Día 3: 24 horas esposados

Nombre: Para estar contigo.

Número de palabras: 1075.

...

Ali miró con desaprobación a Daniel, ¿Qué no le fue suficiente con ganar el torneo?


─ Danny, puedo darte 100 razones por las que esto es una mala idea.

─ Nadie va a salir lastimado. ─ Tiro la caja en el bote de basura.

─ No sabes como va a reaccionar Johnny.

─ Puedo defenderme ahora ¿Lo olvidas?

─ No creo que al señor Miyagi le agrade esto.

─ Hace un par de días recibió una llamada del que fue su comándate, creo que perdió a su hijo y nuera en un accidente de auto.

─ Pobre señor Miyagi.

─ El siempre tiene las palabras correctas, supongo que por eso su amigo le pidió que fuera.

─ A ti te hace falta un buen consejo suyo.

─ Nada va hacerme cambiar de opinión.

─ Respóndeme una pregunta ¿Cómo las conseguiste?

─ Fui a una tienda de ese tipo de juguetes, pagarlas fue la peor parte porque justo enfrente de mí vi al maestro de historia y puedo jurar que la mujer a su lado no era su esposa.

─ Suerte.

─ ¿No te quedaras?

─ No. ─ Se despidió y se fue antes de ser testigo de a tragedia que estaba por ocurrir.


Daniel esperó paciente a que los amigos de Johnny lo dejaran solo. Gracias a la hija de la encargada de asignar horario sabía que clases tenía cada uno de los ex cobras.

Bobby chocó manos con Johnny y se fue a su siguiente clase. El rubio se colocó los audífonos, el pelinegro se arrastró por el pasto sigilosamente.

Estando a milímetros del brazo suspiro profundo y esposo a Johnny lo más rápido que pudo. El ojiazul sintió la presión en su muñeca, detuvo la música y al bajar la mirada se encontró con un par de orbes cafés. Las pestañas del menor revolotearon ante el susto y antes de que pudiera escapar lo agarraron por el cuello de la playera.


─ ¿Quieres más problemas LaRusso? Pensé que estábamos en tregua.

─ Hombre, es solo una broma no es necesario que te enojes.

─ Eres el ser más irritable que he conocido en mi vida.

─ Pues tú no eres fácil de soportar.

─ Por lo menos no hago estúpidas bromas infantiles.

─ ¿Quieres hablar de bromas infantiles? Por que puedo recordarte la estúpida tarta en mi asiento.

─ "Hombre, fue solo una broma no era necesario que te enojaras" ─ Dijo Johnny imitando su voz.

─ Eso es aún más maduro.

─ Quítame esta cosa que no quiero verte.

─ Así pues ... pues ... ─ No sabia como contestar, entonces hizo lo primero que se le paso por la mente. ─ pues tendrás que soportarme, aunque no quieras. ─ Y se esposo a sí mismo.

─ LaRusso esto no es divertido, quítalas.


Daniel también se estaba arrepintiendo, pero no lo aceptaría fácilmente.


─ Tranquilízate las llaves están en ... ─ La sonrisa se le borro y su corazón se aceleró. ─ en la caja que tire a la basura.

─ ¿Es otra broma?

─ No. ─ Admitió con la voz temblorosa.

─ LaRusso.


...


Bobby analizaba la situación con seriedad, pero por dentro moría de risa.


─ Imposible, tendrán que quedarse así hasta que los chicos y yo encontremos una solución.

─ Te dije que saldría mal. ─ Ali se cruzó de brazos.

─ Lo mejor es que se vayan, no pueden andar esposados por toda la secundaria.

─ Nos vamos en mi auto. ─ Daniel jalo a Johnny.

─ ¡Auch! ¿Por qué en el tuyo? Es imposible que manejes con el brazo izquierdo esposado a mi brazo derecho.

─ Caminando es la única opción.


Johnny bufó y Daniel suspiro.


─ Camina LaRusso. ─ Ahora fue Johnny quien jalo a Daniel.


Ali y Bobby pudieron reír cuando sus amigos estaban lo suficientemente lejos.


─ Eres la mejor. ─ Ali comenzó a jugar con la llave.

─ ¿Qué puedo decir?


...


El departamento de Daniel fue la única solución, Lucille no estaba así que tendría tiempo mientras pensaban en qué hacer.


─ Podemos cortarlas.

─ Ni lo sueñes, no voy a romper algo en lo que gaste mi dinero.

─ No debiste comprarlas en primer lugar. ─ Daniel intentó cruzarse de brazo, pero solo hizo que las esposas se apretaran más. ─ AUCH, DEJA DE HACER ESO.

─ A mí también me duele.


Johnny se recostó en el colchón y Daniel no tuvo más opción que hacer lo mismo.

Se quedaron en silencio por casi 5 segundos y luego empezaron a reír.


─ Solo a ti se te puede ocurrir esto. ─ Johnny se rio más alto.

─ Mírame, esposado a Johnny Lawrence gracias a mi propia broma, la vida quiere burlarse de mí. ─ Rieron por un largo tiempo hasta quedarse dormidos.


Daniel se movía mucho y a Johnny se le acababa la paciencia, casi adormilado por completo soltó unas cuantas maldiciones antes de acomodarlos en forma de cucharita.

Daniel despertó al sentir uno brazos envolviéndolo por la cintura, vio el reloj dándose cuenta de que habían dormido por casi una hora.

Estiró ambos brazos, la presión en su muñeca desapareció, su ojos picaron al ver que ambos estaban libres.


─ Johnny, despierta ya no estamos atrapados. ─ Lo ojos de Johnny se abrieron de par en par.

─ Debieron resbalar por el sudor. ─ Daniel se giró hasta quedar en frente del rubio.

─ Bien por ti, ya no tendrás que soportarme. ─ El ojiazul noto las lágrimas que Daniel intentaba retener.

─ Si, pero ahora tu tendrás que aguantarme. ─ Busco las esposas entre las cobijas y volvió a colocárselas. ─ Tal vez estemos así por 5 horas, 24 horas o hasta que decida. ─ Daniel sonrió. ─ ¿Lo de la broma fue verdad? ─ El pelinegro negó.

─ Desde el torneo me dejaste tranquilo, me acostumbre a tu atención ¿sabes?

─ ¿No era más fácil decirlo que esposarme a ti?

─ Mi plan no era esposarnos, solo molestarte. ─ Se abrazó a Johnny. ─ Pero creo que me gusta más así.


El ojiazul repartió besos por toda la cara de Daniel.


─ A mi también.


...


La voz empezó a correr por los pasillos de la escuela, Johnny Lawrence le dio su suéter a Daniel y le dio un beso antes de despedirse para ir a sus clases.


─ Esto ya no sirve. ─ Ali voto la llave.

─ ¿Sabes en donde las compro Daniel? ─ Preguntó Bobby.

─ Si ¿Por qué? ─ Bobby señaló a dos conocidos.

─ ¿Jimmy y Tommy? Me agrada, saliendo de la escuela iremos por más.


...


Johnny le coloco el casco, subió a la motocicleta y unos brazos lo rodearon con fuerza.

Daniel tarareo su canción favorita durante el corto camino.

Johnny se quitó el casco antes de bajar. Luego le quitó el suyo a Daniel.

Daniel intentó peinarse, pero lo dejó cuando su novio le dijo que se veía lindo.

Johnny acortó la distancia para unir sus labios en un dulce beso frente al atardecer. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top