Dia 9: ¿Te casarias conmigo?
Estaba cansada, hoy me toco rolar muchos turnos porque mis compañeros son muy desobligados y yo demasiado responsable como para dejar todo a la deriva.
Ya eran las once de la noche y yo moría por irme a casa a descansar o a ver alguna película con mis padres, últimamente no los veía tanto como quisiera y los extraño.
Soy hija única de un matrimonio de arquitectos que tienen su propio despacho, pero como desde niña tuvimos dificultades económicas, ellos trabajaban mucho para darme todo lo que estaba en sus manos. Ahora estamos más estables, pero como quería pagarme mi universidad, trabajaba a tiempo completo y eso reducía drásticamente nuestro tiempo juntos.
—¡Hima-Chan! ¡Muchas gracias por ayudarnos hoy! Se que se era tu día de descanso, prometo recompensarte —La dueña, Aoi Shibayama me dio un abrazo afectuoso, me conocía desde pequeña y por eso no dudo en darme el trabajo.
—Al contrario Aoi-San, es un placer ayudar ¡saludos a Kensuke y Taiyo! —me despedí de mi jefa y fui a cambiarme para irme.
Estaba un poco decaída, estuve esperando a que "él" se apareciera, aunque no pudiera hablarle, al menos podría verlo por un minuto.
Parte de la razón por la cual trabajaba, aparte de pagarme la universidad, era para tener mi propio espacio, uno donde no tuviera el miedo de estar con la persona que amaba.
Kibou y yo tenemos una relación que no se como definir, es más que un amigo, pero no podemos catalogarnos como novios por nuestros parentesco, quizá éramos ¿amantes? No lo se, después de cinco años, buscar títulos a esta relación se me hacía hasta absurdo.
Lo cierto era que cuando ambos voláramos en direcciones diferentes iba a ser casi imposible estar juntos y eso me dolía, él era mi alma gemela y aún cuando no estuviera bien, lo quería para mi. Así de egoísta era.
Mientras caminaba seguí divagando, pensando en las más tontas excusas para verlo o para hablarle, éramos mejores amigos, pero la gente comenzaba a sospechar y no podíamos darnos ese lujo.
Iba a dar otro paso cuando un carrito de juguete chocó contra mi pie, era un clásico de volkswagen, un beetle color café, por las ventanas salían mucho girasoles, era adorable.
No dio indicios de moverse, salvo cuando movía ocasionalmente mi pie, creo que el dueño querría que lo recogiera, sonreí al recordar a cierto aficionado a los autos capaz de tener un gesto así.
En el capó del auto había una nota con una caligrafía que reconocí de inmediato:
"Mi amado girasol, eres la flor más hermosa de todo el mundo, del mundo que soy yo, quiero unir nuestras vidas para siempre.
Himawari Tachibana...voltea.
Obedecí y pude ver a Kibou arrodillado enseñándome un bello anillo en forma de rosa y no era cualquier anillo, era uno de compromiso.
—Ohimesama, cásate con este plebeyo.
Una lágrima corrió por mi mejilla.
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Vocabulario
Ohimesama: Princesa en Japonés.
San: Sufijo para decir señor o señora.
Chan: Sufijo para niños o para referirse a mujeres o niñas con cariño.
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