Día 19: Johnny, Chozen y Mike

Nota: Lo que estás a punto de ver, no es un top. (Perdón siempre quise poner eso).

Lo que va a leer es la perspectiva de Daniel ... de una historia que todavía no he publicado, pero que pronto voy a subir.


...


Daniel creía que era un imán de problemas. En menos de un año se enfrentó a Johnny, Chozen y Mike. Pero cuando Cobra Kai desapareció creyó que por fin tendría un poco de paz en la vida.

Treinta y cuatro años de apacible vida llegaron a su fin con la reapertura de Cobra Kai teniendo como sensei a Johnny. Fue como una herida que estaba a punto de cicatrizar, pero que, por un descuido, volvió a abrirse.

El pelinegro no lo paso bien, se divorció, ya no veía todos los días a sus hijos y tuvo que buscar un nuevo lugar para vivir, pero con la unión de ambos dojos y el apoyo de los alumnos, pudieron eliminar a Cobra Kai de una vez por todas.

Entonces Daniel pensó que las cosas retomarían su curso, que todo mejoraría.

Hasta que dos hombres llegaron al dojo, cada uno sosteniendo un ramo de flores.

El pelinegro casi se desmaya al tener frente suyo a los tres mayores problemas en su vida.


─ Danny.

─ Mike.

─ Daniel-San.

─ Chozen.

─ ¿LaRusso?

─ Johnny.


Daniel quería correr y esconderse en el lugar más apartado, donde nadie pudiera encontrarlo.


─ Señor L. ¿Quiénes son ellos? ─ Preguntó Demetri. ─ Daniel no se movía.

─ Papá, responde. ─ Sam lo empujo con cuidado y salió de su trance.

─ Ah ... si, ellos son Chozen Toguchi y Mike Barnes.

─ Lo deje atrapado en un acantilado cuando la marea estaba subiendo, todo fue por órdenes de Terry. Daniel lo siento mucho.

─ Mi tío y sensei Sato, me ordeno molestarlo. Luego peleamos a muerte en danza Obon.

─ Diablos LaRusso, sí que te gusta que te pateen el trasero. ─ El ojiazul se burló. ─ Soy Johnny y ...

─ Ya escuchamos de ti. ─ Mike lo interrumpió e hizo la patada de la grulla.

El niño en pijama de esqueleto que golpeó Miyagi. ─ Chozen se burló del rubio y Daniel enfureció. ─ Daniel-San me contó de ti en Okinawa.

─ ¿Cuándo fuiste a Okinawa? ─ Inquirió Lawrence.

─ Es una historia muy larga que te contaré después.

─ Trajimos algo para ti. ─ Chozen y Mike le entregaron las flores, Johnny apretó los puños y Daniel ser sonrojo.

─ Oigan genios, él está casado. ─ Daniel se sintió al oír las palabras de Johnny.

─ No por mucho sensei. ─ Contestó su hija. ─ Mis padres están apunto de firmar el divorcio.

─ Sensei LaRusso. ─ Robby levantó la mano. ─ Ya que sus amigos están aquí, y nos ha dicho que busquemos nuestro estilo, cree que podríamos aprender un poco del karate de cada uno.

─ Si sensei, es muy buena idea. ─ Lo secundo Miguel. A Daniel se le formó un nudo en el estómago cuando vio la mirada de traición en los orbes azules.

─ No creo que ...

─ Me encantaría. ─ Interrumpió Chozen.

─ Sería un honor.

─ En formación. ─ Ordenó sin más que poder hacer.


...


Johnny entró a la casa, se preocupo al escucharlo hablar con alguien porque no había nadie. Pudo jurar que lo oyó llamando al señor Miyagi.

Hubiese ido a verlo de no ser porque Chozen lo jalo para hacer su presentación. Johnny nunca le hacia eso, el rubio siempre le preguntaba si quería o se sentía bien para hacerlo, de lo contrario le pediría a Miguel que lo hiciese.

El entrenamiento fue duro, Chozen se vanagloriaba de sus habilidades y ya lo tenía cansado.


─ Daniel, traje algo de agua para ti. ─ El pelinegro se safo del agarre de Chozen y le sonrió a Johnny,

─ Gracias, estaba muriendo de sed. ─ Bebió un buen tanto. Esta perfecta, gracias de nuevo. ─ El ojiazul asintió.

─ Es mi turno. ─ Mike empujo a Chozen.


Mike era muy bueno, su estilo estaba equilibrado entre la ofensiva y defensiva, pero en ningún momento pidió la ayuda del pelinegro. Johnny nunca hacía eso, siempre trataba de hacerlo sobresalir de tal manera que los alumnos se sorprendieran de sus conocimientos. Johnny suspiro en señal de hartazgo.


─ Iré a podar los bonsáis. ─ Daniel frunció el ceño ¿Podar los bonsáis? Él odiaba hacerlo.

─ ¿Te encuentras bien?

─ Sí. ─ Contestó sin ganas.


Mike ordenó a los chicos repetir el ejercicio hasta que le saliera, Robby, Anthony y Sam perdieron el equilibrio, Daniel iba a verificar si estaban bien, pero Mike no se lo permitió.


─ Regresen a sus lugares y vuelvan a intentarlo.


Johnny tampoco haría eso, él siempre se detenía a preguntarles si estaban lastimado o si podían continuar.


...


Por si no tuvieron suficiente, Chozen y Mike se ofrecieron a preparar la comida.

Descubrió a Johnny observando a los otros dos hombres.

Robby entró a la cocina e hizo una mueca al ver a su padre. Luego llegó Sam, Miguel, Anthony, Demetri, Tory y Kenny. Intercambiaron algunas palabras y después  salieron todos juntos.

A Daniel no les gustaba nada de lo que Chozen y Mike hacían. Johnny solía preguntarle primero que se le antojaba, si contestaba que algo grasoso, el rubio corría a la pizzería más cercana, pero si decía que algo saludable lo dejaba ordenar de cualquier restaurante o se comía lo que Daniel prepara.

No resistía estar más con esos dos, lo volverían loco.


─ Iré a responder unas llamadas.

─ No tardes,

─ Pronto estará la comida.


Daniel salió por un poco de aire, y en ese momento vio a Johnny junto a Anthony.


─ ¿Estás seguro?

─ Sí sensei.

─ Bien, ahora.


Su hijo menor logró hacer la patada tornado, la que le aseguro a Sam su victoria.


─ Sabía que podías hacerlo, lo traes en las venas eres un LaRusso.

─ Así se hace, muy bien. ─ Lo felicito Sam.


Daniel suspiro, ese hombre era todo lo que le gustaba. Guapo, rubio, linda sonrisa, atento, un poco impulsivo y agresivo, pero estaba trabajando en eso. Quiere a sus hijo, cuida de los alumnos ¿Por qué de repente le parecía tan atractivo?


...


La cena no estuvo mal después de todo, aunque no fue lo mismo que compartir ese momento solo con Johnny.

Daba varias vueltas en su cama tratando de encontrar una posición cómoda para dormir.


─ Johnny, Johnny, Johnny. ─ Se acostó boca abajo. Sabía que era él, nadie más que él podía hacerlo feliz.

Se levantó de cama, busco un suéter y subió al auto.


...


Johnny se sorprendió de recibir la visita de Daniel a esas horas.


─ ¿Qué ...? ─ Daniel no lo dejó hablar.

─ Te amo. ─ Johnny sonrió.

─ ¿Me amas? ─ El pelinegro asintió. ─ ¿Qué ocurre Chozen y Mike?

─ Ellos son buenas personas, ─ Se acerco más a Johnny. ─ pero no son tu y yo te quiero a ti.


Johnny lo abrazo por la cintura.


─ ¿Me lo dirías de nuevo mañana frente a ellos? ─ Daniel rio.

─ Te lo diré con una condición.

─ Bésame ahora o me iré.


El rubio no perdió tiempo y unió sus labios con los de Daniel.

Tal vez no era tan mal pretendiente después de todo. Daniel lo quería y eso era lo único que le importaba. 

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