1 🥃
Jordan acarició el cabello azabache de Killian por unos minutos y besó sus labios. Su novio abrió los ojos lentamente dejándole ver el color verde brillante, sus labios se arquearon en una sonrisa y le robó otro beso. Las manos de Killian recorrieron su torso descubierto hasta llegar a la parte posterior de su cuello.
—Tenemos que levantarnos, tienes que trabajar y yo tengo que ir a ver a mi madre —Jordan se separó al instante, cada vez que Killian veía a su familia llegaba a casa sintiéndose mal.
No le gustaba ese estado de ánimo en su Killian. Este hombre era lo más preciado que tenía, jovial, cariñoso y adorable, no como su hermano que sólo era un metro noventa de resentimiento y cólera.
—¿En serio tienes que ir? Ve a trabajar y evítalos.
—No puedo hacer eso… —respondió y besó su mejilla. Jordan suspiró y comenzó a vestirse, Killian se incorporó en la cama y lo miró—. ¿No quieres que los vea?
—No quiero que seas enemigo de tu familia, pero ellos te hacen daño —su prometido se levantó dejando caer la sábana que lo cubría, sólo el bóxer negro quedó a la vista.
Jordán lamió sus labios, no se cansaba de admirar a ese hombre, desde la primera vez que lo había visto sólo tuvo el pensamiento de poseerlo y ahora lo tenía. Era todo suyo.
—Cariño, no soy una excepción a esa regla, yo también les hago daño.
Jordan no lo creía, ese dulce hombre no podría hacerle daño a nadie de forma consciente. Sólo era él tratando de ser humilde al lado de su madre y hermano gemelo.
—Nunca podrías.
Killian negó y lo abrazó, había ocultado tantas cosas de Jordan, no conocía ni la mitad, su relación se había construido sobre mentira y mentira, sólo necesitaba un viento tenue y todo se vendría abajo.
Aunque esperaba que ese día nunca llegara.
—Cariño, termina de vestirte y ve a trabajar, estaré en casa cuando regreses —Jordan besó sus labios una última vez y cedió, menos mal, una pelea antes de ver a su familia sería demasiado desgastante.
No le hacía falta un enemigo más.
Luego del baño y vestirse con algo cómodo manejó a casa de su madre, tenía que dejar de servirle, si no empezaba a independizarse no saldría nunca de su control.
Luego de entrar a la oficina de su madre sonrió lo mejor que pudo, no estaban en tan buenos términos debido a Jordan, pero no podía negarse a él por completo. Lila estaba enojada con él, pero aún tenía fe de que recapacitara en algún momento y decidiera dejar a Jordan.
No pasaría.
—¿Por qué estás aquí y no en la empresa?
—Voy a dejarlo —Lila se levantó de su asiento y lo miró como si fuera otra persona.
—Hablamos del veterinario, ¿cierto?
—No, sé que planeas casarme con la hija de tu asociado y fusionar ambas empresas. No lo haré.
—No puedes hacer eso —Killian negó, no se casaría con alguien teniendo a Jordan, antes no importaba, ahora tenía mucho que perder.
—Puedo hacerlo, perderé el cincuenta por ciento de las acciones, pero voy a dejarlo todo.
—Esto es obra de tu hermano, él quiere quedarse con todo y por el camino que va lo conseguirá.
—Nico no quiere saber nada de la empresa.
—Bueno, acabas de dejarla en sus manos, vete.
Killian bajó las escaleras y se sentó en el sofá, Nico abrió la puerta unos minutos más tarde con su aspecto de no haber dormido en toda la noche. La chaqueta de cuero estaba desorganizada y el pelo mucho más largo que el suyo.
Su vivo retrato.
Su hermano gemelo, Killian era el mayor sólo por tres minutos.
Nico dejó las llaves en el cuenco de la entrada, y se detuvo al ver a Killian sentado en el sofá. Suspiró y se sentó a su lado luego de quitarse la chaqueta de cuero. Killian tragó, parecían ser malas noticias, como siempre, había conocido a ese hombre y todo estaba de cabeza.
—¿Qué pasa, por qué no estás en la empresa?
—No voy a regresar a la empresa —Nico se echó a reír ligeramente, pero una vez vio sus ojos se puso serio.
—¿Es en serio?
Killian se peinó hacia atrás.
—Sí, no puedo seguir con eso —Nico se aferró al material del sofá y no se permitió entrar en pánico. Su hermano mayor no podía estar haciendo esto, no podía dejarlo todo en sus manos.
Su madre lo mataría, de por sí lo odiaba, si en algún momento pensaba que él había tenido algún tipo de influencia sobre Killian ella misma haría el trabajo. No se contentaría con golpearle la mejilla, insultarlo o decirles a sus guardias que lo golpearan hasta que perdiera la consciencia.
—Killian, si no lo haces tú, ¿quién crees que heredará la empresa de papá? —Killian se encogió de hombros mirándolo.
—Ese serías tú.
Escuchando sus palabras no sabía ni que pensar, se puso de pie y sonrió histéricamente. Killian era el mayor, el heredero de la empresa, si rechazaba el puesto terminaría en sus manos, pero sólo un cincuenta por ciento. Perdería el cincuenta por ciento de las acciones sólo por un capricho.
—Sabes muy bien que tengo planes, tú habías aceptado esta responsabilidad, querías heredar la empresa.
—Pero ya no quiero hacerlo.
—¿Quieres que deje mis planes para hacer los tuyos? ¿Vienes a decir esto ahora? —Killian no lo miró esta vez.
—De todas formas, lo que quieres hacer no es tan importante.
—Pero es lo que quiero, Killian, no sé nada sobre la empresa. Fuiste tú quien estudió eso, no tengo idea de…
—Hace tres meses cuando me reemplazaste estuvo todo más que perfecto —Nico se carcajeó, en eso tenía la razón, pero Killian no tenía idea de lo que le habían hecho gracias al intrépido truquito, su madre dejaba pasar las tonterías de Killian, las suyas eran pecados que tenía que corregir.
No era el gemelo favorito, y eso estaba bien mientras Killian siguiera en su lugar, no él tomando el suyo. No intentaría matarlo, ella lo haría de esta vez.
—Te reemplacé una semana y ella por poco me mata.
—Pero todo fue bien —insistió, Nico empezaba a tener dolor de cabeza, una cosa era reemplazarlo unos días, una muy diferente era todo el tiempo.
—Killian, este es tu trabajo.
Killian se puso de pie.
—Lo siento, pero me voy —Nico lo tomó por el frente de su camisa. Odiaba la mirada dolida de su hermano menor, pero era hora de hacer lo que quería.
—No puedes hacerme esto.
Arqueó una ceja.
—Toma la empresa o déjanos en la maldita quiebra, no me importa —Nico se carcajeó mirándolo. Sus emociones estaban yendo de un extremo al otro, estaba en shock.
—Eres un egoísta, sabes muy bien que seré yo quien te reemplace por eso tienes esa falsa valentía.
—Me voy —Nico no lo dejó ir, necesitaba que lo escuchara.
—Como siempre, soy yo quien tiene que limpiar tus desastres.
Killian lo empujó haciendo que se separaran.
—Me lo debes, dejé que hicieras lo que querías hasta ahora.
—Que bajo eres, maldición, tu decidiste heredar la maldita empresa, era lo que te gustaba hasta que llegó ese imbécil.
—Cuidado, Nico —gruñó, Nico sonrió de medio lado.
—¿Qué? ¿Sabe él todo lo que estás haciendo por él? ¿Sabe que estás renunciando a todo?
—Tengo que irme, Jordan está esperándome.
—No regreses —gruñó una vez le dio la espalda.
Killian odiaba lo que estaba haciendo, pero quería estar junto a Jordan, su madre y la empresa no lo dejaban seguir adelante. La única solución era alejarse.
Lila en verdad lo favorecía, a pesar de dejar la empresa y perder el cincuenta por ciento ella le enviaba dinero cada mes. Eso era una gran mejora, Killian estaba adaptado a una vida de lujos, siempre le habían dado todo y era algo que no podía mantener con un trabajo normal junto a Jordan.
Jordan tenía suficiente, él no podía conformarse con tan poco. Otra cosa que le escondía. Su novio era veterinario y él un simple asalariado ahora que no tenía nada que ver con la empresa. Sólo tenía que hacer algunas visitas de vez en cuando a su madre y ella generosamente le daba dinero.
Nico llevaba bien la empresa, y él estaba al corriente de todo lo que se hacía, el matrimonio que antes era suyo estaba a la vuelta de la esquina y sinceramente no quería ver a su hermano.
No después de lo que le había hecho huyendo de todo.
No tuvo suerte, Nico estaba en la sala de estar esperando por él una vez bajó las escaleras, su hermano gemelo estaba esperando su atención.
Nico esperó, esta vez en serio necesitaba que lo escuchara, no importa si querían que trabajara el doble, lo haría sólo para deshacerse de esta locura. Su vida estaba patas arriba desde que había tomado el cargo. No podían casarlo con una desconocida sólo para llenarse los bolsillos.
—Killian, necesito tu ayuda —Nico miró a su hermano como si necesitara su protección realmente. Killian arqueó una ceja y se sentó en el sofá.
—¿Ahora qué?
Nico mordió su labio inferior, odiaba esta actitud que había tomado Killian. Eso sólo se aplicaba a su persona. Sólo con él, cuando eran increíblemente unidos, era su hermano gemelo, habían estado juntos toda la vida.
Hasta que él llegó.
—¿Desde cuándo me hablas así?
—Desde que no paras de molestar —Killian lo dejó salir con disgusto, su hermano se puso nervioso y peinó su cabello. Estaba tan cansado y frustrado que ya no sabía qué hacer. Pensó que Nico sería más dócil al tratarse de él.
—No te hice nada, ni siquiera te hablo últimamente por… —Nico apuntó entre ellos dos sin saber cómo decirlo—, por esto mismo.
Killian rodó los ojos, él en serio estaba molesto.
—Sólo dime lo que quieres.
—Necesito que hables con mamá.
—¿Sobre qué?
No es como si no lo supiera, todos en la familia estaban al corriente de lo que ocurría con la empresa y las decisiones que se tomaban o tomarían en algún momento.
Esta decisión no había sido la excepción y Killian estaba muy al tanto de eso.
—Sabes lo que quiere hacer y no es justo.
—¿Qué más te da? —preguntó con un encogimiento de hombros—. Sinceramente no tienes nada que perder. Ni siquiera tienes relaciones estables, no hay nadie que quieras.
Nico gruñó.
—¿Y por eso crees que no tengo el mismo maldito derecho que tú? Escogiste a ese veterinario, ¿no puedo hacer lo mismo, qué hay de mi? Si me enamoro, entonces…
—Madre está viendo lo mejor para la empresa, Nico —dijo con calma, Nico comenzaba a entrar en pánico, todos estaban de acuerdo con esto y estaban acorralándolo cada vez más.
—¿Y qué hay de lo mejor para mí?
Killian se puso de pie y colocó una mano en su hombro a modo de consuelo, no se sintió como tal, ya no había nada reconfortante en su hermano.
—Sólo cásate con esa mujer y luego divórciate. Búscate una amante, no es importante.
—¿Por qué eres tan imbécil conmigo? —replicó—. Antes no eras así, sólo tenía que llegar ese veterinario para que cambiaras radicalmente. No te reconozco.
Killian negó mientras suspiraba. Su hermano sólo se estaba victimizando, no era para hacer un escándalo, él iba a casarse con esa mujer si Jordan no hubiese aparecido. Nico no perdía nada, no tenía una relación y no le gustaba nadie.
—¿Por qué estás quejándote siempre?
—Porque esto no es justo —renegó, apretando los puños.
—Déjalo entonces.
Nico se carcajeó lo más fuerte que podía.
—¿Tienes valor para decirme eso cuando estás beneficiándote del dinero de la empresa? Sé que nuestra madre te da dinero, no soy idiota.
—Eso no es de tu incumbencia —Nico sonrió de medio lado.
—¿Qué dinero te daría si yo no estuviera en ese puesto que abandonaste?
—No te obligué a tomarlo —dijo Killian a modo de defensa, Nico arqueó una ceja.
—Tampoco me diste opciones.
—Olvídalo, no hablaré con ella —Nico lo empujó, Killian chocó con la pared.
—Sé porqué eres así conmigo, sólo estás asustado.
Killian sonrió con nerviosismo.
—¿De qué?
—Tienes miedo de que nuestra madre dejé de cumplirte el capricho y te ponga en el lugar que estoy ocupando, por eso mientras más amarrado esté a esa empresa más libre serás para poder estar con él —Killian lo miró con arrepentimiento, pero ya era tarde.
—Nico…
Nico negó, no quería escucharlo en realidad, sus ojos comenzaban a cristalizarse y detestaba sentirse débil.
—Descuida, lo sé, pero no puedo dejar de odiarte por todo, te odio Killian y lo siento tanto porque hasta hace poco te amaba, te juro que lo hacía, pero ya no puedo más.
—Lo siento —Killian trató de tocarlo, Nico se alejó, no quería más del toque que ya no tenía calidez para él.
—No te perdono, sería mejor que desaparecieras de mi vida, no quiero verte de nuevo, sólo haces que mi vida sea más difícil, estarías mejor muerto, considérate de esa forma para mí —Nico caminó a su habitación y dio un fuerte portazo.
Esa fue la última vez que hizo daño. Estaba cansado de ser hipócrita, de querer mantener a raya todo. De este amor que quiso tener, pero era demasiado complicado.
No lo soportaba.
******
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top