Capítulo 7°
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
["Me siento feliz porque estás aquí conmigo. Incluso si las circunstancias de nuestro encuentro fuesen totalmente diferentes. Lo que me importa eres tú. A quien amo es a ti. Todo lo demás entre nosotros dos, puedo considerarlo un regalo adicional."
Kim Seokjin a Min Yoongi; un miércoles cualquiera por la tarde.
xx.xx.2022]
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
Había una marca en su muñeca y muchos fragmentos de historia frente a sus ojos. Parpadeaban como luces de navidad y era difícil seguirles el rastro.
Yoongi se vio a sí mismo, de quince años, llevando su uniforme escolar y tartamudeando una presentación a la persona más alta que estaba sonriendo frente a él. Su rostro enteramente sonrojado y su mirada baja, balbuceando algo parecido a un "gracias por no dejarme caer".
Seokjin, su hermoso, hermoso Seokjin, era tan alto, tan apuesto, su sonrisa era suave y su cabello bailaba con el viento, rebelde, apenas unos mechones en su lugar por un par de pasadores color lavanda. Sus ojos profundos, brillantes, color café.
Dijo: "Lo siento, fui yo quien tropezó contigo".
Quiso agradecerle, cielos, si conocerse implicaba que sus mundos colisionasen cada vez, él estaba más que agradecido con el universo.
Yoongi se vio a sí mismo y casi pudo señalar el momento exacto en el que sus ojos brillaron y quizá fue ese momento, en ese preciso instante, en que pensó que caería profunda y eternamente por la persona que tenía delante, cuyo cabello tenía un toque cálido, bañado por el sol.
Así que fue de esta manera.
Solo un instante, un momento de impacto, se conocerían por una casualidad, tropezando sin razón en este horizonte de eventos que podía observar como un espectador. En algún lugar, parpadeando y sin poder apartar la mirada.
Seokjin agitó la cámara que no había sufrido daños contra su pecho y rechazó la inclinación de Yoongi en su, quizá, décima disculpa. Se encogió de hombros: —¿Puedo tomarte una fotografía? Estoy ayudando a mi amiga en un proyecto.
La imagen se disolvió frente a sus ojos y se vio un poco más grande, un poco mayor, oculto en la parte de atrás de un salón de clases mientras observaba silenciosamente a la persona que hablaba en el podio con seguridad inquebrantable. Vio a Seokjin sin sus pasadores, con la sonrisa brillante y un traje semi formal que le hacía cosas divertidas a su corazón.
Los fragmentos de tiempo pasaban como sombras y se desvanecían rápidamente, apenas dejándole un suspiro para observar, beber de la imagen lo mejor que pudiera y aferrarla a su corazón como un tesoro.
Vio luego La Fábrica, se vio mas maduro y con el cabello tinturado de rubio, tenía un vaso con alguna bebida en él balanceándose, riendo cuando Jin, frente a él, vestido de negro y absolutamente asesino, tomó una fotografía y dejó caer la cámara envejecida en una de sus manos.
Tenía una mirada indulgente y había tanto ruido como se podía esperar de un lugar así. Los arrastraban entre la marea de cuerpos que gritaban alguna cosa en sus oídos, pero Yoongi solo parecía tener ojos para una persona, para una sola cosa en todo el lugar a reventar.
—Feliz 21 cumpleaños, Gi-chi. ¿Qué tal tu primera cerveza? ¿Cómo te sientes?
Yoongi se quedó en silencio, la voz magnética del otro sonaba demasiado cerca de sus oídos, inclinado sobre su cuerpo para poder llegar a sus oídos, evitando los cuerpos de las otras personas que los empujaban cada vez más cerca de las mesas.
No era su primera cerveza, de hecho, sin embargo, era la primera vez que se sentía así de ebrio, así de mareado, demasiado fuera de su propio cuerpo. Su mano contra el pecho de Jin en un reflejo para sostenerse. Demasiado enamorado.
—Me siento como que quiero besarte justo ahora.
Yoongi se vio a sí mismo y pensó que tenía esa fotografía en su vieja agenda.
Su primer beso fue contra la barra de La fábrica con un montón de cuerpos apiñándose alrededor, la música demasiado fuerte y solo ellos dos...en su propia singularidad.
Pensó que era posible que en cualquier universo tuviera que amar así de intensamente y que era posible morir por ello, pero más que todo, pensó, con lágrimas en sus ojos que se negaba absolutamente a derramar, que extrañaba inmensamente a su persona favorita, y no sabía ya cuánto tiempo había pasado.
Se vio crecer, enamorarse cada vez, como un pequeño mosquito demasiado deslumbrado por la luz que sabe que aquel resplandor es una trampa a la cual no puede ni quiere resistirse. Se vio viviendo junto a Jin en un pequeño apartamento que apenas y podían pagar y se vio besando y besando y besando y amando verdaderamente, como si no pudiera tener suficiente.
Vio diez años en un parpadeo que se sintió como unos segundos y un millón de años a la vez.
Vio la fotografía en la azotea del edificio Kim, con un anillo en su dedo y planes para una boda.
Se vio sosteniendo la mano de Jin, caminando sobre arena, con los pies descalzos y algunas arrugas alrededor de los ojos.
Yoongi cerró los ojos y, por fin, un par de lágrimas se desprendieron sin querer.
No pudo evitar sonreír.
━━━━━━✧❂✧━━━━━━
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top