PRIMER LUGAR:

Usuario: Febrerina

Fandom: Harry Potter tercera generación

Disparador: 1) Tu personaje favorito se entera que va a ser papá. ¿Cómo reaccionará?

Relato:

Mis pies estaban tan inquietos como mi mente que iba a mil por hora, era todo un problema no demostrarlo, debía controlar mis palabras para no herirla o de lo contrario Diana sería capaz de huir. Ella ya estaba pasando por mucho, pero ¿una noticia como ésta y justo ahora?

—¿Qué vamos a hacer? —me tomé del cabello, las responsabilidades estaban cayendo sobre mí de pronto.

Bajó la cabeza y a duras penas susurró algo.

—No lo sé, pero no quiero deshacerme de él —entre titubeos continuó —, ya pasó un tiempo y al verlo en la ecografía simplemente no pude considerarlo.

Sentía la falta de aire y el sudor corriendo por mi frente mientras me deslizaba de un lado a otro. Yo, James Sirius Potter, solo tenía diecisiete y acababa de enterarme que toda mi vida se caía a pedazos. Adiós Quidditch profesional, adiós estudios sobre hombres lobo y adiós a la imagen que mis padres o familia entera tenían de mí, esa misma que ahora tenía Fred II.

—No pensé en eso —respondí sincero, además no es que pudiera pensar mucho en esta situación —. De todas maneras, tenemos diecisiete, ni siquiera acabamos Hogwarts...

Oh, por Merlín.

Estábamos al inicio de una guerra, no teníamos rumbo fijo o lugar a donde ir. Quería llorar, tal vez no de enojo sino por lástima de mí mismo, hasta que la vi. Contenía el llanto y la preocupación, ella sentía mucho más pánico que yo.

—Todo irá bien —dijo con suavidad y algo insegura —, podremos salir de esta.

No había que ser muy sabio para saber que esto no sería color de rosa. En unos meses tendríamos un humano que dependería de nosotros para todo. Y eso atrajo otra duda muy importante.

—Espera, pero si nosotros estuvimos juntos en setiembre significa que...

—Casi cuatro meses —soltó sin más.

—¿Cuatro meses? —me apoyé en un barandal cercano, sentía que iba a caer en cualquier momento —. No puedo creer que me hayas ocultado esto.

¿Habría considerado huir sin decir nada? ¿Pensaba que no podría afrontarlo? ¿No creía que podría ser un buen padre? Esas y más dudas cruzaban por mí cabeza.

—No lo oculté, me enteré hace poco, para ser precisa hace un día —sus ojos se aguaron, pero aclaró su garganta y continuó —mira, no voy a obligarte a nada porque prefiero mil veces que te vayas siendo sincero a que te quedes por obligación. Sabré hacerlo sola.

Ella temblaba, como si sus mismas palabras la asustaran, a pesar de ello no bajó la mirada ni un segundo. Y ahí reaccioné, conocía a Diana desde los once, me enamoré de ella sin querer a los catorce y aunque en su momento no me prestara el mínimo de atención, el futuro que soñaba la tenía a ella.

Y aquí estaba, de pie ante mí con mucha valentía, la misma que me había atraído tanto. Cometimos errores, pero quería que supiera que estábamos juntos sin importar qué sin importar la circunstancia. La había dejado ir dos veces y no iba a hacerlo otra vez.

Estampé mis labios contra los suyos a la vez que le pasaba un mechón pelirrojo por la oreja, sentí las lágrimas caer por sus mejillas. El beso fue apasionado, la había extrañado, y ella a mí. Era como si el tiempo se detuviera para nosotros, no había guerra, no había peligro, no había nada que arruinara el momento, aunque sea unos cortos segundos.

—No voy a abandonarte —la miré a los ojos al momento de separarnos. No era mentira, era un juramento.

Sería padre, y era la noticia más importante que había recibido jamás.

SEGUNDO LUGAR:

Usuario: KalyJk2

Fandom: ARMY

Disparador: 4) ¡El hijo/a de tu personaje favorito tiene su primera cita! ¿Podrá el papá quedarse quieto y no seguirlo/a en secreto durante su velada?

Relato:

Jungkook no entendía por qué había llegado tan rápido este fatídico momento. No tuvo tiempo ni de hacerse la idea de que a su pequeño retoño le estaban creciendo loa dientes cuando ya llegó un chico a buscarla para llevarla a una cita.

Cita. Su pobre bebé caería en las garras de un ser despiadado dispuesto a aprovecharse de ella si no hacía algo rápido. Por supuesto que cuando el viejo decrépito de 19 años llegó a por su bebé de 17, trató de intimidarle con la mirada. Solo logró que su niña le advirtiera y saliera de allí prácticamente corriendo.

A penas logró tomar su abrigo, y billetera antes de salir detrás de ellos en la que consideraría una misión de rescate.

Su caramelito no sabía lo que estaba haciendo. Se hacían llamar citas, pero era solo una tapadera para trampas mortales para niñas dulces como ella.

Llegaron al lugar donde endulzaría el oído de su pequeña con estupideces mientras comían. No pueden culparle de que le haya vencido la tentación de pagarle a un camarero para que le tirase toda una jarra de agua encima al idiota. Lo escuchó maldecir hasta el otro lado del lugar, justo donde él se aguantaba la risa. A su bebé no le gustaban las malas palabras ni los restaurantes.

Jk:2 Viejo:0

Se fueron del lugar a paso rápido, y Jungkook tuvo que apresurarse a seguirles luego de pagarle también al gerente para que no echara al camarero.

El siguiente destino era la playa, quedaba justo en frente. Y solo pudo confirmar sus sospechas de que el tipo era un idiota. Nunca llevas a una chica que vive frente al mar a una cita en la playa. A su caramelito le gusta el océano, pero ya está cansada de verlo todo el tiempo. Si planeaba impresionarla la regó enormemente.

Jk:2 Viejo: -1

Caminaban juntos por la orilla cuando la primera señal de amenaza contra la integridad de su niña fue dada: ¡Le tomó de la mano! Quiso arrancarse el cuero cabelludo al no tener camareros cerca. La chica no parecía totalmente a gusto con el contacto, pero no lo alejó.

Lo siguiente lo dejó perplejo, ¡Labios! ¡Besó sus labios! Podrían enterrarle después de esto porque estaba seguro de haber sufrido un infarto.

Por un momento quiso irse, aceptar que su bebé había crecido y ya no podía seguir siendo su superhéroe, no estaría siempre ahí para protegerla y debía aceptarlo.

Al momento siguiente estaba rompiendo la nariz de un imbécil que creía poder forzar a su pequeña a besarlo aun cuando esta forcejeaba para alejarse. Quizás solo quizás, su hija estaba muy enojada con él por seguirle.

Pero también agradecía que su padre se preocupara tanto por ella, siempre había estado ahí en el momento indicado y la había protegido de todo.

Una cosa era segura para Jeon Jungkook: Su caramelito no volvería a tener citas durante un buen tiempo, con suerte nunca.

Y eso para él era suficiente.

TERCER LUGAR:

Usuario: michelle1p0

Fandom: Miraculous: las aventuras de Ladybug.

Disparador: 3) La mamá se va de viaje. ¿Podrá tu personaje favorito sobrevivir todo un fin de semana a cargo de su hijo/a/os?

Relato:

¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Cómo podré cuidar a dos niños sin destruir la casa o quemarla en el intento?

Esto será difícil, apenas y puedo cuidar de mí, y ella me deja a unos niños, los cual no conozco porque no estuve para ellos. Siempre era el trabajo, no le prestaba atención a casi nadie, solo a los empleados en donde trabajo.

Siento que se me va el aire, Marinette no puede hacerme esto ¿o sí?

¿Qué comerán los niños? ¿Comerán hamburguesas y cerveza? No lo creo, son niños, deben comer algo más ligero, tal vez una avena les caería bien. Me estoy volviendo loco.

—Papá. —llama la niña de cuatro años llamada Annie.

—¿Qué sucede? —le pregunto amablemente.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunta— ¿Tu nombre es papá? —trata de adivinar.

—¿Tu madre no te ha dicho como me llamo? —es raro que no le haya dicho mi nombre después de tantos años que nos hemos visto y que he visitado a mis hijos.

—No papi —niega ella.

—Mi nombre es Adrien —le respondo con una sonrisa en la cara.

Pero la sonrisa que tenía se borró al instante que salió humo de la cocina con olor a quemado, volteo buscando a Hugo, un niño de diez años, pero no lo veo por ningún lado. Me levanto rápidamente del sillón donde estaba sentado leyendo un libro de Stephen King, dejo el libro en el sillón y después me dirijo a la cocina donde sale todo ese humo.

Al cruzar por el marco de la puerta que da a la cocina, me encuentro a Hugo sacando algo del horno con guantes de cocina en sus manos.

—¿Pero ¿qué pasó aquí? —pregunto con los ojos muy abiertos por el desastre que se encuentra en la cocina.

Hay ollas, platos, vasos, cubiertos y comida en todos lados. Es un completo desastre, parece un cuchitril.

Vuelvo mi mirada a Hugo y veo que traga grueso, deja lo que sea que sea lo sacó del horno y se dirige a mí con un plato con panqueques y miel de maple en ellos.

—¿Sorpresa? —dice tímido.

—Hugo, ¿qué hiciste con la cocina? — pregunto, y para mejorar todo, los aspersores para los incendios se encienden mojando la casa, con el agua que cae del techo.

—Quería prepararte algo de comer, y como sé que te gustan los panq... —no pudo terminar la palabra, porque se escuchó un estruendo en la sala.

Me dirigí rápidamente y me encuentro con Annie mirando a un punto, dirijo mi vista a donde ella está mirando, y veo lo peor de todo: El televisor.

El televisor está destrozado. No. No. No. Esto no puede estar pasando, miro a Annie y ella me mira con lágrimas en los ojos.

—Lo siento —dice— fue un accidente, papi no te enojes conmigo, yo... —dijo entre lágrimas.

No pude aguantar más la envolví en mis brazos, dándole un fuerte abrazo.

—Eso no importa —digo sincero—, lo importante es que tu estas bien. Los quiero —digo y los tres nos fundimos en un fuerte abrazo.

—Nosotros también te queremos —dicen al unísono.

¡MUCHAS FELICIDADES!