Resultados: ''Holidays''
Primeramente, queremos agradecer la gran participación recibida con el reto mensual del mes, Holidays. Para nuestro equipo ha sido muy difícil elegir entre todas las historias esta vez.
Y sin más dilación, sigue leyendo para conocer los relatos ganadores.
Usuario: NatsukoKuroigawa
Disparador: Noche de cine al aire libre con su peor enemigo
Fandom: Harry Potter
Relato:
Tan pronto como llegó a la parcela de jardín que se le había asignado, maldijo su suerte. Entre toda la gente de Hogwarts, ¿tenía que ser justo ella?
—Tú...
Las palabras de Dumbledore para justificar tan absurda actividad resonaron en su cabeza.
"En tiempos oscuros, permanecer unidos es imprescindible."
Eso fue lo que dijo el director antes de mandarles a hacer algo durante el verano con una persona elegida al azar, con el objetivo de estrechar lazos entre las diferentes casas.
La joven volteó al escucharle, haciendo una mueca de disgusto tan pronto descubrió su identidad.
Saltaba a la vista que la idea de ver una película juntos le hacía tanta gracia como a él (es decir, ninguna), pero no hizo ningún ademán de moverse de su sitio al verle llegar. En su lugar, hizo un gesto para invitarlo a sentarse.
—Siéntate ya, Malfoy. Esto está a punto de empezar.
—Esta actividad es una auténtica estupidez... ¿De verdad estás dispuesta a seguirle el juego a ese viejo loco, Granger?
—No es que me apetezca pasar el rato contigo, pero no descuidaré mis deberes. Siéntate de una vez.
Refunfuñando, Draco tomó asiento en el césped al lado de la joven. El sol ya se había puesto, y el manto de la noche permitía ver claramente la pantalla que se encontraba frente a ellos.
Al comenzar la película, él volvió a maldecir para sus adentros en cuanto se percató de que era de terror. ¿Pero cómo podía tener tan mala suerte? Primero Hermione, y ahora la película... Parecía todo elegido para fastidiarle.
Una gota de sudor le bajó por la frente al ver cómo algo acechaba a los protagonistas. Tratando de calmarse, miró de reojo a su compañera, quien estaba completamente absorta en la pantalla y con libreta en mano para tomar apuntes.
Desde su entrada en Hogwarts siempre la había tratado con desprecio, pero en el fondo había algo en ella que le despertaba admiración. Era inteligente y tenía agallas, de eso no había duda. Además, viéndola ahora de cerca, resultaba incluso atractiva...
—¡Nooo! ¡Max!
Los gritos en la pantalla irrumpieron sus pensamientos y devolvieron su atención a la película. Atemorizado, pegó un grito cuando una criatura salida de la nada atrapó al protagonista.
Mientras él no dejó de llevarse sustos durante la película, Hermione se mantuvo impasible todo el tiempo. Lo único que logró sobresaltarla fue el momento en que él, aterrado, se agarró a su brazo en busca de protección.
Esto distrajo a ambos, cuyos ojos se encontraron durante unos segundos. Al darse cuenta de su posición, Draco la soltó de inmediato y, sonrojado, desvió la mirada en otra dirección.
La tensión del momento se disipó en cuanto la risa de la joven rompió el silencio.
—Vaya gallina estás hecho.
—¡Oh, cállate! ¡Aquí la rara eres tú!
Ambos sonrieron, genuinamente divertidos por la situación. En ese momento, Draco concluyó que quizás la actividad no había sido una pérdida de tiempo tan grande.
Usuario: zdravo_lov
Disparador: Observar las constelaciones con un desconocido
Fandom: Harry Potter
Relato:
<<Hasta el próximo curso.>>
Aplausos inundaron el lugar después de ese discurso dado por el director Albus Dumbledore. Algunos se dejaban llevar por la emoción del momento, sabiendo que esa sería su última vez en la escuela, mientras que los más jóvenes se deseaban unas felices vacaciones, ansiosos por lo que les depararía el nuevo año escolar. En cuestión de minutos, lo que parecía ser un lugar inundado por la emoción y la tristeza de abandonar aquella escuela que tantos momentos mágicos les brindó, se convirtió en un recipiente que retenía el sonido de las risas de sus alumnos para que no escaparan al exterior.
Sin embargo, entre toda esa multitud, una pequeña albina se escabullía entre la muchedumbre hasta lograr salir de esa sala y dirigiendo su caminar a las escaleras que daban lugar a la azotea del castillo.
Mientras subía con rapidez las grisáceas escaleras del antiguo castillo, una de las pequeñas ventanas dejó pasar la blanca e intensa luz de la Luna, iluminando la figura de la pequeña y dejando ver su cabellera blanca cayendo sobre su uniforme azulado, y cubriendo mínimamente el escudo de la casa Ravenclaw.
— ¡Guau! ¡El cielo se ve espléndido esta noche! Tanto que no se necesita la ayuda de un telescopio. — decía en un susurro a pesar de la emoción que ponía en sus palabras.
Así es. A Luna Lovegood le apasionan las constelaciones, algo no tan sorprendente teniendo en cuenta que su nombre es similar al del satélite.
Salió de su ensoñación lo más rápido que pudo y subió la docena de peldaños que le quedaban hasta llegar a la ansiada azotea del castillo.
No pudo contener su asombro al sentirse inundada por ese mar de cuerpos celestes que adornaban el cielo nocturno. Se sentía triste al saber que abandonaría el castillo y no disfrutaría de estos pequeños momentos, sin embargo, aún le quedaban dos años más por cumplir en Hogwarts. Dos años más en los que podría desenvolverse en esa paz tan soñada que solo experimentaba en las noches.
Sin embargo, no se encontraba sola en esa paz.
Un chico de cabellos color miel se encontraba recostado en uno de los muros de la azotea, con la vista fijada en aquel lienzo llamado cielo. Sus miradas conectaron por un segundo, dejando ver esos ojos color ámbar, para luego volver su vista al cielo.
Ella se unió a él manteniendo la distancia, puesto que no lo conocía y no se sentía en completa confianza con aquel muchacho silencioso.
Y con este acto, el tiempo transcurrió en completo silencio, hasta que las campanadas anunciando la medianoche sacaron de la ensoñación a nuestra querida Luna. Haciendo que se percatara de su soledad en el lugar.
Por alguna extraña razón, se quedó intrigada y con ansias de conocer a aquel desconocido. Para su fortuna, logró reconocer por su uniforme que pertenecía a Hufflepuff.
—Algo me dice que ese chico está tan cuerdo como yo... —finalizó para fijar de nuevo su atención en el cielo.
Usuario: Memory__Queen
Disparador: Ver las constelaciones con su pareja
Fandom: Matrix
Relato:
La puerta de un chirriante ascensor se abrió en la oscuridad de la cavernosa y cálida ciudad de Zion. Mientras Morfeo daba las explicaciones al Concejo y Tank estaba en el hospital, Neo y Trinity caminaron en silencio por un pasillo de un nivel intermedio que correspondía a los miembros del ejército. Tras la tragedia, tenían un pequeño descanso levemente indeseado.
En el calor subterráneo de la noche artificial, Neo se asomó por la barandilla en cuanto Trinity se detuvo por un momento a buscar algo entre sus pertenencias.
—Wow —murmuró ante la vista.
La infinita cueva que protegía las vidas de los humanos se convirtió ante sus ojos en una bóveda celeste en la noche, llena de estrellas de todos los tamaños que se perdían en la profundidad del abismo.
—Ya se habían tardado en encenderlas —dijo Trinity, que se había acercado a él.
—¿Qué son?
—Simples luces guías. Algunas están descolgadas o torcidas.
—Parecen estrellas.
—¿Cómo sabes que así lucen? —cuestionó con un deje de burla.
—¿Vas a ser igual que Mouse con la avena?
—Tenía un punto —suspiró— Es posible que ni la luna, ni las estrellas sean tan bellas en la realidad.
—¿No las has visto?
—No. La superficie es un cementerio para humanos, y el cielo es negro. No se ve más allá de las nubes.
—Creo que Morfeo lo mencionó...
—Cuando todo termine... tal vez seamos capaces de verlo. —Una pequeña sonrisa se asomó por su rostro, como una muestra de la leve esperanza que tenía de ver el fin de la guerra.
A su vez, Neo sonrió de la misma manera. En su corazón, deseaba ver más seguido esa expresión en ella. La tomó de la mano con cierta duda por lo reciente de todo, y, sin embargo, ella afirmó el agarre en cuanto sintió su tímido contacto.
Desde el momento en que regresó a su lado, había entendido lo efímero de sus vidas. Haría lo que fuera para protegerla, y eso era algo que no le había pasado antes.
En sus preciosos ojos azules se reflejaban las falsas estrellas con una belleza irreal, como si siguiera en la perfecta simulación.
Su mano subió por su brazo con lentitud, queriendo atesorar cada segundo, hasta llegar a su mejilla.
—Eres maravillosa, Trin —susurró. Las palmas de sus manos empezaron a sudar con el solo cruce de sus miradas. Sin darse cuenta, sonrió como idiota—. No te conozco hace mucho, pero... ya siento que te amo.
La sonrisa de Trinity se hizo más grande, y terminó por eliminar la distancia para plantarle un beso que pretendía ser rápido, pero él la retuvo entre sus brazos para disfrutar más de ese contacto, y ella no se opuso. Se separaron tras un rato, permaneciendo con la vista en los ojos del otro.
—¿Dónde te asignaron? —preguntó ella.
—Todavía no lo han hecho.
—¿Quieres quedarte conmigo? —Él enarcó una ceja, cuestionando lo que proponía—. No está prohibido, te lo prometo —aclaró, riendo.
—De acuerdo.
Usuario: SMnaira
Disparador: Observar las constelaciones con su pareja/amor platónico
Fandom: Delena (The Vampire Diaries)
Relato:
Desde pequeña siempre me gustaron las estrellas, los planetas y todo lo relacionado con el universo. El gran misterio que lo rodeaba me atraía de una forma que no podía explicar.
Las vacaciones de verano llegaron junto a mi cumpleaños. Damon, mi mejor amigo, había conseguido entradas para ir al observatorio ese día y celebrar allí mi cumpleaños.
Les esperaba en el porche de mi casa para ir juntos. Sin embargo, cuando Damon apareció con su Camaro frente a mí, vi que estaba solo.
—¿Dónde están el resto? Pensé que Bonnie, Caroline y Stefan también vendrían —le pregunté con las cejas algo fruncidas.
Un leve nerviosismo se hizo presente en sus facciones, pero lo eliminó tan pronto como se dio cuenta del sentimiento que reflejaba su rostro.
—Ellos irán por su cuenta, no te preocupes —respondió con una sonrisa de labios cerrados.
No supe si creerle del todo o no, pero no dije nada más. Me monté en el asiento del copiloto y ambos fuimos rumbo a nuestro destino con la música llenando nuestro silencio.
Al llegar allí, no había nadie. La inmensa estructura se elevaba ante nosotros, las estrellas a su alrededor coronándola. Pero sin rastros de los demás.
—Llegarán pronto, no te preocupes —dijo antes de que pudiera decir nada.
Asentí con la cabeza y él me tendió la mano, la cual acepté, para dirigirnos al edificio.
Una vez dentro, no pude dejar de mirar a mi alrededor observándolo todo. Ese lugar era tan maravilloso...
Su mano seguía agarrando la mía y no pude evitar que mi corazón se acelerara más. Puede que estuviera acostumbrada a pequeños roces entre nosotros, pero nunca habían durado tanto. Hace mucho tiempo que lo conocía, pero últimamente su cercanía se sentía distinta, como algo más íntimo. Sentía que cada vez que lo veía quería abrazarlo y sostenerlo en mis brazos, incluso había veces en las que pensaba en cómo se sentirían sus labios sobre los mío. Definitivamente me gustaba Damon.
Me guio hacia una plataforma desde la que se podían ver numerosas constelaciones. Su mano seguía sujetando la mía. Damon empezó a enseñarme las constelaciones y explicarme algunos datos sobre ellas. A él también le gustaba la astronomía y siempre estaba leyendo cosas nuevas sobre ello.
Me quedé embobada con el suave sonido de su voz, hasta que las explicaciones cambiaron y su voz profundizó el tono, pero con un deje suave y tranquilo.
—Elena, hace mucho que nos conocemos, pero siento que las cosas entre nosotros ya no son como antes —empezó, no sabía que decir al respecto—. Hace tiempo me di cuenta de que lo que siento por ti es mucho más que una simple amistad, pero no quiero perderte si tu no sientes lo mismo.
—Yo también siento eso, Damon. Te... te quiero —confesé mirándole a los ojos.
¡Muchas felicidades!
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