Dia 16: La venganza es dulce
Apreté mis labios en una fina mueca de desagrado, no podía creer lo que estaba viendo ¡Esas malditas perras! Voltee a ver a una de mis compañeras y estaba igual o peor que yo.
Tanto nos habíamos sacrificado y golpeado para que nos robaran nuestro número de baile ¡una pubertas que ni saben moverse! Mire a mi mejor amiga, Sara y puede ver que pensó lo mismo que yo: La venganza sería dulce.
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