Olimpo, días antes de San Valentín.

—¡Lun! —llegó agitado Lance, después de haber buscado a su prima por todos lados.

La mencionada sólo sonrió, era muy raro ver a Lance tan agitado.

—¿Qué te pasa? ¿otra vez el señor Apolo está persiguiendo ninfas?

—¡No! Bueno no sé...¡Pero ese no es el caso!

—¿Entonces?

—¡Todos se han vuelto locos!

Lun lo miro como dudando de su salud mental.

—¿Y de cuáles "todos" estamos hablando?

—¡Del tío Eros por supuesto!

—¿Quieres dejar de gritas? Y no sé porque te sorprende, ya casi se acerca San Valentín, me sorprendería si no estuviera atareado —respondió la chica con obviedad.

—¿Has visto lo que está haciendo? —siguió con su histeria Lance, tanto que Lun estaba considerando en darle una bofetada.

—Eh...¿No?

—¡Se puso a capturar y reparar corazones humanos! ¿y a que no adivinas quien le está ayudando?

—¿La abuela Afrodita? —susurró la chica, ya que si la diosa del amor la pescaba diciéndole por ese título le iría muy mal.

Él negó.

—Mucho peor, me he encontrado en el taller de Eros a al abuelo Ares y a los tíos Deimos y Phobos ¡reparando corazones con un mandil!

—¿Seguro viste bien? —si antes dudaba de la salud mental de su primo, ahora Lun estaba convencida de que Lance había perdido la cabeza.

¿Qué demonios pintaba un dios de la guerra junto con los dioses del pánico y el terror en el taller del Dios del amor? ¡Era absurdo!

—¡Ven! Para que lo veas con tus propios ojos —la jalo el chico.

Lun suspiró, pero se dejó arrastrar, para variar en el Olimpo nunca existía un día tranquilo, menos mal que todavía traía consigo la cámara que había conseguido en el mundo humano.

¿Cómo decían que funcionaba el mentado YouTube...?