El cuervo en la niebla
La densidad de la neblina se esparcía por el campo de trigo, solo escuchaba mis pasos apresurados por salir de allí.
A lo lejos, sobresalía ahogado el canto de un cuervo; era el sonido más tenebroso que había escuchado en toda mi vida, un frío insólito recorrió mis entrañas, yo ya no cargaba ningún valor.
Grité al sentir una espina atravesar la piel de mi pie y me detuve. Palpé con cuidado la zona donde me dolía soltando un gemido de dolor, había una astilla enterrada en mi planta.
Hubo gran silencio, un silencio más tenebroso aún que aquel campo de trigo. Apoyé solo la punta de mis dedos de los pies con la intención de volver a emprender mi camino pero fuí detenida por un grito.
Se asemejó mucho a mi voz, un grito seco, rápido, que vino acompañado con el gruñir del pajarraco. Era demasiado tarde como para que fuese algún tipo de eco; pero entonces se repitió con más fuerza.
Sentí un aleteo sobre mi cabeza y miré, era imposible ver algo con semejante niebla. Era un aleteo intenso y sonaba cercano a mí, mas no logré divisar nada.
Entonces los aleteos cesaron, se convirtieron en pasos, no pasos cualesquiera, pasos con sonido a madera: como cuando pica algún tronco un carpintero.
Mis fosas detectaron olor a madera con sangre, grité de espanto, giré sobre mis talones olvidándome de la astilla, del dolor, de todo.
Entonces escuché <Shhhh> y estremecí, dedos amaderados me agarraron de la cintura, eran fuertes, delgados y largos.
Mi vestido dorado goteaba sangre pero no era mía. El viento se hizo más fuerte, era como si me hablara, como si intentara decirme algo, como si deseara decirme cómo salir de aquí.
Entonces desperté.
Sudada, con las sábanas arrastrando al suelo y con un fuerte dolor en la planta del pie izquierdo.
La ventana de madera se movía con el viento y me levanté para asegurarla. Por la rendija ví el cuervo, estaba posado sobre el espantapájaros del campo de trigo del abuelo, me miraba fijo, tan penetrante como si me conociera.
Cerré, me hundí entre las sábanas para dormir, pero él no dejaba de graznar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top