Resultados de Primera Cita

¡Hola! 

El día de hoy les traemos los resultados del último reto, uno bastante romántico y tierno, a decir verdad.

La respuesta fue amplia y muy interesante, los fandoms variados y las historias muy lindas de seguir. Les agradecemos mucho por su interés y participación en este reto y, si no lo lograron en esta ocasión, permanezcan pendientes para el siguiente reto ya que esperamos seguir leyéndolos.

Después de revisar cada una de las historias participantes con lupa, y volver a revisar para estar seguros del resultado, al fin les traemos el resultado:

@Roxylovecraft

Fandom: Orian

Todos imaginan la primera cita como el escenario perfecto, ¿no? Afortunadamente eso no pasó con ellos. Aquel día fue el peor, el más odiado y uno que jamás olvidarán. ¿Quién diría que 2 corazones rotos terminarían complementándose? La mayoría de los cuentos de hadas, las películas o los libros definen la primera cita y el primer beso como salido de un sueño. Y no, no es así.

Julián se encontraba sentado en una banca del parque con un ramo de orquídeas en sus manos, mantenía la mirada fija en el suelo ajeno al mundo. Unas lágrimas descendían por su mejillas; sin embargo, optó por quedarse callado y seguir llorando en silencio.

Oriana seguía desconectada de la realidad, lo único que existía en ese momento era ella en medio de la mismísima nada. Sus ojos rojos eran víctimas de las lágrimas derramadas minutos antes y permanecía cabizbaja sin despegar su vista del descolorido cemento.

Julián se levantó dispuesto a tirar a la basura el ramo de orquídeas. Oriana se puso de pie dispuesta a regresar a casa. Giraron al mismo tiempo sin percatarse de su presencia. Ellos no chocaron como suele pasar en los típicos clichés y tampoco se perdieron en los ojos del otro. Solamente sonrieron.

—Hola—saludó él sobando sus ojos para evitar que se diera cuenta de que había estado llorando.

—Hola—murmuró—. ¿Esperas a alguien?—se atrevió a preguntar echándole una mirada a las orquídeas.

—Eso hacía...—se rascó la nuca nervioso—. Ella me dejó plantado—explicó con una sonrisa. Oriana lo miró sorprendida. ¿Qué clase de chico sonríe al contar algo así?

—Él canceló nuestra cita—confesó sonriendo igual que él—. También estaba esperando a alguien.

—¿Quieres?—le tendió el ramo de orquídeas.

—Son mis flores favoritas—cogió las flores, las acercó a su nariz y respiró sintiendo su aroma—. Gracias.

—Creo que las mereces más que ella—admitió. Julián recordó a esa chica rubia de la que se había enamorado y miró a la castaña que tenía en frente—. Perdón, no te pregunté tu nombre. Yo soy Julián.—Soy Oriana—dijo sonriente.—Ori—suspiró sin dejar de pensar en lo que tenía pensado—, tengamos una cita.—¿Qué?—preguntó anonadada.—Ambos tuvimos citas horribles, ¿cierto?—Primera cita—le corrigió—. Y acepto, sólo porque quiero olvidarme de ese idiota.—También es la mía—le contestó—. ¿Te llevo a algún lado?—Quedémonos aquí—ordenó sentándose en la banca en la que Julián yacía minutos atrás.—Como ordene, mi dama—hizo una pequeña reverencia ocasionando que Oriana riera.Julián tomó asiento a su lado y la rodeó con su brazos, Oriana apoyó su cabeza en su hombro y pegó su oreja a su pecho para escuchar los latidos de su corazón. Los de ambos latían con rapidez debido a la cercanía. No fue difícil darse cuenta de ello. Pasaron el resto de la tarde platicando y descubriendo las miles de sus similitudes. ¿Quién dijo que los polos opuestos se atraen? Ellos también lo hacían, y era sólo el comienzo.

@xXLxrryZixmXx

Fandom: Twenty One Pilots/Joshler.

Son las seis y media de la tarde, sigo sin saber qué ponerme para esta noche. Ropa desparramada por mi cama, vi cosas que ni siquiera sabía que tenía. Suspiro una vez más, nervioso.

Tengo una cita con Tyler. Lo invité a cenar, dije que pasaría por él ¿por qué hice eso? ¿acaso no pienso? La ansiedad me dice que seguro llegaré tarde, desarreglado, que todo será un desastre y él no querrá verme más.

Dejo de dar vueltas y me decido por algo simple y poco llamativo, no quiero destacar tanto, prefiero pasar desapercibido. No existir, tal vez, ser invisible. Sería hermoso.

Termino de vestirme y me miro al espejo mientras acomodo mi pelo. ¿Estaré bien vestido? ¿será adecuado? ¿y si él está formal? Trago fuerte y niego, no debería preocuparme tanto. Seguro fue por eso que mis novias y novios anteriores me dejaron. Inseguro y perseguido, ¡me odio!

Arranco la moto no sin antes colocarme el casco y asegurarme de traer uno de más para mi acompañante. En este instante tengo tantos nervios que deseo chocar o que esto se descomponga para así no tener que presentarme. Quiero morir.

Desgraciadamente llego a destino sano y salvo. Bajo del vehículo y llamo a la puerta. Allí aparece el bonito chico con una sonrisa resplandeciente que se me contagia. Me saluda con amabilidad. No parece muy arreglado, esto me tranquiliza un poco.

Se lo veía emocionado, tanto que daba pequeños saltitos a su paso. Se coloca el casco y se abraza a mí mientras conduzco. Esto me pone aún más nervioso. Sentía su corazón latir dentro de su pecho, el cual estaba pegado a mi espalda. Era lindo pero me descolocaba un poco.

Llegamos al lugar, nos sentamos y miramos la carta. No sabía qué pedir. Odio tener que tomar decisiones. Él dice que comerá pasta, pido lo mismo y eso es suficiente.

Primero traen las bebidas. El idiota -o sea yo- quiere ser amable y servirla, pero termina tirando el vaso manchando así a la cita. Me agarro la cabeza con culpa.

—¡Perdón, perdón, perdón! —repito, sintiéndome inútil. Tomo una servilleta e intento limpiarlo.

—Está bien, no es nada —dice el castaño.

—¡De verdad lo siento!

—Josh, basta —toma mi muñeca haciendo que lo mire, sonríe despreocupado.

Tomo asiento de nuevo, suspiro una vez más. Soy el rey de arruinar todo. ¡Nunca puedo hacer nada bien! Ansiedad está detrás mío, me susurra al oído, molestando. Nervios se apodera de mí, haciéndome torpe.

El resto de la cita pasa bastante normal, conversamos bastante aunque él fue quién más aportó a la charla. Descubrí muchas cosas interesantes sobre él. Es hermoso.

Al acabar me ofrezco a llevarlo. Llegamos y él me agradece todo. Sonrío y me disculpo otra vez por mancharlo. El dice que no importa.

Se acerca una última vez más a mí y nuestros labios chocan de manera casta. Lo veo salir corriendo y desaparece dentro de su casa.

Mi cara arde, sonrío. Tal vez no fue tan mal.

@Tsuyu7w7Em

Fandom: ArgChi Latin Hetalia
Días de prácticas para eso, buscaba guías en internet, se quedó hasta el límite de su tiempo libre estudiando esas imágenes, aprendiendo lo básico. Estaba por salir con el chico que le gustaba por primera vez.
Pero no, Martín no estaba rebuscando en foros cómo actuar en una cita ni eso. De hecho, cuando no le importaba estar en algo serio solía invitar a chicas todo el tiempo. Pero cambió cuando conoció a este chico. Con su uniforme de mesero blanco y negro se veía bastante atractivo a los ojos del bisexual argentino, su cabello castaño y mirada miel y seria lo hipnotizó unos segundos. El chico era el encargado de limpiar la cafetería que el rubio concurría seguido, siempre lo veía disimuladamente. Un día, Martín quiso desplegar sus encantos y se acercó amistoso para conocerlo. Pero, mientras hablaba, Manuel no respondió una sola palabra, sólo lo miraba confuso. Esperó que Martín callara para despedirlo con las manos. El otro lo único que supo fue su nombre, por la tarjeta de identificación en su camisa.
Mas Martín era testarudo no se rendiría hasta que el castaño le contestara diciéndole que no estaba interesado en él por lo menos. Fue varios días seguidos y siempre hablaba solo, Manuel nunca respondía pero tampoco lo ignoraba, parecía ponerse atento al movimiento de sus labios y en algunas veces negaba y asentía con gestos, luego volvía a despedirse con las manos, pero ahora sonriendo.

La última vez, Martín fue nervioso, esperó a su misterioso chico callado y sin dar rodeos le entregó un papel con la leyenda "¿Te gustaría salir conmigo?". El rubor y la ansiedad lo concomían. Sin embargo, el mesero lo miró sonriente y asintiendo con la cabeza sacó la birome y su libreta del bolsillo del delantal y anotó en ésa su número telefónico.
Hablaron sin parar los días siguientes, se atraían, pero había una diferencia. Por eso, al llegar, estaba ojeroso e inquieto, esperaba que su práctica sobre lenguaje de señas haya funcionado.
Manuel ya estaba en el restaurante y con simpleza saludó al rubio. Éste respondió igual tratando de hacer memoria para los próximos movimientos, pero le costaba de más adaptarse a esa comunicación y el menor sólo podía esperar paciente a que el otro terminara de gesticular.
Apenas se entendían entre los dos. Martín no quería ser tomado por tonto pero ya estaba perdido, olvidando todo lo demás. Le preocupaba que Manuel se enojara con él por eso y que ya no quisiera verlo más. Comenzó a frustrarse y se notaba en su rostro, parecía un fracaso... Hasta que vio una pequeña libretita atravesar la mesa hasta él y a Manuel alcanzándole su birome también sonriendo como sólo él sabía.
"¿Te parece si hablamos así?" decía aquella nota.
Entonces, cautivado, Martín asintió y dejó sus preguntas plasmadas en el papel.
Sabía luego que la cita sería hermosa como la sonrisa de Manuel, y cuando ésa terminó se animó a escribir "¿Salimos otra vez?"
El sordomudo asintió otra vez.

¡Muchas felicidades a los ganadores!

Esta vez hubo varias opciones para quedar en los ganadores, pero desafortunadamente solo tres pueden ser los destacados. Aún así, reiteramos que son bienvenidos a seguir participando en los retos, nos encanta ver su participación y su mejora como escritores.

¡Los esperamos el día de mañana para un nuevo reto! Estén pendientes.

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