Él sabía que algo no estaba funcionando. Ace podía sentir perfectamente la mirada de todos sobre él, más específicamente sobre su espalda, donde alguna vez hubo un tatuaje, donde alguna vez hubo un gran agujero.

¿Qué tanto me miran? - Ace por fin le preguntó a Namur. El pobre tiburón solo miró hacia otro lado, incapaz de decirle una mentira a su hermano, pero también incapaz de delatar al resto de su familia.

Bien... Si nadie quiere decirme qué está sucediendo, entonces lo descubriré por mi cuenta - Ace se alejó del comedor a paso tranquilo. No quería que nadie sospechara. Rápidamente, apenas estuvo fuera de la vista de todos, se metió en una de las tuberías. Solo necesitaba un poco de paciencia para llegar hasta la habitación de papá.

Cuando por fin llegó, se lanzó sobre el escritorio. Había algo que diferenciaba el cuarto del resto de habitaciones, había un objeto aquí que explicaría cualquier problema o cosa que pasa en el barco... La bitácora del capitán.

Así que rápidamente fue hacia el gran cuaderno y comenzó a buscar. Las últimas fechas serán borrosas pero rápidas. Cuando por fin encontró lo que buscaba.

"Bitácora del capitán, 8 de septiembre del año XXXX. Mi pequeño hijo Ace necesita tener pronto su tatuaje. Tiene algunos problemas con las agujas y algunos traumas que trabajaremos en el futuro".

Pftt, ¿qué traumas? Estoy más fresco que una lechuga - Ace tenía un tic en el ojo solo de pensar que papá estaba escribiendo sobre eso en su cuaderno, lo cual demostraba totalmente que estaba traumado.

"Hemos estado planeando con toda la tripulación cómo hacer que Ace se tatúe".

Y la historia seguía y seguía. El punto era que el pecoso ya sabía lo que estaba sucediendo. Ace suspiró. Papá tenía razón, necesitaba tatuarse, pero no necesitaba pasar una vergüenza frente a toda la familia. Así que, como estaban en una isla, encontraría a un tatuador y se haría el tatuaje en silencio. Se escondería en su cuarto con la excusa de que su celo tal vez estaba pronto a comenzar.

Así que se bajó del barco sin avisarle a nadie. No quería que lo siguieran para tratar de capturarlo o algo por el estilo. Además, el Moby Dick dos estaba en la misma isla. Hablaría con sus chicos por un Den Den y les explicaría todo lo que estaba pasando. Después de haberse hecho el tatuaje, Barba Blanca no podría decirle que no a que su tripulación volviera al barco, porque significaba que él ya era parte de la familia y no se iría. La única razón por la que no permitían aún que su tripulación volviera al barco.

Caminó hacia el centro de la ciudad, un poco nervioso. Había pasado mucho tiempo desde que algo le perforaba la piel... Perforar la piel... Perforar el cuerpo... Luffy... Akainu... Garp... Papá... Marco... Sangre, dolor, llanto... Sufrimiento.

Bueno... pero ya no estaba ahí. ¿Todos estaban a salvo? Ace se llevó la mano al pecho para sentir su corazón. Sí, estaba vivo.

Caminó hacia la primera tienda de tatuajes que encontró. Sabía que era mejor que lo hiciera Izo; el chico le haría algo lindo y clásico para un pirata, pero él quería que alrededor de su marca hubiera llamas azules y rojas.

Durante todo el tatuaje estuvo como en otro mundo. No quería ni mirar las agujas ni recordar el proceso.

Todo listo, joven. Use humectante, no se exponga mucho al sol y tampoco nade - Ace asintió, pagó y se fue. Tuvo que ponerse una camisa para cubrir su tatuaje. Cuando llegó al barco, se escondió y se metió en su cuarto. Necesitaba estar solo. Su estado mental actual no era el mejor para enfrentar una ola de emociones o una fiesta.

Se acomodó en su cama y se escondió debajo de las mantas. Suspiró. Ahora se sentía mucho mejor... ¿Esto era un nido? Necesitaba más ropa... Bueno, eso lo vería cuando estuviera mejor. Ace comenzó a quedarse dormido. Se estaba relajando al estar en casa.

Ace abrió sus ojos rápido y se cayó de la cama cuando escuchó cómo golpeaban su puerta.

¿¡Qué!? - Ace gritó con la mano en el corazón cuando Thatch y Haruta entraron a su cuarto.

¿Estás bien, Ace? - Haruta miró curioso a su hermano.

Sí... ¿Por qué? - Ace se sobó la espalda donde le dolía un poco el golpe y el tatuaje.

Bueno... estás usando camisa - Ace se atragantó con su saliva.

Pues... ¿Sí? ¿Cómo la gente normal, no? - Haruta y Thatch se miraron.

Ace... hermanito - Thatch se acercó y pasó su brazo sobre los hombros de Ace con cariño - Nosotros no somos normales.

Aja - Haruta apoyó la noción.

Bueno... el normal en lo anormal, es anormal - Ace bufó mirando a otro lado.

¿Marco te chupeteó el cuello? - Haruta lo miró con una sonrisa pícara.

¿¡Khe!? - A Ace le salió un sonido raro por la falta de aire en sus pulmones.

¿¡Marco te sacó la sangre como el vampiro que es!? - Thatch trató de ver el cuello de Ace, pero el chico se sonrojó y levantó el cuello de su camisa.

NOOO - Ace no quería que pensaran eso - Espera... ¿Por qué Marco sería un vampiro? - A Ace le entró la duda.

Ah, porque es serio - Haruta enumeró.

Más blanco que un fantasma - Ace levantó otro dedo.

No le gusta el picante... ni el ajo - Haruta se rió de eso.

Y vive a base de café porque literalmente no duerme haciendo papeleo - Thatch aprovechó la distracción de Ace, para tirar de la camisa y ver lo que su hermano escondía.

¿Te heriste? - Thatch y Haruta estaban a nada de morir de un paro cardíaco al ver a Ace tatuado.

¡No!... es un tatuaje - Ace se sonrojó mirando a otro lado.

¿Tatuaje? - Thatch giró su cabeza como una muñeca poseída - ¿Qué te tatuaste en la espalda?

La... la marca de Oyaji - Ace susurró, pero Haruta no pudo evitar chillar de emoción.

¿Podemos ver? - Ace se sentía avergonzado. Tomó su camisa y negó con cuidado y sonrojado.

Ohhh, está bien, lo veremos cuando estés listo - Ambos escaparon de la habitación.