Capítulo 38
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—¿Están todos bien?— cuestioné desde mi posición.
—¡¿Qué clase de cliché es éste?!— exclamó Dei, visiblemente agitado —, ¿es en serio? ¿Qué se vaya la energía eléctrica? ¿No podía ser otra cosa?
—Cálmate Deidara. Además, hay muchos desarrollos interesantes en la historia cuando se va la luz— dijo Itachi con tono sugestivo.
—Creo que tú mismo puedes enseñarle uno, Itachi— dijo Naruto.
—¡Ay sí!— chilló Dei en respuesta.
Los demás soltaron una carcajada. Yo misma me estaba riendo hasta que recordé un detalle muy importante. Sasuke estaba en el baño, solo, desnudo y a oscuras.
—¡Dios mío! ¿Sasuke? ¿Estás bien?— dije mientras tocaba la puerta del baño.
—Estoy bien, tranquil- —
—¿Sasuke? ¿Te resbalaste?— cuestioné.
—Si— respondió él —, pero descuida no me caí— añadió.
Unos segundos después el pelinegro abrió la puerta. Por la emoción del momento, y claramente aprovechando la oscuridad, lo abracé. Mi rostro quedó contra su pecho desnudo. Su piel estaba helada, pero aquello no me importó.
Sasuke con su mano libre rodeó mi cintura y besó mi cabeza, aferrándome más a su cuerpo. Algunas gotas cayeron de su pelo a mi cara y sonreí.
—Hey ¿Qué está pasando por ahí? De repente están muy callados— dijo Deidara de repente.
Puedo jurar que sufrí un mini infarto en ese preciso momento. Y Sasuke, al sentir que me estremecía, rio por lo bajo.
—No estamos haciendo nada malo, Deidara— dijo Sasuke con tono divertido.
—Que malo eres hablando mentira Sasuke— dijo Dei.
No sé en qué momento el Uchiha me arrastró con él hasta su cama, pero no pude evitar reír cuando me tiró en la misma y se colocó encima de mí. Sus manos delinearon mi cintura y luego se ubicaron en mi vientre, haciéndome cosquillas. De repente él estaba en todos lados, mi vientre, mi cintura, creo que en algún punto incluso se alejó un poco y también atacó mis pies.
—¡Sasuke no!— exclamé al borde de las lágrimas por las carcajadas.
Una vez me dejó libre, se acostó a mi lado y suspiró. Tanteando un poco mi suerte, me senté sobre su pecho.
—Mira tienes dos opciones. La primera es que te eches más hacia adelante hasta llegar a mi cara, o bajas un poco— explicó Sasuke, con sensualidad —, no importa si prefieres mi cara o mi pelvis, con cualquiera de las dos te haré sentir bien.
—Los demás te pueden escuchar— me apresuré a decir.
Ya podía sentir mis mejillas arder. De pronto estaba haciendo mucho calor.
—Entonces te sugiero que te mantengas lo más callada posible— dijo Sasuke.
El pelinegro colocó una mano en mi espalda y me impulsó hacia él. Mis senos quedaron a la altura de su rostro , justo en ese momento el muy aprovechado alzó la cabeza y . . . su pelvis. Mordí mi labio inferior y cerré los ojos.
¿Cómo es que siempre terminamos en estas situaciones?
—Te sientes muy bien— murmuró el Uchiha.
Podía sentir claramente como cierta parte de su cuerpo comenzaba a responder a su roce contra mis tierras fértiles, que a este punto debían estar bastante mojadas.
—¿Sasuke, ____?— cuestionó Kisame.
Creo que en ese preciso momento, se me detuvo el corazón.
Sasuke
La sala estaba iluminada con las velas que le había comprado a _____. Le daban un aspecto de fantasía, y si se buscaba más allá, bien podía parecer una escena de película romántica.
—Creo que ustedes dos planearon esto— dijo Deidara al tiempo que señalaba en mi dirección.
____ estaba sentada a mi lado, con la cabeza recostada en el reposabrazos del sofá. Sus pies estaban sobre mi regazo.
—Dei no seas idiota. ¿Cómo Sasuke y yo íbamos a saber que se iría la energía?— cuestionó ____ con seriedad.
—No lo sé, tú preparaste la sala para que pudiéramos dormir aquí, y Sasuke trajo velas para ti, perfectas para la ocasión— respondió Deidara.
La prima de Naruto gruño.
—Solo fue una coincidencia, Deidara— dijo Itachi con voz calmada.
—Oye dolor de culo, no tienes buena cara— dijo Naruto mientras se acercaba a su prima.
—Solo me duele la cabeza— dijo ____.
Y no era para menos, puedo jurar que se infartó unas horas atrás cuando Kisame fue a ver por qué tardamos tanto. La pobre seguro todavía tenía el corazón acelerado.
—Es una pena. Sasuke ven y dale mimos a tu mujer— bromeó Naruto con una sonrisa.
Solo que yo no me lo tomé como una broma. Aprovechando el espacio del sofá y lo cerca que estaba la prima de Naruto de la esquina, me coloqué detrás de ella y la abracé.
—¡Foto, foto, hagan una foto de eso!— exclamó Deidara —, que lindo se ven. Por el diablo dónde está el teléfono de una cuando de verdad lo necesita— añadió.
Naruto nos miraba con las cejas alzadas.
—¿Qué? Me pediste que le diera mimos a, y uso tus palabras, "mi mujer"— dije con ironía.
—Dios Sasuke por fin te hiciste un padre responsable y ya nos cuidarás junto a mamá— bromeó Kisame.
____ soltó una carcajada. Todavía seguía riendo cuando se dio la vuelta y se aferró a mi pecho. Yo reposé mi cabeza sobre la de ella.
—Basta, me dan diabetes— dijo Naruto mientras se alejaba de nosotros.
El resto de la noche la pasamos conversando, y en un determinado momento incluso realizamos una oración a petición de Deidara, para que regresara la luz. Luego, usando los celulares colocamos música y bailamos hasta que nos dolieron los pies.
Solo entonces, ya exhaustos, nos acostamos en el suelo. Ya preparados para dormir.
—Estás pesado— murmuró una muy sonriente ____.
A modo de juego, le había subido el pie. ____ se había acostado a mi lado, apoyando su cabeza sobre sus manos. Su cabello estaba suelto, esparcido a su lado.
—Hmmm.
Yo estaba acostado de lado, para poder concentrarme en ella. ¿Quién diría que después de pasar mal rato, ahora tenía la oportunidad de dormir a su lado?
—Acércate más— dijo ella mientras extendía su brazo en mi dirección.
Me moví hasta quedar piel con piel. La prima de Naruto utilizó una de sus manos para acariciar mi mejilla y luego mi nuca. Sus ojos se le cerraban solos, estaba claramente luchando contra el sueño.
—Buenas noches ____— murmuré.
—Duerme bien Sasuke.
¿Creen que hasta aquí se queda la pijamada fallida? ¡Pues no! Justo en mi Instagram estarán apareciendo todas las historias que este grupo de amigos se ha dedicado luego de despertar.
¡No se lo pueden perder!
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