Capítulo 39
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—¡Pero Dios mío Deidara es mi maldita vida!— exclamé mientras alzaba las manos al techo.
—Y es mi maldita cámara y mi maldito celular— dijo Barbie en tono burlón —. También es mi maldita decisión si subo o no la foto— añadió.
—Es muy temprano para los gritos, por favor— dijo Itachi desde el sofá —, mi resaca está en sus buenas.
—Hermano yo creo todo lo contrario, según la foto de ____ en sus redes sociales— dijo Sasuke al tiempo que terminaba de guardar las sábanas que habíamos utilizado.
Desde que abrí los ojos todo estaba hecho un caos. Mi celular no dejaba de sonar con llamadas de Kakashi, mensajes de Shisui y Sakura también. Kisame me había reenviado la publicación de Barbie con un corazón añadido.
Sasuke se despertó poco después y tampoco le fue tan bien. Deidara le había mensajeado hasta el nombre de nuestro posible bebé. Porque claro, por dormir, y con dormir me refiero a eso, dormir, —no tener relaciones sexuales—, puedo quedar embarazada. Los espermas de Sasuke saldrían mágicamente, sin estimulación alguna, atravesarían mi ropa, mis bragas y viajarían por mis paredes vaginales hasta alcanzar mis ovarios.
¿Acaso Deidara entendía algo del sexo heterosexual? ¿O de la anatomía femenina?
Para cuando Naruto despertó las aguas se habían calmado un poco. Itachi y yo estábamos terminando de servir la comida que pedimos por el móvil mientras Sasuke llamaba a los demás para comer.
—¿Vieron la foto de Naruto? Debo admitir que te ves bien— dijo Deidara una se sentó y dejó el celular a un lado.
—Yo siempre me veo bien— respondió Naruto con una sonrisa orgullosa.
—Sobre eso Dobe, creo que deberías ver lo que publiqué— dijo Sasuke a mi lado para después llevar un trozo de carne a su boca.
—No vayas a usar el teléfono en la mesa Naruto— dije mientras me servía la comida.
—Sí mamá. Y para tu información, lo dejé en mi habitación— dijo Naruto antes de hacer una pausa, y luego añadir—, al menos eso creo.
—Cuando terminemos de comer yo mismo te llamo para ver dónde lo dejaste— dijo Itachi tras darle un trago a su bebida.
—Gracias— dijo Naruto, con una sonrisa.
Los chicos siguieron charlando entre ellos. Era como si tuvieran una respuesta para todo, de un tema saltaban al otro con toda la naturalidad del mundo. No pude evitar sonreír, ellos me hacían sentir en casa totalmente. Quizá ellos eran mi familia encontrada.
—Sasuke ya aparté la cita con el doctor, si quieres puedo acompañarte hermano— dijo Itachi de repente.
—No te preocupes 'tachi estaré bien— dijo Sasuke al tiempo que me servía más arroz.
—Entonces, ¿todos acordamos en fingir que no notamos cómo estos dos han cambiado dramáticamente la dinámica de su relación?— cuestionó Kisame para luego darle un sorbo a su té.
—Kisame ya dijimos que no hablamos de eso— se apresuró a decir Itachi —, no queremos que ellos se sientan incómodos.
—Yo solo diré que del odio al amor solo hay un paso— intervino Deidara —, y en el caso de ellos, ese paso fue la tensión sexual— añadió.
—Deidara— dijo Itachi, con seriedad.
—Idiota, tu no viste nada, Itachi no vio nada y Kisame y yo menos— dijo Naruto —, justo como la canción. Cuando la tentación de abrir esa boca te ataca, tu empiezas a cantar "yo no veo nada"— continuó.
—Chicos, gracias pero eso no hace falta— dije en un intento de calmar la situación.
—Todo empezó en el parque tiempo atrás, pero eso no es información nueva para ustedes— dijo Sasuke.
—Para mí sí— dijo Kisame, sorprendido.
Itachi llevó los dedos pulgar e índice de su mano derecha y pellizcó el puente de su nariz. Yo comencé a reír ante la surrealidad del momento.
Sasuke
—Tienes que decirme la razón por la que vamos al doctor— dijo ____ desde el asiento de copiloto.
—Te burlaras de mí— dije mientras conducía.
Había llegado el día de mi consulta con el urólogo. Itachi se había ofrecido una última vez esta mañana para acompañarme, sin embargo desistió cuando le confesé que iría con la prima de Naruto.
—¿Y no crees que es más conveniente que me lo digas ahora que estamos solos? Luego frente al doctor puede que me de un ataque de risa— dijo ____ mientras usaba su dedo índice para tocar mi antebrazo derecho.
—Ese es un buen argumento— dije distraído.
Las luces del semáforo cambiaron a rojo y fui reduciendo la velocidad hasta detenernos. Una vez el auto estaba a 0km la miré.
—Vamos al urólogo— confesé.
____ abrió los ojos y giró su cuerpo completamente en mi dirección. Trató en varias ocasiones de decir algo, sin embargo siempre terminaba cerrando la boca y desviando la mirada.
—¿Está todo bien, Sasuke?— cuestionó, después de un rato.
—Si lo estuviera no tendríamos que visitar un doctor, ¿no lo crees?— dije mientras pisaba el acelerador al ver que el semáforo había cambiado.
El resto del trayecto fue en silencio. ____ se mantenía entretenida con sus manos y de vez en cuando murmuraba la letra de la canción que se encontrara de fondo.
—¿Lleva tiempo ocurriendo?— preguntó ____ una vez llegamos a los estacionamientos de la clínica.
—No entiendo tu pregunta— respondí.
—Me refiero a. . . bueno, lo que sea que esté ocurriendo— dijo ____.
—Te refieres a una disfunción eréctil— dije tras encontrar el lugar perfecto para estacionar el vehículo.
____ jadeó en sorpresa.
—Pues a mi no me parece que tengas tal cosa. Si el otro día te sentí muy bien en mis tierras nobles— se apresuró a decir.
No pude evitar soltar una risita. Agarré las llaves del carro y la miré.
—Hace un tiempo tuve un sueño húmedo y cuando desperté estaba bien erecto. Pero luego Sakura trató de tocarme y, bueno, digamos que sentí el calor evaporarse de mi ser— expliqué.
____ parpadeó varias veces, para después echar la cabeza hacia atrás y reír a carcajadas. Mi orgullo gritó ante su acción, más me encontré sonriendo al escuchar su risa.
—No creo que tenga que ver contigo, Sasuke— dijo ella, luego de recuperar el aliento —, creo que tu mismo cuerpo reaccionó, es simple. ¿El sueño fue con ella?— cuestionó.
—¿Crees que si hubiera sido con ella, la erección hubiera cedido?— pregunté en respuesta.
—¡Oye! Es de mala educación responder una pregunta con otra— se quejó ____.
Salí del carro y le di la vuelta para abrir la puerta del copiloto. ____ bajó y agarró mi mano, con una sonrisa.
—Ya verás que todo saldrá bien— dijo.
Yo esperaba lo mismo.
Minutos después ya nos encontrábamos a la espera de mi turno. La asistente del doctor, luego de tomar mis datos, confirmó que sería el siguiente paciente.
—¿Estás nervioso?— cuestionó ____ a mi lado.
—Bueno, al menos no tengo susto de embarazo— respondí con cierto sarcasmo.
—Pero si de disfunción eréctil y si, estás nervioso— afirmó ____ —, ¿y no has tratado de verificar eso por tu cuenta?— añadió.
—Que linda, te pones ahora toda educada conmigo— bromeé.
—¿Te has masturbado niño bonito?— preguntó ____ con una sonrisa.
—Quizá debería esperar a que estemos frente al profesional para contestar esa pregunta— dije mientras me enderezaba en mi asiento.
____ rio para después negar con la cabeza. No pude evitar observar atentamente. Se acomodó en el asiento y de pronto ya no estaba conmigo. Pude ver como su mirada se perdía en la nada, incluso alcancé a ver los engranajes de su cabeza moviéndose con velocidad. Casi pude ver el humo saliendo de sus orejas.
—____— llamé.
Justo en ese momento la puerta del consultorio se abrió y el paciente que estaba salió con mala cara. Gruñó mi nombre y no se molestó en cerrar la puerta con delicadeza. Parpadeé varias veces mientras miraba cómo el hombre caminaba hasta donde estaba la asistente y le decía que él no pagaría la consulta, que el trato con el doctor fue pésimo y poco profesional.
Si antes estaba nervioso, ahora si no quería entrar a esa consulta. ¿Itachi a dónde diablos me habías enviado? Como si fuera poco, ____ a mi lado silbó al ver la rabia del paciente y dijo: —bueno Sasuke, ya es tu turno.
Nunca había estado más emocionado de entrar a un consultorio como en ese momento. Vaya, que prácticamente todo el mundo vea toda mi aura radiante mientras entro a la que creo será la peor experiencia de mi existencia.
Sin embargo ya estaba aquí con la prima de mi mejor amigo y la razón por la cual estaba haciendo la visita. Que todos los santos del cielo me ayudaran.
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