Día 2: Viaje en el tiempo

Nombre: Recuerdos.

Número de palabras: 1206

Aclaraciones: Ligera mención de embarazo masculino.

Edades: Daniel / Johnny – 36 años. Robby – 15 años. Sam – 12 años. Anthony – 2 años.

...

10 horas para la sorpresa de aniversario.

Daniel guardo el regalo en su auto. Con todos estos años de casado aprendió que esconder las cosa en cualquier parte de la casa sería inútil gracias a la poca organización de su esposo. Johnny perdía sus llaves o cualquier otra cosa, así que volteaba toda la casa hasta encontrar el objeto perdido.

─ Cariño, ¿pasaras por mi o vengo a casa?

─ Te espero aquí, tengo algo de trabajo y no poder salir. ─ El pelinegro inclinó la cabeza pensando en que Johnny había olvidado su aniversario.

8 horas para la sorpresa de aniversario.

Johnny caminaba de un lado a otro pensando en el regalo perfecto para su aniversario.

─ Dando vueltas por la casa no resolverás nada, ¡para ya que me mareas! ─ Shannon sobo bebió un sorbo de agua.

─ Estuve tratando de pensar en algo durante dos meses, pero este tipo de detalles son difíciles para mí.

─ No te has olvidado de ningún aniversario, eso ya es muy tierno.

─ Tu primo siempre me da hermosos obsequios y me siento como un maldito imbécil por no darle lo que se merece.

─ ¿Cuale fueron tus opciones?

─ Comprar su comida favorita como en nuestra primera cita, una noche de cerveza y películas, ─ Sonrió. ─ Así le propuse matrimonio.

─ Creo que tengo una idea.

6 horas para la sorpresa de aniversario.

Amanda toco la puerta y Daniel la saludo.

─ ¿Cuál es el plan para hoy? ¿Johnny ya te dio tu obsequio?

─ No, creo que hoy lo olvido.

─ Johnny olvidaría hasta su cumpleaños, pero nunca su aniversario.

─ No importa, tenemos muchos aniversarios por delante y de alguna manera haré que me dé un regalo.

─ Ya imagino que tipo de regalo, por dios cómo es que solo tuvieron 3 hijos.

─ Si bueno, yo también lo he penado.

─ Sabes, ve a casa temprano yo me encargare de todo por aquí. Llama a Shannon y dile que pase por los niños más temprano.

4 horas para la sorpresa de aniversario.

─ Daniel ya viene. ─ Gritó Shannon. ─ Me pidió que me llevara a los niños.

─ Mierda.

─ Mieda. ─ Repitió Anthony quien estaba en brazos de Johnny. ─ Mieda. ─ Aplaudió con sus pequeñas manitas.

─ No bebé, no repitas eso o tu padre va a matarme.

─ Papá, ─ Sam bajó corriendo. ─ Robby agarro mi libro y no quiere regresármelo.

─ Yo te lo regrese, no es mi culpa que seas tan desordenada.

─ No me lo devolviste. ─ Grito Sam.

─ Si lo hice. ─ Grito Robby.

─ Mieda. ─ Grito Anthony.

2 horas para la sorpresa de aniversario.

Daniel se despidió de Amanda, Anoush y Louie. Ya quería llegar a casa para saltar sobre Johnny.

─ Danny. ─ Lucille envolvió a su hijo en un abrazo casi asfixiante.

─ ¿Mamá?

─ Tuve un poco de tiempo libre y dije ¿Por qué no visitar a mi bebé?

─ Ya no soy un bebé.

─ Siempre lo serás.

─ Me encantaría comer contigo mamá, pero hoy es mi aniversario.

─ Compartes tu vida con él, ¿no puede darle una hora a tu madre? Yo te traje a este mundo. ─ Daniel rodó los ojos ya antes de que su madre siguiera quejándose acepto comer con ella.

5 minutos para la sorpresa de aniversario.

Daniel buscaba las llaves de su casa cuando sintió unos brazos rodeando su cintura.

─ Feliz aniversario amor. ─ Unos labios chupando la piel expuesta de su cuello lo hicieron jadear. ─ Tengo una sorpresa para ti. ─ Johnny cubrió los ojos de Daniel con una cinta negra.

─ No sabia que te gustaban esto juegos. ─ Rio.

─ Me encantaría jugar a eso, pero antes tengo otros planes. Te guiaré, confía en mí.

Johnny lo llevó cerca de la piscina.

─ En el 84 fui a la playa en busca de diversión, pero nunca se me paso por la mente que ahí conocería a mi futuro esposo. ─ Le quito la venda de los ojos.

Miguel, el novio de su hijo mayor, vestía un suéter rojo y pantalones cortos. Él estaba con su mejor amiga Tory quien vestía un suéter blanco, pantalones azules y su cabello era adornado por una cinta azul. Daniel entendió de lo que se trataba, seria el espectador de su historia de amor.

Poco después apareció Robby, con esa chaqueta roja se parecía tanto a Johnny de joven.

─ Me comporté como todo un imbécil, me dio miedo lo que sentí al verte.

Robby empujo a Miguel.

─ Lo recuerdo bien, al llegar a casa encontré arena dentro de mis calzoncillos. ─ Los adolescentes se fueron.

─ En mi defensa, Dutch fue el primero en arrojarte arena encima.

Johnny lo tomó de la mano para llevarlo al dojo improvisado que tenían en casa. Miguel sostenía el trofeo de primer lugar.

─ Verte sonriendo con el trofeo en mano fue suficiente para entender que no quería perderte.

Robby y Miguel fingieron gritarse.

─ Cuando me acerque a ti en lo vestidores comenzaste a gritarme porque creíste te atacaría.

Robby acorralo a Miguel y lo beso.

─ Y para mi sorpresa me correspondiste. ─ Miguel y Robby no dejaron de besarse. ─ Chicos ... chicos es suficiente. ─ La pareja no escuchaba. ─ Dije que fue suficiente. ─ Johnny les gritó y los adolescentes se separaron.

─ Oh ... yo ... perdóneme sensei. ─ Miguel se sonrojo.

─ Váyanse antes de que me arrepienta. ─ Ambos corrieron a la salida. 

─ No debiste ser tan rudo. ─ Rio. ─ Y si no mal recuerdo nuestro beso fue más intenso que el de ellos.

─ Lo se. ─  Hizo un leve puchero. ─  Pero es hora de nuestra cena.

...

La velas iluminaban el comedor, el mantel, la cerveza, la comida y la música era tal como recordaba su primera cita.

─ Te amo. ─ Daniel admiraba con amor a su esposo.

─ Te amo más Danny. ─ El rubio sirvió dos platos y abrió las botellas.

─ ¿Cómo pudiste conseguir la comida? Ese restaurante cerró hace bastante tiempo.

─ Esta vez lo prepare yo mismo. ─ Admitió orgulloso y el pelinegro sintió ternura al ver el brillo en los ojitos azules que tanto amaba. ─ Pruébalo. ─ Daniel probó un bocado y sus ojos se cerraron mientras su paladar disfrutaba del sabor.

─ Oh por dios, sabe delicioso.

...

Acabaron de cenar y Johnny le pidió a Daniel bailar.

Sus cuerpos se movían lento y al ritmo de la música.

─ La primera vez que bailamos me puse nervioso y te pisé como cinco veces.

─ Seis. ─ Corrigió Daniel.

─ Estaba muy confiado hasta que dijiste que sabías bailar muy bien y quede en vergüenza.

─ Pero yo lo sentí como el mejor baile de mi vida.

...

Entre besos y caricias subieron a la habitación donde la última sorpresa lo esperaba.

Los trajes con los que se casaron colgaban del closet y las lágrimas resbalaron por la mejillas sonrojadas del pelinegro.

Johnny le propuso matrimonio en diciembre del 86 y no estaba seguro de que contestar.

─ Casados o no, te seguiré amando y esperare el tiempo que sea necesario para recibir tu respuesta. ─ Johnny no quería presionarlo y sus palabras eran sinceras, no le importaba esperarlo para siempre.

─ Después escucharte fue sencillo responder.

─ Feliz aniversario. ─ Johnny quiso besarlo, pero Daniel se separó.

─ Falta mi regalo.

─ Puedes dármelo mañana. ─ Metió las manos dentro de la camisa del pelinegro.

─ Es importante que lo sepas. ─ Johnny restregó su entrepierna con el muslo de Daniel. ─ Mmm ... tendré que ... ahh ... decírtelo.

─ Habla de una vez. ─ Desabrocho los pantalones del pelinegro.

─ Tengo dos meses de embarazo.

Johnny busco la mirada de Daniel.

─ ¿Papá? ¿Otra vez papá?

─ Si.

La sonrisa del rubio era enorme.

─ Por eso no aceptaste la cerveza. ─ Daniel asintió. ─ Te amo. ─ Se puso de rodillas y acarició el vientre aun plano. ─ A ti también te amo bebé. ─ Volvió a ponerse de pie para besar a Daniel.

─ Johnny, gracias por este pequeño viaje en el tiempo. 

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