Capítulo 32.


 ____

—Lo siento tanto— murmuré, mientras sostenía la pálida mano de Sasuke.

Agujas la perforaban, y el único ruido que me acompañaba era la máquina que marcaba los latidos del pelinegro, quien dormía por todos los medicamentos que había en su sistema.

Todavía podía escuchar el sonido de cuando los autos colisionaron entre sí, el fuerte golpe del cuerpo de Sasuke contra la bolsa de aire. Bendita bolsa de aire, gracias a ella él sigue aquí. De no ser por esa gloriosa bolsa, probablemente estuviera en un funeral.

Oh Sasuke. . .

Mi vista se tornó borrosa debido a las lágrimas que amenazaban con salir.

—____ vuelve al apartamento, yo me quedaré con él— dijo Itachi, colocando una mano en mi hombro.

—No puedo— murmuré en respuesta —. Tengo que estar con él— añadí, acercando la mano de Sasuke a mi frente.

Estaba helada.

—No has comido nada desde la tarde, tu cuerpo necesita-

—Mi cuerpo solo necesita a Sasuke, Itachi— me apresuré a responder.

—Eso. . . eso no sonó muy bien— dijo Deidara, entrando en la habitación.

—No me importa si no sonó bien. Sasuke está aquí por mi culpa y necesito estar aquí con él— dije, y luego me giré en dirección a su hermano mayor —, gracias por preocuparte Itachi, pero yo se que no voy a poder comer, sabiendo que en lugar de eso, puedo estar aquí con tu hermano— aclaré.

—Itachi tiene razón ____— dijo Naruto, quien acompañaba a Deidara —, desde que llegaste al hospital no has dejado su lado. Su accidente fue ayer en la madrugada. Y ya son las 6 de la tarde, la hora de visitas está por concluir— añadió.

No pude evitar sonreír ante su preocupación.

—Estoy bien— afirmó.

— ¿Saben? Es un incordio tener que escucharlos discutir— dijo. . . Sasuke.

Mi corazón se aceleró.

—Sasuke— murmuré, sintiendo esta vez las lágrimas de alivio mojar mis mejillas.

Él había llevado su mano libre a su frente, mientras entrelaza nuestros dedos.

—Hola— dijo él, en voz baja —, ¿Por qué no has comido? No me digas que es por mí, eso no le hace nada bien a mi ego.

Sonreí.

— ¡Oh claro que fue por ti, idiota engreído! — exclamó Naruto, con la voz entrecortada.

Pero el alivio era notorio.

—Ya nos tenías preocupado hermanito— dijo Itachi, sentándose en la camilla.

De pronto todo el peso cayó sobre mis hombros, el estrés que venía acumulando desde hace tiempo, el cansancio, la falta de comida, el desconsuelo, él estar sola durante horas pidiéndole disculpas. . .

Mis manos se movieron solas. De pronto ambas estaban en las mejillas de Sasuke, y mi cuerpo respondió al impulso de la adrenalina y. . . lo besé. Delante de todo el mundo.

— ¡OH! — exclamó Deidara.

Dijo algo más pero. . . yo solo podía concentrarme en la sensación de los labios de Sasuke contra los míos. Eso fue lo último que sentí antes de que todo fuera negro. 

Sasuke


Corrí hasta el pasillo de ginecología. Mi corazón latía a millón y en mi cabeza solo se repetía una palabra.

Embarazada.

____ estaba embarazada.

Cuando doblé por un pasillo, ahí estaba ella. Tenía los ojos enrojecidos y las mejillas mojadas por las lágrimas.

—Oh Sasuke gracias por venir— dijo, desde que se percató que me estaba acercando a ella.

Se levantó y me abrazó con fuerza, yo correspondí. Podía sentir como temblaba.

—Necesito que me expliques qué sucede. ¿Por qué Kakashi no está aquí? — cuestioné.

—Nadie respondía el teléfono. Kakashi, Deidara, Naruto. . . solo— dijo ____ —, estaba tan asustada cuando el test salió positivo que mi cerebro hizo un corto circuito, los llamé pero ellos no respondieron. El teléfono de Kakashi incluso suena apagado y entonces tú apareciste entre mis contactos y te llamé. . . Sasuke yo-

—Tranquila, ya estoy aquí. Ven siéntate— le indiqué, caminando con ella todavía entre mis brazos al banquito que había fuera del consultorio.

Una vez estuvimos los dos sentados, acaricié la espalda de mi compañera y le pedí que respirara profundo unas cuantas veces.

—Tenía un leve retraso— explicó —, no creía que podía ser verdad porque Kakashi y yo, bueno, nos cuidamos. Ayer sin embargo si tuve malestar y decidí comprar una prueba luego de que Kakashi fuera a trabajar— continuó.

Agarré su mano, entrelazando nuestros dedos. Aquello pareció darle valor.

—Tuve un ataque de pánico y decidí que lo dejaría para hoy. Hice mi rutina normal, preparé el desayuno para Kakashi, lo despedí y luego me hice la prueba sin pensarlo demasiado— explicó ella, extendiendo la mano hacia su bolso y sacando el test que marcaba las dos líneas.

Sentí un nudo en la garganta, escucharlo por teléfono cuando me llamó llorando fue una cosa, pero el ver la prueba en persona era como si me hubieran golpeado en las costillas.

—Salió positiva Sasuke, yo entré en pánico otra vez. No sé si deba empezar a culpar a las hormonas del embarazo, usualmente no soy así pero. . . enloquecí. Comencé a llamar a Kakashi, a Deidara, a Naruto. Incluso llamé a mi madre, y cuando me contestó me asusté aún más y le colgué. Luego, como dije antes, bueno quizá mentí un poco, pensé en ti, tu contacto apareció y te llamé y gracias a todos los cielos respondiste y ahora estás aquí y yo no tengo forma de darte las gracias y aparentemente seré mamá y-

Solté su mano para poder agarrar con cuidado su rostro. Con ambos pulgares le acaricié las mejillas y, en un gesto muy poco apropiado de mi parte, le di un beso esquimal.

—Todo saldrá bien ____— murmuré, mis labios rozando los de ella —, serás una madre genial, todos estarán muy alegres de tener un nuevo miembro en la familia, contarás con nuestro apoyo— dije, apartándome un poco, para ver que sus ojos estaban cerrados.

Que ganas de besarla tenía. Y sería tan feliz si ese bebé fuera. . .

— ¡Buenos días! — exclamó una mujer, mientras se acercaba a nosotros.

—Dios mío Nozomi gracias a Dios que llegaste— dijo ____, colocándose en pie de un salto.

Gracias a Dios que Nozomi apareció. ¿Qué diablos estabas pensando Sasuke?

—____ querida, según tengo entendido tu cita anual no toca ahora. ¿Sucede algo? — cuestionó Nozomi, visiblemente extrañada.

—Suceden muchas cosas, pero en esencia, creo que estoy embarazada. Digo, no creo, lo estoy, me hice una prueba y salió positiva— explicó la prima de Naruto, agarrando la prueba y mostrándosela.

Nozomi se quedó perpleja durante unos segundos. Incluso dejó medio abrir la puerta del consultorio.

— ¿Y él es el padre? — cuestionó la recién llegada.

—No— dijo ____

—Si— respondí yo de forma autómata, al mismo tiempo que la prima de Naruto.

—Oh Dios mío ____. Está bien clara la posibilidad de que la prueba se equivoque, pero por todos los santos sus hijos juntos saldrían preciosos— dijo Nozomi, acercándose a mí y agarrando una de mis manos.

Deliberadamente ignorando que la misma embarazada dijo que no.

—Eres muy apuesto joven, ya te imagino cargando la bellísima bendición, mientras la acompañas a una consulta, justo como ahora— dijo Nozomi, con ojos soñadores.

Sonreí por educación y luego miré a la pelinegra. Sus mejillas estaban teñidas de un leve color carmesí, y sonreía de forma sincera, para luego encogerse de hombros y asentir en dirección a la señora frente a mi.

—Yo también puedo imaginarlo— dije.

Y no me costó demasiado hacerlo. Mientras Nozomi se olvidaba de mi para ir devuelta con ____ y felicitarla, mi mente me presentó la imagen de un bebé con el cabello negro. Todavía cuando me levanté para agarrar el bolso de mi compañera y entrar al consultorio, me estaba imaginando a nuestro retoño dormido plácidamente en mis brazos.

Nozomi y ____ siguieron charlando en la pequeña sala de espera. Más pacientes fueron llegando, todas ellas con distintos tiempos de gestación. Pero ninguna se encontraba con el padre de la criatura.

Mi mente seguía en su mundo, creando imágenes de mi vida como padre. Cambiar pañales, arrullar el retoño para que duerma, darle su primer biberón, verlo usar por primera vez el chupete.

Estar ahí para verlo gatear, decir escucharlo decir su primera palabra —ojalá sea mamá—, ver como se levanta y a sus pequeños pies le cuesta mantener el peso de su cuerpecito, pero de todas formas se atreve a dar su primer paso en dirección a sus padres y. . .

Oh por todos los santos.

En tan poco tiempo fui capaz de imaginarme más de un año como padre y esposo de la prima de Naruto. Esto era un gran problema.

Para mi suerte, el. . . ¿Ginecólogo? hizo acto de presencia.

¿Ginecólogo? ¿Un viejo?

— ¡Nozomi, haz que pase la primera paciente! — exclamó el doctor desde el consultorio.

—Bueno ____, deja tu cédula, el carnet del seguro médico y lárgate a darle la noticia al doctor Tsuji— dijo Nozomi, sonriendo ampliamente.

Ah, se apellida Tsuji.

No debí hacerlo, pero de todas formas agarré la mano de ____ mientras entrábamos al consultorio. El doctor nos recibió con una gran sonrisa, al ver que se trataba de una paciente tan querida para él.

En medio de sus saludos aprendí que el doctor Tsuji era el doctor de confianza de la familia Uzumaki. Todas las féminas lo usaban, y él estaba atendiendo a ____ desde que ella cumplió la mayoría de edad y vino por un chequeo de rutina, desde entonces, nunca ha faltado. Interesante.

—Ya que eres tú, estoy seguro de que me podrás regalar 15 minutos para ir y comer algo. Llevo desde las 3 de la madrugada aquí recibiendo un bebé y no he comido nada— explicó el Dr. Tsuji.

—Si claro, Sasuke y yo podemos esperar un poco más— dijo la fémina, sentándose en una de las sillas disponibles.

El ginecólogo me miró y yo asentí, para luego ver cómo él se marchaba.

—Así que, un doctor familiar— dije, sentándome en la silla que sobraba.

—Oh, sí. Es muy bueno, lo usamos todas en la familia— explicó ____.

Como si no me hubiera dado cuenta por la conversación que tuvieron frente a mí unos segundos atrás.

— ¿Y qué crees que hará? — pregunté, reposando mi cabeza en mi mano derecha.

—No lo sé. Me felicitará, creo que tendré que hacerme una sonografia y listo— dijo mi compañera.

Asentí. 


____

—Bien, lamento hacerles esperar— dijo el doctor Tsuji, sentándose frente a los dos.

Los minutos de espera no fueron tan malos, Sasuke no dejaba morir la conversación y mis nervios gratamente le ayudaban.

Todavía recuerdo cuando vi las dos líneas en la prueba que estaba en mi bolso. Había una criatura creciendo en mi interior y yo no sabía muy bien qué pensar al respecto. Cada vez que trataba de hacerme la idea de tener un hijo con Kakashi. . . no se sentía bien. No parecía ser lo correcto.

Ambos somos jóvenes y podemos esperar unos cuantos años más.

— ¿Quién es nuestro invitado ____? — cuestionó mi ginecólogo, sonriendo.

—Sasuke Uchiha, el papá del bebé— respondió Sasuke, extendiendo la mano en forma de saludo.

—Perdona, ¿acaso acabas de decir bebé? — cuestionó perplejo el doctor Tsuji,

—Pues, sí— respondió Sasuke.

— ¿Estás embarazada ____? — preguntó el doctor en mi dirección.

Sentí mis mejillas arder mientras asentía.

—Así parece. Ayer compré una prueba y me la hice esta mañana, salió positiva y oye Sasuke ¿Acabas de decir que eres el padre del bebé? — cuestioné sorprendida.

Mi cerebro justo había procesado sus palabras.

—Pues sí, es lo que le hicimos creer a Nozomi, supongo que haremos lo mismo con tu ginecólogo— dijo el Uchiha,

—Sasuke si pretendían fingir al menos no lo digas en voz alta— dijo el doctor Tsuji.

—Cierto— dije yo.

Luego de que mi ginecólogo y mi compañero compartieran un apretón de manos e intercambiaran algunas palabras, mi embarazo volvió a ser el tema de conversación.

—Así que Sasuke no es el padre, ¿Dónde está el afortunado? — preguntó el doctor.

—En el trabajo, digamos que está algo ocupado— respondí.

Mi ginecólogo asintió y comenzó a realizarme algunas preguntas, frunciendo el ceño ante mis respuestas.

—Bueno, tengo que informarte que a veces los resultados de las pruebas de embarazo pueden ser errados, pero de todas formas te voy a recetar una prueba de sangre y una sonografía pélvica para quedar fuera de dudas— explicó el doctor, escribiendo la receta.

—Pensé que con las pruebas de embarazo no existía margen de error— dijo Sasuke.

—Bueno joven, todos los días se aprende algo nuevo— respondió el doctor Tsuji, arrancando dos hojas del recetario y entregándomelas —, bien, nos volveremos a ver cuando tengas los resultados. Un placer verte ____ y gracias Sasuke por acompañarla cuando el padre no pudo.

Sasuke sonrió levemente, para después abrir la puerta y salir del consultorio conmigo pisándole los talones.

En el mismo hospital me podía hacer la sonografía, así que después de despedirme de Nozomi, agarré del brazo al pelinegro y fuimos a ver de una vez por todas si el resultado de la prueba era verídico. 

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