-serenidad-
Ace está sereno ahora. ¿Podía ser que esta vez podría disfrutar de su juventud sin estar pensando que la Marina vendría por él en cualquier momento? Ace suspiró, aún le dolía un poco la espalda, pero ya estaba mucho mejor.
¿Qué te pasa? - Deuce se acercó a él. Los habían traído de regreso al barco principal porque papá quería conocer a sus otros hijos.
¿Qué te pasa a ti? ¿Te tatuaron? - Deuce bufó. Por culpa de la travesura de Ace, Oyaji decidió que los otros mocosos necesitaban ser tatuados bajo su mirada antes de que terminen todos haciendo la misma idiotez que su otro hijo.
-Sí, gracias - Deuce tuvo que tatuarse aunque no se sentía muy bien, pero no importaba. Lo habían estado siguiendo por todo el barco como si fuera un bebé, así que se escapó al mismo lugar donde Ace escapaba.
Perdón por eso - Ace suspiró mirando al mar.
Está bien - Deuce miró con una sonrisa al pecoso, había pasado mucho tiempo desde que había visto a Ace tan calmado, tan sereno.
Bueno, es que todo es tan irreal. Siempre pensé que me pasaría la vida corriendo de la Marina por su sangre maldita - Ace agachó la cabeza y disfrutó del contacto de la mano de su hermano sobando tranquilizadoramente su espalda.
Pero ya no tienes que correr de nada, Oyaji no va a dejar que nadie te ponga la mano encima - Deuce miró al cielo.
¿Por qué estás triste? ¿Me seguiste aquí aunque no querías? - Ace miró a Deuce preocupado. Esta fue una duda que lo había perseguido por mucho tiempo.
No estoy triste de estar aquí, pero no creo merecerlo o pertenecer ... - Deuce miró al piso y no se dio cuenta de que los comandantes estaban pasando por ahí y, por chismosos, se escondieron para escuchar.
¿Por qué? Oyaji no te pediría estar aquí si no lo quisiera - Ace y Deuce se sentaron en el piso en una fraternidad especial, en confidencia.
Porque... Ace, él te quería a ti, nosotros solo somos parte del paquete, nosotros no te dejaríamos y tú no lo harías. Eres muy fiel como para eso, y él lo sabía, así que nos tiene aquí... - Deuce miró a Ace.
Él también los quiere mucho. Él quiere conocerlos y mira potencial en ustedes ... - Ace abrazó a Deuce, Ace sabía que no podía simplemente arreglar las emociones de Deuce, pero por lo menos trataría.
Los comandantes estaban agarrándose de los pelos, no querían darle esa impresión a sus nuevos hermanos. Iban a tener que inventar una especie de plan con Oyaji para que esta situación familiar se arreglara lo antes posible.
Bueno, ¿Qué tal es ser comandante? ¿Mucho papeleo? - Deuce se burló de Ace que se enardeció como un gallo galante.
Pff, ¿yo? ¿Mucho trabajo? No le digas a los chicos, pero yo ya sabía hacer ese papeleo y se le ve a leguas a Marco el tipo de letra que le gusta, ya está listo, pero como se entrega en 4 días está acumulando polvo en mi cuarto - Ace se rió ante la vista de Deuce ahogándose de la risa.
Deberías entregarlo - Ace bufó.
Naa, quiero ver a Marco caer en la desesperación de tener a otro irresponsable en la fila - Marco bufó desde el otro lado y Ace se quedó quieto como estatua.
¿Ace? - Deuce miró a su hermano que miró con los ojos entrecerrados hasta la puerta donde los comandantes estaban escondidos. Los comandantes comenzaron a sudar frío.
¿Nos vio? - Thatch susurró.
Imposible, no tiene haki - Izo murmuró.
Debemos estar locos, solo quédense quietos yoi - Marco y los demás se congelaron cuando vieron a Ace levantarse y ponerse frente a la puerta de brazos cruzados. Suspiraron cuando Ace se dio la vuelta y apoyó su espalda contra la puerta evitando que se abriera.
¿Qué pasa, Ace? - Ace sonrió como el diablo, pero eso era algo que solo Deuce podía ver.
¿Recuerdas que estuve practicando una cosita con Shanks? - Ace miró a Deuce con una sonrisa traviesa.
¿El haki? - Los comandantes comenzaron a sudar como locos. ¿Ace tenía haki?
A-aun es muy joven para tenerlo tan desarrollado - Haruta trató de ser razonable, pero de repente todos se cayeron al piso uno encima del otro después de que Ace abriera abruptamente la puerta.
Pues aquí están - Ace bufó enfadado por la violación a su privacidad.
¿Qué? ¿Cuánto escucharon? - Deuce se levantó para pararse al lado de Ace.
Lo siento, casi todo - Jozu se estaba levantando pero se quedó paralizado mirando cómo los ojos de Deuce se iban llenando de lágrimas, Ace trató de calmar al chico de cabello azul, pero no pudo, Deuce salió corriendo de la habitación llorando.
¡No, no, no, no se supone que lo hagamos llorar! - Thatch estaba a punto de morir con solo la idea de hacer llorar a alguno de sus hermanos.
Mierda... - Jozu siempre pensó que tenía un corazón de diamante, pero ver a Deuce llorar se lo destruyó en miles de pequeños pedacitos.
¿Ace yoi? - Marco miró preocupado a Ace, al ver que le estaban temblando los hombros. Estaba enfadado, iba a gritar, Marco cerró los ojos ya dispuesto para recibir el regaño de su vida.
¡Tú no llores también Ace! - Haruta miró preocupado al pecoso que estaba llorando con las mejillas rojas. Marco abrió los ojos impactado, ¿Ace estaba llorando?
Púdranse - Ace se fue secándose las lágrimas de los ojos, pero cada vez caían más.
¿La cagamos? - Vista miró a Namur que se tapaba los ojos para no ver a sus hermanos llorar.
Mucho yoi - Marco se rascó el cuello y suspiró, tenían que arreglar esto.
Marco, Jozu vayan y arreglen todo - Izo les ordenó.
¿Por qué nosotros? - Jozu miró enfadado a Izo.
Ustedes son los novios - Marco se sonrojó y miró a otro lado, lentamente se fue de la habitación en busca de su chico de fuego.
Yo no soy novio de Deuce - Jozu miró a otro lado.
Ay por favor, tú le muestras tus músculos, le pones tu ropa, le regalas cosas para su nido, flores, peluches, chocolates, eres su novio - Jozu miró a la nada, ¿tanto se le había notado el enamoramiento?
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