08; Segunda Oportunidad

Se dice que se aprende a amar mediante los errores, pero ¿cuántas veces hay que caer en esos errores para aprender? En múltiples ocasiones terminarás en el mismo lugar, una y otra vez sin saber lo que haces mal, sin saber si acaso habrá alguna salida de aquel circulo. Min Yoongi aprendió a muy temprana edad que su madre jamás lo defendería de los golpes que su padre le propinaba, jamás la escucharía defenderlo de los insultos, de las amenazas, de nada... en un principio Yoongi creyó que los merecía, que en verdad cada uno de esos insultos, cada hematoma, cada mirada de asco, todo, absolutamente todo lo merecía.

Con el paso del tiempo el omega aprendió que todo eso a lo que él estaba acostumbrado a llamar amor, era odio, y no quería seguir soportando todo aquello, la ultima vez que su padre le propino una golpiza lo había dejado inconsciente en el suelo de la cocina, mientras su madre se dedicaba a cocinar tranquilamente, Yoongi recuerda muy bien el aroma... crema de zanahoria con un toque pequeño de pimienta negra y ese leve aroma de pan quemado, recuerda la imagen borrosa de su madre parada frente a la estufa dándole la espalda, sus cabellos levemente quebrados de color negro y de un largo por debajo de la espalda, apacible, sosteniendo aquella cuchara hecha de madera vieja mientras removía lo que ese día sería su cena, apenas y sus labios pronunciaron "mamá..." pero ella no lo escucho, o se rehusaba a hacerle caso así como múltiples veces lo hizo durante años. Ese día las cosas cambiaron, porque Yoongi despertó con un terrible dolor en el cuerpo debido a los golpes y al frío del suelo.

El omega lloro por solo cinco minutos sintiendo sus ojos picar dolorosamente y sintiendo como su corazón se oprimía dentro suyo debido a todo el dolor que había experimentado, pero los golpes no le dolían, le dolía más saber que su madre jamás estaría dispuesta a ayudarlo, le dolía el hecho de que su padre jamás terminaría con ese circulo constante lleno de violencia en contra suya. Ese día, Yoongi dejo de llorar porque ya no tenía más lagrimas por derramar, con las pocas fuerzas que había recuperado se escabullo hacia su habitación, miro sus ropas, se llevo las que más le gustaban, un par de zapatos eso era lo único que necesitaba, sus libros escolares no eran importantes, tampoco lo eran los pocos juguetes, ni siquiera alguna sabana, solo se limito a salir de allí a pasos lentos, suaves, sin que quisiera ser escuchado, y cuando salía de su hogar... ni siquiera miro atrás, no podía hacerlo, sí lo hacía se quedaría allí parado y perdería el tiempo, así que lo mejor era salir corriendo de allí, huir para jamás volver.

Ya no había vuelta atrás.

Sus pasos lo llevaron al centro de la ciudad, y del centro a otras provincias cercanas, casas, edificios, casas, sus pies dolían por la falta de descanso y sueño, su cabeza le dolía, los labios los sentía resecos por la falta de liquido, y ni se diga del hambre, en verdad que Yoongi no sabía que hacer, le repugnaba la idea de buscar comida en los basureros de la ciudad, también le daba vergüenza pedir algo de comida a los transeúntes. Él sabía que había cometido un grave error al salirse de casa, porque a pesar de los golpes, tenía un techo en donde dormir, tenía comida, agua, y ropa limpia, aunque Yoongi esperaba que su suerte cambiará tarde o temprano, la esperanza siempre será lo ultimo que muere, y Yoongi estaba seguro de que todo iría para bien, solamente estaba pasando por un mal rato.

Y efectivamente, todo cambio en un día de principios de otoño en donde el viento despeinaba los cabellos y era tan frio como el del invierno mismo, ese día, un joven alfa el cual Yoongi aprecio tenía una edad de veintitrés o veinticinco años se le acerco justo cuando él se encontraba abrazándose así mismo en la banca de un parque por el frío, aquel chico le entrego su suéter.

—Oye —le dijo, su voz era suave, amable, y le sonreía levemente—, te enfermarás, ponte esto.

—P-pero...

—Póntelo —se encogió de hombros—, parece que tienes más frío que yo, así que póntelo.

Un gesto amable de parte de otros debe ser considerado como el acto de un ángel, y Yoongi lo había aceptado, no pudo evitar sollozar en ese momento, e inclusive aquel alfa se atemorizo creyendo que había hecho daño al omega, pero no, y Yoongi le había terminado de relatar su historia, el alfa fue atento, sin juzgarlo con alguna clase de gesto, prestándole toda su atención, esperando a que terminase.

—¡Vaya! —eso fue lo que dijo el alfa cuando Yoongi termino—. Y yo que pensé que mis problemas eran más grandes —y soltó una risa y Yoongi pensó que era una linda risa—, entonces, ¿no tienes donde quedarte ahora?

—No —dijo el omega—, la mayor parte del tiempo busco refugios temporales en casas abandonadas o en pequeños refugios de omegas, pero no me quedo mucho tiempo, tengo miedo de que me encuentren o alguien me reconozca y le digan a mis padres en donde estoy —Yoongi soltó un suspiro—, sé que si regreso mi padre me matará.

El alfa se lo pensó un buen rato al escuchar al omega.

—¿Quieres venir conmigo?

—¿Qué?

—Sí, ¿quieres venir conmigo? —el alfa le sonrió—. Vivo cerca de aquí, como a unos veinte minutos caminando, vivo solo en un departamento, no es muy grande, la renta es económica y podrías ayudarme.

—No creo ser de gran ayuda, ni siquiera tengo un empleo.

—Puedo conseguirte uno con un amigo, él busca un ayudante, ¿qué opinas? Tendrás una cama caliente, comida deliciosa y agua, estarías más cómodo que aquí afuera.

La propuesta era tentadora, y por más que Yoongi no quisiera aceptar, lo hizo, porque ya no le quedaba nada más que su propio ser.

No tardo mucho en saber el nombre de tan bondadosa alma; Kim Hajoon, y a pesar de que aquel alfa parecía haber caído del cielo para ayudarlo, en realidad estaba allí para hundirlo. El primer año todo fue normal, ambos se habían acoplado uno al otro disfrutando de cada día, inclusive muchos llegaron a pensar que eran pareja, pero no era así. El segundo año las cosas parecían difíciles para Hajoon, pero Yoongi estuvo allí todo el tiempo para ayudarle, tal y como él había hecho. Para el tercer año las cosas vinieron a mejorar para ambos, y sin querer a mediados del año, Hajoon se había decidido que sería una grandiosa idea convertir a Yoongi en su omega, pequeños detalles fueron los que habían hecho a Yoongi poco a poco adquiriese sentimientos más allá de una amistad con aquel alfa, y para finales del cuarto año, ya eran pareja, Yoongi estaba feliz por ello, y Hajoon lo estaba de la misma forma, Yoongi pensaba que en ese momento su vida había dado un cambio y que jamás volvería a tener miedo, ni siquiera que lloraría, y que equivocado estaba.

Con el paso del tiempo Hajoon se comportaba errático, le fastidiaba que Yoongi estuviera a su alrededor, odiaba que el omega triunfará más que él, y se lo demostraba, palabras llenas de comentarios hirientes hacia su persona, detallando todo lo que le disgustaba del omega, insultos que lastimaban a Yoongi a más no poder, y Yoongi supo que todo se fue abajo cuando recibió una bofetada de parte de Hajoon el día de su aniversario... las cosas estaban perdidas, pero Yoongi a veces pensaba que todo en cuanto va en picada puede volver a escalar hacia el cielo, pero su situación parecía cada vez más hundirse en la oscuridad.

Hajoon dejo de ser tierno, ahora era prepotente, odioso, calculador, igual que el padre de Yoongi... y el omega lo noto después... los abusos físicos podía soportarlos, no le importaban porque había pasado años siendo golpeado por su padre, la costumbre de tener los hematomas, las cicatrices, los ojos hinchados, eso no le importaba, lo que sí lo lastimaba en verdad era cuando ese alfa que decía amarlo tanto le obligaba a tener relaciones sexuales, lo lastimaba y a pesar de que se lo decía el alfa le gruñía y usaba su voz de mando para gritarle que guardará silencio. Yoongi había perdido la cuenta de las veces que Hajoon le obligaba a tener ese tipo de contacto tan intimo. El corazón del omega estaba destrozado, porque ahora lo comprendía, Hajoon era el reflejo de su propio padre... las cosas no habían cambiado, al contrario, empeoraron...

Y un día en que Hajoon le había propinado una golpiza por un asunto sumamente ridículo, Yoongi se harto, no escapo, no tenía sentido escapar porque si lo hacía Hajoon lo seguiría, lo buscaría y lo encontraría solamente para volver a propinarle golpes, quizás hasta la muerte, y él no podía continuar de esa manera, ya no más. En la mente de Yoongi jamás estuvo la idea de quitarse la vida, sólo hasta ese momento, porque no encontraba alguna forma de escapar, pero morir... quizás esa era la salida. Un somnífero, dos, tres, cinco, diez... ni siquiera los conto cuando se los puso en la mano y bebió un largo trago de agua del grifo, ya no importaba, nada importaba.

El omega no lloro cuando cerro los ojos para dormir, no sintió nada cuando por fin dio su ultimo respiro, no soñó con nada, lo único que estaba en su cabeza era que le hubiese gustado ser feliz, por lo menos en algún punto de su vida, porque no tenía ni siquiera un sólo recuerdo en donde no se obligará a sonreír en verdad, ni siquiera con Hajoon... pero eso ya no importaba, nada importaba.



...



—Namjoon —la señora Park soltó un largo bostezo, cerrando sus ojos sintiendo las pequeñas lagrimas salir debido al vapor—, son las dos de la mañana, ¿qué se supone que es tan urgente como para despertarme y no decirme al teléfono?

Namjoon estaba ansioso, en verdad ansioso, pero quería decírselo a su jefa tarde o temprano, pues ella había dicho miles de veces que si tenía algo importante por decirle, tenía que hacerlo, y esto se trataba de un asunto de suma importancia.

—Una disculpa, pero en verdad necesitaba que lo vieras, siento que es perfecto.

La mujer frunció levemente el ceño.

—¿Perfecto? —Namjoon dio un asentimiento sin mirar a la mujer que caminaba con prisa detrás suyo—. Namjoon, ¿de que hablas?

—Hablo de que él es perfecto para el proyecto.

La señora Park sabía a que se refería, el proyecto Resistance, el nombre ni siquiera tenía tanto que ver con lo que significaba en realidad, Namjoon había puesto el nombre debido a que los últimos experimentos hechos para el proyecto no resistían como ellos esperaban, el proyecto era Omega de Compañía Humanoide, pero tanto Namjoon y ella habían concluido que el nombre no tenía tanto valor como el que Namjoon pensó en cuanto el proyecto inicio.

Siguieron su camino, sus pasos eran los únicos en el lugar haciendo eco en las paredes.

—Lo encontraron esta tarde en el departamento de un alfa de nombre Kim Hajoon —mención Namjoon—, creen que lo mato, pero sé que no es así, debido a que los forenses encontraron restos de somníferos en su estomago, el análisis arrojo que el omega se suicido, me costo mucho convencerlos de que me dieran el cuerpo para avances científicos.

—Pudiste haberlo comprado, sabes que podemos hacer eso, además de obtener los permisos del gobierno, Nam.

—Lo sé, lo sé —soltó un resoplido—, pero llevaba prisa, no tenemos más con lo que podamos experimentar, y cuando supe de esto gracias a Taehyung.

—¿Metiste al fiscal Kim en esto?

—Sí —él la miro por breves instantes—, no te molestes, sabes que somos buenos amigos desde hace años, y él me dijo que me mantendría informado si es que encontraban el cadáver de un omega y...

—Por la luna, Namjoon —la mujer soltó un resoplido—, bueno, olvídalo, no tengo porque reprenderte, lo hecho, hecho esta —siguieron caminando hasta que llegaron a la puerta de la morgue que se encontraba dentro del laboratorio—, ¿lo conservas aquí?

—Sí, llego hace una hora —y Namjoon abrió la puerta, y los ojos de la señora Park lograron ver aquel cadáver cubierto—, su nombre es Min Yoongi, es omega, su cuerpo esta dañado en un sesenta por ciento, y —relamió sus labios levemente—, los forenses mencionaron que se encontraba en cinta... apenas tenía tres semanas.

—Supongo que él no lo sabía —la mujer entro primero, dejando a Namjoon en la entrada, se acerco a aquella camilla, y no dudo en llevar su mano para quitar aquella tela que cubría el cadáver, y miro su rostro, joven, sus rasgos eran delicados, suaves, dóciles, en verdad un omega perfecto—, pobre de ti, pequeño —dijo mientras lo miraba—, no tengo ni la menor idea de lo que sufriste... pero estoy segura de que si te damos una segunda oportunidad... —volvió a cubrir el rostro del cadáver—, Namjoon —el mencionado escucho.

—¿Sí?

—Prepara el cuerpo, necesito la carpeta de investigación para saber más acerca de las investigaciones forenses, con eso empezaremos a recabar la información que necesitamos para restaurarlo —Namjoon dio un asentimiento—, le daremos una segunda oportunidad de vida.

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