- Secretos -
Ace le dijo la verdad a Marco para probar si seguían siendo su familia. Efectivamente, cuando le dijo su secreto a Marco, fue como si nada hubiera pasado. Eso fue suficiente, pero ahora debía hablar con los demás, y aprovechar para hacer una pataleta como el niño que era.
Ace se escapó de la enfermería, lanzándose a cubierta.
¿Ya estás bien, mocoso? - Shirohige sonrió al ver al joven pecoso.
¿¡Por qué me secuestraste, viejo lunático!? - Medio barco casi escupió. ¿Este niño no tenía miedo?
¿Para que seas mi hijo? - Ace gruñó.
¡Pues fíjate que no! - Y ante todo pronóstico, Ace le sacó la lengua.
¡Vas a ser mi hijo pequeño, GURARARA! - Ace bufó ante la risa del hombre.
¡Voy a pelear contigo! - Ace se lanzó como una bola de fuego hacia el hombre, que se levantó al ver que el niño iba en serio. Tuvo que sostener la bola con dos manos, fue empujado hacia atrás, acusando que se sentara otra vez, pero Ace se cansó y cayó de regreso al piso, de pie como un gato.
Vaya... veo que el mocoso pelirrojo te entrenó bien - Shirohige pensó que si no hubiera usado Haki, Ace lo habría quemado.
¡Te estoy diciendo que esto no es divertido, viejo! ¡No puedes ir por ahí secuestrando gente! - Ace saltó enfadado. - Oye... ¿Y mis hermanos? - Ace se rascó la cabeza.
¿Nosotros? - Thatch lo miró con amor de hermano.
¡Tú no eres mi hermano! - Uy, a Ace le dolió decir eso y tener que mirar a otro lado.
Están en el Moby dos - Ace gruñó; se sentía impotente.
Ace, tienes que calmarte un poco, yoi - Marco se acercó a él. Ace no sabía si abrazar a la piña o tratar de estrangularlo.
¡Pues fíjate que no!... Me quiero bajar - Ace miró a Barba Blanca, que suspiró.
Eso no se va a poder, hijo - Ace se mostró enojado, pero por dentro estaba a punto de lanzarse sobre su padre y decirle lo mucho que lo había extrañado.
¿Y por qué no? - Ace gruñó.
Porque llegamos a tierra en unos 3 meses - Ace abrió los ojos y corrió hasta la barandilla del barco, para mirar el mar.
¿Ace, yoi? - Marco se preocupó un poco porque la presencia de Ace se perturbó un poco.
¿Y si me tiro al mar y me muero como el ancla que soy? - Marco corrió hasta el Omega y lo agarró de la cintura tratando de alejarlo de ahí.
No esperaba que pasar 3 meses con nosotros fuera tan malo para ti, después de todo parecías llevarte bien con nosotros - Thatch se hizo la víctima en una esquina. Ace conocía esa táctica; el cocinero se la hizo demasiadas veces en su otra vida.
¡Porque Shanks estaba conmigo! - Ace se soltó del agarre del rubio.
¿Qué? ¿Te damos miedo para que te escondas detrás de pelirrojos? - Jozu atacó el orgullo del joven.
No es eso, pero a él lo conozco desde mucho antes que ustedes - Ace argumentó. Eso tenía sentido, buenas mentira ace.
Bueno... ¿Y si le avisas a tus seres queridos que estás aquí como una muestra de seguridad? - Atmos miró al pecoso.
¿Que le cuente a pelirrojo y que luego venga aquí llorando? - Kingdew miró impactado a sus hermanos.
Si me dejas hacer eso, me quedaré aquí... sin más drama hasta llegar a la siguiente isla - Ace no debía ser confiado; no sabía si podía ser el mismo con ellos. Después de todo, solo se había asegurado de que Marco era su Marco; tenía que descubrirlo de los demás.
Toma - Izo le entregó un caracolito.
Ace marcó el número de Shanks en el Den Den Mushi. Después de unos momentos de duda, donde esperaba que el caracol fuera contestado, apretó el Den Den Mushi y lo acercó un poco para hablar mucho más fuerte. El tono de marcado resonó entre ellos antes de que finalmente el pelirrojo contestara por el otro lado.
¿Hola? Al habla el pelirrojo más sexy de todos los mares. Si eres Buggy, sí a lo que quieras, mi amor - La voz de Shanks, el pelirrojo, como siempre haciéndolo todo como si fuera un mocoso.
Ace tragó duro, pasando saliva por su garganta; tenía un nudo atrapado en ella. No esperaba tener que decirle esto al celoso del pelirrojo, pero tenía que hacerlo ahora o atenerse a las consecuencias del tiempo.
Ey, Shanks, soy yo, Ace -
Se mantuvo un breve silencio entre ellos, como si Ace procesara lo que le había dicho todas estas tonterías a Ace.
Acey... ¡Qué sorpresa, baby Ace! ¿Podemos hacer como que eso no pasó? ¿Por qué no me llamas desde tu Den Den personal?
La calidez dentro de la voz de Shanks hizo que Ace no pudiera evitar soltar una sonrisa. A Shanks no le importaba nada. Sabía que lo que diría a continuación estaba a punto de causar un shock mental en el vástago.
Todo bien, Shanks. Oye, quiero decirte una cosita, chiquita, así... ¿importante? - Ace se rascó el cuello.
Dímelo, baby Ace. Estoy aquí para ti, todo oídos. ¿Alguien te molestó? Porque eres como mi hermanito menor y te voy a decir que les voy a partir la madre, no me importa si es el jodido Gobierno Mundial. - Eso hizo que Shirohige sonriera. Nunca esperó escuchar eso de Shanks, además de Buggy y su tripulación.
El viento chocaba con la ropa de Ace mientras el pecoso meditaba cómo decir todo.
Me voy a quedar durante 3 meses con los piratas de Barba Blanca. Básicamente, esto fue un secuestro, pero lo voy a tomar como un intento extremadamente extraño y perturbador de amistad.
Hubo un gran momento de silencio desde el otro extremo de la línea. Ace imaginó que Shanks estaba colapsando desde el otro lado por las expresiones del Den Den Mushi, intentando entender esto un poco.
Está bien.... ¿estás seguro de eso? Conozco al viejo y no es de los que acepten un no por respuesta. Además, no eres muy joven para que el Gobierno sepa que eres amigos de 2 Yonkous. Después de todo, solo tienes 18 años, pero si es lo que tú quieres...
La voz del pelirrojo sonaba un poco preocupada, pero le estaba ofreciendo aceptación y comprensión. Ace soltó un suspiro; no iba a tener más drama por un buen tiempo, aunque había pasado tanto tiempo con Shanks que no quería separarse mucho de él. Había temido por un momento que su decisión cambiaría el comportamiento que él tenía contra él.
Claro, gracias, Shanks. Te llamaré si sucede cualquier cosa.... hermano.
Recuerda, Ace, siempre tendremos los brazos abiertos para tu gente y tú en mi tripulación. Siempre están abiertos para ti... hermanito. - La llamada se acabó.
¿Todo correcto, yoi? - Marco le sonrió a Ace, que bufó.
Los demás estaban paralizados de celos.
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