One Shot
«Te amo tres millones.»
Peter vio el holograma de Tony desaparecer, dando vueltas en sus manos a una rosa. La casa ha quedado en silencio y casi a oscuras por la petición que él mismo le hizo a F.ʀ.ɪ.ᴅ.ᴀ.ʏ. No era necesario, pero con poca luz la grabación se ve mucho más real.
—Considero seriamente destruir esa cosa si sigues reproduciéndola. F.ʀ.ɪ.ᴅ.ᴀ.ʏ., ¿me harías el favor de dejar entrar la magnífica luz solar que tenemos hoy? —Tony llegó y se sentó junto a Peter en el sofá.
—Lo siento.
Tony lo miró, está en paz. Quiere creer que ambos se sienten así. Con el lugar iluminado es más fácil notar cómo el rostro de Peter se encuentra neutro, se deduce en automático que varias reflexiones pasan por su mente.
—Yo... —el menor volvió a romper el silencio— no hubiera estado calmado al grabar una despedida. ¿Te has visto? Es una locura, ni siquiera pareces estar triste.
—No estaba calmado —sonrió, colocando su mano en una de las rodillas ajenas—. En la grabación pueden verse muchas escenas mías pensando en demasiadas cosas— evitó llevar la vista a otro lugar para seguir inquebrantable—. Y me preocupé mucho por ti. En esa misión mi única prioridad era recuperarte, sé que se escucha egoísta. Llegué a preguntarme, ¿y si a pesar de salvarlo nunca lo vuelvo a ver?
El campo visual de Peter estaba ocupado con la rosa en sus manos.
—Al parecer dormí cinco años. Debiste conseguir a alguien, porque... —hizo una pequeña pausa. Por alguna razón se le dificultó hablar— yo solo era tu aprendiz.
—Ah, nunca te conté qué pasó, ¿verdad? —cuestionó como si acabara de darse cuenta, usando el tono más casual. Cambió de posición, recostándose en el respaldo del sofá para su comodidad— A ver, todo empezó con ese mago presumido. En su momento creí que nos encerraría a Steve y a mí en un establo con las luces apagas, consiguió hacernos dialogar un poco pero Rogers insistía en mirarme como si fuera...— a pesar de lo ocurrido seguía doliendo la indiferencia de quien solía ser su amigo.
—Irrelevante —supuso al fin observando a Tony, quien recuperó su actitud segura de inmediato.
—Él le restaba importancia a lo que pasó, y luego llegaron los chicos malos. Bruce y Steve se fueron a Wakanda, nosotros a Titan — miró en actitud devota a Peter, acariciando su mejilla con el dorso de la mano—. En ese lugar te perdí.
El menor sonrió apenas un poco, colocando una de sus manos sobre la ajena.
—Creo que me distraje a partir de ahí, mi siguiente recuerdo es de el doctor Strange abriendo portales.
Tony fingió sorpresa.
—Te perdiste de mucho, ¿en serio quieres que te cuente toda la película? —bromeó.
—Necesito saber si apartaste mi asiento.
El mayor se perdió en la mirada ajena, el tiempo no ha pasado en vano. Peter de 23 años tiene palabras y decisiones maduras, además de bromas ocasionales. Ha progresado mucho, Tony sabe eso pero no puede evitar seguir mirándolo como alguien a quien proteger.
—Dejame recordar —se dedicó a observar el techo, relajándose en su asiento—. Pasé un agradable rato muriendo de hambre y sed, luego una rubia que seguramente nunca ha necesitado linternas me llevó a la Tierra— se ahorró los malos comentarios hacia Steve, para su desgracia dicho ahorro va a ser eterno—. ¿Mencioné que estaba muriendo? Bueno, debido a eso no pude presenciar cómo Thor cortaba la cabeza de Thanos.
El interés de Peter creció en ese momento, dejando la rosa aparte para tomar entre sus manos una de Tony mientras él buscaba asimilar la historia vivida por él mismo.
—Anuncié mi retiro —el mayor continuó después de aguardar varios segundos en silencio—, conseguí esta casa, Pepper le entregó mi dirección a una tal Christine Palmer, y antes de que saques conclusiones ambos estabamos muy tristes por haber perdido a alguien importante. Se mudó aquí y visitamos muchos lugares pero no dejabamos de recordarnos mútuamente a quienes se fueron y, Peter, lo que viví cuando no estabas ni siquiera es digno de contarse. Después Steve vino a buscarme, iniciamos otra guerra, tú volviste.
—Y él murió.
Reinó la ausencia de ruido mientras Tony asentía levemente.
—Dicen que su sacrificio fue inspirador, pero no le preguntes a Strange, él estaba muy ocupado cuidando de mí luego de que el capitán me noqueara y robara mi guante —la expresión en su rostro se tornó exasperada—. Dio su vida para evitar que yo cometiera una locura pero nunca quiso hablar de Bucky. Y decían que yo era orgulloso— suspiró, apartando su mano del agarre de Peter y poniéndose de pie.
Al segundo siguiente ya estaba cayendo por un portal.
Peter se levantó en seguida, había separado los labios para soltar algún comentario cuando otro de esos portales se abrió frente a él, el cual sirvió de entrada para Strange.
—Señor futuro Stark, ese tema de conversación no es recomendable para un día como este —comentó el hechicero, luciendo su capacidad de verse demasiado formal cuando quiere con ese traje que está portando.
—Pero... e- e- el... —tartamudeaba ante el cambio tan repentino de situación.
—Happy espera en el auto —le recordó, pasando junto a él con dirección a la salida.
Mientras tanto Tony había caído en una cama. En seguida se puso de pie, buscando con la mirada al culpable.
—Hola, Tony —Christine fue quien llegó, acercándose a centímetros de él para acomodar su traje—. No debiste ver al novio antes de la ceremonia— lo miró a los ojos por un par de segundos, alzando una ceja y ladeando su sonrisa.
—No creo en esas cosas —se encontraba distraído observando el nuevo hogar de Christine, la última vez que la vio él estaba a punto de viajar al pasado y ella habitando la casa de Tony.
—Listo —dio un par de suaves palmadas en el pecho del castaño cuando su atuendo estuvo arreglado. Le entregó después un contenedor de nano tecnología—. ¿Stephen y tú algún día dejarán de hacer entradas extravagantes?
—No, seguramente. Pero las mías tienen más estilo.
Treinta minutos después un juez aguardaba de pie en el altar con su libro abierto en las manos, frente a varios invitados removiéndose en sus asientos y conversando entre ellos. De pronto el silencio se vio interrumpido por una canción de Led Zeppelin, dando entrada a Iron Man y Iron-Spider. El primero aterrizó en el altar y el segundo al inicio del pasillo que guía a este.
Mientras la música seguía los trajes se guardaron en los contenedores similares que cada uno lleva en el pecho, revelando a Tony y Peter mirándose a lo lejos con una sonrisa cómplice, después la tía May se acercó para sujetarse del brazo de Peter y entregarlo en el altar. Eso fue lo más normal de todo.
Antes de que tal entrada consiguiera ser asimilada por el juez un par de círculos grandes desprendiendo chispas aparecieron a los costados de ambos castaños, un hombre y una mujer salieron de ellos. A ellos los reconoce, Stephen Strange y Christine Palmer, padrino y madrina.
Al detenerse la música el juez observó a los invitados intentando encontrar alguna reacción similar a la suya propia, pero ellos solo sonreían. Resignado tomó una bocanada de aire y se concentró en su motivo para estar en ese lugar.
—Buenas tardes, estamos aquí para unir en matrimonio a Anthony Edward Stark y Peter Benjamin Parker.
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