruyó, no fue suicidio. Y aunque no pudo comprar mi voluntad. Si logró comprar la de todos los que me rodeaban. Debe volverse feroz joven Michael, haya afuera todos somos ángeles y demonios.

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