"Me estoy muriendo de frío" pensó Daniela mientras caminaba a la par de Jeff, ambos con las túnicas de la escuela, se habían saltado las clases de pociones con el cara de amargado (a quien ambos odiaban por cierto) para ir al pueblo y poderse colar a la cabeza de puerco, ya que ninguno era mayor de edad,  ni en el mundo Mugggle ni en el mundo mágico.

Ambos eran de países diferentes, Jeffrey era de Él Salvador y Daniela de México, pero habían sido escogidos en sus escuelas mágicas para un intercambio a la más famosa escuela de magia en Gran Bretaña, todo un honor, menos para ellos.

—¡Hace un puto frío que te cagas! —gritó la chica incapaz de seguir soportando más— no siento las manos ni la cara.

—Yo te advertí que te pusieras guantes, pero para variar nunca me haces caso.

—Cállate serpiente, llevamos menos de dos meses aquí ¡vivo en un clima donde lo más frío son quince grados! Aquí debemos estar a menos no se cuanto —se lamentó— a buena hora te hice caso.

—Admítelo tú tampoco querías verle la cara de amargado al profesor Estarrosa, que por más que esté como un tren, tiene cara de que le ensartaron un palo en el culo.

—Ni siquiera sabemos si le tira al otro bando.

—Mi estimada Daniela, yo tengo un radar para esas cosas y... —fue interrumpido por la fuerte caída de su compañera en la nieve—¿Qué estas haciendo? ¡No es tiempo de descansar! Todavía falta para que lleguemos al pueblo.

Ella lo volteó a ver con una mirada asesina.

—¡Estoy tragando nieve! ¿No te jode? —le estira la mano—Deja de quejarte y ayúdame, creo que caí en un pozo.

El chico se dispuso a ayudarla, pero de repente se puso pálido como fantasma.

—Vamos Jeff ni que hubieras visto un dementor —se burló, pero al ver que él no decía ni pío y también al sentir un inusual escalofrío (no por el frío obviamente) se paró lo más rápido que pudo y agarró a su amigo por la túnica para correr como locos.

—¡Jeff! ¡Apúrate o nos alcanzará el dementor!

—¡¿Qué no sabes lanzar patronus?!

—¡Me salte esa clase para tener sexo con Madeline!

—¡No sirves para nada! ¡Serpiente inútil!

—Pues ahora somos dos serpientes inútiles ¡corre o se tragará nuestra alma!

¿Podrán salir con vida? ¿Dejarán de ser unas serpientes inútiles? ¿Llegarán a su país con su alma intacta? ¡Opinen!