-Besos-

Ace no puede creer que esto realmente le esté sucediendo, el idiota de Marco era simplemente una cosa de otro mundo para él.

Lo había estado siguiendo como una especie de pavo real durante todos estos días. Ace, como el chico vergonzoso que aún era, no fue capaz de darle la cara. Cada vez que se encontraba con el rubio, salía corriendo.

Y esto solo hacía que Marco lo siguiera más. El rubio estaba nervioso de haberla cagado con el pecoso, así que simplemente comenzó a seguirlo por todo el Moby Dick.

¿Tal vez deberías dejar de seguirlo y darle su espacio? - Izo escondió su sonrisa divertida detrás del abanico en su mano.

¿¡Y si eso solo hace que se aleje más de mí yoi!? - Marco se pasó las manos por la cara desesperado.

Seguramente habrá sido tu culpa por no decirle que eran pareja, mejor dicho, por ni siquiera haberle preguntado si querían ser pareja - Thatch se quedó callado ante las miradas de sus hermanos, parece que no estaba ayudando.

¿Él me odia yoi? - Thatch se sintió mal ante la mirada que le dio su hermano, tomó aire, iba a darle uno de sus consejos.

Escucha Marco...- cuando el cocinero dejó su comida de lado, todos supieron que esto era algo serio - a los omegas nos gusta estar muy seguros de lo que hacemos, eso implica una relación. Nos han exigido ser sumisos y perfectos durante siglos y siglos, hay muchas expectativas cuando hablas de un Omega, una familia, una pareja, por eso se crearon los cortejos, para que los omegas pudiéramos saber cuando alguien estaba interesado en nosotros. Y eso es muy importante porque Ace necesita pensar si él quiere tomar todos esos pasos contigo. No puedes simplemente lanzarte sobre él y decir "vamos a hacerlo", ambos tienen que estar listos, Marco. Ahora.... ¿Por qué no solo vas con nuestro hermanito y hablas con él cara a cara? ¿Tal vez haciendo las cosas bien en esta ocasión?

Marco asintió a velocidad luz. Thatch nunca le había hablado tan serio sobre algo. Usualmente, el cocinero evitaba el tema de que él mismo era un Omega. Sabía que esto era serio y agradecía el consejo de su hermano.

¿De dónde te sacaste ese consejo? - Haruta miró al cocinero con la boca abierta mientras el rubio se iba corriendo de la cocina.

De mi vida. - Sin más palabras, Thatch volvió a la cocina, sin darse cuenta de que le había dado una pista impresionante al Alfa que había estado enamorado de él durante años.

¡Ace yoi! - Ace se dio la vuelta para mirar a la persona que lo estaba llamando. Era Marco, parecía realmente sudado y cansado de tanto correr. El pecoso iba a retroceder para alejarse; no tenía ganas de ver al rubio.

Pero Marco fue mucho más rápido y corrió hasta Ace. Lo tomó de la mano con delicadeza. Ace abrió sus ojos sorprendido.

¿Qué es lo que quieres ahora, Marco? ¿Hay otra cosa que no me has contado? - Aunque a Ace le gustaba el rubio, no podía evitar sentirse molesto porque Marco había saltado todo lo que se supone que debía hacer. Aunque él casi no había vivido como un Omega, durante su tiempo en alta mar se dedicó a investigar sobre su nueva naturaleza, las injusticias que habían sucedido durante toda la historia contra los omegas lo habían llevado a querer respetar los rituales correspondientes para respetarse a sí mismo.

¡Perdóname yoi! - Ace nunca esperó escuchar esas palabras de la boca de Marco - Me equivoqué, pensé que mi coqueteo era obvio, pero claramente no fue lo suficientemente llamativo para ti. Y sobre pensé las cosas, me imaginé cosas que nunca sucedieron y terminé pensando que por fin éramos pareja, cuando en realidad ni siquiera me habías notado yoi. - Ace le dio una sonrisa compasiva a Marco. ¿Cómo podía decirle que no a esos ojos azules?

¿Entonces ya no estás interesado en mí? - Ace pensó que tal vez eso sería lo mejor.

¡No, no es que no esté interesado en ti! Es que esta vez voy a hacerlo todo correctamente yoi. - Marco tomó la mano de Ace y la puso en su pecho, justo sobre el tatuaje de Barba Blanca - Yo, Marco el Fénix, quiero cortejarte, ¿Me lo permitirías, Ace? Yoi. - Ace se sonrojó.

Yo... Te permito cortejarme. - Ace se sorprendió cuando Marco lo abrazó. Estaba sorprendido por toda esta situación, pero no podía quitar sus ojos de los labios de Marco. Después de todo, durante todo este tiempo, el rubio había pensado que lo estaba cortejando.

Sin darse cuenta, Ace siguió sus instintos, tomó con sus manos la cara de Marco y le dio un beso casto en los labios. Marco lo soltó sorprendido. Ace sonrió, escapando de los brazos del rubio y corriendo a su habitación.

Marco llevó sus dedos hasta sus labios, para tocarlos y tratar de sentir de nuevo el calor que había sentido al besar a Ace. Tenía que ir con Thatch y contarle todo. ¡Tenía que ir con papá y contarle todo!

Marco corrió de regreso a la cocina, pero en el camino se chocó con Izo.

¿Todo bien, Marco? - Marco asintió sonriendo mientras corría hacia la cocina, parecía que su hermano tenía algo planeado.

¿Marco? - Thatch lo miró con una ceja alzada, curioso por la nueva intensidad que su hermano tenía.

¡Él aceptó mi cortejo y me besó, yoi! - Marco le contó gritando de felicidad al cocinero.

¡Eso es genial, Marco! Pero si le llegas a hacer algo a mi hermanito bebé, voy a ir a castrarte, pájaro de mierda. Te amo, hermano. - Marco tragó duro. Bueno, ahora tenía que ir a contarle a papá. Asintió y salió corriendo.

¿Qué es lo que te pasa, hijo? - Barba Blanca miraba con una sonrisa a Marco emocionado. Él ya estaba al tanto de todo.

Papá, estoy cortejando a Ace, yoi - Marco miró a su padre esperando su permiso.

Tienes mi aprobación, Marco. - Marco sonrió. Barba Blanca solo pudo pensar que habían pasado muchos años desde que había visto esa sonrisa en la cara de sus hijos.

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