Día 23: Peleando juntos
-¿Cuál fue su última ubicación?
-En algún lugar de esta área.
-Rayos ¿lo puedes reducir más?
-Me temo que no, tendrán que usar el reconocimiento de las cadenas de Andrómeda.
-De acuerdo.
Los Santos de Bronce de Cygnus y Andrómeda estaban en un avión con dirección a Bucharest. Era una misión sencilla, hasta cierto punto, sólo tenían que capturar al Caballero Negro de Orión que estaba causando problemas por ahí. De quedar vivo, debían llevarlo de regreso a la Isla Death Queen para que cumpliera su sentencia.
En vista de que era una misión bastante simple, Saori pensó que dos Caballeros de Bronce eran suficientes. Al principio, Ikki se opuso a que Shun fuera sólo con Hyoga; pero después de una larga charla con Saori, se acordó que todos los asuntos del Santuario eran independientes a la relación que el Fénix tuviera con su hermano y futuro cuñado, por lo que era decisión de la Diosa nada más.
Así pues, Hyoga y Shun salieron al día siguiente con destino a Bucharest, dónde los dejarían hacer su trabajo y regresarían por ellos cuando estos, mediante su Cosmo, avisaran que estaban listos para la extracción.
-Aquí es.- declaró la chica encargada de las comunicaciones y manejo de información. -Buena suerte, chicos.
-¡Nos vemos!- se despidió Shun, con su habitual sonrisa adorable.
-¿Aún nada?- preguntó el Cisne; llevaban más de tres horas caminando por el lugar y las cadenas no se habían movido ni un poquito.
-Nada de nada, pero el perímetro que marcó Felicity se termina por allá, no nos quedan muchas opciones.- suspiró Andrómeda mientras se divertía pateando una piedra.
-¿Crees que haya huido?
-No tengo pruebas, pero tampoco dudas.- Shun soltó una risita.
-Deberíamos llamarla para qué...
-Espera.- Hyoga fue abruptamente interrumpido por su compañero. Ambos dirigieron sus miradas a las cadenas. La cadena triangular comenzaba a girar sobre su eje. -Está por aquí.
Como si de un juego se tratase, el Caballero de Andrómeda comenzó a caminar por el lugar, probando en dónde la cadena reaccionaba más estrepitosamente.
Se sitió frente a la entrada de una vieja fábrica abandonada, ahí, los sutiles giros y tintineos de la cadena triangular se convirtieron en violentas sacudidas.
-¡Bingo!- exclamó el Cisne, quien se mantuvo detrás de su prometido en todo momento.
La punta terminó por apuntar directamente hacia el interior del recinto, tensándose a más no poder, casi arrastrando al Santo de Bronce con ella.
Ambos Caballeros se dirigieron al interior de la lúgubre fábrica, muy sigilosamente. No se escuchaba ningún ruido más que los pasos de los jóvenes y el tintineo de las cadenas.
-Shun, no veo nada.
-¡Shhhh! La tensión es más fuerte aquí, debe de estar cerca...- Hyoga estaba perdido, no tenía idea de lo que estaba sucediendo.
El vínculo de Shun con sus cadenas siempre le pareció útil, pero a veces molesto. En aquellos momentos, solamente el Santo de Andrómeda sabía a lo que se enfrentaban, mientras el Cisne estaba en las sombras, no tenía forma de saber dónde estaba el enemigo. Sólo le quedaba confiar ciegamente en su compañero, aunque eso no era tarea difícil, le inquietaba la incertidumbre que le provocaba.
-¡Thunder Wave!- Andrómeda lanzó sus cadenas en busca de su oponente, no importaba en dónde se escondiera, lo encontraría de un modo u otro.
La cadena triangular comenzó a volar por la habitación, buscando por todos lados al Caballero Negro. Finalmente, las cadenas llegaron su objetivo, apresándolo y revelando su identidad.
-Eres genial, Shunny.- susurró Hyoga. Shun esbozó una sonrisa.
-Has sido capturado ¡ríndete!- espetó Shun al oponente, mientras las cadenas lo jalaban hacia él.
-No me vencerán tan fácil...- farfulló el Ankoku Saint entre dientes. -¡Orion Plasma!
Una gran bola de energía se formó en la mano del Santo Negro de Orión, este la lanzó violentamente hacia Shun. Hyoga intentó reaccionar tratando de cubrir a su pareja con el escudo de la Armadura del Cisne, pero Andrómeda lo tenía todo bajo control.
-¡Rolling Defense!- con la cadena circular, el japonés se envolvió para detener el ataque de Orión Negro, sonriendo pícaramente hacia el oponente.
Pero mientras el Orion Plasma impactaba en la Defensa Rodante, el Ankoku Saint volvió a despedir otra bola de energía esta vez a hacia el Cisne.
Hyoga se quitó como pudo y mientras Shun se descuidaba para asegurarse de que Cygnus no necesitaba el apoyo del Rolling Defense, el Santo Negro de Orión aprovechó para disparar una vez más el Orion Plasma hacia las cadenas, liberándose de su agarre.
-¡Diamond Dust!- Hyoga lanzó su ataque hacia el enemigo, en un intento desperado de mantener la ventaja, pero así como Andrómeda era un maestro de la defensa, Orión Negro también tenía sus trucos.
Usando su Tonitrui Saltare, el Ankoku Saint se las ingenió para repeler los ataques de los Santos de Bronce.
En medio del recinto abandonado se desató una ardiente batalla que incluía ataques a distancia y combate cuerpo a cuerpo. Eran dos contra uno, pero el Santo Negro de Orión era muy fuerte.
Espalda con espalda, Cygnus y Andrómeda comenzaron a asestar golpes y ataques a diestra y siniestra. Shun intentaba inmovilizar al enemigo, pero Hyoga ya estaba más allá de eso, él apuntaba a matar.
Mientras esferas de energía y bolas de plasma emergían del Caballero Negro, las cadenas de Andrómeda bailaban en el aire, deteniendo ataques y golpeando a Orión repetidas veces. El Cisne había pasado de usar su Diamond Dust al Aurora Thunder Attack, a la vez que arrojaba puñetazos cuando el Ankoku Saint se encontraba cerca.
-¡Necesitamos algo más potente!- exclamó el rubio, mientras evitaba una bola de plasma que iba en su dirección.
-¡Circle Defense!- gritó el peliverde, acto seguido, las cadenas formaron un círculo alrededor del los Caballeros de Bronce, eso les daría un respiro y un momento para pensar.
-¿Crees poder detenerlo con tu Aurora Execution?
-Creo que necesitaremos más que eso para detenerlo.
-Hyoga, si vamos a lo grande y fallamos nos quedaremos sin trucos bajo la manga.
-Esto no puede fallar, créeme.
Mientras los Santos decidían el plan, las cadenas comenzaban a dar descargas eléctricas a los exhaustivos ataques de plasma que Orión les dirigía. Shun dirigió su mirada llena de angustia hacia el Caballero Negro y luego a sus cadenas, no resistirían mucho más.
-No nos queda mucho tiempo.
-Si mezclamos mi Aurora Execution con tu Nebula Storm, seguro que no sale vivo de esta.
-Hyoga...
-Shun, ahora no es momento de querer llevarlo a Death Queen vivo.- interrumpió el Cisne al ver la renuencia de su pareja ante el plan que seguro acabaría con la vida del Ankoku Saint de Orión. -Igual allá lo matarán, nos ahorraremos el viaje.
Las cadenas volvieron a descargar electricidad, Orión estaba consiguiendo su cometido.
-Shun... no lo harás cambiar de opinión.
Andrómeda desistió y accedió al plan del Cisne, estaba a punto de retirar la Defensa Circular cuando esta cedió.
-Oh no...
-¡¡Orion's Devastation!!- antes de que la pareja pudiera reaccionar, el Santo Negro acumuló toda sus fuerza en su puño izquierdo y lo azotó contra el suelo, descargando una explosión inmensa que hizo volar a los Caballeros de Bronce.
Ambos se estamparon contra los muros, terminando en el suelo. Hyoga intentó arrastrase en dirección hacia Shun, quien tenía unos cuantos escombros sobre él. Andrómeda extendió su mano para alcanzar la del Cisne. Los ojos azules se posaron sobre él, indicándole que era el momento de atacar.
-¡Ahora sí es su fin!- espetó Orión Negro, con un tono triunfante en su voz. Pero el gusto no le duró mucho, pues una corriente comenzó a llenar el lugar, impidiéndole moverse.
-Esto no me detendrá, soy más fuerte que eso...- con esfuerzos, el Ankoku Saint comenzó a reunir su Cosmo, listo para ocasionar otra explosión similar.
Al ver que su Nebula Stream no era suficiente para detener al Caballero Negro, Andrómeda finalmente se convenció de que el plan de Hyoga era su última esperanza. Dirigió su mirada hacia el Cisne, indicándole que era el momento de elevar su Cosmo congelante hasta el límite.
Un aire frío comenzó a llenar la habitación, no obstante, Orión continuó con sus esfuerzos de repetir su Orion's Devastation.
-No... ganarás...- dijo Shun con dificultad, estaba agotado.
-Esta suave brisa no es rival para mí... prepárense para recibir de nuevo mi poderoso ataque.
-¡Idiota!- le cortó el Cisne. -¿No sabes que la misma técnica no funciona dos veces en el mismo Caballero?- el Santo Negro lo miró confundido y un poco alarmado, pero decidió seguir con sus planes, pese a la advertencia del ruso.
-¡¡¡ORION'S...
Shun tomó la mano de Hyoga, entrelazando su dedos, inmediatamente después dirigieron sus manos hacia el Ankoku Saint.
-¡¡¡AURORA STORM!!!- gritaron al unísono, destacando una tormenta de hielo y nieve que envolvió al Caballero Negro de Orión, quien fue incapaz de concluir su ataque, sofocándolo y disparándolo hacia el techo.
El enemigo cayó derrotado al suelo.
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