El tiempo parecía que se distorsionaba,

mi mente revoloteando entre pensamientos,

era un eco o eso venia de mis adentros,

el aire se hacía cómplice de mis delirios,

entre sus bríos

entre la cacofonía de mis latidos

Incidentes

Incipientes

la respiración pausada alertándome un no sé qué, dilucida la mirada

Y allí estaba con su piel de bromo a la espera

expectante mientras un suspiro inquieto le devuelve el aire

con su perfume corpóreo que se tamiza con el firmamento

cada célula de su cuerpo se regenera, trayéndole vida

dejando a un lado la penumbra cognoscitiva que me cernía,

los recuerdos llegan fugaces rememorando nuestra historia,

estratificando el sentir, despolarizando el porvenir,

me despiertan, y yo no puedo verte, pero te siento aquí,

como una bruma que me baña en elixir eterno,

perpetuo,

ígneo,

como el alba que cubre mi mirada con su luz naranja que me rememora el fuego que hay en ti, donde sucumbí de vez en vez

Y ahora las cenizas de remembranza son parte de mi piel, de mi alma.