Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ₁₁
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***Aclaración: cuando aparezcan las palabras extra Vope significa que dentro del mismo capítulo habrá un mini capítulo con contenido Vope, cuando termine será marcado con las palabras fin extra Vope, con el fin de que a las que no les agrade el shipp se lo salten en vez de comentar cosas desagradables, así nos quedamos todos contentos. Después del extra comenzará el capitulo narrado por ___ qué constará de una 2000/3000 palabras como casi todos los capítulos.
💜 Gracias por la atención💜
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° 𝔼𝕩𝕥𝕣𝕒 𝕍𝕠𝕡𝕖 °
(Situación en el tiempo: mañana en la que ___ decide salir sin avisar).
Kim Taehyung
Caminaba por el bosque de la mano de mi madre, ambos sonreíamos satisfechos y felices.
— El rojo te sienta fenomenal Tae —piropeó mi madre mientras me sonreía—. Puede que con tu nuevo look consigas atraer la atención de algún buen alfa.
Sus palabras me hicieron inmensamente feliz, mi blanco lobo daba brincos de emoción. No hacía ni un par de meses que me había presentado como omega ante toda la manada y desde entonces mi madre y yo habíamos ansiado encontrar un alfa con el que enlazarme.
— Mamá ¿queda mucho? —pregunté algo cansado por la larga caminata.
A mis doce años mis piernas de omega no eran lo suficiente fuertes como para no cansarse a mitad de un largo camino.
— Ya casi estamos, falta poco para llegar a la manada de los Sang —respondió mi madre, reconfortándome con aquello de "falta poco".
Sonreí aspirando el olor a bosque fresco a mi alrededor, feliz, estaba seguro de que en aquella manada encontraría lo que tanto estaba buscando.
Abrí los ojos aún sintiendo ese intenso aroma a bosque, despertar y que todo haya sido un sueño me hacía sentir peor, echaba de menos a mi madre.
Me removí entre las sábanas quedándome atascado en estas, unos fuertes brazos me aprisionaban junto a un robusto cuerpo, que desprendía un calor que infundía confort.
Abrí mis ojos como platos al sentirlo, no recordaba haber traído a un alfa a mi cama.
El aroma a bosque volvió a golpearme haciéndome soltar un pequeño grito.
Puta madre.
Giré mi rostro con lentitud, encontrándome a un Hoseok plácidamente dormido.
Dios mío estaba durmiendo conmigo.
Dios mío estaba en mi cama.
¡Jung Hoseok me estaba abrazando!
No pude evitar ponerme a hiperventilar cual colegiala emocionada.
No podía creerme que estuviera allí, es decir, él me ignoraba el 90% del tiempo, yo me arreglaba para llamar su atención y nunca conseguía si quiera una triste miradita, y ahora se encontraba en mi cama.
Que alguien traiga dos bombonas de oxígeno, a mi lobo y a mi nos acaba de dar un síncope.
Fruncí mi ceño extrañado porque aun no se había despertado, a pesar de mi pequeño grito seguía durmiendo plácidamente.
Me acomodé un poco mejor contra su cuerpo, aprovechando la situación hasta que despertara, ya tendría tiempo después para hacerme el indignado por encontrar a un intruso en mi cama.
Aspiré su aroma de nuevo, disfrutando de lo bien que se sentía estar así con él.
Fantaseé con lo maravilloso que sería despertar así todas las mañanas, y lo triste que era que en realidad yo no llamaba su atención, por mucho que me esforzara en ser el mejor omega de toda la manada, para él seguiría siendo eso, un simple omega, hacía ya más de un año que quería subir de categoría para él, ansiaba ser su omega, pero no lo conseguía.
Un fuerte aroma a chocolate se coló en el ambiente ¿Jungkook?
Tal y como había pensado Jungkook irrumpió en mi habitación casi echando la puerta abajo.
— ¿Dónde está? —preguntó arrancando las sábanas de la cama en la que nos encontrábamos, haciéndome sobresaltar.
Hoseok se despertó asustado por tanto alboroto, cayendo de la cama debido al salto que dio.
— ¿Dónde está? —volvió a preguntar bastante alterado.
— ¿Quién? —formulé asustado y desconcertado, ver a Jungkook enfadado no era algo agradable de ver.
— ___ —contestó seco con sus intimidantes ojos dorados.
— No lo sé —respondí con sinceridad negando con mi cabeza.
¿Dónde se habría metido esta traviesa loba?
Jungkook se dirigió a Hoseok con decisión, haciéndonos tragar a ambos con dureza, asustados por el temperamento del alfa.
Cogió a Hoseok por su camisa, levantándolo del suelo.
— Sal a buscarla —ordenó acompañado de un gruñido.
Hoseok asintió sin dudarlo, largándose de la habitación nada más Jungkook lo soltó, dejándonos solos en mi habitación.
El poderoso alfa se acercó esta vez a mi haciéndome temblar con miedo.
— No puedo entrar en el ala de los omegas, necesito que la busques por mi —pidió con suavidad, nada comparado al ladrido que le había lanzado a Hoseok—. Por favor —suplicó.
— La buscaré —asentí sin mirarlo a la cara, como solía hacer siempre con todos los alfas.
Jungkook hizo el amago de salir de la habitación, quedándose en la puerta.
— Siento haber estropeado vuestro despertar —se disculpó cabizbajo—. Le daré otra oportunidad a Hoseok para que se dé cuenta del omega que tiene delante.
Sin duda este alfa merecía un altar, que digo un altar, un templo para él solo donde todos los cambiaformas del mundo lo veneraran tal y como él se merecía.
— Muchas gracias —me incliné con agradecimiento.
Cuando levanté mi vista Jungkook ya había desaparecido.
Me levanté de la cama para poder vestirme y comenzar a buscar a ___, sentía que este día iba a ser demasiado largo.
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Me pasé el día en el ala de los omegas, revisando todos los rincones donde ___ podría haberse escondido, encontrando absolutamente nada, aquella pequeña omega no estaba por ningún lado.
Salí del ala de las omegas, comenzando a buscar en las alas que no estuvieran restringidas para los de mi condición, topándome con la persona con la que siempre soñaba toparme.
— Taehyung —pronunció mi nombre con aquella sensual voz que, a mi parecer, lo caracterizaba—. La han encontrado, estaba en el bosque —informó acercándose a mi.
Suspiré con alivio ¿en qué estaba pensando? ¿acaso no sabía lo peligroso que era para una omega salir al bosque a solas y a estas horas?
— ¿Quién la ha encontrado? —pregunté curioso.
— Namjoon y Jin, en la entrada que hay por la cocina, la han llevado a la sala de los castigos con Jungkook.
En ese momento temí por ella, a pesar de su carácter, algo difícil de entender y llevar, ___ era una buena omega, su corazón no estaba envenenado, no veía maldad en su ser, solo a una pequeña y débil lobita que ladraba y gruñía a todo el mundo que se acercaba a ella, como si atacara ella antes para evitar ser atacada, como si estar siempre a la defensiva le hiciera sentirse segura y protegida del resto.
No cabía esperar menos de ella, esas eran las consecuencias de ser una omega y venir de la manada de los Sang, donde o comes o te comen, allí no existía termino medio.
— Oye —susurró Hoseok a mi lado mirando el suelo con sumo interés. Que tierno era ver a un alfa avergonzado—. Sobre lo de esta mañana...espero que no te haya molestado que yo pasara la noche contigo, hacía frío y ya sabes como es Jungkook con los omegas y la protección —se excusó aun sin mirarme.
Que se comportara de esa manera me hacía adquirir confianza, era como si mi lobo me hiciera querer ser más extrovertido, lanzado y directo para compensar su vergüenza.
— Mmm, no sé si me molesta o no ¿me has metido mano durante la noche? —pregunté intentando sonar natural y no como un omega nervioso y ansioso.
— Por supuesto que no —contestó al instante alzando su mirada hasta encontrar la mía—. Aprecio mi vida, no quiero que Jungkook me cuelgue en el sótano de los alfas, se respetar a los omegas —aclaró sin dejar de mirarme dejándome apreciar sus bonitos ojos.
Pocas veces eran las que tenía la osadía de mirar a un alfa a los ojos, esta era una de ella.
"Que falta de respeto" comentó mi lobo negando con su cabeza, estaba absolutamente de acuerdo con él, para una vez que quería que un alfa se propasara conmigo resulta que es de lo más respetuoso y obediente.
Me regañé a mi mismo por mis pensamientos, se notaba que mi celo se hallaba a la vuelta de la esquina.
— Entonces esta bien —asentí mostrándole una pequeña y cálida sonrisa.
Ambos cortamos nuestro contacto visual mirando cada uno a un lado de aquel largo pasillo, como si estuvieramos avergonzados.
El ambiente se había tornado de lo más incómodo.
— ¿Y...has pasado frío al final? —formuló sin mirarme de nuevo.
— No, nunca había dormido tan bien —comenté sintiéndome estúpido y regalado al instante.
— Yo también he dormido bien, tu olor es...agradable.
"¿Agradable? ¿Solo agradable?" se quejó mi lobo.
— Gracias, supongo.
¿Por qué el ambiente se había puesto tan tenso de repente?
— Creo que... —comenzó Hoseok a hablar siendo interrumpido por unos sonidos de lo más extraños, como si estuvieran golpeando la pared con fuerza. No sabía por qué aquello le había hecho reír a Hoseok.
— ¿Qué es eso? —formulé confundido.
— Me parece que Jungkook esta castigando a su rebelde omega —dijo intentando ocultar su hermosa sonrisa.
La reciente información me hizo abrir los ojos como platos.
— Espero que queden sillas de ruedas en el ala de los omegas —comentó sin agregar chispa a esa frase, como si lo dijera en serio.
— ¿Es para tanto? —pregunté asombrado y alarmado a la vez que repasaba mentalmente los materiales de la enfermería, cercionándome de que no había ninguna silla de ruedas.
— Lo ví en su último celo, Namjoon y yo eramos los encargados de suministrar los sedantes, no te exagero cuando digo que hasta yo me estremecí al verlo, es realmente impresionante.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo ante sus palabras, pobre ___, sin duda no volvería a saltarse las normas.
— Necesitamos una silla de ruedas con urgencia.
° 𝔽𝕚𝕟 𝔼𝕩𝕥𝕣𝕒 𝕍𝕠𝕡𝕖 °
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Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ₁₁
Me removí incómoda entre las acartonadas sábanas, sintiendo como el frío me abrazaba.
Abrí mis ojos encontrándome con una cama desgarrada y vacía a excepción de mi persona.
No sabía por qué, pero un sentimiento de vacío se apoderó de mí pecho.
Mi loba se lamentó acurrucándose en un lado, deseando haber amanecido de la mano del calor que desprendía Jungkook.
Me reincorporé, sintiendo como si unas cuerdas me tuvieran atada a la cama, me sentía pesada, cansada y dolorida.
Fruncí mi nariz al percatarme de ese intenso olor a chocolate.
Miré mi cuerpo viendo como una fina capa blanquecina y pegajosa lo cubría, hice una mueca de desagrado antes de mirar a mi alrededor, esperando encontrar a alguien más, topándome con la soledad.
Decidí levantarme y quitarme todo esta pringosidad para nada agradable, encontrando un trozo de papel en la mesita de noche. Cogí dicho trozo dispuesta a leer los que habían escrito en él.
Me avergoncé al leer la posdata, que manera más fina tenía este alfa de hablar siempre, cosa que en parte agradecía, ver escrito en el papel que mis ronquidos le gustaban habría sido mucho más vergonzoso.
Mordí mis labios dudosa entre si ir o no a su despacho, después de lo sucedido anoche me sentiría incómoda y cohibida ante su presencia, pero por otra parte mi loba estaba deseosa por verlo.
Si antes Jungkook era de su agrado, ahora, era como un adonis al que adorar, su comportamiento anoche nos sorprendió gratamente a ambas haciendo que mi loba ahora no quisiera otra cosa que estar a su lado.
Parecía que el vínculo que se establece durante el sello había hecho sus efectos, todo esto me hacía sentir curiosa acerca del efecto que había tenido el sello para Jungkook.
Me adentré en el baño con el propósito de tomar una ducha, viéndome reflejada en el espejo nada más entrar.
La sorpresa bañó mi rostro al observar como un potente color púrpura decoraba mi cuello.
Me acerqué aún más al espejo, viéndolas de cerca, estos pequeños moretones cubrían algunas zonas, parecía que procedían de los pequeños y suaves mordiscos que había dejado Jungkook.
Fui consciente de lo sensible que era mi piel, parecía que con solo rozarme ya quedaba una marca en ella.
Me deshice de mí pegajosa bata de seda, viendo como mi cadera y mis piernas también tenían las marcas de sus dedos impresas en ella.
Me horroricé al verme así, no solo ahora conservaba un fuerte olor a chocolate sino que también tenía marcas en mi cuerpo.
Me deshice de toda mi ropa y me bañe con rapidez y delicadeza, no quería agravar más mis recientes moretones.
Mientras pasaba la esponja por mi vientre concienzudamente no pude evitar recordar como Jungkook se descargó sobre mi, era realmente increíble la de tiempo que se pasó dejando que sus fluidos me cubrieran, otra cosa que también llamó mi atención fue su tamaño, parecía que todo lo que poseía Jungkook era a gran escala.
Ante todos estos pensamientos mi rostro parecía cobrar vida, encendiéndose de manera abrumadora.
Una vez terminada la ducha corrí al armario, en busca de alguna prenda que cubriera mi cuello sin que se viera demasiado exagerado, encontrando un Jersey lavanda con cuello de tortuga, era perfecto.
Con unos pantalones negros y un Jersey lavanda salí de la habitación dispuesta a encontrarme con Jungkook en su despacho.
Caminaba nerviosa por los pasillos, no sabía como sería todo ahora, es decir, ¿cambiaría algo? Si, claro que las cosas cambiarían, ya lo estaban haciendo.
Cada vez que me cruzaba con alguien por el pasillo bajaban su cabeza en señal de respeto para después marcharse, haciéndome sentir de lo más extraña.
Al parecer estos eran los efecto de portar el poderoso olor a chocolate de Jungkook.
Quise reír ante aquella escena, si supieran que en realidad están inclinándose ante una gamma, estoy segura de que más de uno me escupiría del asco.
Paré frente al despacho de Jungkook, era una de las pocas puertas que podía reconocer en aquella inmensa fortaleza, un día de estos me encargaría de averiguar que se esconde tras cada una de ellas, así no me hallaría tan perdida cada vez que ponía un pie en los inmensos pasillos.
Respiré hondo antes de secar el incipiente sudor de mis manos.
Toqué débilmente la puerta con mis nudillos, escuchando un masculino "adelante" procedente del otro lado.
Algo dudosa giré el pomo de la puerta antes de adentrarme en la habitación.
Vi de nuevo las mantas y los cojines en aquel sofá que decoraba su despacho, pensando si seguiría pasando las noches allí o se atrevería a dormir conmigo.
Miré a Jungkook, el cual se hallaba de espaldas a mi, colocando unos libros en su estantería.
Vestía completamente de negro, con una camiseta de manga corta la cual se subía cada vez que colocaba un libro en la parte alta de dicha estantería. La camiseta era ancha, pero cada vez que se movía conseguía que los músculos de sus espalda se marcaran en ella, haciendo que mi loba relamiera sus fauces.
Me quedé callada esperando a que se diera la vuelta, pero no lo hizo, siguió colocando libros. Mi loba me obligó a toser fingidamente para llamar su atención, consiguiéndolo.
El alfa se dio la vuelta, dejándome ver su cara y un pequeño rubor en sus mejillas.
Sentía como mi loba se derretía dentro de mi.
— Hola —saludó con timidez rascando su nuca, mostrando como su fuerte brazo se flexionaba, ganándose mi atención por completo y la de mi loba, cabe mencionar.
— Hola —contesté sin dejar de mirarlo.
Dicho esto volvió a darse la vuelta, colocando libros de nuevo.
No sabía por qué sus acciones me causaban gracia.
Yo también me sentía avergonzada, pero parecía que él lo estaba mucho más.
— Jungkook —llamé con diversión en mi voz, a parte de gracioso se me hacía tierno ver a un alfa tan grande y poderoso avergonzado ante una gamma.
— ¿Si? —pronunció sin mirarme.
— ¿No vas a decirme nada?
Lo oí suspirar, como si se estuviera preparando mentalmente para hablar.
— Em...si —dejó al fin los dichosos libros de lado para prestarme atención—. Me siento avergonzado por cómo me puse ayer —cerró sus ojos lamentándose—. Pensé que los sedantes me dejarían más relajado pero no fue así, lamento haber roto el cinturón de seguridad y haber... —hizo gestos con sus manos intentando expresarse—. He entrenado mucho para controlar a mi lobo, pensé que podría hacer esto sin ponerte en peligro pero no lo conseguí, me siento decepcionado de mi mismo y de mis habilidades para el control, trabajaré más duro para que no vuelva a ocurrir algo así —prometió dejándome ver en su mirada el arrepentimiento y la culpa—. Entendería que quieras mantener las distancias conmigo a partir de ahora —suspiró decepcionado—. Yo...¿me perdonas?
¿Qué?
Sus recientes palabras me parecían las más surrealistas que había escuchado en mi vida, ahora entendía a Rudy y su manera de tratarme por juzgarlo sin conocerlo.
Al parecer en este mundo había dos clases de alfas, los que pegaban a sus omegas por cubrir los moratones y marcas que dejaban en su cuerpo tras una noche de abusos, alegando que así todos sabrían a quien pertenecía, como si fuera un objeto al cual le pones tu nombre, alfas abusivos como mi padre; y después estaban los alfas que te pedían perdón por haber hecho algo que ellos piensan que tu no quieres, alfas como Jungkook.
En estos momentos me daba cuenta de lo afortunada que estaba siendo, del por qué todo el mundo adoraba a Jungkook y de lo distinta que hubiera sido mi vida si hubiera sido criada en una manada como esta.
Llevé una mano a mi cuello, pensando cuál sería su reacción al ver mis moretones, a juzgar por sus recientes sentimientos estos lo harían sentir peor.
— No tengo nada que perdonar, puede que me asustara un poco cuando quitaste el cinturón pero no pasó nada que tengamos que lamentar ahora —contesté sincera, no me gustaba verlo así, me había demostrado que era diferente, una diferencia que comenzaba a gustarme.
Jungkook me miró sorprendido antes de fruncir su ceño.
— ¿Qué escondes? —preguntó serio mirando mi cuello.
— Nada —contesté al instante olvidando el complejo de brujo y polígrafo andante que Jungkook poseía.
Gruñó ante mi respuesta acercándose a mi.
— Déjame ver —pidió sin abandonar la seriedad.
— Jungkook no es grave mi piel es muy sensible —intenté tranquilizarlo consiguiendo que volviera a gruñir.
— Quiero verlo —insistió esperando que retirara la tela del jersey.
Obedecí resignada dejándole ver uno de los moretones.
Su expresiones eran como una montaña rusa, pasó de enfado a horror para volver de nuevo al enfado y por último la preocupación.
— ¿Tienes más? —formuló con con dicha preocupación.
— No —mentí.
— Te llevaré a la enfermería.
Comenzaba a pensar que mentir al lado de este sujeto era una pérdida de tiempo.
— Jungkook no hace falta estoy bien —intenté convencerlo.
Mis palabras parecieron entrarle por un oído y salirle por el otro, pues sin previo aviso me cargó en sus fuertes brazos.
— Rudy te curará ¿te duele algo?
¿Rudy? Y una mierda ¿para qué? ¿para que me restregara en la cara que tenía razón? ¿que me había equivocado juzgando a Jungkook?
Sabía que me había equivocado con él, pero no quería que viniera ella a restregármelo.
— Lo que me va a doler es la cabeza como me lleves de nuevo con tu hermana —contesté con suma sinceridad.
A pesar de la situación, de lo preocupado que estaba Jungkook por mi, no pudo evitar reír ante mis palabras.
— Me gusta tu sinceridad —habló intentando ocultar su sonrisa—. Pero me quedaría más tranquilo si ella comprueba que estas bien.
— Jungkook no es la primera vez que me pasa, mi piel es así, se me pasa solo, como mucho me puedes dar una crema árnica, no tiene más misterio —expliqué intentando hacerle entender que estaba bien.
— ¿Estas segura?
— Segurísima.
— Esta bien te traeré la crema, ahora debes descansar —cedió saliendo del despacho sin soltarme.
Últimamente Jungkook parecía aprovechar cualquier escusa para cargarme en brazos, cosa de la que mi loba no se quejaba en absoluto.
— Mmm ¿puedes pedirle a Tae que venga? —pedí con súplica, no hablaba con mi amigo desde el día de las compras, necesitaba hablar con él acerca de lo sucedido con Jungkook.
— Le pediré que vaya a la habitación, en un par de horas volveré con la crema y con algo para comer —aseguró.
— Me parece correcto —sonreí agradecida mientras ambos nos íbamos acercando poco a poco a nuestra habitación.
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Habrá más escenas Vope las cuales especificaré para que las salten si no les gusta.
Gracias por leer💜💜💜
Love u Sinners❤❤❤
Pd: esta escena representa mucho el fic, falta rayis a un lado fangirleando junto a babykook.
Este gif es para a las que se les haya olvidado como es la espalda de Jungkook.
A quien quiero engañar yo sé que todas nos hemos tatuado esa imagen en la retina, nieguenmelo.
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