Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ₁₆

*** Aclaración:  este capítulo contiene escenas Vope que serán marcadas en su inicio con las palabras "Extra Vope" cuando termine dicha escena será marcada con las palabras "Fin extra Vope" con el fin de que a quienes no les agrade el ship se lo salten en lugar de dejar comentarios desagradables. Una vez acabados los extras comenzará el capítulo narrado por Sang ___.

Gracias por la atención 💜💜

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° 𝔼𝕩𝕥𝕣𝕒 𝕍𝕠𝕡𝕖 °

Situación en el tiempo: entrada de Hoseok en la habitación blindada de los omegas.

Jung Hoseok

Corrí por los pasillos de la fortaleza junto a Namjoon, ambos siguiendo los pasos de Jungkook.

Adrenalina, velocidad, furia y suelo de mármol no era la mejor combinación para un lobo como yo, sentía como cada paso costaba un poco más cada vez que mis pezuñas se deslizaba por el liso mármol, aumentando aun más mi furia.

Corrí y corrí intentando llegar cuanto antes para ayudar a Jungkook, el cual había salido corriendo nada más escuchar el llanto de su omega.

Namjoon y yo conseguimos llegar a tiempo, viendo como Jungkook le arrancaba la mandíbula a uno de los alfas.

Observé la habitación por unas décimas de segundo, una vista panorámica de todo lo que había ante mi, topándome con un pequeño lobo blanco como la nieve, tumbado en el suelo junto a la pared.

Saber a quien pertenecía ese cuerpo me hizo enfurecer aun más, llevándome a descargar mi ira contra todo alfa que se topará en mi camino.

A diferencia de Jungkook yo no era elegante a la hora de luchar, no rompía el cuello de mis adversarios, mi estilo era más tosco, más sangriento, perforar una de sus arterias y ver como sus cuerpos se desvanecían en un charco de sangre me era mucho más satisfactorio.

Sintiendo como mi hocico se impregnaba de sangre, desgarré la carótida de uno de los alfas, esperando que su óbito llegara.

Continúe sin piedad, uno tras otro, hasta que no quedara ninguna foránea alma que liberar, dejando un suelo tapizado de lobos inertes.

Recuperé el aliento que mi actividad me había robado, corriendo hacia el inconsciente omega, olisqueándolo, pasando mi húmedo hocico por su pelaje, percibiendo su dulce olor a algodón de azúcar.

El olor era dulce a la par que apagado, Taehyung estaba inconsciente, su colocación, respiración pausada y olor carente de intensidad me lo confirmaban.

Coloqué al inconsciente omega sobre mi lomo, dispuesto de llevarlo a un lugar seguro y cómodo.

No conocía un lugar más seguro y cómodo que mi habitación.

Salí de la blindada estancia con aquel peliblanco sobre mi suave lomo, sin siquiera mirar a los alfas, sin pedir permiso, no pensaba que Jungkook se tomara aquello mal cuando él mismo me incitaba a pasar las noches con aquel delicado omega.

Caminé por los largos pasillos, no tardando demasiado en llegar a mi habitación.

Aun con mi forma lobuna dejé caer al lobo de Taehyung sobre mi cama, antes de volver a mi forma humana.

No me importó demasiado mi desnudez, no era el momento pues tenía preocupaciones más importantes.

Me acerqué al cuerpo de Taehyung, pasando mis manos por su fino pelaje, acariciando su cuerpo con delicadeza, percatándome de lo frío que se encontraba.

Necesitaba calor, vida y cariño para volver a la consciencia.

No dudé en atraer a aquel pequeño lobo hacia mi cuerpo, rodeándolo con mis brazos.

Era demasiado tierno escucharlo respirar pausadamente, con pequeños suspiros, como si cada inhalación le costara un poco más.

Aun sin moverse, escuché los huesos del omega tronar, indicándome que el calor que mi cuerpo desprendía había alcanzado el suyo, pudiendo abandonar su estado de alerta natural, volviendo a la vulnerabilidad que el cuerpo humano nos proporcionaba.

De un momento a otro aquel suave pelaje desapareció, dejándome ver una bonita piel.

Observé el cuerpo del menor a mi lado, delgado pero tonificado a su vez, los músculos de su espalda no llegaban a marcarse del todo, desembocando en un pequeña cintura la cual me encontraba sujetando.

Bajé mi mirada maravillado, observando el resto de su cuerpo.

Delicadas curvas dibujaban su trasero, continuando por una rectitud infinita, bautizando aquellas largas piernas como las más bonitas que había visto jamás.

Un pellizco se instaló en mi estómago, diciéndome que lo que estaba haciendo no estaba bien, aquella situación me hacia sentir enfermo, como si me estuviera aprovechando de un omega desvalido, observando su desnudez con descaro sin tener su consentimiento.

Quise tapar su cuerpo con mis sábanas, pero no podía, quería seguir admirando su desabrigo.

Aquello volvía a sentirse erróneo, no era lo que mi padre me había enseñado.

Durante la época en la que el padre de Jungkook era el alfa de la manada las cosas eran muy diferentes, me atrevería a decir que no se parecía en nada a la manada de ahora.

Mi padre, un alfa de renombre y mano derecha del alfa de la manada, el padre de Jungkook, me había enseñado cómo debían ser tratado los omegas, en especial los omegas masculinos. Según mi padre, seres masculinos demasiado débiles como para ser alfas o betas, para mi padre y el padre de Jungkook los omegas masculinos eran casi igual de inservibles que una gamma.

Por aquel entonces no se veían omegas masculinos o gammas en la manada, todos eran enviados a la manada de los Sang, según el alfa allí se les daba el trato que merecían.

Mi padre me inculcó lo repugnante que eran y la imposibilidad de sentir algo más que asco por ellos.

Cuando fue el turno de gobierno de la siguiente generación, una vez Jungkook se sentó en el trono, las cosas cambiaron tanto para mi como para el resto de la manada.

Aun no sabía como se las arreglaba Jungkook para conseguir que cada día decenas de omegas entraran por las puertas de la fortaleza, ofreciendo comida y techo a cada uno de ellos sin pedir nada a cambio, tan solo el cumplimiento de las normas, que no eran pocas.

Poco a poco la manada fue creciendo hasta convertirse en la manada que era ahora.

Pese al tiempo que había pasado y lo mucho que me había costado cambiar mi mentalidad seguía sintiendo un leve rechazo hacia los omegas masculinos.

Mirar ahora a Taehyung y sentir como mi lobo lo disfrutaba se sentía erróneo por todos los lados.

Mi padre se estaría revolviendo en su propia tumba si me viera disfrutar de la vista como lo estaba haciendo y Jungkook me arrancaría la garganta si me viera en este mismo instante, estaría rompiendo una de las reglas más importante para los alfas, el consentimiento, sin consentimiento no debíamos si quiera respirar frente a un omega, y en este momento yo no tenía el consentimiento del inconsciente Taehyung.

Cubrí asustado el cuerpo del omega, el pánico de que pudiera entrar alguien y mal interpretar la situación se había instalado en mi cuerpo.

Aquel pánico de ser descubierto no fue nada comparado con la angustia que sentí al ver como el omega se movía, como giraba su cuerpo dejando su rostro frente a mi.

Me sorprendió ver como en vez de quejarse por el dolor que debía sentir al estar lastimado, se acurrucó sobre mi pecho con una pequeña sonrisa en sus labios, haciendo de su cuerpo una pequeña bolita.

Mi cerebro interpretó aquel gesto como un consentimiento por su parte, permitiéndome estrecharlo contra mi, viendo como su sonrisa se acentuaba.

Una contagiosa sonrisa que me hizo querer cuidar de aquel desvalido omega por algo más que una noche.

° 𝔽𝕚𝕟 𝕖𝕩𝕥𝕣𝕒 𝕍𝕠𝕡𝕖 °

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Sang ___

Sentada en la cama movía mis pies de delante hacía atrás, esperando a que Jin viniera a recogerme para el entrenamiento de Jungkook.

Me sentía nerviosa y ansiosa por saber cómo sería aquella experiencia, tal y como una niña espera expectante ir por primera vez a un parque de atracciones.

Interrumpiendo mi espera, Jin apareció por la puerta de la estancia.

— Jungkook nos está esperando —comentó sin siquiera entrar en la habitación.

Me levanté de un salto, saliendo por la puerta, posicionándome junto a Jin, el cual me recibió con una sonrisa.

Nuestra relación había cambiado bastante, desde que Jungkook me selló todo parecía haber cambiado para mi y para el resto de personas con las que me cruzaba.

— Sígueme te llevaré a la sala de entrenamiento —informó comenzando a andar—. Namjoon y Jungkook llevan allí un par de horas, preparándose. Me han pedido que te explique brevemente, bueno más bien que te advierta —habló moviendo sus manos de un lado a otro mientras ambos caminábamos por los largos pasillos—. ¿Recuerdas cómo era el comportamiento de Jungkook el día del sello?

— Si, lo recuerdo —afirmé haciendo memoria de aquella noche.

— Bien pues olvídalo, la noche del sello Jungkook estaba sedado, ahora no habrá ni rastro de sedantes, solo Jungkook y su lobo.

Aquellas palabras no me resultaban del todo tranquilizadoras, si con la presencia de los sedantes Jungkook había sido capaz de romper el cinturón de seguridad con suma facilidad, no quería ni imaginar lo que sería capaz de hacer en sus plenas facultades mentales.

— Si fuera peligroso no me lo habría pedido ¿verdad? —especulé sabiendo que Jungkook no pondría en peligro mi vida si no fuera estrictamente necesario.

— ___ el celo de Jungkook se acerca, no tenemos casi tiempo, necesita saber en qué pensar, aprender a encontrar ese pequeño rayo de sol en la tormenta ¿entiendes? —preguntó apresurando su paso—. No es peligroso, tan solo arriesgado —intentó suavizar sus anteriores palabras—. Namjoon estará a tu lado en todo momento él sabe cómo manejar a Jungkook, aprende de él y no te pasará nada.

Asentí en respuesta con algo de miedo y desconfianza en mi interior.

Detuvimos nuestros pasos ante una gran puerta de acero, la cual portaba un pequeño teclado donde insertar un código numérico.

— Tranquila, no te pongas nerviosa y no le tengas miedo, Jungkook es capaz de olerlo —aconsejó con una pequeña sonrisa tranquilizadora, la misma que te daba tu madre asegurando que no tenías nada que temer, pues estaba segura de que no habría tiburones en la piscina que pudieran morderte.

Jin hizo el amago de insertar el código, deteniendo su acción al notar mi mano sobre su hombro.

— Deberías ducharte antes de entrar —sugerí.

— ¿Por... —lo corté antes de que pudiera formular aquella pregunta al completo.

— Apestas a café, no creo que a Jungkook le haga gracia saber que su hermano huele a alfa —aconsejé viendo como las mejillas de Jin tomaban color.

— Esta bien —asintió introduciendo el código con rapidez, haciendo que la puerta se abriera—. Suerte —dijo antes de desaparecer por el pasillo.

Respiré hondo antes de empujar la puerta para poder entrar en aquella sala de entrenamiento.

Nada más entrar pude ver a Jungkook y Namjoon, el cual sujetaba por los hombros al alfa, parecía hablarle con seriedad mientras Jungkook asentía.

Observé la sala, viendo como esta estaba decorada con una simple cama y unas cadenas con grilletes en las paredes, parecía algo así como una mazmorra moderna.

— ___ —llamó Namjoon mi atención a la vez que se acercaba. Cerró la puerta que había detrás de mi, haciéndome pensar que ya no habría escapatoria—. Ven, no tengas miedo —me invitó a seguirlo.

Obedecí, caminando tras él, colocándome frente a Jungkook, el cual aún no se había dignado a mirarme, parecía estar absorto en sus propios pensamientos.

— Te explicaré en qué consiste el entrenamiento —informó antes de comenzar a explicar—. Es un entrenamiento de estimulación visual y olfativa, seguirás todas y cada una de mis indicaciones con el fin de provocar al lobo de Jungkook, ver cómo reacciona ante los distintos estímulos. El entrenamiento sigue un programa diseñado por Jungkook y yo, cualquier acción que se salga fuera del programa será penalizada.

— ¿Qué tipo de penalización? —pregunté con curiosidad, característica que no abandonaba en ninguna situación.

— ¿Sabes lo que es un palo taser?

— No.

— Es un aturdidor eléctrico —habló mientras se dirigía a la cama, sobre la que había una especie de vara de color negro—. Si no cumple con el programa recibirá una descarga eléctrica.

¿Una descarga eléctrica? Aquello me parecía demasiado poco flexible para ser un simple entrenamiento.

— ¿No tienes otro método más suave? —formulé esperanzada, que electrocutara a Jungkook cada vez que no pudiera controlarse me parecía excesivo.

Me gané una mirada extrañada por parte de ambos alfas, parecía que Jungkook al fin había conseguido salir de sus pensamientos, mirándome.

— ___ este es el método más suave que tenemos —aclaró Namjoon haciéndome abrir mis ojos más de lo normal, si aquello era lo más suave que tenían miedo me daba saber cuales eran los métodos más duros—. Bien, comencemos —dio el alfa una palmada enérgica.

Jungkook pareció activarse al escuchar aquella palmada, separándose de nosotros, estirando su cuello y brazos, como si se estuviera preparando no solo mental sino físicamente también.

— ¿Qué tengo que hacer? —pregunté al ver como todos se preparaban como si fueran a correr una maratón mientras yo me quedaba parada sin saber muy bien que hacer.

— Ahora solo debes quedarte quieta y dejar que él te huela, que se acostumbre a tu olor —indicó señalando a Jungkook con aquella vara eléctrica.

El alfa con olor a chocolate comenzó a mirarme, observando mi vestimenta, unos pantalones vaqueros y una camiseta de tirantes, todo esto cubierto con una gran sudadera azul que no daba una pista siquiera acerca de mi figura.

— Jungkook —advirtió Namjoon al ver que Jungkook aun no se acercaba a mi.

El alfa obedeció, dando sus primeros pasos hacia mi, colocándose a escasos centímetros, los suficientes como para no hacerme sentir incómoda.

Llevó su rostro a mi cuello, dejándome sentir como aspiraba mi aroma.

Estar en una habitación herméticamente cerrada con dos alfas, uno de los cuales se dedicaba a olfatearte mientras el otro cargaba un palo taser, ayudaban a crear una atmósfera de lo más inquietante.

Jungkook se pegó aun más a mi, rozando mi cuello con su nariz, haciéndome sentir un leve cosquilleo.

Llevó sus manos a mis caderas, con el propósito de pegarme a su cuerpo, provocando que Namjoon acercara aquel palo al alfa, dejando que una fuerte descarga eléctrica lo sacudiera.

Jungkook apartó sus manos de mi cuerpo, acompañado de un fuerte gruñido.

Al parecer tocarme no estaba en la programación, haciéndome sentir un poco más tranquila y un poco más preocupada a la vez, aquellas descargas eléctricas debían doler.

El alfa colocó sus manos tras su espalda, para evitar tentaciones.

Me regaló una rápida y dorada mirada antes de hundirse de nuevo en mi cuello.

Volvió a aspirar mi aroma, rozando mi cuello, teniendo la osadía esta vez de pasar su lengua por él, regalando una pequeña y tímida lamida que pasó desapercibida para Namjoon, haciéndome estremecer.

Aquella lamida se transformó en un beso, y aquel beso en otra lamida, no sabía muy bien en qué consistía todo aquello, si el propósito era que Jungkook fuera capaz de mantener el control a mi lado, sin duda, estábamos fracasando terriblemente.

Los besos a mi cuello subieron de intensidad, haciendo que Namjoon fuera consciente de ellos, acercando de nuevo aquel palo a Jungkook, dispuesto a propinarle otra descarga eléctrica.

La corriente viajó por toda su extensión, pero el alfa se encontraba de lo más ocupado como para sentir una pizca de dolor, mi cuello y fuente de aroma le parecían más interesantes.

— Jungkook —regaño Namjoon tirando de su brazo, intentando separarlo de mi, fracasando.

Jungkook, en lugar de apartarse, lo único que hizo fue pegarse aun más a mi, comenzando a agarrar mi sudadera.

Namjoon optó por usar la fuerza bruta, cogiéndolo con decisión, causando que Jungkook rasgara mi sudadera, pues su intención no era estar alejado de mi.

Namjoon consiguió, que entre gruñidos, Jungkook me soltara, comenzando con un avivado forcejeo del que decidí alejarme.

Preocupada veía como Jungkook prácticamente tiraba a Namjoon al suelo, para colocarse sobre él y asegurarse de que no volviera a molestarlo, me sorprendió ver cómo Namjoon, la ver que sus posibilidades de salir victorioso se reducían, decidió acercarse al oído del alfa, susurrando unas cuantas palabras que me fueron imposibles de oír.

Solo un par de palabras fueron necesarias para que Jungkook lo soltara, y que acto seguido se sentara en el suelo, abrazando sus piernas y dándonos la espalda.

Se tapaba sus oídos mientras susurraba para si mismo palabras inaudibles para mis oídos.

Namjoon, algo exhausto, se levantó del suelo, sacudiendo sus pantalones vaqueros.

Vio mi cara de sorpresa, no dudando en acercarse a mi para comenzar a explicarme lo que había sucedido, o al menos eso fue lo que supuse que haría.

Me sentía como una niña tonta que necesitaba explicaciones de cada una de las acciones y sucesos que tenían lugar a su al rededor.

— No te preocupes, está bien —aseguró.

Tenía la sensación de que cada vez que alguien decía "no te preocupes" eso era exactamente lo que debía hacer, preocuparme.

— ¿Ves? —preguntó señalando a Jungkook —este entrenamiento no solo puede servirle a Jungkook, también puede servir a ti.

— ¿A mí?

— ¿Has visto cómo ni siquiera ha notado la descarga? El dolor físico para él es secundario, imposible de dominar si utilizas solo la fuerza, pues él siempre va a ser más fuerte que tu. Para saber dominar a Jungkook tienes que darle aquí —apuntó su corazón—. Meterte aquí —apuntó a su cabeza—. Si consigues averiguar sus puntos débiles, con un solo toque bastará para tenerlo asustado y al borde del llanto en una esquina de la habitación.

Aquello me hizo recordar la escala de dolor que Jungkook me había mencionado, algo me hacía pensar que en la cúspide de esta no se hallaban desmenbramientos o amputaciones, lo que hería al alfa de verdad eran unas simples palabras y todo el significado que estas conllevaban.

— ¿Qué le has dicho para que este así?

— Aun aprecio demasiado mi vida como para contarte —habló regalándome una sonrisa —Cada uno tiene su forma de dominarlo, tu tienes que encontrar la tuya.

— Creo que ya sé cuál es mi forma —hablé algo insegura ganándome una mirada extrañada por parte de Namjoon.

— ¿Estas segura? Podemos ponerlo en práctica —preguntó impresionado ganándose un asentimiento de mi parte—. Lo malo es que tenemos que hacer que el lobo de Jungkook haga una breve aparición de nuevo.

Lo decía como si fuera la cosa más complicada del mundo.

— Yo me encargo —tomé la iniciativa, acercándome a Jungkook el cual seguía sentado en el suelo, abrazándose a si mismo.

— Jungkook —lo llamé, tendiéndole mi mano con el propósito de ayudarle a levantarse.

No dudó en aceptarla, agarrándose a esta y no soltándola una vez consiguió ponerse de pie.

Se me hacía tierno sentir cómo se aferraba a mi mano, aún con aquellos ojos dorados, era una mezcla entre cachorrito asustado y alfa deseoso.

Me acerqué aún más a él, dejando un casto beso en su mejilla, no hizo falta más para tenerlo pegado de nuevo a mi cuerpo, volviendo a olisquear mi cuello.

Esta vez Namjoon y yo dejamos que Jungkook me tocara, posicionando sus manos en mi cintura, apretando como si tuviera miedo de que me alejara de él.

Comenzó a besar mi piel, esta vez de una manera diferente, lejos que querer ser disimulado, Jungkook se dedicaba a besar, morder y lamer mi cuello y mandíbula.

Sus mordidas se sentían como pequeños pellizcos cosquillosos que te hacían querer cerrar los ojos por la sensación que causaban.

Llena de valentía posé mis manos sobre sus hombros, apretándolos ligeramente, gesto cariñoso que pareció gustar a Jungkook, el cual se separó de mi tan solo para mirarme y regalarme una tierna sonrisa.

Le devolví el gesto, curvando mis labios, haciendo que Jungkook se fijara en ellos.

Acercó su rostro al mío, girándolo levemente antes de unir nuestro labios en un beso.

No era un beso pasional que incluyera lenguas o excesiva saliva, era más bien una simple unión de labios que me hacían sentir demasiado a gusto, demasiado tranquila.

Pensé que aquello me alteraría, que sentir la cercanía de Jungkook, sus manos sobre mi cuerpo y sus labios sobre los míos, me harían entrar en pánico, pero no fue el pánico lo que me atacó, sino otro tipo de sentimientos, los cuales hacían querer bailar a mi loba.

Sentía que no pasaría nada, que no tenía porque temer pues era Jungkook.

Era como si mi loba me dijese "tranquila, es Jungkook" y esas simples palabras lograran colocar la calman en mi.

Era como la tranquilidad de estar en casa, un sentimiento, desgraciadamente, nuevo para mí.

Jungkook comenzó a andar, guiándome, empujándome con suavidad hasta que mi espalda chocara contra la pared.

Besó mis labios de nuevo, succionando esta vez mi labio inferior, haciendo reaccionar a mi loba de inmediato.

Siguió probando mis labios, dando pequeñas mordidas, succionándolos hasta dejarlos hinchados, todo eso aún sin atreverse a introducir su lengua, como si en realidad fuera un alfa tímido al que le gustaba ir despacio.

Sus manos viajaron de mi cintura a mi espalda baja, sin atreverse a sobrepasar los límites, dentro de su aparente descontrol Jungkook parecía ser de lo más controlado.

Lastima que yo no poseyera aún el control sobre mi loba y mi cuerpo, no porque fuera demasiado fuerte, de hecho era extremadamente débil, sino porque aquello era nuevo para mí, nadie había conseguido sacar a mi loba para algo más que para mostrar mi ira.

Sentía como mi ropa interior comenzaba a humedecerse, haciéndome sentir incómoda y algo inquieta.

Aquello tampoco pasó desapercibido para Jungkook, el cual respiraba agitadamente.

Tiró de mi sudadera, terminando de rajarla, exponiendo mi camiseta de tirantes.

Me tomé aquello como la señal que me indicaba que era la hora de dominar a Jungkook, de hacerlo parar.

Pegó su cuerpo al mío antes de alzar mis piernas y dejar que estas quedaran enrroscadas en sus caderas, permitiéndome sentir toda su gran anatomía.

Pensar en Jungkook no me causaba temor, pero lo que guardaba en sus pantalones si que lo hacía.

— Jungkook para —pedí empujando su pecho con todas mis fuerzas, consiguiendo que no se moviera ni un mísero centímetro, tan solo que soltara un par de gruñidos disconformes.

Viendo que las palabras no funcionaba decidí recurrir a los actos, deslizando mis manos por su nuca hasta llegar a su cabello, acariciando su cuero cabelludo.

— Relájate —susurré en su oído con la voz más tranquilizadora que encontré, siguiendo la misma táctica que utilicé ayer en la noche —.Tranquilo —volví a susurrar esta vez abrazándolo con afecto.

Sentí cómo Jungkook se venía abajo, cómo dejaba de apretar mi cuerpo con posesión para reposar su cabeza sobre mi hombro, tan solo abrazando mi cuerpo de forma calmada, sin respiraciones agitadas o movimientos bruscos de por medio.

En aquel momento me sentí orgullosa de mí misma.

Miré a Namjoon el cual me miraba con la boca abierta y la sorpresa en su expresión.

— ¿Cómo lo has hecho? —formuló atónito.

Sonreí con suficiencia antes de comenzar a explicar, al fin dejaba de ser la que no entendía.

— Si tratas a una persona como un animal, este se comportará como un animal, sin embargo si lo tratas como a una persona está se llenará de humanidad —hablé desde la experiencia—. Le infligís dolor cada vez que pierde el control, le hacéis daño a él y a su lobo, eso solo causará que su lobo esté más resabiado, más furioso, y que llegue el día en el que se haga inmune al dolor, de tanta veces que ha sido dañado —dije aún con Jungkook entre mis brazos—. Creo que, aunque no lo parezca, lo que Jungkook necesita es un poco de amor y comprensión, aunque ni él mismo sea capaz de concederse tales deseos —pronuncié sabiendo lo estricto que Jungkook era.

— ¿De dónde has salido? —pregunto aún sorprendido—. Nunca lo había visto de esa forma —confesó.

Yo tampoco lo había visto así, hasta que llegué a esta manada. Sabía lo que era que te trataran como a un animal, en lo personal me hacía sentir terriblemente mal, incluso llegando a creer que era lo que merecía. Cuando llegué a esta manada lo único que recibí fue el trato más humano que nunca pensé tener.

En parte, precisamente eso, ha sido lo que me ha hecho cambiar ciertas cosas, aunque siempre manteniendo mi esencia pues el pasado no se borra tan fácilmente, algunas cicatrices están sentenciadas a cadena perpetua.

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Escena Vope dedicada a ItsJustBi 

Aun queda la segunda parte del entrenamiento, dont worry sólo hemos visto la estimulación olfativa, falta la visual😏

Este capítulo iba a ser mucho más largo but no quería que llegara a las 5000 palabras, creo que 4000 son suficientes, no quiero que el cap se convierta aburrido.

Con respecto a la novela decir que acabamos de completar la primera etapa de la historia, quedan dos etapas más para que llegue a su fin.

Gracias por el leer 💜💜💜

Love u Sinners ❤❤❤

Pd: habrá mas escenas Namjin y Vope.

Pd2: espero que traigan paraguas para la siguiente etapa de la novela, presiento que habrá una lluvia intensa de limones.

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