Prologue.
A N T E S.
Chloe Lane, líder de una cadena de laboratorios secreta que se especializa en estudiar y experimentar con todo tipo de criaturas sobrenaturales, frunció el ceño al mirar cambios físicos en el sujeto Corvinus, una de las tantas criaturas que habitaban en dicho lugar. Aunque los cambios eran mínimos (su cabello había caído como si hubiese sido cortado y su piel se tornó muy pálida) no era algo regular.
Lo único que la doctora esperaba era ver sus ojos, a lo largo de los años el cambio de los experimentos se manifestó a través del color de sus ojos, sea el color que sea este cambiaba y se tornaba azul intenso casi como el de un diamante, si esto no pasaba el sujeto era tomado como fracaso y era desechado.
— Está despertando. –Murmuró uno de los científicos observando la pantalla de su computadora que daba a una de las cámaras que se encontraba en la habitación del sujeto. El experimento estaba empezando a reaccionar, abrió los ojos de golpe pero parpadeaba repetidas veces, se movió hacía atrás haciendo que chocara contra la pared, miró a su alrededor sintiéndose encerrada. — Está asustada, eventualmente comenzará a desesperarse.
— Haz que esté tranquila, necesito ver sus ojos. – Ordenó Chloe viendo como el sujeto comenzaba a desesperarse, esto ya era algo normal entre los diversos experimentos que realizaban debido a que las habitaciones eran pequeñas. — Haz que esté tranquila, no logro ver sus ojos.
— Esperen, algo no está bien, su cuerpo reacciona diferente. – Dice la doctora que estaba al lado, en su computadora se mostraba el ritmo cardíaco del sujeto y este se aceleraba más a cada segundo.
— ¿De qué está hablando? –Inquirió Chloe confundida, no ocurría seguido pero sí en algunos casos algo salía mal con los sujetos pero nunca nada grave. Existían dos reacciones cuando estos despertaban; muerte o que haya sobrevivido con éxito a todos los experimentos. — ¿A qué se refiere? – Al tiempo que preguntaba, la pantalla de la computadora comenzaba a parpadear en rojo.
— Esto no es normal, no es igual que con los otros. Está demasiado alterada como si alguien hubiese manipulado las terapias.
— ¿Qué estás diciendo? — Pregunta Lane.
— Alguien alteró los procesos, sus reacciones son diferentes al resto de sujetos, es como si supiera que la estamos observando.
— Dale una descarga eléctrica, no podemos permitir que se salga de control.
— Pero eso la empeoraría...
— ¡Ahora! –Rugió Lane sin importarle las advertencias de la doctora a su lado. Ella dio un salto del susto y comenzó a teclear varias cosas en su computadora, la líder volteó a ver al sujeto Corvinus y éste soltaba gritos ante las descargas, y ninguna de las personas presentes en el lugar pudo evitar la sorpresa cuando observaron como el sujeto clavaba sus garras en sí mismo para luego sacar los aparatos que tenía dentro de sus brazos, piernas, abdomen e incluso a los costados de la cabeza. Los aparatos que usaban en el laboratorio para controlar a los sujetos, los sensores que utilizaban para monitorearlos. — ¿Cómo supo dónde estaban, Beyle? ¿Cómo supo dónde estaban los malditos aparatos?
—No lo sé, agente Lane, esto está mal, demasiado mal. Hay que reforzar la seguridad de su celda y las demás, si logra escapar, liberará a los demás y eso sí estaría peor. – la doctora Beyle comenzó a activar las defensas de seguridad del lugar, los demás en la habitación la siguieron activando defensas en cada celda. — Esto tiene que ser suficiente por ahora, agente, tiene que llamar a las fuerzas especiales, tenemos que retener al sujeto.
— Ella no puede escapar, no va a joder todo el trabajo que tanto me ha costado tantos años. –Expresa Chloe, viendo al sujeto empezando a golpear las paredes con fuerzas, sin embargo esto parecía ser inútil ya que estaban reforzadas con metales muy especiales.
— Lane, entienda, alguien la traicionó. Hay un traidor entre nosotros, alguien quiere que el sujeto escape por eso alteraron las terapias. Hay que llamar a las fuerzas, hay que evacuar a todos los sujetos al laboratorio más cercano antes de que ella los libere a todos.
— Esto sólo es un laboratorio más, usted tiene miles, agente. Hay que escapar de aquí antes de que ella provoque un desastre. — Opina otro científico.
— No podemos dejarla libre, es demasiado peligrosa. — Dice Lane, toma el comunicador que estaba en su cadera y comienza a llamar a las fuerzas especiales que existían en caso de que pasara algo así. — Aquí Lane a Gillum, necesitamos evacuar a todos los sujetos, repito necesitamos evacuar a todos los sujetos. Requiero de las fuerzas especiales ya, no quiero tener que repetirlo dos veces.
— Aquí Gillum, copiado, Lane. Los camiones están siendo preparados para la evacuación, la alarma ya ha sido activada, no se demoran en llegar.
— Es mejor que todos salgan de aquí antes que sea demasiado tarde. El lugar quedará vacío en unos minutos, todo será transportado a la central de Siena, busquen algún camión para ser trasladados, es una orden. — Lane se dirige a todos en la habitación.
— Lo mismo le debería decir a usted, agente. — Murmura Beyle.
— ¿Qué dices?
— Digo que sí quiere vivir será mejor que comience a escapar de este lugar usted también. No le servirá de nada tratar de quedarse a luchar contra el sujeto, todos aquí sabemos quién ganaría. Si ella logra liberar a los otros sujetos, se jodería usted también. Ellos la odian por lo que les ha hecho y si son liberados, que es lo más probable, usted morirá primero. – Explicó Beyle comenzando a tomar sus cosas como todos los demás, cuando termina camina hacía la puerta del lugar mientras Chloe analizaba lo que había dicho. — Espero que le tengan algo de piedad, la piedad que no tuvo con ellos.
Un rugido fue lo siguiente que escuchó Chloe, miró al frente temiendo el escape del sujeto y efectivamente, la pared se encontraba rota indicando que este había logrado superar los metales que la resguardaban, ahí se dio cuenta que había veracidad en lo que Beyle hablaba, alguien la traicionó pues para romper esas paredes se necesitaba ayuda de alguien que bajara las defensas de esa habitación en específico. Alarmada, tomó la carpeta que estaba en el centro de la habitación y comenzó a leerla, ahí tenía que decir algo sobre como eliminar al sujeto o algún tipo de debilidad, siempre se guardaba ese tipo de información en los archivos.
— Nombre del sujeto: Selene Belcalis Grey. Edad: Tenía veintitrés años de edad cuando murió, es inmortal. – Murmura Lane. — Personas de importancia: Marcel Gerard con el cual mantenía una relación amorosa hasta que fue separada de él por David Adkins. Helen Rhode Grey, hermana gemela separada al cumplir dos años. Jean Rivers, amiga desde la infancia y fueron criadas juntas por un aquelarre. Emma Wyman, miembro importante del aquelarre, híbrido experta en asesinato de criaturas sobrenaturales. David Adkins, ex-agente de los laboratorios Lane, mantuvo una relación amorosa con él hasta que la traicionó entregándola a su líder Chloe Lane.
Entonces la recordó, recordó perfectamente al sujeto. Cuando la etapa inicial de los laboratorios se estaba desarrollando, Chloe recibió varios informes sobre un animal que atacaba diferentes lugares de Italia, pero lo curioso es que los asesinatos tenían indicios de que el animal que los cometió era sobrenatural, Lane se obsesionó con el tema hasta saber su verdadera identidad, Selene Grey. Para ese entonces, Chloe le había encargado a su mejor agente, el agente Adkins, que persiguiera a Selene y logrará atraparla de cualquier manera y luego de un tiempo David entregó a la chica con Lane y así fue como logró hacer varios experimentos con ella.
— Mayor debilidad; Personas de importancia como Marcel Gerard, Helen Grey, Jean Rivers, Emma Wyman y anteriormente David Adkins. De igual forma le pueden hacer daño con Sklim, una sustancia creada por brujas antiguas para controlar a criaturas sobrenaturales.
Sklim... Chloe había escuchado eso antes, de hecho David le había entregado varias cantidades de esa sustancia cuando atacaron a un aquelarre de Génova, ellas hablaban de una predicción en la que esa sustancia era muy importante para derrotar a una criatura monstruosa.
— Adkins mencionó que cuando ella se saliera de control usará veneno, un veneno especial. –Susurró tomando un amuleto que reposaba en su cuello, en él había Sklim una porción pequeña pero suficiente como para dañar a Selene, siempre lo cargaba consigo ya que aunque para el experimento Corvinus sólo le hiciera daño para cualquier otra criatura era letal. Amarró su cabello en una coleta, y se quitó la bata de laboratorio dejando a la vista un traje negro. — Nadie destruirá todo el trabajo que me ha costado.
Se asomó por la puerta verificando si había alguien pero estaba completamente vacío. Salió mientras observaba las paredes cubiertas de sangre, las luces rojas pardeaban y todas las celdas estaban abiertas o en algunos casos rotas, ahí supo que la evacuación había sido un total fracaso. La escena parecía sacada de una película de terror, los cuerpos de todos los guardias muertos e inertes en el suelo, asesinados de diferentes de formas. Lo siguiente que Chloe escuchó fueron gritos desgarradores de mujeres y hombres, científicas y guardias. Ella los había liberado, Selene había liberado a todos los demás experimentos. Todo se había ido a la mierda en menos de diez minutos.
— Espero que te pudras en el infierno, Selene. –Murmuró tajante Chloe viendo la cantidad de cuerpos muertos en el suelo. De repente algo la arrojó a la pared y le rugió aturdiéndola. — ¿Qué mierda...?
Levantó la vista para observar mejor a su atacante. Era Selene, pero no se parecía a la que se encontraba en la celda, era diferente, su aspecto era diferente y daba escalofríos. Sus ojos eran una combinación entre rojo y azul, en sus dientes habían crecido colmillos y en sus manos había grandes garras.
— Pagarás por eso. – La líder tronó su cuello al tiempo que Selene le rugía fuertemente.
Selene se abalanzó sobre ella clavando sus garras en la espalda de Chloe y las otras en el estómago, ahí fue donde aprovechó para morderla en el cuello, la mordida se sentía diferente a cualquier otra que haya recibido por alguna criatura, acto seguido Lane escupió sangre y se dejó caer de rodillas al suelo, sentía como algo en su interior se removía, era como una carga de adrenalina que nunca antes había sentido. Selene ya se había dado la vuelta dando por terminada la pelea cuando Chloe se levantó de golpe y la apuñaló varias veces en la espalda tomándola desapercibida.
— ¡Te arrepentirás de eso, perra! –La líder se sorprendió al escucharla hablar, su tono era prepotente y escalofriante no se parecía en nada a la voz original de Selene. Se volteó lentamente mientras hablaba. — Doce años, ¡doce años de sufrimiento y dolor, doce años observando como asesinabas a los míos mientras estaba inmóvil sin poder hacer algo, doce años sintiendo la furia y decepción de los ancestros sobre mí!
Clavó sus garras en un costado del cráneo de Lane haciendo que está soltará un grito de agonía demasiado intenso que sorpresivamente este logró aturdir a Selene, lo suficiente para que la agente comenzará a correr por los pasillos buscando una salida. Entonces mientras corría comenzó a analizar las cosas, empezaba a pensar que todo la adrenalina y todo lo que sentía en los últimos minutos podría haber sido producido por la mordida de Grey, no negaba las posibilidades. En las investigaciones que ella había realizado, logró averiguar que ciertas criaturas sobrenaturales podían convertir a otros en alguien de su misma especie a través de las mordidas.
Estaba confundida más confundida que nunca, su mente jugaba consigo misma, trataba de convencerse que había una posibilidad de que Selene no perteneciera a este grupo de criaturas que podían transformar a otros pero todo parecía decirle lo contrario de un momento a otro incluso la velocidad a la que corría era sobrehumana.
Era irreal, casi imposible, era tan irónico que había pasado luchando con monstruos toda su vida para que terminara convirtiéndose en uno.
Su camino terminó cuando llegó a un pasillo el cual no tenía salida intentó abrir las puertas de los costados pero éstas estaban trabadas con muebles y objetos pesados detrás que seguramente lo habían dejado los científicos y guardias al escapar. Los pasos de Selene se sentían cada vez más cercanos, el sudor recorría su frente, iba a morir.
«No, puedes pelear.» Algo le hablaba en su interior pero ella estaba fuera de sí, iba a ser asesinada por su propia creación. «Aún tienes algo que puede dañarla, no matarla pero puede salvarte.» El Sklim... tomó el amuleto en manos y al hacerlo comenzó a quemarse, su mano dolía ardiendo como si estuviera en llamas. Tomó el amuleto y lo dejó caer al no soportar el dolor intenso en su palma, miró como su mano se curaba rápido eliminando las quemaduras.
Las cosas empezaron a ser obvias desde hace unos minutos aunque ella estaba segura de que no se iba a convertir en un monstruo, sin embargo estaba la duda: ¿cómo había logrado quemarle el Sklims, si esa sustancia solo dañaba a las criaturas de la noche? Por el momento su mente no se concentraba en eso, si lograba salir viva de ahí tendría mucho tiempo para averiguar acerca de la clase de criatura que era Selene, ahora su mente se encontraba en tratar de salvarse, en pelear o morir. Primero que todo se colocó unos guantes de cuero que cargaba en su bolsillo y tomó con cuidado el amuleto. Abrió el interior de este con cuidado ya que no quería saber que podía pasar si llegaba a ser rociada por la sustancia, tomó una navaja que reposaba en la parte de atrás de su traje y vertió el Sklims sobre esta, la sustancia era espesa y negra tirándole a un morado intenso.
Sujetó la navaja en sus manos tomándola por el mango y teniendo cuidado de no tocar la cuchilla de esta, se colocó en posición de ataque esperando la llegada de su contrincante.
— No te servirá esconderte. –Su voz hizo eco en el pasillo, Chloe miró a todos lados intentando adivinar de dónde provenía la voz. — Estamos vinculadas, conectadas. La mordida hace el vínculo. Te recuerdo perfectamente como torturabas a mis hermanos y hermanas y yo sólo veía desde lejos sin poder hacer nada. ¿Crees que eres mi creadora? Estás equivocada, yo te creé a ti, ahora serás como yo, serás lo que siempre odiaste, soy la última esperanza de mi especie y tengo que crear más.
—No, yo no soy un monstruo, yo no soy igual a ti. –La risa de Selene se escuchó nuevamente haciendo eco, era siniestra y llena de ironía.
— ¡Ahora eres igual a mí, entiéndelo! ¡Serás un monstruo sediento de sangre, ahora sólo serás un error más de la naturaleza, serás aquello de lo que temen los humanos! — La adrenalina en su interior aumentaba a cada segundo. — Te lo demostraré.
La pelinegra atacó a Chloe apareciendo de repente tras su espalda, cuando la afectada se dio vuelta para devolverle el golpe, ella había desaparecido. Volvió a aparecer a su lado y sonrió maliciosa, Chloe cerró los ojos por unos segundos cuando sintió a Selene lanzarla contra la pared. Pero debido a la fuerza del golpe; la agente atravesó unas cuantas paredes derribándola, su espalda se sentía hecha pedazos, terminó en el suelo mirando con los ojos entrecerrados como su enemiga cambiaba de lugar rápidamente, se movía a una velocidad inhumana casi parecía que se teletransportaba de un lado a otro.
Sí Selene podía hacer eso, ella también, es decir; su atacante dijo que ahora iban a ser iguales, podía usar eso en su contra, ¿no? Levantó lentamente la cabeza y a su frente estaba el monstruo en el que Selene se había convertido. El monstruo alzó sus garras lista para atacar, las movió rápidamente para rasguñar a Chloe pero inesperadamente antes de poder atacar, ella había desaparecido.
Chloe abrió los ojos con algo de temor pero se sorprendió al ver que estaba en otro lugar, había funcionado sin nada de experiencia y esperando el fracaso, su acción había funcionado, significaba que podía usar las habilidades que le había otorgado Selene para su beneficio. Tal vez no pueda derrotar a Selene pero tal vez, si logra escapar puede investigar más sobre lo que es y quizás encontrar el modo de arreglarse. Se levantó sintiendo como el dolor en su espalda desaparecía, se sacudió el polvo de su traje, miró detenidamente el final del pasillo en el que se encontraba, conducía directamente a un ascensor que ascendía hacía la salida, hacía el bosque ya que los laboratorios se encontraban ubicados subterráneamente en bosques aparentando ser una cabaña normal pero por debajo se encontraba el sitio.
Chloe atravesó los escombros y se subió en el ascensor presionando el botón que daba al exterior y justo antes que el ascensor se cerrará, observó una silueta femenina llena de sangre con muchas siluetas más detrás, y lo entendió. Era Selene, Selene y todas las criaturas que había liberado.
Todos eran libres, todos aquellos monstruos con los que ella experimentó estaban libres y llenos de sed de venganza.
A H O R A
Niklaus miró las grandes y viejas puertas frente a él, las empujó intentando abrirlas lo cual fue inútil. Recordó lo que la bruja Giselle le había comentado «No es fácil entrar a su escondite, necesitarás una llave.» Luego de decirle eso le había entregado un collar algo antiguo pero con un diamante reluciente en el centro. «A unos pasos de la puerta hay un árbol con rosas blancas aparta las flores y debajo encontrarás una especie de cerradura, quítale el diamante al collar y ponlo ahí.»
El híbrido siguió las instrucciones al buscar el árbol con su mirada, se detuvo en un roble que tenía tallada las siglas S.G – H.G , miró abajo del árbol y efectivamente ahí estaban las rosas blancas se inclinó al apartar algunas y mover algo de tierra luego de hacer eso sintió algo duro en el suelo. Apartó más tierra y entonces ahí estaba la cerradura de la cual Giselle le habló, quitó el diamante del collar y guardó este en su bolsillo, colocó cuidadosamente el diamante y éste tuvo, por unos segundos, un brillo intenso.
Supuso que ahora la puerta estaría abierta por lo que se levantó y camino hacía la puerta la observó unos segundos y luego la empujó haciendo que esta se abriera provocando un irritante ruido que resonó por toda la mansión. Miró el descuidado aspecto del interior, todos los muebles tirados en diferentes partes, manchas de sangre seca en las paredes y el suelo, incluyendo los múltiples rasguños en todas partes.
Subió las escaleras con desconfianza, no se fiaba mucho del lugar. Se dio cuenta que todas las habitaciones estaban bloqueadas excepto la que estaba al final, estaba al lado de una ventana que estaba ligeramente entrecerrada. Abrió con lentitud la puerta y la habitación era completamente diferente al resto de la casa. Estaba perfectamente ordenada y limpia, al lado de una ventana estaba el motivo por el que Klaus viajó desde New Orleans hasta Chicago. Un ataúd cerrado en perfecto estado, limpio sin una pizca de polvo.
Se acercó al ataúd y antes de abrirlo dudó un poco, no sabía con exactitud lo que había dentro. Es decir; Giselle le había hablado poco sobre lo que había dentro pero no le informó suficiente. Lo único que sabía es que la persona que estaba dentro del ataúd protegería a su familia a cambio de algo. Pero Klaus no sabía a cambio de que, se estaba arriesgando demasiado. De igual manera el precio no importaba cuando se trataba de proteger a su familia.
Finalmente abrió el ataúd encontrándose con algo totalmente inesperado. Era una chica, una mujer, frunció el ceño confundido, Giselle le había dicho que la bestia que estaba dormida en el ataúd era un hombre. La mujer tenía el cabello negro corto hasta por los hombros, su piel era muy pálida, sus venas resaltaban dando señal que estaba disecada y por supuesto muerta en un estado temporal.
Sacó un frasco que tenía en su bolsillo, éste contenía sangre adentro pero no cualquier sangre. Era una sangre especial perteneciente de un aquelarre de brujas del que Klaus tuvo que encargarse para obtener esa sangre, una sangre que podía hacer despertar a la chica, no se la tenía que dar al menos no hasta que despertara, tenía que abrirla y que ella la oliera aunque, según Klaus, era estúpido ya que estaba muerta. «No cuestiones lo que te digo, sólo acerca la sangre para que se dé cuenta que alguien requiere de su presencia. » Eso le había dicho Giselle, contradiciéndolo a su idea que darle la sangre para que la oliera, era estúpida.
Abrió el frasco y lo acercó al cuerpo de la chica, pasaron unos minutos y no sucedía nada, luego al cabo de unos segundos, cuando Klaus iba a rendirse e iba a arrancarle la cabeza a Giselle por haberle mentido, la mujer comenzó a moverse. De repente abrió los ojos mientras se sentaba en su lugar, estaba asustada, muy asustada. Sus ojos azules comenzaron a moverse por todo la habitación hasta dar con el híbrido. Miró el frasco con sangre en sus manos y por instinto se abalanzó sobre Klaus para quitarle el frasco, el híbrido se defendió mostrando sus colmillos. Entendió que lo que ella quería era la sangre, así que se la dejó en el suelo, ella la tomó desesperadamente, bebiéndola, mientras disfrutaba cada gota.
En su interior; su fuerza se había regenerado, sus sentidos totalmente alertas a cualquier cosa, su oído lograba escuchar los latidos del híbrido, lograba escuchar el sonido de los árboles siendo movidos por el viento. Una carga de adrenalina abundaba su interior.
— ¿Quién... quién demonios eres? —Logró preguntar cuando terminó de recuperar todo sus sentidos, el híbrido dio un paso adelante tendiéndole su mano ella lo miró dudosa pero finalmente aceptó.
— Mi nombre es Klaus, Klaus Mikaelson. ¿Quién eres tú y en dónde está Kraven?
— Estás hablando con él.
Klaus rió con gracia por unos segundos luego se puso completamente serio.
— No tengo tiempo para bromas, ¿dónde está Kraven? ¿Dónde está la bestia?
— Estás hablando con ella. ¿Qué esperabas? ¿Un monstruo de tres metros con cuatro ojos y garras y colmillos? Es decir tengo garras y colmillos pero no el resto. —Dijo sarcásticamente mirando como Klaus tensaba la mandíbula.
—Bien, asumamos que tú eres Kraven, lo cual es poco probable. ¿Qué trato tenemos que hacer para ser aliados, Kraven?— Inquirió el híbrido diciendo la última palabra con sarcamos, al cruzarse los brazos, la chica chasquea la lengua.
—En primer lugar; Mi nombre es Selene, no Kraven. Kraven se llama la bestia, yo me llamo Selene así que no me llames Kraven. —La pelinegra se cruzó de brazos y Klaus asintió rodando los ojos.
—Lo que sea, ahora dime que es lo que tengo que hacer para que seamos aliados. —Selene lo miró con curiosidad, tanta ayuda necesitaba que acudía a la bestia.
— ¿Lo tienes? ¿tienes el collar? —Klaus la miró con confusión. — El collar del sauce, ¿qué acaso Giselle no te dijo sobre el collar?
Entonces Klaus se preguntó cómo conocía a Giselle, ¿es que acaso le estaban tendiendo una trampa? Iba a matar a Selene y luego a Giselle si esto era así, ya que la bruja nunca le habló sobre conocer a la pelinegra.
— ¿Conoces a Giselle?
—No, no la conozco. —Expresó. — Pero tú piensas mucho en ella.
— ¿Acaso...?
— ¿Acaso puedo leer tu mente? Puede ser, tal vez los científicos fueron demasiado estúpidos al darle más poder a una bestia que puede ser el fin del mundo. —Habló al dar un paso hacia adelante. — Y no, no soy una falsa impostora que se hace pasar por Kraven, te enseñaría mi modo animal pero como aún no somos aliados podría asesinarte.
El Mikaelson frunció el ceño, la pelinegra comenzaba a lucirle desagradable con lo que decía, aparte que parecía alguien arrogante y prepotente, definitivamente no se iban a llevar bien.
— Dejémonos de rodeos, dame el collar y tendrás mi lealtad. —La pelinegra rodó los ojos. —Deja de pensar que estoy mintiéndote, sólo dame el collar.
Klaus, irritado de su personalidad, sacó el collar de su bolsillo y Selene comenzó a alterarse, el híbrido le tendió el collar y la pelinegra se alejó bruscamente, tal vez no era buena idea que se lo diera. Su piel comenzó a arder al tener el collar cerca, sus ojos se comenzaron a poner rojos, garras y colmillos comenzaron a crecer. Abrió un cajón de la habitación y sacó una jeringa, tomó una sustancia que había en un pequeño frasco y con la jeringa extrajo un poco. Se la inyectó en la vena con fuerza, con tanta fuerza que incluso le dolió. Sin embargo esto hizo que su piel dejara de arder lentamente, sus ojos volvieron a ser azules y sus garras y colmillos desaparecieron.
Se acercó y lo tomó con cuidado, lo guardó en su bolsillo y suspiró con tranquilidad. Klaus la miró buscando una explicación pero ella solo negó levemente.
— Tenemos que comenzar el vínculo. —Selene empezó a moverse por toda la habitación, comenzó a trazar un círculo con tiza en el suelo con señales extrañas. Tomó una navaja que reposaba arriba de una repisa y cortó su mano dejando que la sangre cayera dentro del círculo. — Es tu turno.
— Giselle no mencionó que también eras bruja. —Klaus alzó una ceja mientras tomaba la navaja.
—Porque no lo soy. Esto es algo que Kraven y el líder tienen que hacer para pactar su alianza. —Tomó un libro que se encontraba en un libre, valga la redundancia, de la habitación. —Apresúrate antes de que la sangre esté seca.
No me agrada que trate de darme órdenes, pensaba Klaus mientras se hacía un corte en la mano y la sangre caía en el círculo, Selene comenzó a buscar una página en específico, cuando la encontró comenzó a buscar las palabras que tendría que recitar para hacer válido el vínculo.
— La encontré, esto será suficiente para finalizar el vínculo. —El híbrido se tensó al escuchar la palabra "vínculo". — No dolerá, es decir dolerá un poco pero luego estará bien y tendrás la lealtad de Kraven.
— ¿Con vínculo te refieres a que si tú mueres, yo muero? —Inquirió el Mikaelson curioso. — Debiste decirme antes que puedo morir por tu culpa, estoy en total desacuerdo.
—Tranquilo, no puedo morir ni siquiera con una estaca en el corazón. En otras palabras soy inmortal. —Klaus rodó los ojos ante el ego en su tono. — La única cosa que puede, al menos, hacerme daño ya no existe. Sólo confórmate con saber eso. Tú dirás esto. — Le lanzó una hoja con algunas cosas escritas.
— ¿Puedo al menos saber qué significa todo este palabrerío? —Inquirió el híbrido alzando una ceja, no es que lo que tenía que decir luciera como algo bueno.
—Si quieres la jodida lealtad de Kraven, dilo. Y apresúrate, tenemos poco tiempo.
— Deja de darme malditas órdenes o te arrancaré la cabeza. — Espeta Klaus, Selene ríe con ironía. — Espera, lo que sea que es esto, ¿no tiene que ser en un momento específico? Es algo que he aprendido de las brujas. — Tomó la hoja analizando su contenido.
—Sí, en luna llena pero la luna llena estará en treinta días. Esto sólo será algo que hará que Kraven no intente matarte, al menos hasta la próxima luna llena. —Le otorgó una sonrisa burlona. — Y por cierto di esto también.
Luego de unos minutos, el reloj de la habitación comenzó a sonar. Selene levantó la cabeza hacía el reloj mirando que indicaba ninguna hora en específico solo indicaba un signo extraño.
—Bien, es hora. Di lo que tienes que decir, pero hazlo después de mí. Y la otra hoja la diremos juntos luego de hacer lo que nos toca, ¿estás listo?
— ¿Tengo otra opción? —Inquirió, Selene negó y comenzó a decir las palabras.
Selene le indicó a Klaus que empezará, mientras Klaus comenzaba, las palabras que había dicho Selene habían hecho que la mayoría de velas de la habitación comenzaron a encenderse. La otra mitad de las velas también comenzaron a encenderse. La sangre dentro del círculo comenzó a moverse. Una enorme llama de fuego salió disparada hacía arriba al mismo tiempo que Selene y Klaus caían al suelo.
— Funcionó...— Fue lo último que dijo Selene antes de caer inconsciente.
•••
Luego de que ambos, Selene y Klaus, hayan caído inconsciente debido al fuerte poder del pre-vínculo, todas las velas de la habitación se apagaron y la sangre dentro del círculo desapareció dejando una quemadura en el suelo. Klaus fue el primero en despertar, se levantó del suelo aturdido y caminó hacía la pelinegra que aún estaba inconsciente, se agachó hasta donde se encontraba.
Selene se levantó de golpe pero era diferente, sus ojos se habían tornado rojos y colmillos habían crecido en sus dientes, Klaus se apartó por reflejo.
— La alianza los destruirá a todos, la guerra se aproxima. —Dijo en otro tono, en realidad no parecía su voz, lucía como la voz de alguien más oscuro y malévolo, como la voz de un monstruo. De un momento a otro sus ojos volvieron a la normalidad siendo azules de nuevo y los colmillos desaparecieron tan rápido como aparecieron. — Lo siento, eso me pasa cuando Kraven intenta liberarse, normalmente lo hace cuando algo muy malo está a punto de pasar con su líder que en este caso serías tú... pero estoy segura que no es nada relevante.
— Ignoraré todo lo que dijiste, en especial la parte en la que algo malo me va a pasar lo cual es probablemente posible. Pasemos a lo importante, hay que salir de aquí, tenemos mucho trabajo por hacer.
— ¿Me podrías repetir tu apellido? —Ignoró lo que dijo el híbrido, intentando concentrarse en algo que no tuviera relación con Kraven. —Se me hace familiar...
— Tenemos que irnos ahora. —Dice Klaus extendiéndole su mano para que se levantara del suelo.
— Dime tu apellido primero. —Inquiere tomando su mano y el híbrido la jala haciendo que se pegue a él, Selene aprovecha para aspirar su aroma.
— Mikaelson...—Murmura Klaus al mover su mano hasta rozarla con la cintura de Selene, ella alza la cabeza confundida. —Ese es mi apellido, Mikaelson.
Selene se da cuenta que es el momento de separarse, aspira una vez más su aroma y se separa lentamente del cuerpo del híbrido, observa sus ojos por unos segundos y luego aparta la mirada.
—En fin. Debemos irnos, tú a hacer lo que sea que tienes que hacer y yo a cuidar que no te claven a una estaca en el corazón.
Klaus sonrío con ironía y Selene le devolvió la sonrisa de igual manera.
— Esta unión durará para toda la eternidad o hasta que el líder dejé en libertad a la bestia. —Selene extendió su mano. — Oficialmente somos aliados, Klaus Mikaelson.
—Somos aliados, Selene. Por siempre y para siempre.
Y ambos volvieron a sonreír esta vez sin tanta ironía ni burla, cada uno tenía un escenario diferente en su mente. Klaus se imaginaba todos los enemigos de los cuáles se encargaría Kraven y Selene sentía que venía algo grande, algo que no sabía con exactitud si era bueno o malo.
Pero ellos... no tenían idea de cómo iban a terminar las cosas.
♔♔♔
Por fin logré subir el prologue, volveré a publicar usualmente, sé que pensaban que mi perfil ya estaba muerto pero he vuelto y estaré m. En fin; Espero que les guste, pronto subiré el primer capítulo.
Nos vemos en el primer capítulo.
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