Al Descubierto.
Seguir sigilosamente al sospechoso era nuestro deber y no nos rendiríamos hasta saber lo que hacía a escondidas de todos...
Ya es la hora y no veo a Haruichi por aquí. — dijo el pelirrosa mayor. Trate de buscar al susodicho con la mirada, pero no encontré nada, lo único cómico era ver a Kuramochi Youichi, el cual estaba sentado cerca del pelirrosa con el collar en el cuello.
Tal vez esté con su novia. — mencionó el de peinado Yankee, sin esperarse que dos personas lo fulminaran por completo con sus miradas.
¿Qué dijiste? — preguntó con una sonrisa tenebrosa el pelirrosa.
Wan. — respondió sin querer Kuramochi, fue tal el miedo que sintió que ese ladrido o intento para decirlo mejor salió, lo que de alguna manera hiso que la atmósfera que los rodeaba se suavizará, aunque eso no duró mucho tiempo.
Escóndanse, rápido. — dijo el mayor de los tres. — Haruichi ya llego. — nos escondimos rápidamente y esperábamos a ver el siguiente movimiento del pelirrosa.
Mi general, el sospechoso no se mueve. — dije al pelirrosa mayor.
Sin cambios, no nos moveremos hasta que el objetivo haga algún movimiento. — dijo el pelirrosa.
Entendido, mi general. — dije acatando las órdenes de inmediato.
De pronto, una extraña sonrisa se formó en el rostro del pelirrosa, sus ojos empezaron a brillar, mientras veía fijamente al horizonte, al parecer la persona con la que había quedado ese día... había llegado.
No pasó mucho hasta que esa persona estuviera cerca del menor de los Kominato, no había nada sospechoso, hasta que ...
Lamento hacerte esperar. — dijo el pelinegro.
No te preocupes, yo recién acabo de llegar. — dijo Haruichi. — Pongámonos en marcha, hay que aprovechar que hoy estamos libres y nadie nos interrumpirá.
Si. — dijo en respuesta. Sujeto la mano del pelirrosa, acto que lo sorprendió, e hizo que su rostro se tornara rojo. — Esta vez él no nos molestará en nuestra cita. — concluyó.
...
CITA
CITA
Fueran las palabras que se repetían esos dos, no podían creer lo que veían frente a ellos.
Se los dije. — dijo Kuramochi.
Las mascotas no hablan, Kuramochi. — dijo, su habitual sonrisa se había tornado más siniestra y sin querer un poco de su aura fue mostrada.
General, ¿seguimos al sospechoso? — pregunté.
Setsu... , Si, Sigamoslo. — me recupere rápidamente y procedimos a seguirlo.
Así que Furuya... — se escucho un pequeño comentario del dorsal número 6.
Cállate. — intentaron decir sin gritar, aunque era obvio lo que sucedía, el pequeño Kominato estaba enamorado.
Tras seguirlos durante varias horas, pudimos apreciar como ambos disfrutaban de su cita, era una atmósfera agradable, la cual al final terminó por vencernos.
Si es feliz... — empecé a decir.
Setsu. — el pelirrosa me abrazo por unos momentos y acaricio la cabeza. — Vámonos.
Si, estorbamos. — una expresión de tristeza se vio reflejada en mi rostro.
Furuya Satoru, aún no tienes mi permiso. — se escucho decir del pelirrosa.
Ni el mío. — agregué.
Bien dicho. — sonrío Ryo-san.
Nos retiramos y tras pensarlo un poco decidimos ir al cine, había una película que estaba en su última semana de estreno y no podían perdérsela, aunque lo que sucedió después no lo habían planeado en lo absoluto.
Haruichi, ¿no pensé encontrarte aquí? — pregunto el pelirrosa desde su asiente.
Aniki. — dijo sorprendido, no pensó encontrar a su hermano en ese lugar, aunque por lo que veía este no había venido solo.
Kuramochi y Setsu se demoran demasiado con las palomitas. — dijo como comentario. — ¿Te acompaña alguien? — pregunto audazmente el pelirrosa mayor, lo cual hizo que Haruichi tuviera cierto temor.
Yo...
Ya estoy aquí. — dijo Furuya.
Así que estás con Furuya. — dijo. — Disculpen, si sin querer interrumpo su cita.
No hay problema. — dijo el pelinegro.
Así que no lo niegas. — el pelirrosa mayor hablo.
No lo negaré, Haruichi y yo estamos saliendo. — ver al pelinegro expresarse fue sorprendente, sus emociones estaban concentradas en monopolizar el montículo, pero por sus acciones se veía que lo que sentía era en serio.
Lo sabía. — habíamos llegado con las palomitas y Kuramochi corroboró lo que pensaba.
Cállate. — mi mal humor empezó. — Felicidades. — dije mientras mataba con la mirada a Furuya.
Un ambiente algo incomodo se empezó a desarrollar, aunque al iniciar la película este desapareció, las dos horas en el cine fueron formidables, la película no los defraudó y así lo denostó sus rostros.
Furuya. — me acerqué al pelinegro. — ¿Qué harías si alguien te quiere quitar a Haruichi? — pregunté.
No lo permitiré. — su aura se vislumbró.
Buena respuesta. — dije sin más. — Aprobaste. Ja, ja. — sonreí. — Nos vemos.
¿Y si yo no la apruebo? — tratándo de continuar mi pregunta.
Aniki. — dijo Haruichi.
Una pequeña prueba. Por el momento acepto su relación. — se acercó lentamente al pelinegro. — Hazlo sufrir y eres hombre MUERTO.
Bueno, parece que Haruichi estará bien por ahora. — dijo el pelirrosa.
Si. — dije.
Tan rápido lo aceptaste. — Kuramochi habló.
Aprende. — dije sin más.
Ya es tarde, Vámonos. — mencionó el pelirrosa.
Si, mi general...
Continuará....
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