-Diamante Azul -

Jozu caminó hasta la habitación de Deuce, donde podía sentir el haki del joven navegante. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de la puerta de Deuce, pudo sentir los pequeños sollozos de su chico. Había estado cortejando al omega y ni siquiera se había dado cuenta.

Jozu tragó duro. Necesitaba tragar un poco de valentía. Levantó su mano y la transformó en puño para dar tres pequeños golpes en la puerta. Rápidamente escuchó cómo el omega trataba de dejar de llorar y se acercó a la puerta para abrirla con sus ojitos rojos e hinchados.

¿Qué es lo que quieres? - Deuce lo miró enfadado.

¿Puedo pasar? - Deuce iba a cerrarle la puerta en la cara, pero volvió su brazo en diamante y lo metió antes de que el omega pudiera cerrarla. - ¿Por favor? - Deuce lo miró con un puchero, pero luego abrió despacio la puerta y se movió hacia un lado, dejando que Jozu entrara a su habitación.

No puedo creer que tú me hayas hecho algo así - Deuce miró a Jozu y el hombre se agachó para estar a la altura de Deuce.

Puso sus manos en la cintura de Deuce y lo levantó en el aire. Deuce se sorprendió mientras pataleaba. ¿Qué mierda le pasaba a este imbécil?

¿Qué estás haciendo? - Deuce se encontraba molesto y miró a Jozu, pero se quedó en silencio al ver la sonrisa tierna del hombre de diamante.

¿Esto es mejor? - Jozu preguntó mientras se sentaba en la cama y ponía a Deuce sobre sus piernas. El chico enmascarado no quería decir que sí, pero en realidad sí se sentía mucho mejor.

Jumm - Deuce se sonrojó y con los brazos cruzados sobre el pecho miró a otro lado sonrojado.

¿Podemos hablar? Estuve charlando con los chicos y creo... creo que te he estado cortejando inconscientemente porque estoy realmente enamorado de ti y realmente estoy convencido de que quiero ser tu alfa.

Amm - Deuce abrió los ojos sorprendido. ¿Cortejo?... Oh, espera... sí, eso definitivamente fue un cortejo. Oh, su omega estaba bailando dentro de él. Se retorció un poco avergonzado. El aroma de Jozu era genial. Se sentía seguro con él y realmente no lo había visto como un hermano, más como una persona que le gustaba... mucho.

Lo siento, te estoy molestando. Esto es indebido - Jozu estuvo a punto de dejar a Deuce en el suelo, pero el chico peliazul tomó con sus manos la camisa de Jozu. Deuce se acurrucó contra él y suspiró. No sabía ni siquiera si eran almas gemelas.

¿Tienes alguna marca de alma gemela? - Deuce miró a Jozu. No quería meterse en una relación donde todo acabaría mal, no en este ambiente tan familiar unido.

-Sí, tengo una Tacuarita azul - Jozu le mostró la marca ubicada debajo de una tela en la muñeca del hombre de diamante.

Deuce tragó duro. Mierda, su marca de alma gemela estaba ardiendo como el diablo. Había escuchado que la sensación de unir dos marcas era muy fuerte, era potente. Suspiró y de su propia muñeca retiró una tela. Un diamante brillaba y los ojos de Jozu se agrandaron. Casi quería saltar sobre el omega y besarlo al descubrir que era su alma gemela.

Deuce... - Deuce se apoyó contra el pecho de Jozu y muy lentamente acercó su propia muñeca hasta la de su alma gemela. Cuando ambas marcas estaban brillando y vibrando en una gran intensidad, Deuce se asustó y retiró su muñeca escondiéndose en el pecho de Jozu.

.... - Deuce estaba respirando rápido. No estaba seguro de querer unir sus almas aún. Ace y Marco lo hicieron sin darse cuenta esos dos cabezas de pájaro, y muchos también, pero él tenía la oportunidad de elegir y no sabía si esto es lo que quería.

Deuce... - Deuce miró a Jozu. El hombre de diamante lo miraba tan desesperado y él lo entendía. Después de todo, seguramente había esperado toda su vida para unirse con su alma gemela.

Tengo miedo... - Deuce fue sincero con Jozu. Él merecía saber qué era lo que estaba pasando. Las lágrimas corrían por sus mejillas y el alfa se sintió con unas ganas de proteger al omega. - Tengo miedo de todo lo que está pasando últimamente. - Jozu abrazó más fuerte a Deuce y lo sostuvo.

Deuce... nunca voy a dejar, todos en la familia te aman, todos te amamos. No hay forma en este mundo que permitamos que algo te suceda. - Deuce miró a los ojos del alfa tratando de encontrar alguna mentira, pero no vio ninguna. Sus ojos eran sinceros.

Bien... - Deuce y Jozu acercaron sus marcas, sabían que estarían extraños por algunos momentos.

Dios... - Jozu suspiró cuando por fin se unieron sus marcas de almas gemelas. Deuce suspiró también y todo su cuerpo tembló. Cuando por fin podían separarse, Deuce no quería soltar a Jozu.

¿Bebé? - Jozu miró a Deuce que pasó sus manos sobre sus hombros y se abrazó a su cuello, ronroneando. Eso solo encendió a su alfa, pero no quería hacer absolutamente nada sin el consentimiento de Deuce.

No me sueltes - Deuce se acurrucó contra el hombre que era el doble de grande que él.

Está bien... ¿No podemos? - Jozu por lo menos podía decir que lo intentó, porque de verdad tenía muchas ganas de unirse de otras maneras con Deuce.

Ni siquiera lo sueñes. No te voy a dar el primer beso hasta la tercera cita - Deuce se rió ante el puchero de Jozu. El hombre lo puso en uno de sus brazos como novia. Como era grande, solo necesitaba un brazo para hacerlo.

Está bien - Jozu salió de la habitación en camino hacia Oyaji para comunicarle todo lo que acababa de suceder.

Cuando llegaron con Oyaji mientras Jozu hablaba con él, Deuce estaba disociado enterrado en el aroma de su alfa. Oyaji se dio cuenta de que Deuce no estaba muy abierto a una relación padre e hijo y sabía perfectamente por qué. Thatch y los demás ya le habían comunicado todo lo que pasó en el cuarto y ya tenía un plan para eso, pero primero esperar que el efecto del enlace no accidental pase.

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