Día 10: Juego del Pocky
Era el día de San Valentín, y Saori había organizado una fiesta para conmemorar dicha celebración. El plan inicial era invitar a todo el Santuario, pero varios Caballeros pusieron objeción, pues no querían viajar hasta Japón sólo para una reunión. Al final, la fiesta sólo tuvo por invitados a los cinco Caballeros de Bronce que ahí vivían, más la Diosa y Pandora.
-No tiene caso seguir con esto, Saori-san...- le dijo Seiya, mientras ayudaba a la peli-lila a colgar unos adornos. -Nos vemos las caras todos los días, no tenemos nada que hacer o decirnos en la fiesta.
-¿No crees que a Pandora le gustaría celebrar su amor? ¿O a Shun?- respondió Saori, cortando un cacho de cinta adhesiva. Pegaso suspiró.
-Primero... ¿ya viste a Pandora? No creo que sea la clase de chica que se desvive por las cosas románticas, e Ikki tampoco es del tipo cursi, lo que sea que hayan planeado para este día, no creo que queramos presenciarlo.- Saori volteó los ojos. -En cuanto a Shun y Hyoga, si el ganso sabe lo que le conviene, no celebrará su amor con Ikki en la casa.- la Diosa rió por lo bajo. -Y de todas formas ¿no crees que preferirían pasarla solos?
-Será un éxito, Seiya. Créeme.
Todos estaban sentados en la sala. La habitación lucía hermosa, Saori realmente se había empeñado en que la casa se viera bien. En la mesa de centro había toda clase de comida y botanas, un poco de ponche que había sobrado de Navidad y una amplia variedad de bebidas.
En efecto, tal como Pegaso lo había previsto, aunque la decoración era hermosa; la música, estimulante y la compañía no estaba nada mal; realmente no había mucho que pudieran hacer, pues se veían todos los días. El ambiente estaba rayando en lo incómodo.
Saori intentaba mantener la chispa encendida, Shiryu no tenía nada mejor que hacer, así que le daba a la Diosa por su lado; Seiya estaba aburrido, prefería ir a jugar videojuegos; Pandora e Ikki sólo querían largarse de ahí para poder hacer de ese un día inolvidable; en cuanto a Hyoga, deseaba pasar aquel día solo con su novio, no tenía muchas ganas de pasar su primer Día de San Valentín en compañía de todos ellos; por otro lado, Shun era muy amable para desairar a la anfitriona, por lo que sólo sonreía e intentaba seguirle el juego.
Hyoga estaba tan desesperado por un momento a solas con su novio, anhelaba aunque fuera un pequeño momento para demostrarle su amor, para sentirlo y besarlo con todas sus fuerzas. Su pierna se movía rápidamente de arriba a abajo, tal vez si Ikki no hubiera estado presente, le hubiera podido robar a su novio un beso, siquiera.
Mientras Shun seguía al pendiente de la plática con Saori, se dirigió a la mesa por un bocadillo. Para no tener que andarse levantando, Andrómeda tomó una caja completa de Pocky, de su sabor favorito: matcha.
En ese momento, Hyoga tuvo una revelación, había encontrado la manera perfecta de disfrutar de su novio sin que el Fénix se le fuera encima.
-Oigan ¿qué les parece si jugamos algo?- sugirió el rubio, con una sonrisa traviesa en su rostro.
Ikki lo miró, algo en su interior le decía que no le iba a gustar lo que fuera que Hyoga tenía en mente.
-Juguemos el juego del Pocky...
Shun, quien seguía comiendo los palitos inocentemente, paró abruptamente y se sonrojó. Ikki abrió los ojos como platos, tenía razón, no le agradaba lo que el Cisne sugería. Por su parte, Saori estaba llena de ilusión, el hecho de que Hyoga sugiriera un juego tan apropiado para la ocasión le hacían recobrar la esperanza en su fiesta fallida. Seiya hizo una mueca de disgusto, y para sorpresa de todos, Shiryu y Pandora se mostraron de acuerdo.
Sólo había un problema, no eran número par, por lo que alguien se iba quedar sin jugar, esa persona sería la encargada de dar inicio al juego. Al final, Saori fue la elegida para tal propósito.
Pandora e Ikki hicieron pareja, y Hyoga se quedó con Shun, obviamente, ya que era la única razón por la que el distante y frío ruso había propuesto tal juego. Sorprendentemente, Seiya pensó que se quedaría sin jugar, pero Shiryu le pidió que jugara con él; nervioso, Pegaso aceptó.
-Contaré hasta tres, y en ese momento pueden empezar a comer el Pocky ¿de acuerdo?- explicó la peli-lila.
-Sí, sí, sí. sabemos como se juega.-espetó Hyoga, quien estaba más que ansioso por comenzar.
El rubio sacó un palito de la caja que Andrómeda sostenía, y muy sensualmente lo colocó en su boca, sin quitarle los ojos de encima a Shun. Este último tenía la respiración pesada y estaba rojo cuál tomate. Lentamente, se acercó para sostener entre sus dientes el otro extremo del dulce.
-El primero en separarse pierde...- le dijo el ruso a su novio por medio de su Cosmo. Shun esbozó una gran sonrisa. No planeaba perder.
-Tres... dos... uno... ¡comiencen!
Rápidamente, comenzaron a comer el Pocky que sostenían en sus bocas, acercándose hacia los labios del otro. Hyoga estaba muy concentrado en su objetivo, tanto que en alguna ocasión casi se ahoga por no masticar bien el dulce. Shun seguía sonrojado, pero no tanto por el prospecto de besar al rubio, sino por la posibilidad de que en su torpeza dejara caer el palito y todo se echara a perder.
Los labios del Cisne estaban cada vez más cerca de su objetivo, una mordida más y sería todo suyo. El ruso mordió, eliminando por completo el dulce, tocando suavemente los labios de Andrómeda.
Shun sintió mariposas en su estómago, el sencillo beso se transformó en uno lleno de pasión en cuestión de segundos. Hyoga puso sus brazos alrededor de la cintura de Andrómeda, jalándolo con fuerza hacia él. Shun acarició la cara de su novio con una mano y con la otra jugaba con sus dorados cabellos. La lengua del Cisne se abrió paso dentro de la boca de Shun. Sus lenguas y labios estaban inmersos en una danza llena de amor, pasión y el sabor del matcha, haciendo el beso más dulce.
Estaban completamente perdidos, hasta que un carraspeo de Ikki interrumpió el momento.
-¿Ya acabaron?- rechistó el Fénix, levantando una ceja.
Hyoga y Shun estaban a milímetros de distancia, los ojos de Andrómeda suplicaban por más y el rubio estaba dispuesto a complacerlo.
-Creo que fue un empate...- susurró el peliverde, con la respiración agitada.
-¿Otra vez?- preguntó el Cisne, sacando otro Pocky de la caja, sin esperar la respuesta de su novio.
Shun asintió y rápidamente se colocó en el otro extremo, deseoso de probar aquellos labios de nuevo.
La fiesta se había puesto mucho mejor.
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Estaba completamente segura de que había subido el capítulo de ayer... pero creo que sólo lo imaginé jaja
En fin, por eso hoy a cap doble 😁
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