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["Si me duele el corazón. Si cometí un error. Si estoy asustado. Cielos, solo si solo estoy llorando por algo estúpido. Si cualquiera de esas cosas sucede y no te tengo conmigo para que cuides los pedazos rotos de mí mientras logro armarme de nuevo...¿Cómo se supone que siga adelante? No soy dependiente a ti, ni tú dependiente a mí, pero he llegado a un punto en el que toda mi maldita felicidad se siente insípida si no estás ahí para que pueda compartirla contigo.

Entonces...¿Qué se supone que haga?

Min Yoongi a Kim Seokjin; Fue una gran discusión.

xx.xx.2024]

Hoseok había creído que su día sería lo suficientemente extraño como para no olvidarlo en mucho tiempo.

También pensó, bueno, no puede ser más extraño que esto.

Se equivocó monumentalmente.

Caminaban con el sol de la tarde quemando sus espaldas y no era nada fuera de lo común porque la estación estaba considerablemente lejos de su casa, lo suficientemente lejos como para pensar en tomar otro transporte si hubiese alguno.

Ninguno de los dos habló mucho más y podían pensar que el otro tenía sus propias cavilaciones o quizá era la simple comodidad del silencio. En todo caso, Hoseok apreciaba que Yoongi no estuviese hablando más porque estaba comenzando a creer, firmemente, que Yoongi era un loco en potencia.

Las calles tenían poca gente y se escuchaba el ruido natural del verano. No estaba seguro de que hubiese algo llamado así, pero tenía que ver con el sonido de las cigarras que le hacían sentir calor solo con escucharlas y los pocos árboles en el vecindario, o las personas que aparecían caminando por diferentes esquinas porque iban o venían de algún lugar. Los pasos resonaban en el asfalto y el ruido de los autos ocasionales, las respiraciones profundas porque, de hecho, hacía calor.

Capturaban una imagen a la que estaba acostumbrado y algo pasaba con las cosas que siempre eran iguales y es que tardabas un poco en darte cuenta de los cambios graduales, pero inevitablemente lo hacías. Por costumbre, sin embargo, era que los cambios abruptos sobresalían como una verruga repentina en la nariz. Era extremadamente fácil darse cuenta y señalarlos inmediatamente.

Así fue como Hoseok sintió más de lo que vio que había algo ligeramente diferente en la imagen que lo acompañaba de ida y vuelta casi a diario a dos horas diferentes del día.

Había un grupo de personas, un grupo pequeño en realidad, frente al restaurante de la abuela Choi. Universitarios, seguramente, se veían altos y esbeltos y definitivamente no de su modesta calle a pesar de que seguía estando lo suficientemente lejos como para no distinguir sus rasgos, llamaban la atención como un pulgar adolorido.

Había una chica con cabello largo y una especie de traje de dos piezas bastante bonito y elegante y había tres chicos junto a ella con los que parecía estar teniendo una conversación, dos de ellos les daban la espalda y uno de ellos, al lado de la chica, se reía de algo que alguien había dicho. Su risa era bastante profunda.

Hoseok miró hacia Yoongi porque ambos se habían detenido al mismo tiempo y estaba a punto de abrir la boca para decir algo, porque era bastante conocedor de la ansiedad social de su compañero que lo ponía bastante nervioso cuando se enfrentaba a un grupo de más de dos personas, más que todo si eran mayores y, se viera como se viera, tendrían que pasar en medio del grupo que parecía no notar que estaban obstruyendo el paso.

Estaba a punto de decir algo, ¿Quizá tendrían tiempo de llegar a su casa y llamar al tutor para pedirle que mejor se encontraran allí? Hoseok no tenía problemas, pero Yoongi ya estaba actuando lo suficientemente extraño.

Justo en ese momento, un grito vino de la distancia hacia ellos.

—¡Eh, mocoso! ¡Al fin te dignas a llegar! —frunciendo el ceño y sintiendo que definitivamente este día era un karma, Hoseok giró su rostro solo para darse cuenta de que uno de los chicos que les daba la espalda, de hecho, era su hyung tutor que le provocaba dolores de cabeza la mayoría del tiempo.

La mueca en su rostro fue automática.

—¡Jackson hyung! —respondió con desánimo, pegando una sonrisa en su cara que le hizo doler las mejillas. Por supuesto que era su tirano tutor, por supuesto que él sería quien se detuviera en la entrada como si fuese el dueño del local.

Alzó la mano para saludar cuando las cuatro personas los miraron a la distancia, moviéndose ligeramente, pero sin dar un paso aún. Solo entonces se giró hacia Yoongi convirtiendo su sonrisa rígida en una de disculpa cuando notó que este último ni siquiera lo estaba mirando.

Veía al frente, con una mirada confusa y perdida en sus ojos, aún peor que cuando se despertó de su siesta en la clase de biología. Su piel lucía pálida bajo la luz del sol.

Hoseok estaba un poco aturdido, bien, Yoongi quizá se habría asustado de tener que saludar y sentarse junto a estas personas porque, claramente, estaban acompañando al hyung que le daba clases por las tardes. Pero esta reacción no era realmente lo que esperaba.

Yoongi parecía como si le acabasen de dar una muy mala noticia, pero no lucía como si estuviera a punto de enloquecer como ya lo había visto en otras ocasiones.

Quizá debería ir primero a hablar con su hyung.

—Min, él es mi tutor, se llama Jackson, creo que la persona junto a él es Namjoon hyung y las dos personas frente suyo me parece que son Taehyung hyung y creo que la chica es su novia. Son graduados, adultos trabajadores responsables en sociedad. No los reconozco del todo, pero sé que son buenas personas, así que no te preocupes —asintió con cada palabra, había aprendido de su madre que, si asentía mientras hablaba, era más probable que la persona a la que se dirigía estuviese de acuerdo más rápido.

Quizá era mentira, pero se sentía como la madre de un niño pequeño en este momento.

Yoongi tomó una respiración demasiado profunda que Hoseok temió que pudiera desmayarse. ¿Estaba esta persona teniendo un ataque de ansiedad? No, quizá solo estaba percibiéndolo mal. Pero hyung le estaba gritando todavía y no sabía si debía ir primero con él o tranquilizar a Yoongi que era un poco tonto justo ahora.

Hoseok tenía un miedo absoluto a que Yoongi dijese algo que terminaría por hacer que el hyung tutor lo golpeara en la cabeza con ese diccionario del diablo que llevaba a todas partes.

—Hey, hey, iré a hablar con hyung para irnos a casa primero, ¿quieres? —Hoseok sentía que estaba hablando con Jungkook, tratando de tranquilizar al más joven para que lo dejara ir sin tener que pasar horas jugando a su lado.

Cuando se fue, no se dio cuenta del ligero susurro que salió de los labios temblorosos de Yoongi:

—¿Quiénes son estas personas?

Yoongi estaba algo atolondrado ahí donde sus pies lo habían clavado en el suelo. Miró a todas partes antes de que sus ojos pudiesen enfocarse en el grupo de cuatro personas al que Hoseok se dirigía con pasos pesados, ¿Cómo era que no podía reconocer sus rostros?

Un rastro de pánico se aferró a su garganta cuando se dio cuenta de que no podía...recordar ningún rostro de las personas que originalmente conocía. Incluso el rostro de su mejor amigo en su memoria era reemplazado por la imagen más joven de él que era quien veía justo ahora.

Podía evocar sus voces de forma lejana, sus nombres, casi todos sus recuerdos que se abrazaban a él como raíces alimentadas por sol y agua, pero sus rostros... ¿dónde estaban en su memoria?

¿Por qué...?

Sus ojos se abrieron con fuerza y su corazón comenzó a latir como si estuviese a punto de matarlo.

No se había dado cuenta.

¿Cómo no lo había notado antes?

No se había dado cuenta de que no podía recordar el rostro de Seokjin.

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