Shipp: NaruSaku

Nota de la autora: Dedicado a ElizabethUzumaki ojala te guste n.n 

En una clase de arte, el maestro de hermosa cabellera rubia; Deidara, daba algunos consejos para encontrar la inspiración.

 — Las ideas están en cualquier lugar, solo tienes que ver todo en diferentes ángulos y perspectivas.—explico. 

Los alumnos escuchaban la charla que les daba su  —algo chiflado— profesor. Deidara se comenzó a pasear por su salón de clases y se detuvo detrás de cierta chica de cabello rosa chicle, que estaba pintando un hermoso árbol del que nacían flores de cerezo.

— Excelente trabajo, Sakura.—alago Deidara, luego siguió mirando con curiosidad el trabajo de sus alumnos, se detuvo nuevamente en el trabajo del alumno más revoltoso de la clase; Naruto Uzumaki.

— Naruto, tienes que pintar algo, de esta pintura dependerá si pasas al siguiente curso o no.—advirtió, el muchacho solo suspiró. Deidara se fue un poco cabreado.

Sakura observó disimuladamente el lienzo de Naruto, se sorprendió un poco al ver que estaba en blanco, para Sakura; el arte era capaz de expresar cualquier sentimiento, ella sabía que Naruto estaba lleno de ellos, pero no entendía el porque no podía plasmarlos en un lienzo.

— Soy un asco pintando.—le explico Naruto después de clases, cuando todos habían salido de la sala de arte.

Sakura negó.

  — No necesitas el talento para expresarlo, con quererlo podrás, Naruto.—Sakura le dedico una sonrisa cargada de dulzura, el rubio desvío la mirada levemente sonrojado— Sé que lo lograrás, creo en ti, Naruto.—besó su mejilla para luego tomar sus cosas e irse del lugar.

Naruto parpadeo un par de veces, sin creer lo que acababa de ocurrir, acarició la mejilla que fue besada por la chica de sus sueños. Sonrió como un tonto.

Luego tomó el pincel con decisión, sabía que era lo que quería pintar.

Al día siguiente, todos miraban con asombro aquella pintura gigante que se encontraba colgada en el patio del instituto.

Consistían en un par de ojos color jade con un fondo rosa pálido. 

Todos notaron que eran los ojos de Sakura, pero, nadie sabía quien había pintado ese cuadro tan precioso.

Sakura al ver la pintura, buscó a Naruto por todos lados, hasta que lo encontró, durmiendo sobre la mesa, en un salón de clases cualquiera.

Sakura sonrió con dulzura al verlo con manchas de pintura verde y rosa en su rostro, se acercó al rubio para depositar un beso en sus labios.

—Eres un mentiroso, Naruto. Cuando te lo propones, puedes hacer lo que sea—murmuró, se sentó al lado de Naruto para recostar su cabeza al lado de la de Naruto, antes de dejarse vencer por el sueño, beso la frente del muchacho y le dijo:

— Te quiero.—después cerró sus ojos para quedarse dormida, dejando que su mente, reproduzca la imagen de los bellos ojos azules de su querido rubio.