33🥃

Nico terminó de recoger algunas cosas necesarias en su maletín y bajó, su madre estaba esperándole sentada en el sofá, el maldijo internamente, lo que menos quería era toparse con ella. Lila lo miró en cuanto estuvo abajo y caminó hacia él, Nico la tomó de la muñeca evitando que lo golpeara de nuevo y la empujó levemente sólo para alejarla de él.

Su madre lo fulminó con la mirada, estaba tan familiarizado con esa mirada que ya ni siquiera dolía.

—El padre de Grace llamó para cancelar la boda, dice que sigues viéndote con ese hombre.

—Es un alivio escuchar eso —su madre achicó los ojos.

—¿Dónde te estás quedando? —Nico se encogió de hombros.

—Con Henry.

—Prometiste que no lo verías de nuevo.

—En realidad me di cuenta de que no tengo que hacer lo que tú me digas, así que a partir de ahora me quedaré con él —Lila gruñó agarrándolo de la parte delantera del traje.

—No puedes hacer eso, no te lo mereces —Nico le daba la razón en esa parte.

—Quizás no me lo merezca, pero voy a tenerlo mientras pueda.

—¿Qué hay de Killian? Es tu culpa que esté muerto —Nico se estremeció, su madre sabía exactamente que decir para hacer daño, pero ya había aceptado la situación.

—Sí, y también tuya.

—¿Cómo te atreves a hablarme así? —Nico la fulminó con la mirada, esta mujer tenía la culpa de que él fuese de esta forma y había ayudado con lo de Killian.

—Tu jodida forma de criarnos nos hizo así, mamá, tú me hiciste así al ignorar mi presencia siempre.

—Porque no vales la pena —Nico asintió.

—Por eso me voy, ya no tendrás que ver todos los días al hijo que haz rechazado toda la vida.

—Te odio, Nico, y espero que mis palabras nunca te abandonen—gruñó empujándolo, Nico negó saliendo de la casa.

—No me importa en realidad.

Nico condujo a la empresa luego de enviarles un mensaje a todos excepto a Eros, él le avisaría directamente sobre ello, luego de dejar su maletín en la oficina fue directamente a donde estaba su primo y se sentó frente a él. Eros dejó los documentos que tenía en la mano y lo miró, se veía cansado, su semblante no era nada bueno comparado con días anteriores.

—¿En qué puedo ayudarte, primo?

—¿Recuerdas lo que hablamos antes?

—Por supuesto —murmuró Eros mirándolo con atención, Nico suspiró.

—Pues necesito que hoy estés de mi parte, intentaré hacer que tu padre abandone esta empresa —él sonrió como si lo creyese estúpido.

—¿Y vas a dejarme a mi?

Nico se encogió de hombros, en realidad no tenía ningún problema con Eros mientras su padre estuviese alejado, él era el veneno en toda la situación. Eros no era tan independiente como parecía y él lo sabía perfectamente.

—Si lo consigo dejaré que te quedes con su veinticinco por ciento.

—¿Estás seguro de eso? Tendríamos cincuenta y cincuenta.

—Confío más en ti que en él —Eros lo miró por un momento sin creer lo que había escuchado, luego se recuperó.

—Te apoyaré entonces —Nico se puso de pie y le hizo una señal.

—Vamos a la junta.

Eros caminó detrás de él y suspiró en cuanto vio a su padre sentado en la mesa de juntos, Nico tenía inversionistas suficientes para venderles las acciones de su tío, tocarían a un tres o cuatro por ciento, pero en realidad no los conocía. Eros tenía tan mala actitud como él, pero sabía que estaba prácticamente en la misma situación que él.

Su tío se puso de pie y lo fulminó con la mirada.

—¿A qué se debe esto? —Nico ni siquiera se sentó y le hizo una señal a su abogado que sacó un panfleto de papeles de su maletín y se los entregó.

—Estuve hablando con mi abogado y teniendo en cuenta todas las cosas desfavorecedoras que has hecho para la empresa, además de atentar contra mi vida, por supuesto, creemos que la única forma de salir de este problema es vendiendo tus acciones.

—¿Por qué haría eso? —su tío se carcajeó, Nico apuntó a los documentos en su mano.

—Porque podríamos decirle a la policía todo, esas son las pruebas, sin embargo, si vendes saldrás de aquí con dinero y no esposas, creo que te beneficia bastante esta situación.

—No puedes comprarme nada, tu familia renunció a esas acciones y la sanción es que no puedes tener más del cincuenta por ciento.

—Yo no voy a comprar esas acciones —murmuró con un encogimiento de hombros, su tío resopló.

—¿Entonces quién?

—Seré yo —Eros suspiró, él se saturó viendo a su hijo.

—¿Eros, estás loco? Estás apoyando a Nico, ¿qué pasa contigo?

—Sólo quiero que me dejes en paz —el hombre negó.

—Te dejaste cegar por el dinero —Nico negó, este hombre no tenía ni idea.

—No te equivoques, tío, no hay dinero de por medio, sólo la satisfacción de alejarnos de ti y de mi madre.

—Tú… —Nico miró a su abogado que colocó un contrato sobre la mesa junto a una pluma.

—¿Entonces qué vas a escoger? ¿El dinero o la cárcel? —Él hizo una mueca y luego de mirar a su hijo se sentó viendo el documento.

—¿Dónde tengo que firmar? —el abogado señaló y él firmó, sólo quedaba transferir el dinero, pero Eros se encargaría de ello.

—Un placer hacer negocios contigo —La mandíbula de su tío se apretó con fuerza mirándolos a ambos.

—Nico, espero que no te arrepientas de la decisión que acabas de tomar y tú tampoco —agregó hacia Eros.

Nico sonrió de medio lado.

—No me arrepentiré, así que deja de jugar con nosotros de una vez.

Nico le dio la espalda y se marchó, necesitaba ir a casa con Henry, así que debía trabajar lo más rápido posible.

……

Henry leyó el mensaje de Nico y sonrió, estaba muy arrepentido por no ir a recogerlo ya que aún faltaba para terminar su trabajo en la empresa. Guardó su teléfono y metió las manos en los bolsillos de su chaqueta intentando calentarse, la noche estaba más que fría. Henry se detuvo cuando faltaba una calle para llegar a casa, había tres desconocidos apoyados en la baranda, sabía lo suficiente para evitar a esas personas.

Los individuos se pusieron de pie en cuanto lo vieron, Henry comenzó a caminar rápidamente en dirección contraria. Era patético pero razonable. Miró atrás, ellos ya no estaban caminando por lo que suspiró de alivio, fue demasiado rápido, se detuvo al ver a otra persona frente a él a sólo tres pasos. El hombre llevaba capucha y la mitad de su rostro estaba cubierto por una tela, Henry negó.

—No quiero problemas, les daré dinero si eso es lo que quieren —Él se carcajeó.

—¿Dinero? No vas a pagarnos más de lo que ya nos dieron.

—¿Quién se supone que los envió?

—Pregúntale a tu novio —dijo tratando de darle un golpe, Henry esquivó el golpe y le dio un rodillazo en cuanto él perdió su centro de gravedad, el hombre se quejó en el piso.

Henry golpeó a otro de los hombres que se habían acercado, pero recibió el golpe de un tercero, su labio se quebró. Henry pateó la entrepierna del hombre e hizo que se alejara, él no estaba muy satisfecho y sacó una navaja, se veía filosa y realmente no quería probar si su deducción era correcta. Terminó torciéndole la muñeca y haciéndolo soltar el arma, luego lo golpeó en la nuca, por lo menos ya tenía a dos fuera de combate ya que el primero regresaba a la pelea.

Henry gruñó y luego de evitar un golpe este logró darle una patada en la espalda, su lesión punzó. Henry cayó al suelo y evitó un zapato que se dirigía directamente a su rostro, el otro golpe en su espalda tampoco pudo evitarlo. Logró ponerse de pie, su lesión hormigueaba junto a los golpes, así que decidió que si no terminaba rápido estaría en problemas.

Luego de dejar inconsciente al último, Henry había recibido un total de cuatro golpes, dos de los cuales habían ido directamente a su lesión, por lo que su forma de caminar no era muy buena. Llegó a casa y abrió la puerta, luego de buscar un paquete de carne congelada la colocó en su labio y gimió sentándose en el sofá. Nicholas en serio estaba tratando con gente muy peligrosa y era un milagro que hasta ahora saliera bien.

Henry cerró los ojos y ni siquiera escuchó la puerta abriéndose, sólo los abrió de nuevo cuando Nicholas lastimó su labio tratando de examinarlo.

—¿Qué pasó?

—Tuve una pelea —dijo con la garganta reseca, Nicholas arqueó una ceja.

—¿Con quién y por qué?

—Eso no es importante, ¿me ayudas a llegar a la cama? Me duele un poco la espalda —gruñó tratando de acomodarse.

—¿Recibiste algún golpe ahí?

—Dos.

—Joder, ven aquí —murmuró agarrándolo y prestándole el hombro para llevarlo a la cama.

Nicholas lo dejó sólo en ropa interior e hizo que se acostara bocabajo, Henry suspiró mirándolo mientras yacía en la cama, Dios, parecía un viejo jubilado en esta situación. Nicholas buscó dos antiinflamatorios en el botiquín y se los dio con un vaso de agua que había ido a buscar a la cocina. Henry se lo tomó y volvió a su posición, esa era la mejor para el dolor.

—Vengo en un momento —dijo saliendo de nuevo de la habitación, Nicholas sólo demoró unos minutos más, luego se sentó a su lado y colocó algo refrescante en su espalda.

Henry gimió cerrando los ojos.

—¿Se siente bien?

—Sí —Nico le acarició el cuero cabelludo con las yemas de sus dedos.

—Fue mi culpa, ¿verdad?

—No, esto no es tu culpa, Nicholas —dijo girándose levemente, Nico resopló.

—Joder, mi tío no se rinde y ahora fue por ti, está tratando de joderme de una forma u otra.

—Estoy bien —las mejillas de Nicholas enrojecieron.

—No lo estás, necesitaste fisioterapia por esta lesión, Henry, podría haber ido peor.

—Pero no fue, ven aquí conmigo —Nicholas se acostó de lado para poder verlo, Henry se quedó bocabajo recibiendo las caricias de Nicholas en su mejilla.

—No puedo dejar que te hagan daño.

—Nicholas…

—No puedo perder a nadie más por culpa de esa maldita empresa, simplemente debería irme de ahí y dejarle ese maldito problema a otra persona —Henry se volteó haciendo que su cuerpo se estremeciera, Nicholas lo regañó—. Gírate, Henry.

Henry lo fulminó con la mirada.

—No vas a renunciar, mucho menos por esto, no eres un cobarde, enfréntate a ellos, hazlo por lo que me hicieron, ¿vale? —Nicholas lo tomó de las mejillas y dejó un pequeño beso en sus labios.

—Te amo.

—También te amo.

—Perdón —murmuró cerrando los ojos, Henry le acarició el cabello hacia atrás.

—¿Por qué estás disculpándote?

—Por lo que vendrá, Henry, lo siento —Henry sonrió.

—¿Dormimos?

—Sí, hagamos eso.

Henry se quedó dormido al instante y despertó con el sol que se colaba por su ventana, su espalda aún dolía, pero estaba mejor y quería ver a Nicholas, se frotó los ojos, el lado de la cama de Nicholas estaba demasiado frío como para haberse ido hacía poco. Efectivamente, Nicholas no estaba. Henry miró la mesa de noche y tomó el papel que había dejado ahí. Nicholas quería que se mantuviera lejos, que incluso cambiara de trabajo y casa mientras él resolvía los problemas que tenía en su vida.

Ahora entendía la razón por la que se había disculpado, ya había pensado hacer esto.
Suspiró, Nicholas le estaba pidiendo un tiempo y Henry se lo daría esta vez.

Nicholas prometió volver a él y había decidido creerle.

Sólo esperaba no equivocarse y que en verdad regresara.

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