Capítulo 30.

____

Sentía un conocido calor en el pecho mientras bajaba los escalones en dirección a la salida del apartamento. Bien pude usar el ascensor, pero necesitaba pensar.

¿Valía la pena continuar viviendo con Kakashi?

La pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza. Tras estar unas horas con los dos rubios en el balcón, la sensación de que algo faltaba se hizo presente y comenzó a molestar después de un rato.

Estar con el peliplata me hacía sentir segura tanto física como económicamente. Pero se sentía incorrecto, yo no deseaba ser mantenida, y tampoco construir una relación de codependencia con el Hatake.

Pero al pensar en todas las cosas que ha hecho por mi, dejarlo ahora me haría parecer una mujer que se aprovechó de él; y es lo que menos quiero.

Suspiré y me detuve un momento. Todavía quedaban algunos escalones más, sin embargo yo me fui a un lugar muy dentro de mí.

Sasuke hoy no estaba en el apartamento.

Sasuke. . . ¿Me hace mala persona el admitir que no puedo dejar de pensar en ti? Cada vez que descuido las defensas de mi corazón, llega un recuerdo tuyo que me roba el aliento, y en otras ocasiones, algunos minutos de sueño. He pasado minutos simplemente repasando una y otra vez los momentos a tu lado.

¿Por qué se siente tan confuso? Tú tienes tu novia, yo tengo mi pareja. Y sin embargo, me gustaría preguntarte si también me sueñas, si conoces qué es esto entre nosotros. Si sientes. . . tan solo si sientes algo más que odio hacia mi.

¿Cuándo las cosas comenzaron a cambiar? ¿Cuándo comenzaste a importarme?

Esto no debía de ser así, y tampoco debía sentirse así. Fue una promesa, un beso y un adiós. Yo me fui porque necesitaba pensar, y tú me dejaste ir. Si tan solo eso fuera una respuesta suficiente para mi corazón, que todavía tiene la esperanza de que un día esta agonía termine.

¿Me estaría enamorando de ti. . . ? Es ridículo. Pero, creo que debo ser honesta conmigo misma: me interesas. Quizá, solo quizá, lo hiciste desde el primer día; pero tuviste que ser tan grosero. A lo mejor este sentimiento despertó en mí por el beso que compartimos en el parque.

Yo. . .

—Hey— dijo alguien.

Alcé la vista, Itachi me sonreía desde su posición.

—Ha pasado un tiempo desde tu última visita, ya comenzaba a preocuparme— dijo el pelinegro, caminando en mi dirección.

—Tienes razón— afirmé —, sí que ha pasado un largo tiempo desde la última vez que estuve aquí— añadí.

Los brazos del Uchiha me envolvieron en un abrazo y yo correspondí al instante, cerrando los ojos al sentirme bien en ellos. Tras unos segundos, se apartó.

—Por poco y no alcanzo a verte— bromeó Itachi, retrocediendo unos pasos.

—Estaba haciéndose tarde y Kakashi estará en casa pronto— respondí.

—Bien, entonces no le hagamos esperar más— dijo el hermano Uchiha mayor, dándose media vuelta.

— ¿Uhm? ¿Itachi? — cuestioné.

— ¿Si? — contestó él, deteniéndose un momento.

—Soy yo la que debo volver, tú ya estás en casa— expliqué, caminando en su dirección.

—Creí que fui claro. Yo te llevo— verbalizó Itachi —. Ya que estoy aquí, puedo llevarte— añadió.

—Oh, no es correcto de mi parte aceptar eso— me apresuré a decir —, acabas de llegar a casa del trabajo, debes estar cansado. Tú tranquilo, puedo llegar sola— concluí, con una sonrisa.

Él simplemente sonrió, y yo supe de inmediato que la conversación se había terminado, el hombre a mi lado ya había tomado su decisión.

Colocó una mano en mi espalda y me guió hasta donde se encontraba estacionado su carro. Abrió la puerta para mí y la cerró una vez estuve dentro. Rodeó el vehículo y se posicionó en su asiento de conductor.

—Hay algo que me he estado preguntando, pero no quiero ser indiscreto— dijo el pelinegro.

—Pregunta sin miedo— dije, terminando de colocarme el cinturón de seguridad.

— ¿Qué sucedió entre mi hermano menor y tú? — cuestionó el Uchiha —, todo entre ustedes ha sido muy extraño desde el primer día— agregó.

—Yo. . . —.

—No debes responderme si así lo deseas— explicó, emprendiendo camino al apartamento del Hatake —, y lo siento si te he hecho sentir incómoda, es solo que no tenemos demasiado tiempo juntos y quería escuchar tu versión de los hechos— continuó.

— ¿Sasuke te ha dicho algo? — pregunté, sorprendida.

—Se podría decir que sí, somos hermanos; desde mi punto de vista, tenemos una buena relación— aclaró él.

—Bueno, si él ya te ha dicho lo que sucedió, entonces no creo que yo deba contártelo también— me limité a decir.

El silencio se hizo presente y suspiré. Me recosté mejor en el asiento y observé por la ventana los autos pasar, las personas caminar y los imponentes edificios. Las puertas se abrían y cerraban, revelando personas que ya habían cumplido con su jornada laboral del día. Lucían exhaustas.

De pronto me pareció verme salir de una de esas puertas. Vestida con una falda tipo lápiz azul marino, una camisa blanca y pocas ganas de volver al día siguiente. Los ojos enrojecidos por estar pegada durante horas a una pantalla, ojeras marcadas y pocas ganas de seguir con esa vida.

No. Eso no era vida, eso solo era supervivencia.

—Mi hermano menor no es muy bueno con los sentimientos— confesó Itachi, tras un largo rato de silencio —, le cuesta mucho verbalizar las cosas, así que se las guarda. En muchas ocasiones siento que le he fallado como hermano mayor, parece que él no tiene la confianza de contarme lo que le sucede. También puede ser que se sienta tan abrumado, que no pueda expresarlo—.

—Me parece que Sasuke siente mucho, ____. ¿Es odioso? Sí, ¿Mal comunicador? También. ¿Grosero? La verdad es que sí, pero mi hermano también tiene sus cosas buenas— continuó hablando el pelinegro —. Una vez lo vi quedarse hasta tarde con Naruto, simplemente para ayudarlo con un proyecto del trabajo. Sasuke tenía un viaje de negocios al día siguiente, pero se quedó toda la noche con tu primo. Hace unos años enfermé, y él se pidió toda una semana para poder cuidarme; me llevó incluso a casa de nuestros padres cuando me sentí mejor. El pobre no volvió a vacacionar en un buen tiempo— expresó. Una sonrisa se iba formando en sus labios poco a poco.

—Cuando se enteró de que Naruto te había dicho que vinieras, se aseguró de crear un ambiente en el cual te sintieras cómoda, pero esto último jamás lo admitirá— dijo, soltando una risilla.

El semáforo frente a nosotros pasó de tener una luz azul a una roja y el carro se detuvo.

—Itachi— murmuré.

El pelinegro miraba con cierta melancolía el volante, como si estuviera recordando algo.

—Te estarás preguntando el por qué digo todo esto— habló, luego de unos segundos.

Yo asentí.

—Yo. . . creo que ustedes han iniciado con el pie equivocado— dijo mi compañero, posando sus dos orbes en mi —, ____, Sasuke es horrible con las palabras, sin embargo sus acciones demuestran la gran persona que es— afirmó, sonriendo.

Yo no dije nada, simplemente volví a mirar por la ventana.

¿Acciones?

Bueno, el fue a buscarme cuando Naruto no pudo, me acompañó en toda la aventura de los vestidos de novia, me consoló la noche en la cual estaba estresada. Cuando me caí en el jacuzzi, sus manos estuvieron ahí para sostenerme y cuando se despidió de mí esa última vez. . .

El reflejo del retrovisor me devolvió mi imagen: estaba levemente sonrojada y había una pequeña sonrisa en mi rostro.

Por el rabillo del ojo vi que Itachi me miraba, y se le veía contento. El resto del camino fue silencioso, y cuando el pelinegro me dejó en el apartamento de Kakashi, dijo:

—Espero que pienses en lo que te he dicho—.

Estoy segura de que lo haría. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top