MACKENZIE

Entrecerré mis ojos y ladeé la cabeza mientras observaba con atención al muchacho sentado frente a mí. Su cabello rubio cenizo estaba desordenado y caía despreocupadamente sobre su frente, sus ojos azules grisáceos observaban con atención la taza de café en sus manos y su rostro apuesto cargaba una expresión de extraña concentración. Theo era apuesto, como condenadamente apuesto, pero no era eso lo que más llamaba mi atención.

ꟷ¿Tengo algo en la cara? ꟷquiso saber.

ꟷMi mirada.

ꟷEsa no es una buena respuesta.

ꟷLa es.

Elevó su mirada y sus labios se curvaron en una sonrisa tranquila, una sonrisa amistosa que me resultaba terriblemente bella. Y allí radicaba mi duda, ¿cómo un muchacho que se veía como él podía ser como él? En otras palabras, ¿cómo podía ser tan agradable y a la vez apuesto? Sí, era un cliché horrible eso de que era imposible ser buena persona y atractivo a la vez; sin embargo, él era ambas cosas elevadas a una potencia casi infinita. ¡Y era bisexual!

¿Qué tenía que ver su orientación sexual en todo eso? Sencillo, cuando en mi mente él era gay resultaba más sencillo ignorarlo porque suponía un imposible, pero si a él le gustaban las mujeres eso complicaba todo. Bien, no estaba diciendo que él automáticamente se enamoraría de mí sino que yo tenía un pésimo expediente en el que demostraba mi escasa capacidad para mantener amistades con muchachos sin llevarlo a algo más y realmente me apetecía dejar a Theo en la exclusiva zona de amigos. Él no era un chico común y corriente, era uno de los mejores amigos de mi hermano, mi compañero de piso y mi jefe temporal. ¡Era la mezcla de todos los desastres amorosos que se presentaban en las novelas!

ꟷCreí que querías hacerme un millón de preguntas.

ꟷEstás en lo correcto, hombre.

ꟷPero no has hecho ninguna ꟷseñaló con obviedad.

ꟷNuevamente estás en lo correcto.

Suspiré con pesadez y tomé el tenedor para comenzar a devorar mi desayuno. Habíamos llegado a la cafetería unos buenos minutos atrás y nuestros desayunos habían arribado a nuestra mesa con rapidez, en todo ese transcurso de tiempo yo me había mantenido callada observándolo. Y era un poco atemorizante a decir verdad. Tenía suerte de que nadie me hubiese acusado de acosadora aún.

ꟷMe estás incomodando.

ꟷ¿No puedes soportar que una chica como yo te observe en silencio? ꟷEnarqué una ceja con diversión.

ꟷNo soy muy bueno lidiando con la atención.

ꟷ¿Por qué?

Se encogió de hombros y le dio un sorbo a su café.

ꟷNo lo sé, puedo soportar ciertos tipos de atención y otros no ꟷintentó explicar.

ꟷEso no tiene sentido.

Otra sonrisita tranquila curvó sus labios y me vi en la necesidad de apartar la vista. Era más seguro para mí si fingía que era gay, ¿no?

ꟷPuedo hablar en público y hacer negociaciones masivas, puedo jugar un deporte y tener la atención de los espectadores y puedo ser el rey del baile de graduación sin meter la pata, pero no se me da muy bien la atención silenciosa.

ꟷInteresante.

Por supuesto, me quedé en silencio para comprobar cuánto podía soportar con mi mirada sobre él y ahogué una carcajada cuando lo vi removerse en su asiento. Era cruel, lo sabía, aunque también resultaba entretenido.

ꟷPara ya ꟷrogó.

Y eso hice porque no tenía sentido molestarlo.

ꟷ¿Entonces estás diciéndome que puedo hacer cualquier pregunta que se me ocurra?

Él asintió.

ꟷ¿Y contestarás todas mis preguntas?

ꟷSi considero que son apropiadas, sí.

Sabía que no podía tener tanta suerte.

ꟷCorreré el riesgo.

Se llevó su emparedado caliente a la boca para darle un gran mordisco y me hizo una señal con su mano libre para que comenzara a hablar.

ꟷEntonces eres bisexual.

ꟷSí, Kenzie. ꟷRió con cansancioꟷ. ¿No lo aclaramos ya?

ꟷ¿Quién está haciendo las preguntas?

ꟷTú.

ꟷExacto.

Blanqueó los ojos con algo similar a la diversión y continuó comiendo.

ꟷ¿Y me estás diciendo que entre tú y mi hermano nunca, nunca, nunca sucedió nada?

ꟷNo, yo no he dicho eso.

ꟷ¡Já!

Elevé los brazos al aire cantando victoria y me di una palmadita mental por haber dado en el clavo. Yo tenía razón después de todo, quizás él y Jamie no eran pareja, pero algo había sucedido allí.

ꟷ¿Por qué te entusiasma tanto la idea?

ꟷNo lo sé ꟷconfeséꟷ, me hace bien saber que no estoy loca.

ꟷEso es relativo, ¿sabes?

Chasqueé la lengua y fue mi turno de comer para llenar el silencio. Quizás estaba un poco loca; no obstante, ¿no había dicho el Sobrerero que las mejores personas lo estaban?

ꟷQuiero saberlo todo.

ꟷInvasión a la privacidad ꟷrepuso.

ꟷ¡Oh, vamos! ꟷchilléꟷ. Tú y yo somos amigos.

ꟷ¿Lo somos?

No, no éramos amigos, prácticamente éramos dos desconocidos que cenaban juntos y trabajaban juntos. Aunque existía la posibilidad de serlo, sobre todo si eso me brindaba una fuente de chismes jugosos.

ꟷClaro ꟷcontesté en su lugar.

ꟷ¿Siquiera sabes mi segundo nombre?

ꟷPor supuesto ꟷmentí.

ꟷ¿Cuál es?

ꟷPatrick ꟷsolté rápidamente.

El rubio comenzó a reír con ganas y no me ofendí para nada de que estuviera burlándose de mí. Había improvisado y estaba segura que ese no era su segundo nombre porque él no tenía cara de Patrick.

ꟷNo tengo segundo nombre ꟷaclaró.

ꟷEso es jugar sucio.

ꟷTú estás preguntándome si me enrollé con tu hermano, ¿y yo juego sucio?

ꟷSí, tú.

Una carcajada silenciosa movió su pecho de manera irregular y me encontré riendo con él. Admitía que estaba siendo pesada con el tema y que estaba invadiendo su privacidad; no obstante, estaba abierta a que él me hiciera preguntas si quería, solo que no se lo había dicho porque él no había preguntado. Quizás sí jugaba sucio.

ꟷBien, no contestes si no quieres.

Retomé mi tarea silenciosa de comer mi desayuno que consistía en un omelette y un latte de vainilla.

No quería presionarlo por lo que me pareció un buen gesto de mi parte no continuar con el tema y darle su espacio. Como era de esperar mi plan no salió bien ya que noté que él estaba malinterpretando mis intenciones cuando comenzó a removerse por segunda vez en su asiento. Al elevar mi mirada y posarla en él pude detectar un leve sonrojo en sus mejillas.

ꟷ¿Qué te sucede? ꟷpregunté con la boca llena.

ꟷNo me gusta tu técnica de interrogación.

ꟷ¿Cuál técnica?

Me obligué a tragar para no lucir grosera y aproveché para darle un sorbo a mi bebida caliente.

ꟷEl silencio helado para hacerme confesar.

ꟷYo no...

ꟷ¡Bien, tú ganas! ꟷme interrumpióꟷ. Jamie y yo nos besamos una vez y eso fue todo.

No pude evitar echar mi cabeza hacia atrás y mirarlo con asombro. Sin siquiera intentarlo había conseguido información de primera y sospechaba que quizás mi lugar en el mundo era trabajando en una agencia secreta del estado averiguando información crucial para la seguridad internacional.

ꟷ¿Se besaron una vez?

ꟷAjá.

ꟷ¿Y por qué solo una?

ꟷFue muy incómodo, casi como besar a un hermano.

ꟷ¿Y sueles besar a tus hermanos para saber cómo se siente?

Me dedicó una mirada de falsa molestia y elevé mis manos en son de paz.

ꟷEra una pregunta casual.

ꟷ¿Y cuál es tu relación con los chicos? ꟷcontraatacó.

ꟷ¿Mi relación con los chicos?

ꟷSí, ¿te gustan las mujeres o los hombres?

ꟷDesgraciadamente, los hombres. ꟷSonreí.

ꟷIntentaré no tomarlo como una ofensa personal.

Negué con la cabeza dándole a entender que no me refería a él. Esperaba nunca referirme a él o la situación se volvería incómoda. Sí, notaba su encanto y su atractivo. Y sí, estaba segura que si me lo proponía podía lograr que él se fijara en mí también. ¿El problema? Yo era muy mala en las relaciones, tan mala que hacía ver a los fuckbboys como galanes de telenovela.

ꟷ¿Por qué quieres saber mi orientación sexual? ꟷinvestigué con diversiónꟷ. ¿Estás interesado?

ꟷ¡¿Qué?!

Esa debió ser mi señal, eso debió ser suficiente para demostrarme que Theo y yo éramos completamente distintos; no obstante, mi cerebro decidió dejar pasar esa advertencia y concentrarse únicamente en el muchacho frente a mí que había comenzado a sonrojarse. El tono rojizo se había apoderado de sus mejillas con violencia y su rostro pasó de ser masculino y serio al de un niño tierno. ¿Cómo lo lograba? No tenía ni idea.

ꟷEs una broma ꟷaclaré rápidamenteꟷ. Quería romper hielo.

ꟷEl hielo entre nosotros se rompió cuando me viste desnudo.

Nuevamente mi cerebro decidió traicionarme y me llevó en un viaje gratis hacia mis recuerdos, hacia el día en que había abierto la puerta del baño y lo había encontrado desnudo. Había sido una vista maravillosa, perfectos ángulos que quedarían grabados para siempre en mi memoria y que se apoderarían en algún momento de mis sueños; sin embargo, no me servían para nada en mi propósito. ¿Por qué él no podía ser gay y ya? Tener un amigo gay era mucho más sencillo.

ꟷ¡Deja de imaginarme desnudo! ꟷexclamó en voz baja.

ꟷ¡Lo lamento! ¡Fue tu culpa!

Suspiró y tapó su rostro completamente avergonzado. Me sentí un poco mal por él porque parecía bastante inocente en ese momento y yo era todo lo contrario. No quería hacerlo sentir incómodo y eso era justamente lo que había logrado, era como mi súper habilidad incomodar a la gente.

ꟷPodemos hablar de otra cosa ꟷle aseguré.

ꟷDime un ejemplo.

ꟷ¿Por qué elegiste vivir en Inglaterra?

Esperaba que esa fuera una pregunta sencilla porque esa mañana no estaba saliendo nada bien para ninguno de los dos.

ꟷParecía la mejor opción.

ꟷ¿Cuáles eran tus otras opciones? No tienes que contestar si no quieres.

ꟷNo me molesta contestar, tranquila. Mis otras opciones eran abandonar la universidad o dejar que mis mejores amigos pagaran por mis estudios.

Mis cejar se elevaron de manera automática y el asombro fue mayúsculo. No por la parte de abandonar sus estudios porque podía comprender un poco de qué iba eso, lo que me había asombrado, en cambio, era que sus amigos estuvieran dispuestos a hacer algo así por él. ¿Dónde se conseguía gente así? Es decir, yo tenía una grandiosa mejor amiga a la cual adoraba con locura y sabía que ella daría su vida por mí al igual que yo por ella; sin embargo, ninguna de las dos podría reunir el dinero necesario para pagar por la educación de la otra sin pedirle ayuda a nuestros padres. Y mi mejor amigo había desaparecido del mapa, bueno, de mi mapa luego de que me traicionara de una manera horrible.

ꟷ¿Qué clase de amigos tienes?

ꟷLos mejores ꟷcontestó con seguridad.

No me atrevía a dudarlo.

ꟷ¿Dónde puedo conseguir unos como los tuyos?

ꟷSe agotaron. ꟷSonrióꟷ. Solo existe uno de cada uno y tuve la suerte de encontrarlos a los tres en Rose Valley.

Dibujé un puchero con mis labios y su sonrisa pareció acentuarse.

ꟷLos conocerás pronto.

ꟷ¿Qué tan pronto?

ꟷPues... ꟷPareció pensárselo por unos segundosꟷ. Taylor vendrá la próxima semana.

ꟷ¿Y es soltero? ꟷbromeé.

Negó con la cabeza rápidamente para luego dedicarme una mirada de advertencia que se veía tierna en él.

ꟷNi lo pienses.

ꟷEntendido. ¿Tus otros amigos cuándo vendrán? No sé siquiera sus nombres, pero ya quiero conocerlos.

Con esa pregunta conseguí que comenzara a parlotear sobre sus mejores amigos, sus nombres y cualidades así como sus relaciones amorosas. Se enfrascó en un largo monólogo que evidentemente lo hizo sentir cómodo y yo disfruté poder saber de personas que parecían normales y grandes amigos.

No sabía mucho de Theo, tan solo algunos datos que había podido recolectar con el paso de los días. Lo que sí supe en ese momento era que él no se parecía en nada al resto de los chicos que había conocido y que eso podría traerme problemas.

Otra alerta roja que mi cerebro decidió ignorar.

Buenos días, tardes, noches. ¿Cómo están? ¿Qué hora es en su país? ¿Están con descanso por Pascua o siguen su vida normal?

Estos dos se están acercando y pronto pasarán cosas muy interesantes. ¿Alguna quiere hacer una predicción? Digamos que los capítulos de la semana que viene serán interesantes y que el número doce se vuelva su favorito por un tiempo.

Muchísimas gracias por leer, votar y comentar. Gracias también a las que contestan las notas de autor porque siento que hablo sola, je.

Les deseo un hermoso día y les envío un abrazo gigante. Nos leemos mañana.

MUAK!