27🥃

Nico abrió los ojos y miró alrededor, el reloj marcaba la hora del almuerzo, bueno, realmente ya era más tarde, nunca había dormido tanto desde que tenía la empresa en sus manos. Se quitó el cobertor y luego de una refrescante ducha se vistió. Henry estaba en la cocina haciendo el almuerzo, así que caminó hacia allí y lo rodeó por la espalda. Nico olfateó su cuello y murmuró que tenía que irse en su oído.

—Puedes quedarte a almorzar.

Nico negó.

—Es mejor no hacerlo —Henry apagó el fogón y lo miró.

—¿Por qué no?

—Eso nos dejaría un paso más cerca y quiero evitar algo así —Henry resopló.

—¿Más cerca que lo de anoche? —Nico se encogió de hombros, nunca había pensado que el sexo en sí fuese algo especial.

—El sexo es algo que puedes tener con un desconocido —Henry se vio bastante ofendido luego de la declaración.

—¿O sea, que quieres que seamos como dos desconocidos?

—Me conoces —dijo Nico con una sonrisa—. ¿Realmente quieres ser más cercano a mí?

—No, mejor vete.

Nico por alguna razón se sintió mal a pesar de que había buscado esa respuesta, caminó hasta la puerta luego de dejar un pequeño beso en los labios de un enojado Henry y abrió viendo la sorpresa. Se congeló por completo al ver dos personas frente a él, la mujer tenía los nudillos en el aire como si fuese a tocar la puerta.

—¿Killian? —Nico apretó la mandíbula. Claro, como no, tenían que conocer a su hermano, ahí tendría más expectativas que cumplir. Henry se acercó extrañado.

—¿Nicholas? ¿Qué pasa que aún no…? —él se detuvo al ver a la mujer rubia y el hombre detrás—. ¿Mamá?

La mamá de Henry le apuntó con un dedo, Nico comenzaba a ponerse ridículamente nervioso.

—¿Él es la persona con la que estás saliendo? —Nico miró hacia Henry, él miró a otro lado tratando de evitar su mirada.

—Supongo —Nico abrió los ojos cuando la madre de Henry lo agarró de la muñeca.

—¿Ibas a algún lado? —Nico tragó. ¿Cómo demonios había terminado en esta situación?

—Sí, me iba a casa.

—¿Ya almorzaron?

—No, aún no —dijo Henry encogiéndose de hombros, la mujer miró a su hijo.

—¿Ibas a dejar que se fuera sin comer?

—No quería hacerlo.

—Tonterías, ven —la mujer lo jaló e hizo que se sentara en el sofá, Nico estaba completamente anonadado—. Él es Samuel, el padre de Henry, yo soy Amaia.

—Mucho gusto en conocerlos, Nicholas Evans, aunque todos me dicen Nico — dijo tendiendo su mano, ellos lo saludaron y se sentaron, Nico se sentía como una atracción de circo.

—¿Por esto pelearon tú y Jordan? —Preguntó Amaia mirándolo directamente, Nico no tenía que ser adivino para saber que se refería a su apariencia, gracias al cielo tenía su chaqueta o estarían incluso más alarmados.

Henry se encogió de hombros.

—Sí, no está en buenos términos con Nicholas —Amaia sonrió.

—Por fin puedo conocer a tu novio —Henry lo miró con nerviosismo, él estaba como una piedra.

—Mamá, no somos…

—¿Entonces puedo decirte Nico?

—Sí —ella le sonrió, ahora ya sabía a quién había salido Henry.

—Espero que Henry no esté tratándote mal —Nico sonrió de medio lado echándole un vistazo a Henry.

—Al principio lo hizo, pero ya no suele hacerlo con regularidad.

—¡Henry! —regañó Amaia mirando a su hijo, Henry resopló.

—¿Qué? Peleamos por su culpa, no me mires así —Amaia se sentó a su lado y lo tomó de las mejillas.

—¿Qué podría hacerte este angelito? —Nico se carcajeó mirándola, Henry se cruzó de brazos.

—No es un ángel en absoluto —su madre señaló a la cocina.

—Ve a terminar el almuerzo —Henry abrió los ojos y la miró como si le hubiese traicionado.

—No puedo creerlo —su madre arqueó una ceja y volvió a señalar, Henry por fin se rindió—. No hablen de cosas extrañas.

—Ya vete.

Nico miró a los padres de Henry y entró en pánico, él no estaba hecho para estas cosas. No era de los que le presentaban a la familia, ni siquiera tenía relaciones serias.

—Debería irme —Amaia lo agarró de la muñeca.

—Tú no te vas a ningún lado. ¿Desde cuándo están viéndose?

—Hace unos meses —admitió.

—¿Y no son novios aún?

—Mmm… no.

—¿Hay algún problema? —preguntó el padre de Henry, Nico se encogió de hombros.

—No soy lo suficientemente bueno para él.

—¿Y eso por? —Por suerte, Henry lo salvó de responder a eso, había muchos motivos y Nico no podría decidirse por uno.

—Mamá, deja las preguntas incómodas, ¿sí?

—¿Quién te dio permiso de volver? —preguntó fulminándolo con la mirada, Henry se sentó a su lado.

—Ya terminé.

—Iré a poner la mesa, tu vigila que no se escape —dijo hacia su marido haciéndolo reír.

—Si señora.

—¿Estás bien? —preguntó Henry acariciando su mejilla, Nico se apoyó en su tacto.

—Lo estoy —Henry miró a su padre.

—Jordan en serio estaba enojado cuando se enteró de esto, pero Nico no es tan malo como...

—Ya basta —dar justificaciones hacía las cosas aún más incómodas. Samuel se encogió de hombros.

—Si fuera él también estaría enojado con sólo verlo, es idéntico a Killian —Nico se tensó, Henry acarició su cuello.

—Calla, Samuel, harás que el chico se sienta mal —dijo Amaia regresando, el hombre por fin se dio cuenta de lo que había dicho.

—Lo siento —Nico se encogió de hombros.

—Está bien, pasa más a menudo de lo que creen —Amaia hizo un gesto con la mano desechando la conversación y apuntó al comedor.

—Vamos a comer, el postre que traje está en la nevera.

Nico se sentó junto a Henry, sus padres lo hicieron al frente, el almuerzo ya estaba servido, así que sólo había que comerlo.

—Entonces, ¿cómo se conocieron ustedes dos? — preguntó su padre, Nico sonrió.

—Es una historia larga.

—¿Cómo la de Jordan? —Nico miró a Henry con sorpresa, él se encogió de hombros.

—Casi están entrelazadas.

—¿En serio?

—Sí, Jordan y Klaus se conocieron debido a Nico —dijo como si fuese algo bueno, Nico estaba sorprendido por eso, Amaia achicó los ojos.

—¿Y eso que tiene que ver con ustedes?

—Digamos que Nico fue a beber al bar después de hacer algo malo y peleamos —Amaia miró mal a su hijo.

—Ustedes… —Henry se carcajeó.

—Tenía que darse cuenta de lo imbécil que era.

—¿Era? —Nico mostró una sonrisa, Henry hizo un pequeño gesto.

—Sí, cambiaste un poco.

Nico sonrió, no creía que él pudiera cambiar o hacer algo bueno en absoluto, pero Henry estaba seguro de eso. Sinceramente no quería romper esa burbuja, ¿quién era para decirle a este hombre que en realidad seguía siendo el mismo imbécil de siempre?

Era mejor que siguiera pensando de esa forma.

Henry pinchó la ensalada en su plato y masticó luego de decir eso, Nico parecía feliz con la declaración, así que al menos no había metido la pata del todo. Aunque sus padres fueron una visita imprevista estaba aterrado de que Nico se enojara por toda la atención no deseada que estaba teniendo ahora.

—¿Y en qué trabajas?

—Mamá —regañó, Amaia hizo un gesto con su mano.

—Si no quiere responder que no lo haga.

—Soy empresario, nada importante —Nico en serio que tenía don para quitarse cualidades, ser el mayor representante de su empresa sí que era importante, pero Henry no lo diría si él no quería sus padres lo supieran.

—¿Tus padres saben que estas saliendo con mi hijo? Porque no voy a permitir que lo escondas.

—Mi padre está muerto y a mi madre no le importa nada de lo que haga —Henry apretó la mandíbula, era demasiado cruel escucharlo, mucho, pero estar en el pellejo de Nico era incluso peor con una madre que prefería a su vivo retrato, pero no a él.

—Lo siento.

—¿Puedes dejar de hablar ahora? —su madre hizo algo parecido a un puchero.

—Sólo estoy preocupada por ti.

—No te preocupes.

—Sé ve que es un buen chico, pero Jordan también lo es y sufriste mucho por él, así que… —ella abrió los ojos y cubrió su boca—. ¿Dije algo que no debía?

Nico se carcajeó ligeramente pinchando algo en su plato.

—Sé que le gustaba Jordan, pero ahora tengo total confianza de que no, ¿verdad? —preguntó hacia él guiñándole un ojo de forma coqueta, Henry palmeó su hombro.

—Cállate.

El almuerzo fue bien, Nico parecía relajado con sus padres, más relajado de lo que pensó estaría, su madre incluso dijo que podía visitarla, aunque lo dejara, comentario que hizo reír a Nico a carcajadas. Nico miró su reloj pasada las tres y los miró con vergüenza.

—Ahora sí tengo que irme —Amaia se encogió de hombros.

—Ya no voy a detenerte.

—Gracias por todo, fue un gusto —dijo levantándose de la mesa y dejando su plato en el lavavajillas.

—Te acompaño —Henry se levantó de la mesa y también dejó el plato en su lugar. Necesitaba comprobar a Nicholas, no lo quería enojado o alejándose de él por esto.

Nico se detuvo antes de abrir la puerta y le sonrió.

—No voy a presentarte a mi madre si eso es lo que quieres —dijo a modo de broma, Henry sabía que estaba jugando, pero estaba seguro de que realmente no quería conocerla.

Sinceramente no soportaría verla maltratando a Nico, porque estaba seguro de que eso era exactamente lo que pasaba.

—¿Quién te lo pidió?

—Es una pena tener que irme —dijo Nico acercándose y tomando sus labios en un suave beso.

Henry lo agarró de la nuca y profundizó el beso explorando su boca con parsimonia, siempre quería más y más de este hombre y por alguna razón nunca conseguía satisfacerse hiciera lo que hiciera. Un carraspeo lo hizo separarse, su madre estaba ahí lo más roja que se podía estar.

¡Ups! Había olvidado que tenía compañía.  Gracias al cielo no fue su padre o estaría en el hospital ahora mismo.

—¿Cuándo podemos vernos otra vez? — preguntó suavemente, Nico sonrió.

—Podemos quedar mañana.

—Me parece bien —Nico miró a su madre.

—Nos vemos, Amaia.

—Sí, mucho gusto en conocerte —Nico le asintió y finalmente se marchó—. Siento la interrupción, pensé que ya había salido —dijo su madre un poco tímida, Henry se carcajeó.

—Está bien —Amaia tomó su brazo y lo detuvo, ella sujetó más de lo necesario.

—¿Te gusta?

—Sí, por supuesto —dijo, Amaia achicó los ojos.

—Pero no más de eso —Henry negó y luego resopló, esa pregunta era innecesaria, sabía exactamente en donde estaba con Nico y a donde no podía llegar.

—No, sé que no puedo pedir más de Nico de lo que está dispuesto a dar.

—¿Y que está dispuesto a dar?

—Definitivamente no una relación seria —Amaia negó con una sonrisa.

—A ese hombre le falta afecto, ¿por qué no querría justo lo que le falta? —Henry se encogió de hombros.

—Nico esconde muchas cosas, mamá, él no me cuenta nada.

—Sólo ten cuidado, ya tuviste el corazón roto gracias a Jordan, por favor, no repitas la historia.

—No pasará —prometió, sin embargo ¿Quién era capaz de controlar el corazón?

Henry despidió a sus padres antes de que cayera la tarde y se dio una ducha, se vistió y acostó en el sofá con su teléfono, la paz no duró demasiado. Los toques en su puerta lo hicieron levantarse, Henry abrió y ladeó la cabeza al ver a dos hombres trajeados.

—¿Puedo ayudarlos en algo?

—Sí, el señor Nico quiere verlo en su casa.

—¿Y por qué no viene él? —Los hombres trajeados se miraron, Henry arqueó una ceja, su teléfono sonó, sin embargo, el número era desconocido—. ¿Hola?

Sólo sube al auto y ven, no quieres que Nico salga lastimado, ¿verdad?—era la voz de una mujer, Henry colgó, luego intentó llamar a Nico, él no respondió, así que sin pensarlo demasiado siguió a los hombres, sabía defenderse en caso de una emergencia.

¿Qué era lo peor que podría pasar? No entendía nada, pero sólo tenía que asegurarse de que Nico estuviese bien.


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