Hunter estaba furioso, no podía creer que después de tantos años de ser temidos y respetados por el mundo mágico ahora eran la burla, pero esto no se iba a quedar así ¡Antes dejaba de ser el conde Hunter, el empalador, mismísimo descendiente de Vlad, el vampiro original! Salió de su féretro para ir al despacho que había pertenecido a su abuelo, el cual había muerto honrosamente en batalla.

Eso hacía de Hunter recordara de nuevo a esos nuevos vampiros que deshonraban a la raza y sin más comenzó a escribir furiosamente una carta.

Estimado consejo vampirico:

Como miembro de una de las familias originales y preocupado por la reputación de nuestra raza, me veo obligado en la necesidad de pedirles la implementación de nuevas normas para los denominados "Vampiros Hipster", entiendo que las generaciones han cambiado, pero ahora en cada reunión anual de criaturas mágicas se nos ha perdido el respeto, tal y como ustedes han visto, esto no puede continuar así, por lo cual propongo la pena máxima para aquellos que deshonren el nombre que tanto les costo labrar a nuestros antepasados.

Sin más que decir, espero su pronta acción en este problema que nos afecta a todos.

Atentamente.

Conde Hunter Blake.

Hunter revisó la carta varías veces hasta que estuvo satisfecho, después llamó a uno de sus cuervos, amarró la carta a una de sus patas y lo acarició levemente.

—No vuelvas sin respuesta chico —Lo dejó volar, con suerte y mucha insistencia, esos dichosos vampiros hipster serían eliminados.