Capítulo cinco
MACKENZIE
Debía sufrir de un terrible caso de mal olor corporal o algo similar porque no encontraba una buena razón por la cual mi compañero de vivienda me evitara. Y sí, eso era exactamente lo que Theo hacía a pesar de que yo creía que habíamos comenzado bien. Correcto, no tan bien pero sí lo suficientemente bien como para poder desayunar juntos. Sin embargo, esa era la octava mañana en la que el rubio escapaba de casa antes de que yo despertara y estaba segura que sería la octava noche en la que él llegaría luego de la cena. Y yo no comprendía qué diablos sucedía.
A mí parecer nos habíamos entendido antes de la fiesta de bienvenida que mi hermano había organizado en mi honor; no obstante, en tanto la gente comenzó a llenar la sala de estar y cada rincón de la casa, él había desaparecido. ¿Era yo la culpable? Lo más probable era que sí. ¿Cuál era la razón? No la conocía, aunque estaba dispuesta a averiguarla. Mackenzie Dankworth no era de las personas que se quedaban esperando a que el universo resolviera sus problemas y, para bien o para mal, mi nombre era y es justamente ese.
Mi plan era sencillo, realmente sencillo. Theo llegaba al trabajo siempre a las dos treinta que era cuando salía de su última clase en la universidad e iba directo hacia la oficina de mi hermano para ponerse al día. Yo sabía la rutina no porque fuera una acosadora profesional sino porque no había podido convencer a James de que me ascendiera y, en consecuencia, era su asistente lo que significaba también que mi escritorio estaba justo frente a su oficina. En otras palabras: podía presenciar el momento exacto en que él llegaba y salía de la reunión diaria con mi hermano.
En cuanto al desarrollo del plan no había muchas cosas para pensar, cuando el rubio que podría interpretar a Thor en un remake saliera de la habitación cerca de las tres listo para realizar sus tareas, sería mi momento de abordarlo. No sería grosera porque no quería espantarlo, pero no me detendría hasta conseguir una respuesta.
Y para que mi plan saliera mejor había conseguido un cómplice también conocido como el portero del edificio al que había convencido de participar comprándole un pastel de limón.
Sí, tenía todo cubierto o eso era lo que creía porque las dos treinta llegaron y los minutos pasaron pero Theo no hizo acto de presencia.
ꟷ¿Mac?
Retiré mi atención de la pantalla del ordenador y enfoqué mi mirada en James. Mis lentillas se habían demorado más de lo planeado por un error en la graduación del lente y seguía utilizando mis horribles gafas que me hacían lucir como la profesora de adivinación de Harry Potter.
ꟷ¿Si, Jamie?
ꟷTengo una tarea para ti.
ꟷ¿Incluye asesinar a alguien?
Su nariz se frunció y supe que nuestro humor seguía siendo un poco distinto, al menos en el ámbito laboral.
ꟷNo somos sicarios, Mac, ya te lo he explicado.
ꟷDebes admitir que sería bastante genial que lo fuéramos.
ꟷTienes que dejar de mirar John Wick ꟷrepuso con una sonrisa.
ꟷNunca.
ꟷTe está afectando.
Sonreí también y me hizo bien compartir ese pequeño momento de bromas con él. La convivencia estaba siendo un poco tensa y no porque ninguno de los dos no pusiera esfuerzo sino porque éramos casi desconocidos.
ꟷ¿Qué necesitas que haga por ti?
Mi hermano abandonó su puesto bajo el marco de la puerta y se acercó a mi escritorio donde depositó una carpeta negra con una única palabra escrita sobre ella: "Ruby".
ꟷTheo tiene una reunión en media hora con esta compañía y acaba de llegarme esta información que es esencial para ganar la negociación ꟷexplicó con aire de intelectualꟷ. Necesito que se lo lleves ahora mismo y que te quedes con él durante la reunión.
ꟷ¿Por qué?
ꟷPorque es una orden, ¿no se supone que soy tu jefe?
Negué con la cabeza intentando hacerle entender que no me refería a eso.
ꟷ¿Por qué quieres que me quede con él? Creí que tu "amigo" era uno de los mejores comerciales de la empresa.
No se le pasó por alto las comillas que hice al aire al decir la palabra "amigo" y ladeó su cabeza hacia un lado con curiosidad. Esperaba el momento en que me corrigiera y finalmente admitiera que nuestro compañero de piso era en verdad su novio, quería que se abriera conmigo y no había funcionado aún.
ꟷTheo es uno de los mejores y por eso quiero que lo acompañes. Dijiste que querías un ascenso, pero para conseguirlo debes conocer el funcionamiento de la compañía. Él está dispuesto a ayudarte.
ꟷ¿Lo está? ꟷpregunté con sorpresa.
ꟷSí, ahora apúrate o no alcanzará a leer el informe antes de la reunión.
Asentí y me puse de pie de un salto. No iba a desaprovechar esa oportunidad porque podría matar a dos pájaros de un tiro, no literalmente porque no me apetecía matar a ningún ave ese día o cualquier otro. En pocas palabras, tenía la oportunidad de demostrarles a mi hermano y a mi padre que podía hacerme cargo de un puesto de trabajo mejor y tendría la posibilidad de hablar con el muchacho que me había estado ignorando olímpicamente.
ꟷUn chofer está esperando por ti abajo.
ꟷ¿Debo decirle algo a Theo o ya hablaste con él?
ꟷYa hablé con él.
ꟷEntendido. Gracias por la oportunidad, Jamie.
Tomé mi bolso, la carpeta importante y mi nuevo teléfono móvil que poco me servía ya que había perdido la mayoría de los contactos. Me despedí con la mano y me apresuré hacia las escaleras. No quería perder el tiempo, realmente estaba dispuesta a demostrarle a los hombres Dankworth que podía ser más que una asistente.
Tenía intenciones de esforzarme y aquí entre nos debo admitir que la razón no era enorgullecer a alguien sino ganar libertad y así finalmente marcharme. En ese momento estaba cien por ciento convencida de que la historia de mi vida me esperaba en otro continente.
Llegué al lugar de la reunión con los minutos justos para no meter la pata. El tráfico había sido una pesadilla y si bien Julio, el chofer, había hecho lo imposible para hacerme llegar a tiempo, la realidad era que contaba con exactamente tres minutos para subir hasta el último piso del edificio y encontrar a Theo.
Pude sortear con facilidad a la recepcionista enseñándole mi credencial de DW Inc., y conseguí subir al ascensor antes de que el mismo me abandonara en la planta baja. Conté por reloj los segundos hasta que llegué a destino y fueron ciento treinta y dos lo que me dejaba poco menos de un minuto para no incumplir con mi palabra.
ꟷ¡Theo! ꟷchillé moviendo mi mano de lado a lado para llamar la atención del muchachoꟷ. ¡Johnson!
Sus ojos azules me encontraron y se apresuró a llegar a mí a medio camino. Tomó la carpeta de mis manos sin dudar y yo no me ofendí por no recibir un saludo de su parte. Entendía que era más importante la información impresa en esas hojas que los buenos modales.
ꟷHabla sobre los rendimientos de la compañía en los últimos meses y sus inconvenientes para pagar a proveedores. Detalla la necesidad de flujo de efectivo y cuán importante sería para ellos que compráramos y comercializáramos sus productos en el Reino Unido ꟷle informé rápidamenteꟷ. Podrías conseguir una disminución del precio de al menos veinte por ciento y aun así aceptarían, puedes presionar por una baja mayor si le ofreces otro tipo de ventajas.
Levantó rápidamente la cabeza apartando su mirada del informe para posarla sobre mi rostro. Él lucía cansado y un poco nervioso, quizás había imaginado que no llegaría a tiempo.
ꟷ¿Lo leíste? ꟷsoltó con sorpresa.
ꟷSí, de camino aquí. Quería estar preparada para la reunión.
Sus labios se fruncieron y una sensación de malestar se instaló en mi estómago. Eso no era bueno, ¿no debería estar contento con mi compromiso y mi responsabilidad? Sabía que no tenía buena fama y que no sería el primer ser humano en el mundo que se encontraría presionado por estar a mi cargo; sin embargo, había esperado algo más que una mueca.
ꟷLo lamento, Mackenzie ꟷcomenzó y comprendí sus palabras antes de que pudiera decirlas en voz altaꟷ. No puedes entrar, es una negociación privada y los representantes de la otra compañía no se sentirán felices de tener nuevas personas en la sala.
ꟷ¿Estás bromeando?
ꟷNo.
Suspiré con hastío sin poder evitar demostrarle cuan cabreada estaba en ese momento. A mí su excusa me sonaba bastante inventada y el hecho de que no luciera ni un poco arrepentido por haberme rechazado no mejoraba la situación. ¿No era él acaso el supuesto muchacho que todos adoraban y era carismático hasta la médula? Bueno, a mí me parecía bastante maleducado en ese momento.
ꟷGenial, mi hermano me hizo viajar hasta aquí solo para que me rechaces. Estupendo.
ꟷNo estoy rechazándote, simplemente no creo que sea conveniente para ti.
ꟷ¿Para mí o para ti?
Dio un paso hacia atrás para luego mirar sobre su hombro y comprendí que no estaba interesado en mantener esa conversación. ¿Realmente nadie lo consideraba un idiota?
ꟷEsperaré en la cafetería ꟷle hice saber.
Me dio un leve asentimiento a modo de confirmación y se marchó de mi lado sin darme una última mirada. Con pasos largos se acercó a un grupo de hombres en trajes elegantes que esperaban por él y eso fue lo último que alcancé a ver antes de que cerraran la puerta de la sala de reuniones.
ꟷIdiota ꟷmurmuré.
Casi tres horas, dos cafés y un emparedado después, Theo Johnson fue a mi encuentro.
La idea de volver sola a casa había pasado muchas veces por mi cabeza, pero Julio se había marchado y no tenía dinero para un taxi por lo que mi única esperanza para no tener que caminar por horas era el rubio que no había dudado en deshacerse de mí. Sí, me aseguraría de que mi comida fuera pagada por él.
ꟷMackenzie, gracias por esperarme.
ꟷNo, gracias a ti por pagar mi comida ꟷrepuse y le dediqué una sonrisa de falso agradecimiento.
Su ceño se frunció de manera automática y señalé la taza y el plato vacío frente a mí.
ꟷComprendo, estás enfadada conmigo.
¿Enfadada? No, quizás los primeros minutos luego de que ingresara a la sala de reuniones; no obstante, durante las restantes dos horas y media me di cuenta que no tenía sentido enojarme por algo que no podía controlar.
ꟷNo, Theo, no estoy enfadada contigo.
Chasqueó la lengua y tomó asiento frente a mí colocando sus manos sobre la reducida mesa redonda. Automáticamente quité las mías de la superficie y las entrelacé en mi regazo. El chico era increíblemente apuesto, pero también era la pareja de mi hermano y quien me había ignorado por una semana.
ꟷRealmente lamento lo que sucedió recién, no quería que pasaras por un momento incómodo.
ꟷ¿Por qué tus clientes no me conocen?
ꟷPorque mis clientes provienen de una cultura donde las mujeres son consideraras inferiores ꟷaclaró rápidamenteꟷ. He visto como tratan a otras chicas y es horrible, no quería que pasaras por lo mismo.
Yo era una persona charlatana, muy difícilmente me encontraba en una situación en la que no sabía qué decir porque las palabras me servían no solo como una forma de relacionarme sino también como un mecanismo de defensa. Sin embargo, en tanto Theo habló mi cerebro eliminó todas las palabras que conocía de la base de datos.
Había escuchado en la universidad sobre las culturas machistas y extremistas pero nunca antes había tenido un encuentro con alguna. Podría haber desconfiado de lo que decía, era una excusa perfecta que evitaría colocarse a él mismo en una posición incómoda; no obstante, algo me decía que no estaba mintiendo. Quizás era su rostro un poco aniñado o sus ojos que parecían irreales, probablemente la suavidad de su voz, no lo sabía y aun así creía que él estaba siendo sincero.
ꟷNo sabía que tu hermano te había dicho que podías participar en la reunión, cuando hablé con él esta mañana me pidió que te enseñara algunas cosas y me pareció una grandiosa idea ꟷcontinuóꟷ. Fue mi error creer que el entrenamiento no comenzaría de manera instantánea.
ꟷ¿Tú intentaste ahorrarme un momento incómodo? ꟷsolté finalmente, el asombro me fue imposible de ocultar.
ꟷSí.
ꟷ¿Por qué?
Echó la cabeza hacia atrás y me miró con desconcierto.
ꟷ¿Porque no me gusta ver a personas agradables pasar por un mal momento?
ꟷ¿Me consideras agradable? ꟷrepetí con un hilo de voz.
Su mirada y expresión me comunicaron en silencio que creía que había perdido la cabeza. Yo también creía lo mismo de él.
ꟷClaro que sí.
ꟷ¿Y por qué me has evitado como si tuviera una enfermedad contagiosa? ꟷrepuse.
ꟷYo no he hecho eso.
ꟷSí, lo has hecho.
ꟷNo, no lo he hecho ꟷdiscutió con seguridad.
ꟷQue sí.
ꟷNo.
ꟷSí.
ꟷNo, Mackenzie. No lo he hecho.
Suspiré con cansancio. Era obvio que no obtendría nada si seguía discutiendo sin brindar argumentos.
ꟷ¿Y cómo explicas tu ausencia en la vivienda que compartimos? ꟷMe crucé de brazos adoptando lo que yo creía era una posición desafiante y de confianzaꟷ. A mí me parece que me has evitado.
Theo ladeó la cabeza y acto seguido comenzó a reír dejándome completamente en blanco. ¿Lo habían golpeado en esa reunión o qué resultaba tan gracioso?
ꟷLo lamento si creíste que estaba evitándote, solo he estado muy ocupado. ꟷSonrióꟷ. Trabajo y estudio, dos actividades que consumen gran parte de mi tiempo.
ꟷSigo sin entender.
Mentira, comprendía hacia donde iba la conversación y comenzaba a notar que tenía un don para crear historias en mi cabeza que terminaban siendo mentira.
ꟷEstaba en época de exámenes, pasaba las noches en la biblioteca o en casa de algún compañero en reuniones de estudio.
ꟷ¿Y en las mañanas?
Volvió a reír como si mi interrogatorio le causara gracia.
ꟷUtilizo el gimnasio de la universidad para liberar estrés.
ꟷ¿Seguro?
ꟷSí, mamá.
ꟷ¿Entonces no estabas evitándome?
ꟷNop.
Vaya, que idiota había sido.
ꟷIgual pagarás por mi comida ꟷle hice saber.
Sus labios se curvaron en una amplia sonrisa y el mundo comenzó a girar a mi alrededor. ¿Cómo alguien podía verse tan apuesto haciendo algo tan normal como sonreír despreocupadamente?
ꟷMe parece un trato justo, Kenzie.
ꟷ¿Kenzie?
ꟷSí, es un diminutivo de tu nombre. ¿Puedo llamarte así?
Me encogí de hombros intentando restarle importancia.
ꟷClaro.
ꟷGenial, ahora sabes que no te odio.
Fue mi turno de sonreír porque parecía casi imposible no hacerlo cuando él me observaba con esa intensidad.
ꟷTodavía puedes cambiar de opinión, hombre.
ꟷNo creo que lo haga.
Y a decir verdad, yo esperaba que no lo hiciera.
¡Hola, mi gente bella! ¿Cómo están hoy? ¿Qué tal las ha tratado la semana?
Mackenzie y Theo se han acercado, ¿será éste el comienzo de su amistad? ¿Qué opinan sobre el comportamiento inicial de Theo? ¿Creyeron que era un idiota o sabían que había otra razón? ¿Les ha gustado el capítulo?
Bien, la semana siguiente tendremos capítulos diarios (de lunes a viernes) para celebrar los 100k en Tres y un cuarto. ¿Preparadas?
Muchísimas gracias por todo su apoyo y cariño. I love you.
Nos leemos el lunes y les deseo un hermoso fin de semana.
MUAK!
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