Extensión:  500 palabras.
Género:Ficción histórica
Autor: Viviana Álvarez Gil

Corre 1 900 y regreso de Francia de estudiar medicina, para ejercerla en la Habana debo disfrazarme de hombre y junto a 2 mujeres que me conocen, me ayudan en la consulta y en el manejo un pequeño negocio familiar de hospedaje, obligación de mi padre. En este apartado poblado solo hay un bar y el periódico habanero llega con bastante retraso. Dividida entre el hostal, la consulta y las apariencias, leer el periódico ha sido lo único que mantengo de mi estadía en Paris, con solo 25 años, un pelo negro con un corte clásico y un bigote falso, solamente soy el medico del poblado.

Este verano prometía ser el más caluroso, cuando me llega la noticia que llegaría un circo al poblado por 2 semanas. Ese día cerré la consulta temprano y me dirijo a la carpa principal para comprar la entrada y poder disfrutar de la función. Observo el show de un payaso, de un domador de caballos, un hombre muy fuerte, 2 trapecistas, la mujer barbuda y el director del circo, con lo cual paso un buen rato.

En el transcurso de la semana, desfila por mi consulta el hombre fuerte con la mujer barbuda. Donny H., el hombre fuerte, relata que al ejercitarse noto algo raro en sus pesas y al levantarlas estas se desprendieron lastimándole el pie derecho dificultándole la marcha. La mujer barbuda, Velsa continua el relato pues Donny la despierta, percatándose que a su barba había sido cortada de forma dispareja y además le picaba. Seguidamente llegó una de las trapecistas a la cual Donny mostró interés y Velsa rechazo. La trapecista Maly llega con molestias en la espalda, pues en una práctica la cuerda de protección se rompió y cayó. También acudió el domador de caballos pues uno de sus animales lo empujo contra la pared después de un susto y el payaso, que era alérgico al maní y noto que después de comer comenzó a hincharse. Por mi cuenta sospechaba que algún integrante del circo pero porque, solamente faltaba al otro trapecista y el director. Pero una noche la carpa central se incendió y no paro hasta consumir todo en su interior, dejando a los circenses sin techo para refugiarse de la noche.

Esa noche apareció el elenco buscando refugio, el último fue el director de circo mostrando un rostro cansado empañado de miedo y desesperación. Ya sentados en mi oficina, le oferté retomar el circo y ser dueño del mismo, su sorpresa fue única, y como advertencia, comenzó a relatar lo que había sucedido este último mes en Cuba y la admisión de Maly en el circo. Donny se distraía frecuentemente, Velsa, su esposa, estaba cada vez más desconfiada y los caballos estaban nerviosos de lo acostumbrado. Osro, el trapesista había discutido con Donny y este lo agredió en la cara, todo indicaba que Maly era culpable o podría ser Velsa por celos. De repente la puerta se abre y Maly entra con el brazo sangrando y se desmaya.