6. Reputazione

6. Reputazione

REGINA

La acusación por falsificar documentos y el encubrimiento del desfalco tuvieron un gran impacto negativo en mi reputación como empresaria, el cóctel legal fue visto como una falta de ética y honestidad. Disminuyó la confianza de clientes, proveedores y otros socios comerciales. Unos hipócritas. En este medio, para llegar a la cima entre tantos sedientos de poder, se debe mínimo jugar sucio una vez en la vida. La mayoría lo niega y proclama públicamente que el éxito es producto del trabajo duro, se ofenden si insinúas lo contrario.

Somos pocos lo que no tratamos de ser otra persona y no negamos nuestra naturaleza ambiciosa. Somos pocos los que rompemos límites para obtener lo que queremos. Cueste lo que cueste.

Esbozo una sonrisa que no despega mis labios cuando Vladimir aparca la limosina rentada frente al pequeño pero moderno edificio de ocho pisos y vidrios azules. La sede administrativa de Alphagine se encuentra cerca de la costa. La fábrica de ensamblaje está bordeando las afueras de la ciudad, en la zona industrial.

Varias estilistas se encargaron de dejar mi piel brillante, suave y de una tonalidad bronceada con maquillaje. Me aplicaron la técnica de contouring, completando la transformación con algunas prótesis de silicona. En contra de mis preferencias, uso lentillas oscuras como pozos sin fondo. Una peluca negra de rizos a nivel de mis orejas. El vestido blanco de terciopelo confeccionado por Simon es ajustado hasta mis rodillas pero no marca mi figura porque también llevo relleno. De figura reloj de arena, pasé a ser una pera. Lo que sí no puede faltar son mis tacones aguja a pesar de que no uso mi pintalabios favorito rojo puta o el borgoña, sino un recatado rosa pálido.

No soy Regina Azzarelli.

Hoy interpreto el papel de Juliette Lavigne, una nueva inversionista de ASysture interesada en el desarrollo de software de proyección.

Holografía en general.

—No lo olvides: sigue el guion. —Julius me mira con advertencia—. Cualquier amenaza que cruce el límite puede ser usada en tu contra. Haremos que pague, ya está hecho. Te concedo y cubro en esta aparición porque sé que amas la excentricidad y yo complacerte. Nadie vale que manches tu imagen. No busques más razones para que te señalen y armen escándalos. No lo humilles... en exceso. Hazlo rápido. —Sonríe con malicia—. Fue más el tiempo que tardaste en arreglarte, que el tiempo que tomará la reunión.

Le devuelvo la sonrisa, mis dedos en la manija. Estoy ansiosa por saborear la reacción en los rostros de todos cuando sus neuronas hagan cortocircuito.

—Presiento que valdrá cada maldito segundo —me regodeo.

Estuve quieta un año, es hora de romper cráneos.

Los guardias me conceden el acceso sin problema, la identificación falsa me permite saltar la fila en recepción e ir directamente a los torniquetes. Tomo una gran bocanada de aire. Las multitudes en espacios cerrados me provocan claustrofobia, sin embargo, entro en el elevador junto con un grupo que no para de conversar pacíficamente.

Me molesta su tranquilidad siendo el caso de quien los observa.

Admito que disfruto el temor y la tensión que ocasiona mi mera presencia. Aprieto mis labios y la correa de mi bolso Chanel, conteniéndome. Amo alertar a las presas para que corran y así regalarles la vaga esperanza de sobrevivir, saborear su desesperación antes de la inminente derrota; no obstante, no niego que he encontrado cierto disfrute obrando desde las sombras.

Los ataques son igual de placenteros porque nadie se los espera.

—Señora Lavigne, ¿cómo estuvo su vuelo? —Zack Malone, CEO de Alphagine, estrecha mi mano apenas cruzo la puerta.

—Hubo un poco de turbulencia —contesto con mi acento francés—. Nada de qué preocuparse.

No me reconoce.

«Perfetto».

En otra vida seguro fui actriz.

La sala de reuniones se encuentra casi llena por los directivos, ingenieros y principales accionistas. Tomo asiento en el lugar con mi supuesto nombre y espero a que el espectáculo comience. Archer es el problema inmediato que necesito resolver para poder concentrarme en mis planes para conseguir a Hanazawa.

Cuando llega mi presa, a diferencia de Malone, da un escueto saludo general y se posiciona en la cabecera de la mesa.

—Quiero disculpar a Jill, viajó anoche a Texas de emergencia. Su padre tuvo un accidente de tráfico —habla Zack. Jill Fisher es la directora de la planta de ensamblado—. Ambos convocamos esta reunión para notificar que Alphagine ha sido oficialmente invitada a participar en la Cosumer Electronics Show en Las Vegas. Como sabrán, también participaremos en Gitex, Dubai.

En la pantalla del fondo aparecen los detalles.

—¿Presentarán el mismo software, Apexlight, en Gitex y en la CES? —inquiere un viejo de piel flácida. Niall Lee. Uno de los más antiguos accionistas.

Apexlight es un software para la simulación y diseño de sistemas ópticos, incluyendo sistemas holográficos. Nuestra meta más ambiciosa son las llamadas holográficas, no obstante, aún no es una realidad.

Minerva posiblemente cambie las circunstancias.

—Expondremos en las Vegas la última actualización que incluye el análisis de elementos ópticos difractivos. Los nuevos proyectores están casi listos —contesta Archer y muerdo con fuerza mi lengua. El sabor de la sangre inunda mi boca.

Malone mira perplejo a Archer, junto con un par de ingenieros.

—No se puede —zanja Malone—. El código de esa actualización es exclusivo para la línea de proyectores que Regina solicitó.

—Ya no.

—Madam Azzarelli lo estableció así —defiende Bryce, una ingeniera de informática, que acaba de ganarse un aumento.

—Regina no es la persona más cuerda para decidir sobre un proyecto tan importante —apunta Archer. Escucho algunas risitas que me hacen apretar los puños bajo la mesa—. Su reputación es un cáncer.

—Es la dueña —comenta un gerente.

—No por mucho, puesto que pienso comprar ASysture. —La asistente de Archer reparte folders a cada accionista con su oferta. Ni me molesto en leer más allá del primer monto—. Los artículos incendiarios siguen mencionándola y se ha ganado cada acusación. La baja de acciones fue estrepitosa el año pasado. Si le permitimos continuar perjudicándonos, llevará ambas empresas a la quiebra.

—Tremenda violación a los estatutos —digo venenosamente—. Esta oferta no es válida. A nadie le interesará sabiendo que viene de un traidor, cobarde y negligente que pisotea los ideales de ASysture y Alphagine.

Los murmullos se hacen escuchar.

—¿Disculpe, señora Lavigne?

—No sabía que fuese sordo, señor Archer —contengo la risa.

Zack me mira confuso igual que el resto. Juro que trato de mantener mi cinismo al margen, pero es inútil.

—No entiendo su falta de respeto —espeta Paul, acercándose.

Mi sonora y escalofriante carcajada les cala los huesos, lo noto porque algunos respigan, otros se enderezan y todos palidecen.

—Mhm, no quiero. —Miro al resto—. Le tomo la palabra al señor Archer sobre los artículos amarillistas. Él se ha encargado de perpetuar los escándalos. Ya entiendo por qué le han dado tan buena prensa. —Tanteo mi smartwatch y Claire, desde la torre, sustituye la información en la pantalla por las fotos de Archer tratando con un mensajero de Sullivan, y demás pruebas de su traición—. Dar dinero a periodistas para difamar a su propia gente, y promocionarse a sí mismo como un prodigio empresarial... es repugnante. 

—Llama a seguridad —Archer le ordena a su asistente.

—Relájate o saldrás de aquí en una ambulancia. Parece que te va a dar algo, querido —no disfrazo la oscuridad de mi acento italiano, lo que trae silencio a la sala.

Rompiendo mis principios de glamour, me acomodo de mejor forma en la silla y subo mis pies sobre la mesa, entrecruzándolos. Un tic en el ojo derecho de Archer ensancha mi sonrisa.

—¿Cómo...?

—Magia negra. Para ustedes soy una bruja, ¿no? —Niego—. Lástima que con chasquear mis dedos no pueda regresar a mi despampanante apariencia natural.

—No te compete estar en esta reunión, Regina. —Las venas en su cuello se marcan.

—Mi opinión en la junta directiva tiene peso suficiente como para estar presente en estas reuniones, sancionarlos por excluirme o... —Relamo mis labios, mis colmillos—. ¡Eso es! Debí hacerlo hace meses. No gastaré más saliva en ti. Cualquier detalle que quieras explayar, trátalo con mi abogado. —Agito mi mano para que los guardias lo saquen—. Archer, estás despedido con efecto inmediato.

Muerdo el interior de mi mejilla para controlar la fascinación que me produce saborear su miedo y consternación. Acabo de convertirlo en un sencillo ejemplo viviente de lo que significa apuñalarme por la espalda.

—No puedes despedirme. —Me señala mirando a los demás, su tono de voz aumentando con cada sílaba—. ¿En serio quieren que esta mujer maneje el negocio? Es impulsiva. Pretende imponer su autoridad mediante la intimidación. ¡Nos arruinará a todos! —gruñe tratando que los guardias no le pongan las manos encima—. Estás más loca que antes. Nadie va a confiar en ti.

Automáticamente, siento cómo todos me miran como si esperaran que lo asesine con mis propias manos o me quiebre. Me levanto de la silla pero la intervención de Zack me hace cerrar la boca.

—Yo confío en ella —anuncia—. Regina ha reforzado el capital de ASysture y Alphagine en silencio hasta hoy. Ha invertido millones para asegurar que nuestra tecnología sea líder en el mercado.

«Buen perro».

El silencio nos rodea y me permite situarme al frente, junto a Zack en cuanto los guardias sacan la basura. Hay contradicción en los rostros de cada persona. Archer tiene razón, mucha gente no confía en mí, también pude despedirlo en privado para evitar más conflictos, pero me cansé de que se me tome a la ligera. Por otro lado, todos son conscientes que no me limito a limar mis uñas tras un escritorio mientras miro mis cuentas bancarias engordar. Soy quien desarrolla las mejores estrategias y quien invierte más en los proyectos.

—Como ya escucharon a Zack, mi compromiso con ASysture y Alphagine sigue vigente a pesar de los acontecimientos negativos y su propio rechazo hacia mí. —Algunos se remueven en sus asientos. El silencio prevalece—. La franqueza siempre me ha caracterizado. Puedo disculparme con cada uno por mi equivocación con la intención de "agradarles", pero eso sería una mentira obvia.

»Vine aquí porque me es imposible mantenerme callada o de brazos cruzados mientras observo cómo destruyen todo por lo que hemos trabajado. Es verdad, mi error del año pasado fue perjudicial, pero también se trata de un obstáculo más, uno que planeo superar. ¿Nos estancaremos en lamentaciones? —Señalo la pantalla con la promoción para las dos exposiciones—. ¿Quieren la gloria? Tengo el material que se necesita para que nuestra tecnología arrase con la competencia y marquemos la maldita historia. —Apoyo mis manos sobre la mesa y me inclino hacia adelante, evaluando cada reacción. Sonrío despacio—. ¿Están conmigo o no?

***

El clima está tan frío que me estremezco apenas pongo un pie fuera de la Range y contemplo el jet que alquilé. Exceptuando que es de noche, la pista privada luce exactamente igual que hace un año. Cuelgo la llamada con Jill Fisher. Me estremezco otra vez y un regusto amargo se instala en mi boca. Juro que casi puedo escuchar las sirenas aproximarse.

Ese maldito día marcó un antes y un después en mi vida.

—No pienses en eso —susurra Clifford deteniéndose a mi lado.

—¿En qué? —finjo demencia.

—El arresto.

Lo miro de reojo con reproche. Usa un fino traje gris de tres piezas y una corbata con estampado de pelotas de beisbol.

—Alucinas —digo entre dientes.

—No necesito esforzarme para saber cuándo alguien miente o esconde algo. —Coloca un mechón de mi cabello tras mi oreja—. Sé leer a las personas, Regina. Me contrataste por eso.

Me giro hacia él, molesta.

—Te contraté porque eres el mejor conciliador de la ciudad, no para que cuestiones mis...

—¿Van a subir al avión o qué? Hace mucho frío. Tengo las pelotas azules, a Bianca no le gustará que regrese sin ellas —se queja Rivers tras nosotros a lo que abordamos—. Le doy la razón a Clifford. Tu cara de amargura no encaja con este estupendo vuelo, jefa. Relájate. —Lo fulmino y me ignora, prestando más atención al menú que ofrece la azafata—. No dormiste en cuarenta y ocho horas planeando cómo destruirle la vida a Paul Archer y al tal Sullivan. Ya lo echaste a patadas de la empresa. —Estudia dos botellas de Champán—. Deberíamos incluso estar celebrando sus futuras vidas miserables y que conseguiste un recibimiento positivo en Alphagine y ASysture.

—Eso le dije. —Clifford toma la copa de Champán que Rivers me ofrece pero tardo en aceptar—. Lo que queda es joder a Sullivan y negociar con el imbécil de Hanazawa para ampliar el desarrollo de Minerva, tu reputación mejorará con los resultados. El éxito en ambas convenciones será inevitable.

Enrique no habla, pero con la mirada trasmite que está de acuerdo. Mashiro no se inmuta, sin embargo, asiente cuando enfoco mis ojos en los suyos

—No descansaré hasta que ese objetivo se materialice —bufo, negando antes de tomar la copa y beber de un trago todo el contenido. No tiene alcohol—. Los ingenieros se quedaron pero tres accionistas importantes se negaron a apoyarme. Están a favor de la compaña "Azzarelli zorra criminal".

He ignorado miles de noticias amarillistas sobre si soy o no: una zorra, perra, arpía, víbora y cualquier apodo que se les ocurra para juzgarme por mi estilo de vida sin límites. Optaban por atacarme de forma personal porque no podían encontrar fallas en mis impecables negocios. Forbes me quería en su lista, estaba a nada de convertirme en una maldita leyenda.

Sin embargo...

Con el escándalo de mi arresto, el desfalco y la falsificación de documentos, ya no se diferencia el hate. Ya no soy una zorra libertina o una bruja tirana, soy una perra criminal. Aún tengo socios que priorizan las ganancias que puedo conseguirles; no obstante, los titulares con mi nombre ahuyentan a los empresarios de sectores que dependen de la imagen pública.

No me conformaré ahora cuando nunca lo he hecho. Quiero continuar con la diversificación de mi cartera de inversiones. Minerva es un proyecto tecnológico que requiere ser recibido con los brazos abiertos. Yo sola no puedo costearlo. No puedo perder más negocios multimillonarios por algo que pasó hace un año. Si hay que meterle demanda a la ciudad entera para recuperar contratos, demandaremos a la ciudad entera.

Clifford niega como si leyera mis turbios pensamientos.

Mis preocupaciones.

—La campaña que Dorothy está planificando es agresiva. Julius revisó las bases y está de acuerdo —habla con despreocupación—. Bernand Keegan, Antonio Wallace, Paul Archer y los otros que te dieron la espalda son tiburones en un océano inmenso. No te quedarás sin financiación. Tyler Specter es un megalodón nos apoya. Conseguiremos nuevos socios mucho más poderosos.

—Y le patearás el culo a cada uno. Tendremos que sacarlos arrastrados de su oficina. Así como a Archer. —Rivers codea a Enrique, en los ojos del segundo brilla la malicia al imaginarlo. Ambos disfrutan amedrentar a mis acosadores—. Llorarán arrepentidos por tu indiferencia cuando quieran regresar contigo.

Lucho contra un impulso de sonrisa.

—No doy segundas oportunidades —secundo.

Rivers levanta la copa, el resto le sigue y yo también. Todos brindan por el éxito del viaje, sin embargo, en el fondo, brindo en agradecimiento por la lealtad que nos une. Me demostraron su incondicionalidad durante los meses difíciles que tuve que afrontar.

Todos forman una parte importante de mí.

***

Me encierro en la lujosa cabina para darme una ducha, aunque la verdad es que quiero un momento a solas para meditar en mis planes, mi futuro y lo que verdaderamente quiero. Tomo de mi maleta un pijama de seda que consta de una blusa con botones y un pantalón. Quiero estar cómoda para las siguientes ocho horas de vuelo. Me siento en la cama junto a mi laptop y desconecto mi teléfono personal de la corriente, dándome cuenta que tengo varios mensajes de Lorena, Dorothy y otras notificaciones de redes sociales.

Dorothy: Stanley Fraser está siendo influenciado por su esposa. Tiffany está por firmar contrato para otra película y su agente le recomendó mantenerse al margen de la mala prensa. Para ella, tú eres mala prensa.

Las intenciones de Stanley y Tiffany no son transparentes, pretendían presumir el proyecto de familias sin techo para que la sociedad los viera como unos salvadores. Aliarse conmigo arruina sus planes de publicidad. Por esta razón no quiero usar mis fundaciones para restaurar mi reputación.

No seré como ellos.

Los mensajes de Lorena van sobre una sesión fotográfica en la que me incluye sin permiso y sin derecho a cancelar. Sonrío y le hago algunas observaciones referentes al vestuario. Paso saliva en cuanto reviso mi Instagram falso y lo primero que me sale en inicio es una foto de cierto espécimen friki junto a Milena y Nathaniel con Sofía sobre su espalda. El otro mocoso no está a la vista.

Ellos le dan sentido a mi vida.

Le dejo un corazón y comento lo bien que le luce a él en específico el color azul cobalto de su camisa, puesto que resalta sus ojos. No he terminado de revisar mi cuenta verdadera, administrada mayormente por el equipo de Dorothy, cuando aparece una notificación de que tengo un mensaje en la falsa. Leo el nombre del usuario y muerdo mi labio inferior, pensando. 

La última vez que escribió, preguntándome sobre mi edad y sexo, lo dejé en visto.

AlonsoRoswaltt: ¿No duermes?

ארמגדון: Aquí es de día.

AlonsoRoswaltt: Ah... ¿De dónde eres?

ארמגדון: ¿Por qué quieres saber?

AlonsoRoswaltt: Quiero confirmar que no eres un robot.

AlonsoRoswaltt: Ok, no. Es broma.

AlonsoRoswaltt: Me intrigas. Eres la persona más activa de mi perfil. El tuyo no tiene dirección. Te invité a mi restaurante y no me respondiste nada.

ארמגדון: Lo superarás

AlonsoRoswaltt: Es de mala educación.

Muerdo el interior de mis mejillas.

ארמגדון: Es de mala educación preguntar tanto. Violas mi privacidad.

AlonsoRoswaltt: Sabes más de mí que yo de ti.

ארמגדון: Eres una figura pública. Acostúmbrate.

Tarda en responder.

AlonsoRoswaltt: No lo soy.

ארמגדון: Sí lo eres. En pocos meses conseguiste ocho mil seguidores y continúan llegando. No caigas en autocompasión. Amas la música, la gente lo nota. Eres un chico resiliente que se antepuso a la adversidad para brillar. Confía en ti mismo. No estás solo en tu iniciativa. Son muchos quienes te apoyan.

ארמגדון: Yo lo hago. Creo ciegamente en tu talento.

No contesta. No de inmediato... ni en el minuto siguiente. Esta es la primera vez en mucho tiempo en la que me gustaría tenerlo de frente para abofetearlo y abrirle los ojos. La pantalla de mi teléfono de trabajo se enciende. Alzo las cejas. Tengo un correo de nada más y nada menos que Charlotte Keegan. Echo un vistazo una última vez a la conversación de Instagram, no responde y yo debo centrarme.

Mi trabajo es lo más importante para mí.

Acepto la propuesta para una videollamada desde mi laptop.

—Regina, ha pasado un tiempo —su voz está envuelta en regocijo. Usa una bata de seda blanca. Reconozco la habitación... y también visualizo a un hombre joven en bóxer sirviéndole más vino en el fondo.

—¿Estás en Heaven? —pregunto y gira la pantalla para que mire a otro semental en bóxer masajeándole los pies.

Sé que no soy quien para juzgar cuando no me importa follar a tipos casados, pero precisamente lo hago porque estoy soltera sin compromisos y ellos son los que deben fidelidad. Se supone que la soltería se disfruta y una relación se respeta.  Me importa una mierda que Bernand se esté muriendo después de cómo trató a mi bebé; sin embargo, me causa gracia que Charlotte, siendo igual o más famosa que yo, pase indiscretamente las noches en orgías dentro de su club voyeur sin miedo a las repercusiones del testamento.

«Y me llaman la reina del cinismo».

«Aunque también quiero que ese morenazo me dé masajes».

—Te encantarán los nuevos cambios. —Sube y baja las cejas, insinuante—. Abrimos tres mazmorras BDSM. El menú de sumisos es una auténtica delicia.

Tuerzo la boca en una mueca. No tolero los maltratos sexuales.

—No soy ama.

—Siempre hay una primera vez. Te daré descuento en la membresía. Es cuestión de que pruebes la experiencia, no necesariamente debes infligir dolor. —Su mirada se vuelve seria—. Por la tarde vino Niall Lee para venderme sus acciones de Alphagine —pronuncia en francés.

El recelo me invade. Bien se sabe que su imperio se expande apoderándose de empresas que sufren pequeños lapsos de debilidad.

¿Compraste?

Acepté para cedértelas. —Enarco una ceja, con esta mujer nada es gratis—. Mi abogado se pondrá mañana en contacto con el tuyo. Es mi forma de establecer la paz. Lamento que nos hayamos distanciado. Apenas estoy asumiendo la presidencia y no puedo ir abiertamente contra las últimas ordenes de Bernand. Él quería cortar lazos contigo, yo no.

Asiento comprendiendo y a la vez siendo cauta.

Estoy de camino a Londres. Reunámonos cuando regrese.

Aquí. —Ríe bajito—. O donde quieras. Juntas les cerraremos la boca a esos cerdos machistas. A muchos les está costando aceptar el cambio en K-Corp.

—Hinquémosles el tacón en la sien. —Sonrío de medio lado.

Con su respaldo, mi victoria en las próximas batallas está garantizada. Haber desatado una lucha entre ambas habría sido catastrófico y lamentable. Charlotte es inteligente, unir fuerzas nos beneficia en extremo. Mi vista vuelve a mi teléfono personal después de finalizar la videollamada.

AlonsoRoswaltt: Gracias por la confianza, extrañ@.

AlonsoRoswaltt: En serio, no quiero quedar como un pesado, pero me gustaría conocerte algún día. Estoy agradecido por el piano. Si vives lejos, yo te pago el viaje a pesar de que sospecho que puedes costearlo.

Suspiro profundamente. Sigue siendo tan ingenuo.

ארמגדון: Dudo que estés preparado para el apocalipsis. 


__________________

¿Sí se nota que Regina  va recobrando poder? No olviden que antes nadie le refutaba. Además, en Escabrosa Penumbra ella paralizó muchos proyectos para concentrarse en el desfalco, ahora los está retomando. 

Me encanta su nombre de usuario en Instagram XD

Por cierto, sobre las actualizaciones... no olviden que soy de Venezuela, acá se va la luz muy seguido. También me toca escribir en una Canaimita de media potencia :(

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