Resultados: Orgullo y color.

¡Queridos, fanfickers! Por fin podemos anunciar las tres personas galardonadas de nuestro último reto. Como no queremos haceros esperar, ¡allá vamos!

Autora  Lady_A_18

Fandom: Stranger Things.

Will y Mike habían sido amigos desde que tenían memoria. Muchos de sus recuerdos más felices son cuando están junto y ninguno hacia nada sin el otro.

Desde hacía ya tres años Will había empezado a sentir algo por su amigo, algo que posiblemente les afecte socialmente a ambos. Ya tenía 18 años cuando al fin se decidió hacerlo; iba a besarlo.

—¿Qué se supone que hacemos aquí, Will? —cuestionó Mike al llegar al antiguo Castillo Byers.

—Solo quiero mostrarte algo. —respondió con una sonrisa.

Ambos entraron al pequeño escondite y se sentaron en el viejo colchón. De detrás de una almohada Will saco una edición limitada de un comic que ambos empezaron a seguir desde que salió.

—¡No! —Mike chilló con alegría y tomó el comic entre sus manos. Aún estaba dentro de su folio original.

—No quise abrirlo hasta que estuviéramos juntos.

—Esto es asombroso, amigo. —Mike le do un corto abrazo y empezó a examinar el comic por fuera, viendo todos los detalles.

A medida que su amigo se iba sumergiendo más en el comic, Will no podía dejar de pensar en lo lindo que se veía así concentrado y decidió poner su plan en marcha.

—Oye, Mike. —murmuro.

—¿Mmm?

—Tengo algo más para ti, pero tienes que cerrar los ojos. —comentó sin mirarlo.

Mike los cerro casi al instante, emocionado por lo que su amigo pudiera darle. Por otro lado, toda la sangre del cuerpo de Will se acumuló en sus mejillas.

Will acercó sus labios a los de Mike y dejó un suave beso en los de él. Mike no sabía que estaba pasando y se alejó tan rápido que Will casi cae hacia delante.

—¿Qué crees que haces, William? —preguntó con un tono de voz entre enojada y sorprendida.

—Yo... No... Yo...

—Voy... Voy a fingir que nada paso. Si me disculpas, me voy de aquí. —sin mirar a Will dejó el comic sobre el colchón y salió del pequeño refugió.

Will ni siquiera quiso llamarlo para explicarle que paso. Solo se sentó en el solitario castillo, aquel que había sido el testigo de sus mejores y peores momentos. Se quedó allí hasta que su hermano, Jonathan, fue a buscarlo sumamente preocupado.

Pasó un mes entero en el que Will no asistió a la escuela y Mike no lo había ido a buscar para ver cómo estaba. Todos había ido a verlo, desde Dustin hasta el oficial Hopper pasaron por su casa para ver si estaba enfermo, pero él no recibió a nadie.

Un día, con mucha pena Mike se acercó a la casa de Will y toco la puerta de la habitación de este.

—Will... —toco—. Sé... Se que soy la última persona que quieres ver, pero... Vine a decirte que lamento no poder corresponderte. Te quiero, pero eres como un hermano para mí. Quiero que seamos siendo amigos...

Mike, al no tener respuesta, decidió irse y Will, con el corazón hecho pedazos, aceptó que sus corazones jamás serian uno.

Usuario: Therezapv7

Fandom: Mew suppasit y Gulf kanawut.

Narra Gulf

El estadio está eufórico y yo muy nervioso, estoy a punto de lanzar el penal que debe llevar a mi equipo a la victoria. Temo decepcionar a mi equipo. Y sobre todo a Mew, mi mejor amigo y capitán, quien está lesionado, está en la banca esperando que de lo mejor de mí.

Salgo de mis pensamientos al escuchar el silbato. Miro una vez más el balón y al arquero, troto un poco y hago mi lanzamiento.

—¡¡¡Goolll!!!

Todos corren a mí y yo caigo de rodillas, sintiendo que el alma volvió a mí, sintiendo como todos me alzan celebrando mi gol, me abrazan y gritan felices. Es la primera vez que el equipo de Administración gana una olimpiada en la universidad.

—¡Hoy vamos todos a celebrar en casa del capitán Mew! —grita uno de los futbolistas.

—¡Así será! —grita Mew.

Mew se acerca y me da un fuerte abrazó y yo lo recibo con gusto, es mi mejor amigo desde que entramos a la universidad.

—¡Felicitaciones! —dice Mew—. Lo hiciste excelente, pero no podía esperar menos de mi mejor amigo.

—Gracias —dice Gulf—. Me alegro de que no te decepcioné.

—Jamás lo haces —dice Mew—. Ahora vayan a recibir sus medallas y copa. Estoy orgulloso de ustedes.

—Capitán, usted debe venir, usted nos trajo hasta la final y debe estar presente —dice uno de los jugadores.

Antes de decir una palabra, Mew estaba siendo cargado por todo el equipo y yo, nervioso, prometí que si nuestro equipo ganaba me arriesgaría a besar a mi mejor amigo y asumir las consecuencias que mi amor por él tenga.

Todos fuimos premiados y todos aplaudían eufóricos, múltiples fotos venían de todos lados, yo solo miraba mi medalla y estaba feliz, logre el sueño de Mew, logre el sueño de una victoria antes de terminar la universidad.

Ya todos se estaban yendo, ya se estaba haciendo tarde. Al levantar la vista, Mew estaba frente a mí con el balón en mano, y me doy cuenta de que solo quedábamos los dos.

—Es hora de irnos —dice Mew.

—Espera, necesito cumplir mi promesa —dice Gulf nervioso.

—¿Promesa? —pregunta Mew—. ¿Cuál es?

¡Listo! Aquí voy, sea lo que el destino quiera, me acerco más a Mew y tomo su mejilla y uno mis labios a los de él.

—No me disculparé por este beso, descubrí hace tiempo que me gustas y no me quedaré a escuchar tu respuesta, en este momento tengo más miedo que cuando pateé ese balón.

Ya me iba a ir y siento ser jalado y quedé frente a Mew y solo me besa y yo quedé helado, ¿me corresponde?

—No tengas miedo, que mis sentimientos por ti son los mismos —manifestó Mew.

—Entonces le di el triunfo a la especialidad y ahora el triunfo al amor —responde Gulf.

—Así es Gulf, tienes ambos triunfos. Te amo y estoy feliz de que me hayas demostrado tus sentimientos —dice Mew—. ¿Novios?

Feliz grito ¡Sí! Para besarlo otra vez.

Usuario: lizuu_

Fandom: Pandora Hearts.

Elliot está nervioso, las manos le tiemblan, siente un hormigueo en las piernas y puede escuchar los latidos acelerados de su corazón.

¿La razón? Besó a su mejor amigo Leo.

Ahora está en el salón de música mientras camina de un lado a otro y piensa en los motivos que le impulsaron a hacer algo así. En el tiempo que conoce a Leo, en ningún momento se le pasó en la cabeza una escena de ellos besándose. Lo veía muy poco probable porque es imposible que sienta algo por él. Sin embargo, aparte de sentirse nervioso, está con miedo.

Está con miedo de solo pensar en si su relación cambiará, si Leo ya no quiere estar junto a él, si pide un cambio de dormitorio, o si ya no quiere volver a hablarle, y son todas esas cosas que le llenan de un temor que le impide salir del salón. Si se dirigiera a la recámara, podrían hablar de lo que pasó.

¿Y si realmente siente algo por Leo? Aquella idea le da escalofríos, aún cuando no es algo que se aleja de la realidad. Ni siquiera sabe qué es aquello que le reconforta cuando camina junto a Leo a diferentes lugares todos los días; cuando lo ve acostado en la cama leyendo; cuando se esconden en un rincón de la biblioteca para hablar de cosas sin importancia o cuando están en el salón de música y se sientan enfrente del piano para empezar a tocar. Son esos detalles que Elliot guarda en un lugar importante en su memoria. También se fija en otros detalles, como las distintas expresiones de Leo, la forma en la que habla, e incluso en sus discusiones hay algo de encanto porque no puede estar enojado en serio con él.

A la conclusión que llega Elliot es que el beso fue para confirmar algo, que le gusta. No puede mentirse a sí mismo si dice que fue un accidente, quizás el beso ya lo quería hacer desde hace tiempo, pero no había encontrado ninguna situación adecuada. Dejó de caminar de un lado a otro cuando piensa en que no tiene ni idea si Leo siente lo mismo, por salir rápido del dormitorio es que no se detuvo a verlo.

Cuando decidió salir del salón, se encontró con Leo.

—¿Qué haces aquí?

—Quise saber cómo estabas.

—Te besé —responde Elliot—, ¿no crees que acabo de arruinar nuestra amistad?

—Eres un idiota si piensas que me voy a separar de ti por un beso.

La respuesta lo tranquiliza. Se siente incapaz de procesar lo que ha dicho, aunque una sonrisa se forma en su rostro.

—Con besarte me di cuenta de algo. —El nerviosismo ha regresado por cómo será la reacción de Leo con lo siguiente que dirá—. Me gustas.

—No creí que pudieras decir algo así.

—¡Estoy hablando en serio!

—Está bien, Elliot. Te creo —dice sonriendo—. Un beso no arruinará nuestra relación porque tú también me gustas y quiero estar contigo.

¡Hasta el próximo reto y felicidades a las personas premiadas!

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