La noche irradia frío, luz y oscuridad de manera simultánea, este es el tipo de ambiente que necesito para hacer mi creación mágica. Con mucho cuidado de que nadie me vea, me escondo detrás del viejo árbol del pueblo.

Dicen que está muerto, pero no saben que yo lo traje a la vida con una de mis pócimas regeneradoras, que utilizo para aparentar mis quinientos años de vida. Ahora este árbol da unos frutos exquisitos, ingrediente principal para todos mis hechizos.

Observo hacia todos lados y saco a mi vieja amiga, la enorme cacerola. La coloco sobre unas rocas y así doy inicio a revisar la receta de hoy. Solo mis amigos animales pueden presenciar mis rituales mágicos, que he escrito con recelo en mis diarios de cocina.

Vierto hojas variadas, insectos con relleno cremoso y gelatina de rana como base. Luego dejo caer algunas arañas disecadas, seguidas de unas gotas de mi inigualable jugo de fruto secreto. Mezclo todo los ingredientes y ¡Voilá!

Con la esencia perfecta para mis dulces adictivos regreso a casa triunfante, lista para celebrar Halloween. Algunos me miran raro al salir de las penumbras, pero eso no evita que entone una cancioncita para mis adentros:

Apetitosos dulces
voy a regalar.
¡Dulce y truco
se van a llevar!

Fin

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Microrrelato inspirado en la noche de Halloween y en la imagen de arriba.

P.D. En este libro todos los pensamientos y acciones de los personajes, pueden ser dudosos y poco creíbles 🤭

¡Gracias por leer! :3