1.- Thirteen Hours of Travel
— Entonces... ¿No tienes familia o algo por el estilo?
Luego de haber despertado a Selene y haber comenzado su alianza, Klaus había sacado a la pelinegra del lugar y la había llevado a su auto donde comenzaría su viaje a New Orleans. Según el GPS el viaje tardaría trece horas y treinta y dos minutos, pero durante las dos horas que llevaban de viaje Selene no había dicho ni una palabra y Klaus comenzaba a aburrirse.
Necesitaba sacar algún tema de conversación o provocaría un accidente a propósito solo para tener algo de emoción. Selene por el contrario, se veía bastante conforme con el silencio, no tenía ninguna intención de hablar hasta llegar a New Orleans. Su mirada estaba perdida, su boca medio abierta y una de sus manos estaba apoyada en la ventana.
Al ver que no le prestaba atención, Klaus chasqueo los dedos frente a ella. La pelinegra se sobresaltó y frunció el ceño mirando al híbrido. No lo había escuchado, estaba pensando, pensando en Kraven y en lo que le esperaría tras llegar a New Orleans.
— ¿Qué?
— Te preguntaba si tienes familia o amigos.
Selene dudó antes de responder.
— Mi familia murió cuando tenía seis años y mis amigos, probablemente, estén muertos luego de todos estos años.
El Mikaelson se remueve incómodo al notar el frío tono de voz de la chica. No sentía pena por ella pero saber que no tenía nadie en el mundo era trágico. Considerando que él aún tenía su familia y la pelinegra no tenía a nadie.
Sin nada más que decir: Se vuelven a quedar en silencio y Klaus se desespera, da un giro repentino y Selene lo voltea a ver con el ceño fruncido, el camino hacía New Orleans era hacía el otro lado. El Mikaelson voltea a ver a la chica al sentir su mirada intensa sobre él. Quiere preguntarle porque ha cambiado de carretera pero algo su garganta comienza a arder de un segundo a otro.
Estaban empezando, estaban empezando sus ansias de beber sangre. Y no cualquier sangre, sangre sobrenatural. Sangre de alguna bruja, vampiro, licántropo o incluso híbrido. No le importaba que especie fuera, sólo quería drenar su sangre.
— New Orleans está al otro lado. —Murmura Selene con un tono áspero como si su voz fuera débil, su garganta ardía y sabía porque era. Tenía sed, mucha sed, quería sangre. Quería drenar a la primera persona que viera. — Klaus, este no es el camino.
— Lo sé. Este es un atajo. —Murmuró en respuesta, sin embargo no se detuvo. Frunció el ceño cuando vio una silueta en mitad del camino. — ¿Estás viendo lo que yo veo?
La pelinegra entrecerró los ojos para intentar ver más claro. Y logro ver una silueta a lo lejos, estaba en medio de la carretera y parecía no querer moverse. Volteó a ver a Klaus y él le devolvió la mirada. La silueta lograba hacerse más clara a medida que se acercaban, por lo que la chica deducía, era femenina.
— Ponte el cinturón, voy a acelerar. — ¿Qué? — Voy a acelerar, Selene, no voy a perder tiempo.
— No vas a atropellarla, maldición.
— Sujétate.
El híbrido aceleró el auto pero la pelinegra puso su mano en el volante para voltearlo y considerando que la carretera era bastante pequeña, no había manera de esquivar a la figura sin que se salieran del camino. Finalmente el auto dio unos giros y se estrelló contra uno de los árboles, haciendo que ambos se movieran bruscamente dentro. La pelinegra había estrellado su cabeza contra el parabrisas provocando que brotara sangre de su nariz. Se limpió la sangre y volteó a ver al híbrido para comprobar que estaba bien.
— Maldición. —Murmura el Mikaelson desabrochándose el cinturón, Selene imita su acción. Sale del auto para buscar a la persona pero no ve a nadie. Se pasa una mano por el cabello frustrado y aprieta los ojos y cuando los abre sigue sin ver a nadie. — Hey, Selene. Ven aquí.
Ella se baja y rodea el auto, se sorprende cuando no ve a nadie cerca. Se supone que había alguien ahí, alguien que había hecho que se estrellaran.
— Dime que no estoy loco y que en realidad había alguien ahí.
— Definitivamente había alguien ahí.
Klaus gruñe al patear unas rocas en el suelo, el auto se había estrellado para nada. Ahora no tenían transporte y el viaje se retrasaría. Juraba que había visto a alguien, tenía que haber alguien ahí, si Selene también lo vio es porque alguna persona estuvo ahí.
— ¿Y ahora qué demonios haremos? — Le pregunta a ella. Y simplemente se encoge de hombros y camina al auto para sacar algunas cosas. — No pienso quedarme en medio de la nada.
— Tranquilo, tengo un plan. — Dijo en respuesta, colocó un mapa sobre el capo del auto. Klaus recordó que ese mapa estaba entre sus cosas y se le había olvidado. Sacó un marcador y extendió el mapa. — Estábamos aquí. — Marcó en el punto dónde estaba Chicago. — Viajamos dos horas así que supongo que estamos aquí. — Marcó otro punto. — Y si no me equivoco, y no lo hago, estamos a aproximadamente una hora de Lafayette. Si llegamos a Lafayette, podemos conseguir un auto y conducir hasta Indianápolis y tomar la carretera hacía New Orleans, efectivamente, es un atajo.
Lo único que el híbrido hizo fue asentir, no tenía nada que decir en contra de ella.
— Y la hora que queda podemos ir caminando. Tú y yo somos lo suficiente rápido como para estar ahí en diez minutos. — El Mikaelson asiente una vez más.
Selene dejó el mapa en donde lo había encontrado, ya que no lo iba a usar más, se apoyó en la parte trasera del auto para observar la carretera. Cuando Klaus terminó de revisar si no había algo más en el auto, se dedicó a observarla. Lucía hermosa, con su cabello corto moviéndose con el viento, sus ojos oscuros que a veces se tornaban azules, su perfil frío que ahora lucía suave. Se veía indefensa y frágil, se veía tan incapaz de asesinar a alguien.
Era atractiva, bastante atractiva. El híbrido sacudió la cabeza intentando alejar esos pensamientos. No debía pensar así de ella, solo eran aliados, socios o cualquier otro término parecido. Él estaba con ella por Kraven, solo para que Kraven asesinara y torturará a sus enemigos y ya. No necesitaba nada más de ella.
Es decir; Ni siquiera se conocían bien, prácticamente llevaban tres o cuatro horas de conocerse. Klaus no sabía nada de ella, ni de lo que ha hecho en su pasado y Selene tampoco. Después de todo, sólo eran aliados, ¿cierto?
Sólo aliados.
•••
Llevaban veinte minutos caminando y no habían visto ningún letrero relacionado con Lafayette. Klaus estaba a punto de reclamarle a Selene sobre lo que había dicho. Al parecer las trece horas de viaje se alargarían más de lo normal. Como siempre; El camino era silencioso y de vez en cuando algún auto pasaba y la pelinegra hacía alguna señal para que los autos se detuvieran pero no daba resultado. En el camino Selene iba adelante y Klaus detrás de ella, siguiendo sus pasos.
La pelinegra comenzó a sentirse cansada y volvió a sentir el dolor de su garganta. Sangre, sangre, sangre. Sacudió su cabeza intentando alejar ese pensamiento, pero ahora la cabeza comenzó a dolerle. Sentía que ya no podía más, las piernas no le respondían y su cuerpo temblaba con cada paso y el original lo notó.
— Selene, ¿Estás bien? — Su voz resonó en su cabeza y sintió que esta iba a explotar. El dolor era fuerte y aumentaba cada segundo, parecía no querer detenerse. Sin embargo; No respondió a la pregunta. — ¿Selene?
Bien, ya no podía más. Se rindió y se dejó caer, Klaus no pudo atraparla a tiempo ya que se había dejado caer sorpresivamente. Se acercó a velocidad vampírica y la tomó entre sus brazos, ella respiraba entrecortada como si le fuera difícil, sus ojos amenazaban con cerrarse y caer inconsciente.
— Maldición, Selene. — El original la examinó intentando encontrar alguna herida que se relacione con el hecho de que haya caído pero no encontró nada. Era extraño, no podía ser posible que caiga de un momento al otro, era ilógico. — ¿Qué necesitas? ¿Qué pasa?
— S-Sangre... — Susurró con la voz demasiado baja. Klaus apenas logró escucharla, sino fuera un híbrido no la hubiera escuchado. — N-Necesito s-sangre.
Él se maldició internamente por no cagar bolsas de sangre, Giselle se lo había dicho y lo había ignorado. "Eventualmente, comenzará a tener hambre y puede llegar hasta el punto de beber de la sangre de su líder." Y Klaus le había respondido que eran puras mentiras. Tenía dos opciones: O parar un auto y hacer que las personas que viajan en el, le den su sangre a Selene o darle él su propia sangre. Dejó a la chica con cuidado en el suelo, y se aproximó al medio de la carretera esperando pacientemente a un auto que se acercaba a alta velocidad.
Logró escuchar como las personas del auto, que lucían como una pareja, actuaban exactamente como él y Selene antes de estrellarse. La chica rubia le gritaba al chico que se detuviera que había alguien frente a ellos, sollozaba y abrazaba sus piernas. El chico estaba asustado, lograba escuchar su corazón latir rápidamente expresando el pánico que tenía. El auto se movió bruscamente haciendo que la pareja se estrellará, la pelinegra en el suelo ni se inmutó al escuchar el choque.
Klaus esperó por unos segundos y se aproximó al auto con cautela, se detuvo al observar cómo se abría la puerta del copiloto viendo como la chica rubia bajaba sollozando, algunos vidrios del parabrisas se le habían clavado en los brazos y sangraba. Luego, la puerta del piloto se abrió y por ella salió el chico, que estaba en mejor estado que su novia, corrió hacía la rubia y la tomó en brazos. El original frunció el ceño al sentir el olor que emanaba el chico.
Lobo.
Apestaba a lobo. Y parece que Selene también lo percibió porque movió la cabeza ligeramente en su dirección. Su sangre lobuna llamó completamente su atención, era lo que ella quería pero Klaus no pareció darse cuenta. Cuando el chico escuchó los pasos detrás de él volteó con furia, dispuesto a atacar a quien causó el accidente. Pero al ver su rostro, su furia disminuyó y el temor apareció poco a poco. Sabía quién era, todo el mundo lo sabía.
El híbrido original.
El híbrido más fuerte, el psicópata, el monstruo. El que estaba dispuesto a matar a todo un aquelarre con tal de conseguir lo que quería y proteger a su familia.
Niklaus Mikaelson.
El original sonrío al sentir el miedo que el licántropo desprendía, se sentía poderoso e invencible sabiendo que le temían. Podía decidir si alguien moría o vivía, no le importaban las consecuencias, todo el mundo sobrenatural estaba enterado que él y sus hermanos eran los vampiros más peligrosos de todo el mundo. Todos sabían lo sucedido en Mystic Falls: la Doppelgänger, los híbridos, los Salvatore y sobre todo el sacrificio.
Volviendo al otro tema: Niklaus sintiéndose poderoso y fuerte, miraba al lobo, enfrente de él, como algo insignificante e inservible con el que podía hacer lo que se le antojaba. El licántropo le mostró sus colmillos y el original se río con cinismo, ¿Acaso pensaba que podía vencerlo? Ridículo, completamente ridículo.
— Klaus...— Escuchó el débil susurro de Selene indicándole que debía apresurarse, asintió en respuesta, de un momento a otro la sangre de la chica le llamaba más la atención en cuanto se dio cuento que era una bruja por la energía que emanaba. Hizo al hombre lobo aún lado sin mucho esfuerzo, el licántropo se estrelló contra un árbol. La muchacha rubia se arrastró hacía atrás intentando huir del Mikaelson.
— No intentes escapar, amor. — Niklaus la tomó del cuello y la inclinó a su favor. El licántropo, quien ya se había recuperado, se lanzó a por el híbrido pero este fácilmente se hizo a un lado esquivando su ataque. — Será más fácil si no te resistes.
Antes de entregarle la chica a Selene para que calmara su sed de sangre, él mismo quería tomar algo de su sangre. Sacó sus colmillos y la rubia intentó causarle un aneurisma pero estaba demasiado débil, las venas en su rostro la hicieron gritar de pánico y justo, justo antes de clavar sus colmillos en el cuello de la bruja, Selene escucha algo más, otro latido, había otra persona ahí. Se levanta de un momento a otro y empuja a Klaus hacía otra lado, parece estar mejor por la repentina velocidad con la que se movió. El híbrido aturdido por el repentino ataque de la pelinegra, gruñe al pasar su mano por su cuello, dándole un pequeño masaje.
¿Qué demonios le pasaba a Selene? Se supone que hace unos minutos atrás estaba muriéndose, sedienta de sangre y ahora estaba ahí como si toda su sed hubiera desaparecido y hubiera olvidado su lealtad al Mikaelson.
— ¿Qué pasa contigo? — Klaus intenta acercarse para devolverle el ataque pero ella le gruñe en respuesta, la rubia ahora está más asustada al ver el rostro de Selene, sus ojos rojos resplandecían, sus garras se hicieron presentes y entonces, alzó su brazo. Creyendo que la iba atacar, la bruja coloca sus brazos intentando protegerse pero lo que hace la sorprende.
Deshace su intento de protección con suavidad y mueve su mano derecha hacía su abdomen, coloca su mano allí junto a sus garras, sin clavárselas, cierra sus ojos por unos segundos e intenta concentrarse en el otro latido que había escuchado. Entonces Klaus quiere darse una bofetada por no haberse enterado antes, otro latido, otra vida, otra vida dentro del vientre de la bruja. La rubia estaba embarazada.
— Es una niña. — La voz de Selene es casi imperceptible, si no estuviera tan cerca de ella, la bruja no la escucharía. La rubia abrió la boca sorprendida, ¿Estaba embarazada? No estaba enterada para nada de su embarazo y lo más sorprendente de todo era que Selene sabía el sexo del bebé. Es decir: que supiera que estaba embarazada era relativamente normal porque era un ser sobrenatural y podía escuchar los latidos del bebé, pero que supiera el sexo es algo muy diferente.
Niklaus se encontraba neutro. Y entonces sucedió lo que nadie esperaba.
Selene clavó sus garras en el abdomen de la bruja y lo desgarró de arriba hacia abajo, el lobo gritó, la muchacha expulsó sangre de su boca y el híbrido quedó con los ojos abiertos como platos. El lobo soltó un aullido de dolor e intentó correr hacia la asesina de su novia pero una fuerza desconocida lo lanzó hacía atrás.
Niklaus se mostraba entre impactado e impresionado, esta era el verdadero Kraven, un monstruo que no le importaba herir a nadie, solo le importaba él mismo y su amo. Y supo todo eso en el instante que dejó de escuchar el segundo latido dentro de la bruja.
En realidad era aquella bestia que se mantuvo cautiva durante doce años, aquella criatura que las brujas y cada ser sobrenatural juró destruir, aquella criatura que no teme en asesinar inocente o cualquiera que se interponga en su camino.
— Niklaus. — Su voz se distorsionó y no sonó como ella, lo que significaba que Kraven estaba hablando. El tono burlón y a la vez intimidante, veía lo que parecía ser una sonrisa que se formaba llena de malicia. Sus ojos se habían vuelto rojos como la sangre.
Sin objetar algo, el original procede al acercarse al lobo y tomarlo de los brazos capturándolo para que Selene deshaga su sed de sangre. Se acerca lentamente y con aires de superioridad, mueve su cabeza hasta dar con el cuello del licántropo, huele su sangre y la tentación de verla aumenta a cada segundo. El hombre lobo, con intenciones de liberarse, le da un cabezazo a Selene golpeándola agresivamente, ella retrocede unos centímetros por el golpe, alza la cabeza y tanto Niklaus como el lobo logran ver un diminuto rastro de sangre en sus labios, ella ríe amargamente.
— Mala jugada, lobito. — Dice la pelinegra, el lobo resentido le escupe en la cara, Klaus sorprendido da un paso atrás, Kraven nuevamente ríe con burla esta vez, se limpia la cara y las venas en su rostro y los colmillos aparecen.
De un momento a otro tiene sus colmillos en el cuello del chico quien suelta un grito de dolor ante la repentina mordida, se aleja un poco saboreando la sangre que queda en su labios y mueve la cabeza incitando al original para que él también pruebe, este le sigue la corriente al incrustar sus colmillos en el cuello del lobo. Suelta al chico, quien cae al suelo, y tira su cabeza hacía atrás disfrutando sus sangre tan exquisita que por un momento pudo entender a Selene, la tentación de volver a beberla era demasiado grande.
— No te vayas tan rápido, cariño. Esto apenas empieza. — Selene, tomó al lobo del cuello y lo arrojó hacía su amo, en este caso; Niklaus. Pero antes de hacerlo aprovecho para tomar sangre de su brazo, justo en la vena, lo que lo hizo soltar un aullido que Klaus conocía.
El problema no era que haya bebido de su sangre, el problema era que ante los aullidos que soltaba el chico se escuchaban más aullidos en respuesta desde el bosque, el híbrido conocía esos aullidos, cuando un lobo requería de su manada. Pero si el chico viajaba en su auto solo con la bruja no pudo ser posible que haya ido con su manada pues esta debía estar en otro auto o siguiéndolos, ¿no?
O puede ser los dos jóvenes estuvieran cerca del lugar donde se encontraban su manada — lo cual hacía pensar a Selene que el lobo y su novia se dirigían hacia donde vivían — tendría mucho más sentido si fuera de esa forma.
— Selene, detente. Tenemos que irnos. — Dice el Mikaelson intentando hacerla reaccionar, no es que no pudiera ellos solos contra la manada, sin importar la cantidad, pero no quería ensuciarse las manos, aún. — Nos vamos, ahora.
La tomó del brazo al voltearla para que le diera la cara, le respondió agresivamente mostrándole sus colmillos mientras gotas de sangre se deslizaban por estos. El híbrido la imitó, al mostrarle sus colmillos también y sus ojos tornándose amarillos casi dorados. El lobo aprovechó para intentar huir pero al momento que intentó moverse Selene lo tomó del cuello en un parpadear.
— ¿Y si lo asesino? — Lo retó, el original gruñó por la amenaza. — ¿Y si lo asesino ahora mismo? ¿Me castigarías, amo?
Ese fue el momento en el que todo se salió de control, Kraven divirtiéndose a su manera mientras hacía que Klaus se enfureciera por su amenaza antes de que le pudiera responder, sonidos extraños se hicieron presente en el bosque a sus lados, escucharon como las ramas eran pisadas y como cada vez los pasos aumentaban en cantidad, no era solo unas dos o tres personas, o en este caso lobos, eran más.
— ¿Escuchas eso? — Kraven sonrió con falsa emoción. — Son nuestros invitados.
Y cuando menos se lo esperaban, sus enemigos estaban listo para atacar, un grupo de licántropos salió de su escondite para proteger al chico que Kraven amenazaba con matar.
— Nadie se mete con la manada. — Gruñó uno de estos que parecía ser el líder.
Kraven agrandó su sonrisa lobuna y ladeó su cabeza en dirección a Mikaelson.
— Que empiece el juego.
Un lobo atacó a la pelinegra por la espalda, creyendo que la iba a tomar desprevenido pero ese no fue el caso, pues esta tomó al licántropo y lo lanzó contra el híbrido original quien fácilmente le arrancó la cabeza y la tiró hacía la manada haciendo que estos gruñeran y tuvieran más razones para asesinarlo.
De un momento a otro los lobos comenzaron a atacar todos a las vez, Kraven los asesinaba de manera brusca, bebiendo su sangre en el progreso o arrancándoles el corazón, de cualquier manera, morían. A veces, cuando veía que Klaus estaba ocupado asesinando a un licántropo, le lanzaba otro para molestarlo y así el híbrido tenía una carga más. En esta ocasión las cosas fueron diferentes, dos lobos se abalanzaron sobre el original y la bestia se alejó lo suficiente de la escena dejando que más lobos atacaran a su amo.
Klaus estaba listo para asesinarlos a todos e ir a por Kraven y darle una lección cuando los lobos comenzaron a asfixiar repentinamente, algo los levanto en el aire y comenzaron a aullar intentando recibir ayuda de su manada pero esta se mantuvo alejada observando como los licántropos morían asfixiados. El Mikaelson volteó para ver a la bestia y esta tenía la vista fija en sus víctimas, parecía estar disfrutando su muerte. Luego de unos minutos ya no eran solo los lobos que habían atacado a su amo, sino que eran todos a su alrededor.
— Selene, basta. — Dice acercándose a ella. — Selene, es suficiente.
— Vamos, Niklaus, divirtámonos un poco.
— No.
— ¿No?
Una de las cosas que más odiaba Kraven — o Selene — en el mundo es que le dijeran que no, enserio lo detestaba, quería darles entender a todos que él mandaba pero lamentablemente, este no era el caso.
— Asesinarás conmigo, ahora.
— No.
Kraven gruñó con rabia. Y el híbrido original giró los ojos fastidiado.
— Maldita sea, Kraven. Obedece, soy tu maldito amo. — Reprochó Niklaus a punto de perder la paciencia.
— Está bien.
¿Qué? Kraven sonrió con autosuficiencia y solamente se alejó, los lobos cayeron al suelo, muertos. Y sus ojos cambiaron de tono, los colmillos desaparecieron y se limpió la sangre en sus labios.
— ¿Nos vamos?
•••
Habían pasado aproximadamente dos o tres horas y su camino parecía sin fin, había empezado a anochecer y nunca llegaron a Lafayette, ni vieron algún cartel que diga a cuantos kilómetros está o algo parecido. Al parecer Selene se había equivocado y Klaus no estaba muy contento con ella. Justo cuando Klaus estaba comenzando a enojar, ambos escucharon un gruñido peculiar proveniente del bosque, ambos aliados se pusieron en alerta.
Los crujidos y los gruñidos se detuvieron y por fin apareció el causante de estos, un licántropo en su forma lobuna, seguro parte de la manada que masacraron. Selene sonrió y se acercó a su contrincante. Antes de que el híbrido Mikaelson pudiera atacar, la chica colocó una mano sobre su pecho deteniéndolo.
— Yo me encargo, es un lobito.
El lobo gruñó y comenzó a transformarse en algo más grande, algo más fuerte, algo más letal. Selene sintió como algo se le retorcía por dentro, lo reconocía, reconocía esa transformación, recordaba su olor, su aspecto, era inevitable no hacerlo. Era una de las especies más antiguas, una especia que había prevalecido por siglos, pero hoy en día era una idea totalmente remota encontrar alguna, era una de las especies con las que ella había tenido que lidiar y en algún momento tuvo que salvar, una de tantas que se escaparon del Laboratorio Lane, aquella noche.
Un Lycan.
— Vaya, vaya. Mira lo que tenemos aquí, el postre de este delicioso y un poco... sangriento banquete que nos acabamos de cenar, justo lo que faltaba para terminar. — Grey rió dando señal que la presencia de Kraven aparecía nuevamente y volteó a ver a su acompañante quien se mantuvo serio. — El exquisito plato final, el clímax, el éxtasis.
El Lycan le gruñó rabioso, estos acostumbraban a ser los líderes de las manadas de licántropos comunes debido a su obvia diferencia con el resto y era más que evidente que los lobos que habían muerto eran parte de su manada. El Mikaelson se cruzó de brazos y retrocedió unos metros.
— Acabalo y vayámonos. — Ordenó Klaus cansado de todo lo que había pasado en las últimas veinticuatro horas. Esa frase había sido más que suficiente para motivar a Kraven a atacar.
Antes de que la bestia de Klaus pudiera atacar, el Lycan se la abalanzó tomándola por sorpresa, rápidamente empezó a clavar sus garras en cada parte que podía del cuerpo de Selene mientras esta intentaba defenderse. El Lycan le clavó las garras en el estómago desgarrándolo de arriba hacia abajo justo como Selene había hecho con la rubia embarazada.
Con Kraven ensangrentado y herido, al Lycan se le hizo muy fácil lanzarlo hacia un lado para comenzar a dirigirse hacia Niklaus. El cual se encontraba muy sorprendido por lo sucedido, ¿habían doblegado tan rápido a Selene?
— Maldición. — Murmuró el híbrido por bajo, si habían doblegado tan rápido a su "protectora", ¿cómo le iba a ir a él?
El Lycan se colocó en posición de ataque y Niklaus imitó su acción. Y antes de que el hombre lobo pudiera abalanzársele encima, una mano atravesó su pecho, sacando su corazón de su lugar.
Selene.
Los ojos del licántropo se pusieron blancos y Selene le dio una patada hacia adelante aún con el corazón en sus manos, desprendiéndolo de su cuerpo. Niklaus la miró con una pizca de admiración pero sin demostrarlo.
— Si tú mueres, yo muero, ¿recuerdas?
El híbrido sonrió de lado y la pelinegra imitó su acción. Lanzó el corazón hacia un lado y caminó un par de pasos, al mirar que el Mikaelson no avanzaba, lo volteó a ver por encima de su hombro.
— Andando, tenemos bastante que recorrer aún.
♔♔♔
Ya sé que es raro que esté actualizando muy seguido pero quiero continuar esta historia que nunca pude hacerlo, así que lo haré más seguido.
Espero que les haya gustado, nos vemos en el siguiente capítulo ;)
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