Resultados "A Hogwarts"
Nada como volver a experimentar la magia. Muchas gracias a todos los que participaron y, sin más que agregar, vayamos con los ganadores.
Fandom: Boku No Hero Academia
Izuku Midoriya observaba con asombro el Gran Comedor de Hogwarts. El techo estrellado definitivamente lo tenía encantado pero no tanto como cuando un día había llegado una carta a su casa.
Al inicio, su madre no quería dejarlo ir, no al menos hasta que tuvo una ardua pelea con ella en donde terminó enterándose que su padre era un mago. Después de que le contara la historia las cosas se calmaron y finalmente le permitió irse.
La extrañaba pero no iba a dejar pasar esa oportunidad, dudó por el miedo, sin embargo, al estar parado en la estación todos sus nervios desaparecieron.
Suspiró, ya no tenía caso pensar en ese momento algo nostálgico, ahora estaba esperando a que su nombre resonara para poder pasar y pertenecer a una casa. Tenía entendido que cada una portaba cierta personalidad, solamente tendría problema si quedar en Slytherin, sería como poner un pequeño conejo en una manada de lobos.
—Izuku Midoriya —habló una mujer de aspecto mayor con cabello negro.
Se levantó de inmediato y con pasos decididos se sentó en la silla, expectante de cual sería la decisión del sombrero.
—¡Slytherin! —anunció el sombrero haciendo que el rostro del peliverde se deformara en una mueca terrorífica.
Gritó internamente cuando volteó a ver la mesa de la casa. Bakugo, su vecino que le había molestado toda su vida estaba sentado y tenía una mirada desquiciada, listo para disfrutar de su dolor.
Izuku no entendía que estaba pasando, debía ser una broma, alguien como él debería estar en cualquiera de las otras casas.
Muchas risas empezaron a sonar en el comedor. Shōto, el chico que conoció en el tren también se reía de él.
Ahora era una pesadilla, se levantó de la silla, dejando caer al Sombrero Seleccionador, y corrió a la puerta lleno de vergüenza, cuando iba a alcanzar la salida alguien le puso un pie, su cuerpo cayó y vió negro.
El de ojos bicolor se espantó cuando el cuerpo de su nuevo amigo había dado un sobresalto tremendo. Se acercó a él poniéndole una mano en el hombro.
—¿Estás bien Midoriya? —el peliverde respiraba muy agitado, volteó hacia todos lados antes de hacer contacto visual con el otro.
—Sí... Sí, no te preocupes —dijo pasándose las manos por la frente—. Solamente fue una pesadilla.
—¿Te expulsaban a los primeros días por un troll?
—¡No! —la repuesta del bicolor le había parecido extraña—. Soñé que quedaba en Slytherin, ya sabes, me contaste sobre las casas y...
Shōto había dado una risa grave, interrumpiendo al peliverde.
—¡Es imposible!
—¡Es serio, no te rías Todoroki! —las mejillas de Izuku estaban rojas.
Ambos cambiaron sus pensamientos cuando el tren se detuvo. Mirándose mutuamente bajaron con emoción, Izuku más que el otro se emocionó al ver lo cerca que quedaba el castillo. Hogwarts estaba muy cerca de él, era un sueño extraño hecho realidad. Su corazón palpitaba al cien por hora, seguro de algo: d que todos sabrían de Izuku Midoriya como el mejor mago de todos.
Fandom: The Maze Runner
¡Larchos a Hogwarts!
Thomas llevaba con orgullo el escudo de Gryffindor en su pecho. Llevar aquellos colores lo hacían inmensamente feliz y le recordaban que, fuera de aquel mundo cruel, tenía una inmensa familia que lo esperaba cada primero de septiembre con un gran banquete. Aquella sonrisa que brillaba en sus labios era la prueba de su felicidad, una sonrisa que no se había borrado de su rostro desde que había partido del orfanato con su pesado baúl.
Cruzar el muro, aquel muro que separaba ambos mundos, lo era todo. Era su gozo, su oportunidad, su esperanza. Su vida, esa vida tan corta, había sido demasiado oscura. Hogwarts había sido su luz hasta entonces y se había convertido en su hogar.
Un generador de paz y fuerza. Pensando en eso, en medio de la multitud de magos y brujas ir de un lado a otro por la estación de King's Cross, buscó a sus amigos. Esos hermanos incondicionales que habían llegado a él en el instante más caótico de su vida; un cabello rubio o un cabello negro y puntiagudo, eso era lo único que sus ojos querían alcanzar. Debían estar en alguna parte, haciendo alguna travesura o por el contrario, haciendo que los alumnos traviesos cumplieran las reglas. Eso último se lo esperaba de Newt más que de Minho, puesto que siendo prefecto de las águilas se tomaba su trabajo mucho más en serio que cualquier otra cosa existente.
Newt era todo corrección mientras que él, era saltarse las reglas y Minho un crítico y astuto espectador.
—¡Thomas, por aquí!
Se sintió aliviado al escuchar la "melodiosa" voz de Minho llamándolo. Fue cuestión de girar un poco su cabeza para encontrárselos. Se hizo lugar hasta llegar junto al Ravenclaw y al Slytherin esperando por subir a uno de los vagones del expreso. Se les había unido más tarde el carismático Hufflepuff, al que llamaban Sartén y un asustadizo y pequeño Neville Longbottom.
—Bueno, este es nuestro último año juntos, creí que no viviría para ver esto —les dijo colgándose de los hombros del rubio.
—¿Ya les entró la melancolía, Larchos? —Minho soltó una risa divertida mientras metía sus manos en los bolsillos de su pantalón —. Vaya par de viejas noveleras se han vuelto.
—Tus nervios de acero no son más que un cascarón, miertero —Newt alargó su mano para golpearlo pero este lo esquivó.
—Y así los conservaré, pajarraco —se quedaron un momento en silencio hasta que estallaron en risas —. Ya en serio, el año recién inicia, tenemos todo ese tiempo para pensar qué demonios haremos con nuestras vidas. Por mientras disfrutemos de este primero de septiembre antes de que todo se vaya al carajo —el pitido del expreso anunció su partida y la fila de adelante comenzó a diluirse con rapidez —. ¡Larchos a bordo!
—¡Larchos a Hogwarts!
Sí, pensó Thomas mirando a sus amigos, el año recién comenzaba. Ahora sólo debo disfrutar de aquel viaje en tren y de una buena dosis de divertidas anécdotas…
Fandom: Sherlock (BBC)
¿Cómo expresar lo que se sentía estar entrando a una escuela de magia, que, además, era la escuela más prestigiosa en el mundo?
Sherlock estaba, igual que siempre, estudiando minuciosamente a sus futuros compañeros.
Todos los nuevos alumnos entraron en tropel al Gran Comedor, algunos nerviosos, y otros emocionados. Sherlock se encontraba entre todos esos pequeños niños de once años en silencio. Al parecer a nadie le interesaba mucho hablarle, y él no tenía intención de hablarles tampoco.
Estaba pensando en la Casa a la que iría, cuando divisó a otro niño de cabello dorado, hablando con una chiquilla de cabello largo y labios finos. El niño le sonrió amistosamente y continuó hablando con la chica.
En ese momento, la profesora McGonagall entró con un taburete y un viejo sombrero de mago y lo colocó en medio del Gran Comedor.
La profesora comenzó a llamar uno a uno a los alumnos, y Sherlock se limitó a observar en silencio.
—¡Watson, John! —vociferó la profesora, y el niño que había sonreído a Sherlock pasó al frente, algo nervioso por el hecho de que todo Hogwarts lo estaba mirando en ese momento.
La profesora puso el Sombrero en la cabeza de John, y éste resbaló hasta taparle los ojos. De cualquier modo, el Sombrero enseguida gritó:
—¡GRYFFINDOR! —John se levantó sonriente mientras McGonagall le quitaba el sombrero, y fue a sentarse a la mesa de su casa.
Sherlock, entonces, hizo contacto visual con su hermano mayor, Mycroft, que pertenecía a Ravenclaw. Su hermano era prefecto, y Sherlock sabía que no lo dejaría en paz en el tiempo que ambos Holmes coincidieran en el colegio.
Pasó la niña con la que John estaba hablando, que resultó llamarse Molly Hooper, la cual fue directamente a Hufflepuff; otro chico llamado Greg Lestrade (aunque Sherlock hubiera jurado que se llamaba Graham), que fue también a Gryffindor; otro muchacho que antes de que el Sombrero le tocara un cabello, éste último gritó ¡SLYTHERIN!, y así hasta que finalmente se escuchó ¡Holmes, Sherlock!
Sherlock pasó al frente tan impasible como siempre. Se sentó en el taburete y la profesora puso el Sombrero en su cabeza.
"Interesante..." susurró el Sombrero en su cabeza. "¿Dónde te pondré, geniecillo? Estarías bien en Ravenclaw, sí... pero en Slytherin..."
Sherlock se sintió algo avergonzado por la demora que el Sombrero estaba presentando. Decidió concentrarse en observar a su hermano, intentando imaginar qué estaba pensando. Observó la expresión que tenía, la posición de sus manos... todo, hasta que resolvió que Mycroft estaba deseando que el Sombrero se apurara para comenzar a comer.
—¡RAVENCLAW! —gritó el Sombrero al fin, y Sherlock simplemente fue a sentarse a su mesa.
Cruzó miradas una vez más con John Watson, y ambos se sonrieron sin saber siquiera que a partir de ese momento, sus destinos estarían atados por una serie de oscuros acontecimientos que acecharían Hogwarts durante el siguiente año, detrás de los cuales se escondía un misterio aún mayor de lo que cualquiera de los dos podría imaginarse.
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