Me muerdo las uñas de solo pensar en lo que estoy haciendo, se que es una salida fácil, pero quedarme en mi casa no es una opción, no mientras sigan aferrados a algo que jamás pasará.

He rechazado la propuesta de matrimonio de la persona que justamente salvará a mis padres de la ruina y la razón no puede ser más simple, le quiero más no le amo lo suficiente como para unir mi vida con él.

Yo amo a otra persona, al chico que me hace reír con sus chistes, que en sus brazos me puedo sentir protegida y sobre todo que me quiere por lo que soy.

Conocí a Matthew cuando íbamos juntos a un prestigioso internado de Inglaterra, él era un becado y yo era la hija de una de las importantes familias del lugar, a simple vista no teníamos nada en común.

Sin embargo ambos compartíamos una pasión: la escritura, yo escribía relatos en mis tiempos libres y Matt me deleitaba con un sin fin de poemas, de los cuales más tarde me enteré, yo era la musa.

Lo nuestro comenzó como amistad y pronto se convirtió en amor...en ese amor avasallador y sin límites que uno experimenta cuando es joven, cuando la esperanza de vivir un amor único nos invade.

Todo fue tan maravilloso hasta que el peso de mi apellido me trajo bruscamente a la realidad.

Por un tiempo reconozco que me deje llevar, mi niña interior me hacía confiar ciegamente en mis padres sin el más mínimo cuestionamiento.

Hasta que se metieron con lo único que me importaba como para luchar: mi relación con Matthew.

Es por ello que ahora estoy con una maleta con las mínimas pertenencias para huir a España junto al amor de mi vida, para poder ser felices.

Me siento a esperar...se que vendrá.

Pasa una hora.

Pasan dos y sigo esperando.

A la tercera hora mi burbuja de felicidad parece pincharse con la aguja de la realidad...él no vendrá.

Es ahora cuando debo decidir ¿quedarme a una vida de infelicidad con aquel que mis padres desean? ¿O partir a España con el corazón destrozado, pero con la ilusión de la libertad?

A la cuarta hora lo tengo claro, es momento del adiós: a la familia que me vio crecer, a la opresión y sobre todo...a ese primer amor que nunca olvidare.